Partida Rol por web

Prefiriendo no contestar a la moza ¿de que serviría? Vuelve a las esferas y se prepara para abrir la siguiente.

El clerigo respiró profundamente y se drigió a la segunda esfera. Antes que nada murmuró - "Elzid" - mirando con cuidado a las figuras, sin embargo estas permanecieron bien muertas en sus respectivos sitios en la pared - Elzid - volvió a decir mientras abría la segunda de las esferas con cuidado y echaba un vistazo a su interior.

Esta vez no hubo sorpresas, por lo menos de parte de las imágenes de las paredes. Al mirar dentro de la esfera lo que vio fue un libro. Con cuidado lo abrió y echó una rápida mirada, había oido cuentos demasiado desagradables sobre los libros de los magos, sin embargo la escritura era mundana

Las primeras anotaciones del libro relataban sus experiencias mágicas. No era agradable. Experimentos con cadáveres. Trasmutaciones alquímicas. Investigaciones con venenos. EL clerigo, asqueado, pasó rapidamente las páginas hasta llegar a la última. Asombrado por lo que leía en ella terminó haciéndolo en voz alta

"Pasaré esta tarde recogiendo flores para ella, solo las que se le puedan equiparar en belleza aunque, claro está, ninguna flor puede llegar a serlo tanto. Pero debo guardar para mi estos pensamientos, puesto que noto como Zotzpox vuelve. Que cruel es Zotzpox! Nunca deberá enterarse de esto. Quizá debería devolverlo al lugar donde vino. Ya no es confiable. Quizás deba desterrarlo y buscarme otro familiar. Quizás un gato, o un águila. Esos animales serán una digna compañía para mi amada"

- Ahhhhh! - El suspiro surgió de los labios de Noreen - Ese era mi Elzid - murmuró mientras sus ojos, embobados miraban el libro con ansias - Vieron que no era malo! - amonestó a todos los presentes - Solo quería buscarme flores y... y... - La doncella no terminó su frase. Repentinamente se dio cuenta que, si no estaba aquí, con sus tesoros, probablemente el mago había muerto. Un llanto profunto y sentido surgió de sus adentros.

En un gesto inesperado el bárbaro se acerco a Noreen y la abrazó para tratar de consolarla, parecía que incluso el duro corazón de Rakas se había ablandado ante la desdicha de la muchacha. - No deberías llorar, aunque Elzid no haya aparecido, eso no implica que esté muerto, quizás escapó con alguno de sus trucos.- Las palabras sonaba sinceras, pues incluso él se las creía, desconfiaba de los magos lo suficiente como para creer que no era nada fácil deshacerse de ellos.

Con unas palmadas suaves en la espalda se separo de la joven ligeramente mientras esta hipaba restregándose las lágrimas.-Aun quedan dos esferas por ver, quizás encontremos alguna respuesta en ellas, quizás el paradero.

Entre hipidos y llantos escuchan la voz de la niña que finalmente se decide a hablaros - Yo... este... quisiera pedirles un favor - comienza

- Uds son los que me rescataron y combatieron contra todos los seres extraños que aparecieron por aquí, así que es justo que se queden con lo que encuentren... pero... ese libro, podeis dejarmelo? Sería un recuerdo de mi amado - Parece que aunque llorosa, poco a poco va aceptando la muerte del mago

- Por favor, esas frases finales son las que el solía decirme, aunque Uds, ni nadie, no me hayan creido el era bueno - con los ojos suplicantes, los mira uno a uno esperando que le permitais quedarse con el libro - Por favor... -

Nada, es una mala racha, ya verás como pronto volvemos a la normalidad.

Pero ¿Estoy leyendo bien? ¿Como puede creer nuestro gran directador que ha dicho algo que nos ha molestado? ¡Por favor! No me cabe eso en la cabeza, con lo majo que eres ;)

En mi caso también coincide que estoy en más partidas que antes y mis roleos están menos focalizados, pero he hecho mal, muy mal. Esta es mi primera partida, la más activa, y la que mejores momentos me ha dado. No me gustaría que perdiera ni un poquitín.

El hechicero se apoya en una pared, la herida que ha sufrido ha sido demoledoras y se siente muy cansado a causa del uso de la magia.

Gliadel, puedes mirarme esta herida, ha sido un corte muy feo

Gliriel, olvidando el peligro se acerca acompañado por el perro hacia sus compañeros que hojeaban el libro. Al parecer las esferas guardaban objetos interesantes. El gnomo detuvo la vista en el libro.
Hmm.. Quizá en el libro haya alguna información útil sobre cómo puede haber explotado la torre... ¿quizá algún experimento?
y luego en las esferas que aún no fueron abiertas. Se acerca a una y la abre.
ELZID.

Que no haya una trampa, que no haya una trampaaa...

El pequeño druida pronunció la palabra "mágica" y cuando las dos esferas cerradas borbotearon en azul, abrió una de ellas. Cual sería su sorpresa cuando del interior sacó un viejo morral. El mismo, con un gran bolsillo central y dos más pequeños a sus lados, estaba ajado y con evidentes marcas de uso.

Al levantarlo parecía vacío, el peso, la falta de sonidos, el estado general del mismo daban a entender que estaba vacío... y que era bastante antiguo.

