Partida Rol por web

¡Pues ya era hora! -Decia Ian con una gran sonrisa en su rostro caminando hacia la lluvia sin importarle que se mojara.

Luego de partir del campamento, se lo veía al estilo rambo cortando la grama y las ramas con el pequeño cuchillo de mano, con su mochila por detrás y colgando en su costado el arma de plasma.

Cuando llegan al barranco, luego de seguir con atención las palabras de Smith vé las majestuosas figuras de piedra. Vaya, si que son grandes. Supongo que en eso se esconderá una especie de puerta secreta o algo así.

Cuando Smith terminó Ian sonrió aportando una solución viable al problema de altura.

Creo que no habría drama, yo puedo volar.- Remarcó - No mucho, ni muy rapido, pero si puedo llevar conmigo uno por uno a cuestas mias para bajar más fácil, eso si, tendrán que pesar menos de 52 kg. Nos ahorraríamos algo de tiempo tratando de buscar un camino alterno, al menos yo solo podria bajar.

- Preferiría empalarme con mi propia Katana, - sonrie la joven ante la oferta del prepotente y arrogante tiparraco que, sin duda sigue los pasos del agente de policía neoyorkino que tanto la ha sacado de quicio en las instalaciones del D.C.M. - no te ofendas... - termina afilando aún más su sonrisa.

Es entonces cuando intenta imitar el canto de aquellos exoticos pajaros que han estado viendo por toda la jungla, llamandoles para que vengan a ella, sin conseguirlo.

- No conozco este tipo de pajaros... Si estuviesemos en Nueva York, - explica con cierta soberbia - al menos diez palomas hubiesen acudido y nos hubiesen buscado un lugar por el que bajar. - dice encogiendose de hombros - Tendremos que buscarlo nosotros. - sentencia echando a andar.

Alex se puso al borde con las manos en la cintura y mirando el horizonte... escuchó a Ian, escuchó a Abby. Se giró hacia ellos y ladeó un poco la cabeza.

Qué manía con volar - dijo con un suspiro, se agachó al suelo, solo poniendo una rodilla al suelo... y colocó una de las manos al lado de la rodilla - Con lo fácil que es hacer eso... ¡sujetaos!

La montaña empezó a temblar... pero no parecía que se moviera del lugar, se estuvo así unos segundos, unos minutos, quizás... y finalmente, se levantó, sacudiéndose las manos y dirigiéndose de nuevo al borde, donde estaba la cascada. Eso sí, habia cambiado. Ahora no estaba tan inclinada, es más, el agua corría por una especie de tobogán que bajaba hasta abajo, hasta la selva.

Pensé primero en unas escaleras... pero el tobogán será más divertido. Y total, ya vamos mojados - sonrió de oreja a oreja y esperó al primero que quisiera bajar, sino había nadie, ella misma sería la primera.

Andamos un largo trecho a través de la selva. Voy apartando ramas y arbustos con las manos, y en alguna que otra ocasión doy un tropezón con una raíz. Menuda excursión... Por el camino me voy distrayendo a ratos con pensamientos sueltos que me llegan a la cabeza.

Finalmente llegamos al barranco. Me rasco la barbilla intentando encontrar una solución al problema, pero mis compañeros se me adelantan. -Eso de volar parece viable, pero yo peso más de 52 kg. Tendrá que ser otra cosa...- comento, echándole un vistazo al panorama. Entonces escucho algo en mi cabeza. "Escaleras..." Frunzo el ceño. "No, tobogán más divertido..." Entonces veo como Alex se agacha y usa su poder para convertir el barranco de un tobogán.

-Eso ha sido... impresionante.- comento, sin acabar de creérmelo. Me acerco un poco asomándome por el barranco-tobogán. -Vaya...

Ian observa a los presentes tras sus palabras, pero se da cuenta de que con las únicas que podía son con las dos mujeres, ya que los demás son demasiado pesados para que salga bien.
Eric se miró un segundo así mismo ante eso de los 52 kg. mientras Alex, sonriendo os respondió para dejar de estar donde se encontraba hacía tan sólo unos instantes mientras una ráfaga de viendo se creaba a vuestro alrededor. El barro comenzó a volar hacía los lados, incluso alguna planta y cuando buscasteis con la mirada se había formado delante vuestro una especie de " tobogán " y Alex os miraba sonriendo desde la parte de abajo.

- Esto así es más fácil... - Dijo Dan divertido ante lo que acababa de hacer la joven. - Ian baja tú voldando si quieres, yo me encargargo de ellos.

