Partida Rol por web

El clerigo os mira un momento y finalmente toma su decisión - Pues teneis razón, sería una pena que no sepais con que contais - os dice mientras abre el saco y saca varios objetos

- En el monasterio no tenemos tantas reliquias, pero entendemos que quizás esto os podrá ayudar - empieza mientra toma el primero de los objetos, una maza pesada - Esta maza es mágica, no solo permite a quien la use tener más posibilidades de hacer daño, y qu este sea mayor, sino que es particularmente efectiva contra los muertos vivientes. Es incluso capaz de destruirlos de un solo golpe -

Con cuidado siguió sacando objetos - Este cinturón le da más fuerza a quien lo porta y estos brazales le brindan agilidad - continúa mostrándoles un cinturón de cuero y uno brazales - Por otro lado, este anillo - comenta al mostrar un simple banda de acero - permite conjurar un escudo que no molesta al moverse -

- Finalmente esrá el tema de la licantropía...- el clerigo hace una pausa y os mira con cuidado - No hay pociones para eso, pero si antes de los tres días de haber sido mordido os acercais a este templo me comprometo a derramar la bendición de Pelor sobre quien lo necesite -

El clerigo vuelve a guardar los objetos en su bolsa y os mira complacido - Teneis rezón, necesitais descansar, se nota en vustros cuerpos que no han sido dias sencillos. Pensadlo un poco y, si aceptais la misión tendré mucho gusto en daros estos objetos y rezar al señor del Sol para que podais destruir esa locura -

Los objetos que mostró Galezas eran realmente interesantes, logicamente acordes con la misión que parecía plantearseles, de todas formas Rakas no tenía todas consigo, seguramente aquella locura continuase en unas semanas, podrían echar un vistazo a lo de los barcos antes de aceptar, lo difícil sería hacerselo ver a Gliadel.

- Entonces volvamos cuanto antes a la taberna, no se nos enfrie la comida, uno piensa mejor tras un buen descanso. Mañana por la tarde creo que podremos dar una respuesta.- Sonriendo ligeramente abrió la puerta para salir y espero a que sus compañeros lo acompañasen. Si aceptaban tendrían duras jornadas por delante, sería estúpido preocuparse y malgastar el que podría ser su ultimo día tranquilos.

Los ojos de Gliriel se encendieron al ver el anillo, los guanteletes y el cinturón. Objetos mágicos como esos no se veían todos los días, y el gnomo deseaba tenerlos todos para él.

Será una misión peligrosa... Seguramente no la aceptaría si no estubiesen esos objetos de tanto valor en frente mío.
Definitivamente, necesitaremos todas nuestras fuerzas para poder llevarla a cabo y regresar vivos. Así que, ¡nos vemos mañana Señor Galezas!

Diciendo esto da media vuelta y comienza a trotar hacia la taberna, donde una deliciosa cerveza esperaba por él.
Una vez adentro, comienza a beber la cerveza que no pudo empezar cuando llegó Gliadel.

¡Así es la generosidad de Pelor con los valientes! - dice sonriendo Gliadel, al examinar los rostros iluminados de sus compañeros por los objetos. Incluso notó el propio brillo de los ojos al ver aquella maza ¡En vida le habían dejado tocarla en el monasterio! - Galezas. Cumpliré la misión, doy mi palabra, solo o acompañado, aunque tenga que bajar a las puertas del mismo infierno. Pelor me quiere para esto. Sin embargo… - la voz de Gliadel se diluye en un suspiro para sí. - Esta codicia que he sentido ¿no debería devolver al monasterio los objetos que utilice después de la misión? Uno no debería ser recompensado simplemente por cumplir con sus obligaciones… - Está bien. Vamos a cenar. – Decide aplazar estos pensamientos para más tarde, tras llegar a la firme conclusión de que con el estómago vacío no se piensa demasiado bien. – Galezas. – Le dedica una formal pero sentida reverencia. – Me alegro, mucho, de volver a verte. Pero mis amigos…

El clerigo parece adivinar las dudas de Gliadel y aclara - Si conseguis cumplir los designios de Pelor podeis quedaros con los objetos. Llamemoslo una... eh... recompensa por por los servicios prestados -

Al ver como se van retirando acota - Yo estaré aquí. Disfrutad de esta noche y tomad vuestra decisión. Que Pelor os haga sabios - Luego baja la cabeza, escondiendola en sucapucha y se entrega a lo que suponen es un ejercicio de meditación

El grandullón fue dejando que sus compañeros salieran esperando en último lugar a Gliadel, cuando este salió se acercó a él y le posó la mano en el hombro.- Sabes que te seguiré a donde sea, le debo una a tu gente, además esos objetos son una recompensa más que suficiente para cualquier aventurero.