Hasta ahora, el "tesoro" del mago dejaba bastante que desear. Un montón de monedas de cobre, el diario del mago y finalmente un morral en mal estado. Para eso habían combatido con las imágenes? Que sentido del humor más retorcido parecía tener el aparentemente difunto mago.

Arza seguía pensando en el hecho de tener que decir palabras para las esferas. Era tan raro y retorcido como la mayoría de los magos de los que había oido hablar.
Aunque lo de las palabras le hizo recordar el pergamino que encontró donde estaba Noreen.
¿Cómo eran las palabras escritas? Entonces, como si una vela se encendiera se acordó de ellas.
¿No habría que decir las palabras del pergamino que encontramos antes?
Y sin esperar respuesta dijo con voz alta y clara:
KISSIMISK Dejó pasar un segundo y continuó con las otras dos palabras, éstas de seguido THISSUM THOSSUM

Menzo se acordó de algo -¡Cuidado! Aún no hemos visto a la serpiente...ese morral me da muy mala espina. Si yo tuviera que guardar una serpiente, la guardaría en un morral como ese. Con tiento, abridlo con mucho tiento.

Rakas no sabía leer y hasta hacía un tiempo nunca se había planteado aprender o que resultara útil de modo que no vio ningún problema en que Noreen guardara dicho diario si la hacía ilusión, además por la cara de Gliadel no debía contener cosas demasiado agradables.

- Si mis compañeros no tienen problemas el diario es tuyo.- No tenía mucho más para consolar a Noreen, sintiendose incómodo con la situación dejó a la chica con sus pensamientos para reunirso con sus amigos y ver que más contenían las esferas.

- ¿Un morral?, un viejo y jodido morral, ¿eso es todo?. Arrrrg la verdad que no os entiendo a los magos, ¿porqué proteger estos objetos si su valor es tan escaso?.

Cuando el pícaro pronunció la primer palabra del pergamino, no pasó nada, sin embargo, al pronunciar las otras dos, les pareció oir un golpe metálico dentro de la esfera que aún permanecía cerrada. Fue solo un instante, al acercarse nuevamente el silencio en la misma era total

- Gracias - la voz de Noreen ante el ofrecimiento del bárbaro fue sincera - realmente me gustaría mucho guardarlo - le contestó sin preocuparse por las restantes esferas. Ella ya tenía SU tesoro.

-¿que ha sido eso?, Arza parece que esas palabras han hecho efecto en lo que hay en la esfera, tal vez sea la serpiente que todabía no hemos encontrado, a lo mejor hemos tenido suerte y son las palabras para controlarla, bien, esta vez seré yo el que se arriesgue-, EL mago se acerca a la última esfera y pronuncia las palabras EL ZID en alto para luego abrir la esfera.

Olvidándose de los "tesoros" antes descubiertos, Ecthelión se concentró en la cuarta esfera. Con cuidado, atento a retirar las manos en cuanto notara algún movimiento, nombró al mago y con la luz tiró de las asas de la esfera.

Por suerte no pasó nada, en el fondo de la esfera observó una enorme víbora, aparentemente metálica. La "capucha" bajo su cabeza la hacía ver similar a un cobra y los dientes, tan metálicos como el resto de su cuerpo supuraban un especie de líquido verdoso que, supusieron, no sería agradable tocar y menos dejar que penetrara en vuestro cuerpo.

Sin embargo el elfo, prudentemente prefirió no tocar el negro cuerpo del reptil, metálico o no, quieto o no, no parecía seguro hacerlo.

Las cuatro esferas estaban abiertas y aparentemente habían descubierto todos los tesoros del mago. Ya habían rescatado a la doncella. La misión aparentaba estar cumplida.

Esas palabras para dominar la víbora ¿Cuales serán? Anteriormente utilizamos unas, pero creo recordar que eran para otro uso diferente. ¿Cuales eran, recuerda alguien? ¿Eran las del pergamino? Repite Arza las palabras por ver si la víbora reacciona.Por favor Noreen, ¿puedes mirar si en el diario viene algo al respecto? -Preguntó Menzo mientras apartaba las monedas de la esfera por si éstas ocultaban algo de mayor valor debajo de las mismas. -Pues si la serpiente está ahí...¿Qué hay en el morral? A Menzo se le acumulaban las tareas en su amarillenta cabeza una vez más.

Se queda pensativo ante la petición de la doncella sin saber que hacer. No se había leído todo el libro pero lo había hecho lo suficiente como para imaginar que probablemente contuviera informaciones muy peligrosas: - Lo siento Noreen, pero este libro no es para ti. El Elzid que está aquí no es el que tú conociste, al menos en su mayoría. - Abre el diario y con sumo cuidado arranca la página donde se hace mención a la chica y a la voluntad de reconversión de Elzid. La dobla finamente y se la entrega. - Esto si te pertenece. Lo importante es que te quería y aquí lo tienes, lo demás no importa, pero podría ser peligroso para alguien como tú y como yo. - Se acerca al mago y le entrega el diario. - Mejor que lo tenga alguien que lo entienda. Además, te doy mi palabra de que si encuentro cualquier cosa que te concierna te lo haré saber. - Dice con una mano en el pecho y buscando en los ojos de la chica su aprobación, con cierta lástima. Que triste historia esta. - A ver, deja que vea esas heridas Dramir.