Dan agarro la mano de Aby y la dijo: -  Comienza a bajar despacio y no te sueltes de mí. Una vez haya terminado de bajar ella tendrás que hacer exactamente lo mismo Eric.

Aby sólo le veía una laguna al plan y era que el hombre no se había ni movido del sitio y estabáis como a metro y medio de donde comenzaba el camino que os había hecho Alex.

Hecho!- Ian respondió sonriendo.

Miró hacia arriba, y al primer intento solo pudo despegar unos centimetros por encima del suelo, pero volvió a caer. hace mucho que no lo hago... - Volvió a concentrarse lo suficiente como para volver a intentarlo.

El segundo intento fué todo un exito, Ian comenzó a elevarse lo suficiente como para ir descendiendo por el acantilado.

Los veo abajo.- Decía a los demás, mientras iba descendiendo a velocidad media.

Comienza a descender tal y como le pide el agente del D.C.M. con gesto casi principesco tras soltarse de este y, una sonrisa de agradecimiento hacia la joven que transformó aquella ladera en un tobogán.

La muchacha parece no aceptar la ayuda del agente Smith, quien mira a Eric y se encoge de hombros al ver como la muchacha se dispone a bajar sola por la empinada pendiente.

Ian, no ha tardado nada en llegar junto a Alex y ambos observan a los demás al haber observado alrededor y no ver nada peligroso cerca.

La joven comienza a bajar cada vez adquiriendo más velocidad, pero consigue mantener el equilibrio y baja como si estuviera en la nieve con unos esquís. Al llegar abajo lleva bastante velocidad, pero consigue frenarse a algo menos de un metro de un árbol. Eso sí, ahora tiene barro casi hasta las ingles.

Dan mira a Eric asintiendo con una sonrisa, divertido ante la escena de la joven. - Si sabes bajar así y quieres perfecto, sino puedo ayudarte, aunque veo que todos por aquí parece que se creen totalmente autosuficientes.. Tú dirás. - Tiende la mano a Eric dispuesto a ayudarle si lo necesita.

Observo como Abby baja por el tobogán, sin la ayuda de Dan. Miro al agente, arqueando una ceja. -Creo que me decantaré por la opción segura.- le digo mientras le doy la mano.

-No me convendría para nada romperme algo. La resistencia no es precisamente mi punto fuerte...- le comento, comenzando a acercarme al tobogán, cogido de la mano del agente.

Eric comenzó a bajar con ayuda ayuda de Dan. Sin mirar atrás, dejándose resbalar camino abajo y sin soltar la mano del agente, consiguió poner sus pies junto a sus compañeros.

El agente, aún continuaba arriba, pero su brazo como si de un chicle se tratara, se había estirado a lo largo del camino de Eric. Al soltarle la mano, el brazo del hombre volvió a su posición normal sin tardar demasiado y quitándose las botas, comenzó a bajar por el camino que había hecho alez, aunque sin resbalar ni nada, caminando tranquilamente. Una vez abajo tiró las botas entre la hierba y se remangó los pantalones hasta las rodillas.

- Nunca he entendido por qué nos tienen que hacer vestirnos tanto. - Dijo sacudiendo su pelo empapado como si fuera un gato al que acaban de sacar del agua.

Una vez superado con éxito el primer bache, os disteis todos la vuelta para observar como a menos de un kilómetro estaba la primera de aquellas enormes rocas.

- Si no me equivoco, tenemos que llegar al centro del círculo que forman. Los militares han desactivado una montaña y media de trampas que había, pero eso no quiere decir que no pueda quedar ninguna, así que tendremos que ser cautos.

Al ver que todos bajaron, seguí manteniendo mi vuelo por el aire, flotando a unos pocos centimetros del suelo... Sin escaparme dos o tres risas en el camino por como ver que el muchacho no parecía tan rudo como solía aparentar.

Siguiendo las ordenes del oficial sobre aquellas trampas, suponía que era momento nuevamente de mi presencia allí. Yo puedo hacer algo-Me sostuve en el aire elevandome muchos metros más mientras mis manos una al lado de la otra comenzaban a brillar sacando pequeños chasquidos. Cuando concentré demasiada energía magnetica en mis manos, si una fuerte palmada provocando un eco metalico lo suficientemente grande como para ubicar las trampas que fueran de metal.

Mientras seguía flotando manteniendo las trampas en el aire, mis ojos se pusieron rojos mientras en todas aquellas trampas parecían estar circulando un pequeño punto rojo.