Una sonrisa asomó al rostro de Rakas mientras hablaba con el joven clérigo, retrasándose lentamente, la sonrisa dió lugar a una extraña expresión, mucho más tratándose del bárbaro, este parecía cohibido, pensativo ante lo que quería decir.-Necesito pedirte un favor, ¿podrías enseñarme a leer y escribir?, ya sé que suena raro, pero creo que no me vendría mal. Podría hacerme con algún libro donde Loren y durante nuestros viajes ir aprendiendo. A cambio yo te enseñaré a manejar cualquier tipo de arma que desees.

Aquella era una de las pocas ocasiones en las que Rakas aparentaba sus diecisiete inviernos, ligeramente ruborizado y esperando la contestación de su amigo, se quedó parado.

Una vez de regreso a la mesa, Menzo no pudo evitar plantear la pregunta que a todos merodeaba en la cabeza; miró a Rakas de refilón sabedor de que el bárbaro estaba tentado por acudir en busca de esos barcos desaparecidos y luego pasó la mirada hasta el clérigo que por supuesto, quería satisfacer a su superior.-Si regresamos e intentamos solventar el misterio de Galezas y los sueños...no se si aún llegaríamos a tiempo de poder realizar la otra empresa... la de los mercaderes. Sinceramente, entre ayudar a unos desconocidos y ayudar a Gliadel a que gane puntos ante su superior...casi que prefiero ayudar a Gliadel ¿Qué opinais vosotros? ¿Además esa "peazo" maza...eh Gliadel?

La idea de esos objetos no está mal, pero también hay que tener en cuenta que la recompensa por solucionar lo de los barcos puede ser bastante grande.
Aún cuando decía esto, Arza pensaba en uno de los objetos que comentó el clérigo de Pelor, aunque eran varios los que podían resultar útiles.
De todas maneras, sería mejor ir primero a ver a Loren; mirar para hacer las compras necesarias y después decidir mejor qué hacer. Puede que lo que vayamos a hacer dependa también de lo que podamos hacer con el equipo que tengamos.

No creo que sea mi equipo quien determine mis actos. estimado Arza, sino mi conciencia. Lo logico sería determinar qué hacer y luego comprar el equipo necesario; estoy seguro que el señor Loren guarda en ese agujero todo lo que necesitemos...siempre que podamos pagarle, claro está.

Creo que deberíamos dejar eso para mañana, y ahora relajarnos y brindar porque salimos victoriosos, y nadie murió.
¡Tabernero, una ronda de cerveza para todos los presentes, por favor! ¡y otra más para mi!

además quiero comer algo, si es posible.

Gliriel ya se había bebido velozmente la primera jarra y estaba comenzando a ponerse contento.
Relajáos, compañeros. Relajáos hasta mañana.-decía con una sonrisa.

Noreen trajo las jarras de cerveza y una serie de platos. Había para todos los gustos. Dulce, salado, incluso agrio. Pan, fiambres, unos cuencos con un sabroso guisado, un par de aves asadas, un pernil de cordero y una serie de ensaladas de las mas extrañas verduras

Algunos pobladores se acercaron al mesón y tras una breve charla con los posaderos se acercaron a felicitarlos.

No parecía gente de muchas palabras, pero estaba claro que apreciaban lo que habían hecho. En un rincón, el bardo comenzó a desgranar una melodía, tratando de ponerle música a la gesta que el bárbaro había comentado.

Todos estaban felices. Los posaderos estaban cumpliendo, sería una agradable fiesta y estaba claro quienes eran los invitados de honor. Poco a poco, cada uno de los presentes proponía un brindis - Por los héroes - escucharon una y otra vez mientras la pequeña Noreen se desvivía por que sus copas no estuviesen vacías ni sus manos libres de algún alimento

El hechicero permanecía detrás del grupo como era habitual, no hablaba casi nada y se divertía escuchando los comentarios de sus compañeros. Cuando escucho la oferta de Galezas estuvo durante mucho tiempo debatiendo con sigo mismo sobre el paso ha dar.

Esto, chicos, yo voto por ayudar a Galezas, despues de todo es amigo de Gliadel

- Me parece una gran idea, Rakas - cubre con su brazo la espalda del bárbaro en un gesto de exhaltación amistosa. Aunque esta resulte demasiado ancha para que el brazo del clérigo le llegue apenas de hombro a hombro.- ¡Me encantaría enseñarte! Seguro que no tardas nada en aprender. Luego vamos a mi maestro, digoo a Galezas y le pedimos algún libro sencillo, papel y pluma. La orden de Pelor es generosa con los que buscan sabiduría.- dice entusiasmado.- ¿Y me enseñaras a utilzar esa guja? Venga porfiii, di que sí, venga venga...

Mientras empezaba a dar cuenta de la comida y la cerbeza, el mago escuchaba las opiniones de sus compañeros -yo por mi parte lo tengo bastante claro-, se sirve un buen trozo de carne y le unió una buena guarnición de verduras -lo tengo tan claro como Gliadel-dijo sin quitar la vista del plato.