Prosigan, por el momento puedo controlar las trampas metalicas que hay alrededor de aquí, pero no sé si habrá mas por el camino. Avancen, cuando esten mas cerca de aquellas piedras, griteme oficial e iré con ustedes.

Ian utiliza su control del magnetismo para tratar de hacer algo con las posibles trampas que pueda haber, pero por la zona en la que estáis, tan sólo consigue que se acerque a él lo que parece un cepo dentado, un alambra, un mechero y un cargador con alguna bala mojadísima, que seguro que perteneció a alguno de los militares que se han quedado en el campamento.

Me quedo mirando a Ian, que usa su magnesitmo para tratar de ayudar con las trampas. Me quedo sin palabras al ver varios objetos metálicos que se acercan a él. -Me temo que no ha habido mucha suerte...- comento, mirando las piezas de metal que han salido de la espesura.

Miro a Dan, tratando de saciar mi curiosidad. -¿Qué tipo de trampas había por aquí, agente Smith? Más que nada para saber a qué vamos a enfrentarnos...- Ahora fijo mi mirada en la selva frondosa. En cualquier sitio puede quedar alguna trampa descuidada...

- Me temo que todas las que hemos encontrado eran bastante rudimentarias y como si llevaran años instaladas, pero muchos años.  En una de las enormes figuras de piedra por ejemplo, salío una flecha disparada al mover una piedra y mató a uno de los militares, porque se le clavó en una sién..

El agente hizo un gesto con la mano, imitando el movimiento de la flecha atravesando la cabeza de un soldado, pero no dijo nada más, le parecía que con lo que acababa de decir, quedaba claro a lo que debíais enfrentaros.

Alex estaba sonriendo esperando a todos, y cuando bajaron los últimos, se giró y siguió caminando tan tranquila y silbando alguna canción desconocida, escuchando al mismo tiempo sus conversaciones. 

Se le vio por primera vez cara de asustada, o más bien de asco, cuando Dan explicó lo de la trampa de la flecha.

Vaya. Pobre chico. - sentenció. 

Siguió caminando... pero sí, a cada paso miraba primero el suelo y cualquier cosa sospechosa que pudiera haber alrededor, y así hasta llegar al centro del círculo. 

Trago saliva, la verdad es que esto de la aventura lo pintan muy bonito en las películas, pero cuando lo vives en directo es mucho más complicado... Sigo a Alex por el trecho que nos queda, fijándome en todo lo que piso. E intentando no tropezarme con raíces o algo parecido.

Siento una extraña mezcla de angustia y emoción. No es precisamente un paseo por el parque, pero tampoco está tan mal. -Quien quiera que fuera el que escondió el libro, lo hizo bastante bien...

Camina detras de la mujer con el ceño fruncido, su pantalón esta hasta arriba de lodo y Yin... Mejor no hablar de Yin, que parece haber disfrutado revolcandose por el agua y barro mientras descendia por el tobogan.

- Sí, la verdad es que se han tomado muchas molestias... - respondió el agente a las palabras de Eric mientras comenzó a caminar también hacia el interior.

Llegasteis hasta la primera de las figuras de piedra. Parecía que intentaba ser la figura de una persona, ya que en la parte de arriba parecía tener una cara, pero los muchos años que debían llevar ahí las habían cubierto de hierba, musgo y las lluvias, también habían hecho su trabajo borrando los detalles que había podido tener.

Dan se acercó a la estátua y apartó unas hierbas. A la altura de vuesta cara, pudisteis ver grabado en la piedra un círculo exacto al que ahora llevabais vosotros grabado en la mano.

También comenzasteis a notar un olor bastante fuerte, como un aroma inconfundible a ¿ Azufre ? No parecía hacer ningún volcán ni nada parecido alrededor, así que os soprendió que oliera así.

No tardamos mucho en llegar frente a la inmensa piedra. No puedo evitar quedarme asombrado, aunque esté cubierta de hierba y musgo. Cuánto tiempo debe de haber estado eso ahí... Pienso mientras doy unos cuantos pasos hacia atrás, para apreciar completamente la figura. La piedra trataba de asemejarse a una persona, quizá.

Después de unos segundos veo como Dan aparta unas hierbas, entonces el símbolo se hace visible. Mi rostro se vuelve firme, y el asombro se borra. Este debe de ser el lugar. Me acerco lentamente al agente, y entonces comienzo a sentir ese fuerte olor...

Me llevo la mano a mi rostro, tapándome la nariz y la boca. -¿Por qué huele así? Es extraño...- Sigo observando el símbolo, pero menteniéndome detrás de la protección del agente.