Partida Rol por web

-Nosotros no hemos matado a nadie!!!. Grita una de ellos nervioso. Sacan unas espadas cortas, baratas y mal cuidadas, mientras retroceden.

-Soltar las armas o será peor. Dice Sinat seriamente mientras avanza hacia ellos pon un lado y Mirren por el otro. Dos guardias más ocupan la puerta impidiendo el paso y el resto de clientes han desaparecido ya por las puertas que dan al interior de la sala.

-Sabemos muy bien los que les pasan a los que arrestáis por esta clase de crímenes, nosotros no hemos sido, sois las víboras del gobernador. Los hombres se lanzan contra ambos jefes de la guardia.

Sinnat recibe un tajo y este le devuelve el golpe al bandolero, en cambio el otro guardia falla el golpe y Mirren le da un tajo con la gran hacha.

Perforas la garganta del pobre desgraciado, que en dos segundos se ahoga con su propia sangre y acaba muriendo en el suelo manchando las alfombras.

El otro Bandolero es alcanzado por un virote que sale de una de las paredes interiores de la casa, es alcanzado en un hombro y de pronto el hombre cambia a un color morado y cae al suelo expulsando espuma por la boca.

De una puerta sale Mama K con una ballesta entre las manos, escupe sobre los cadáveres de los pobres desgraciados muertos.

-Nadie golpea a una de mis chicas y vuelve a mi local como si nada.

Los guardias se quedan un momento parados y finalmente el cabecilla se aparta a un lado dejándote pasar.

-Lárgate y que no vuelva a verte por esta ciudad. Te dice el guardia con una media sonrisa. Los dos guardias empiezan a atar las muñecas de la gente, algunos lloran y otros se resisten recibiendo algún puñetazo que los deja aturdidos, el tiempo suficiente para que los hombres les aten. El joven clérigo se lanza intentando evitar que arresten a las gentes de la capilla y uno de los guardias le golpea con una porra en la cabeza dejando al joven clérigo en el suelo aturdido y con algo de sangre saliendo de la herida de la cabeza.

Tu abuelo te mira, aún molesto por la reunión de los clanes, sacando un poco los dientes bastante enfadado.

-Primero habla con los del templo para ver si saben de algún sitio donde conseguir mineral en el bosque!!! Te gruñe irritado. Luego ya veremos si se puede extraer y a cuantos del clan enviamos. Vuelve a golpear el mithril bastante furioso, pero sin fallar ninguno de sus precisos golpes. Lo que me faltaba, que no se me escuche en mi propia casa.

Sales finalmente hacía el templo de Mielikki y ves a tres guardias arrestando personas en la pequeña capilla que es el templo. Un joven clérigo de la Diosa es golpeado con una porra cuando intenta detener el arresto, cayendo al suelo con una herida a la cabeza. Ves al elfo que te compro las dagas hace un rato, abandonando el templo a la vez que tu llegas, pero cuando golpean al clérigo vuelve sobre sus pasos sacándolo.

Me acerco al clérigo y le curo. Una vez curado, le ayudo a levantarse. No dejo de mirar a los guardias por sí intentan atacarme.

Esperaré a que los guardias se vayan par hablar con el joven clérigo...

(Recuerda que aún sigo con la espada desenfundada).

Todo sucede en tan solo unos instantes, uno de los hombres arremete contra Sinat con su espada logrando asestarle un pequeño corte del cual el experto guerrero ni se queja. Acto seguido contemplo con una mirada vacía y desprovista de emoción como el bandolero se desploma contra el suelo sangrando con un agujero en la garganta. 

¡ Maldición esa mancha no sera barata de quitar ! - pienso al ver que la sangre comienza a manchar una de las alfombras. - Y encima Hamil esta muerto, de donde saco yo ahora una alfombra de calidad...

El sonido de un gorgoteo hace que deje de mirar la mancha cada vez más grande de la alfombra para fijarme como agoniza el segundo de los hombres, herido por lo que parece ser un virote envenenado. Al mirar de donde proviene veo a Celestine y no puedo evitar sonreír y hacer un leve gesto con la cabeza.

Limpio mi estoque con la ropa del cadáver y lo vuelvo a guardar en el carcaj. 

- Veo que hay cosas que no cambian. - digo mientras vuelvo hacia la barra para continuar con mi desayuno como si nada de esto hubiera pasado. 

Los dos cadáveres son recogidos por los guardias y llevados fuera, unas chica salen por la puerta cercana a la barra y retiran las alfombras, sustituyéndolas por alfombras nuevas. Los ojos de Mirren te observan, medio escondidos entre el cabello y su barba y gruñe finalmente.

Por los martillos de Moradin, pero si sigues vivo. Te dice el enano sorprendido. Mira fuera como los guardias cargan los cuerpos en un carromato y finalmente dice. Yo tengo que terminar mi turno, supongo que Sinnat te contara como están las cosas en la ciudad, me alegra que hayas vuelto jovencito.

- Os agradezco de nuevo la comida, pero no es necesario. Me lo prohiben mis votos. No es de extrañar que Sutolonte hiciera tantos viajes, un druida que se precie no soportaría estar mucho tiempo en una ciudad tan grande sin rodearse de la naturaleza, pero me extraña que le pasase algo siendo tan experimentado. Lo de el cambio en las plantas me intriga, lo investigaré mañana al amanecer. Me siento con ella, pero no pruebo bocado. - El Cuerno del Unicornio, decís. Una posada con aventureros será un lugar agradable y alegre. Siempre me han gustado, las gentes suelen comportarse más abiertamente con un par de cervezas encima. Me gustaría que no se empeñaran en pelearse continuamente pero que le vamos a hacer.

Al escuchar el alboroto fuera, me giro y pregunto: - ¿Es normal que a estas horas ocurran este tipo de situaciones? Si me dice que no, - quizás sea buena idea salir a comprobar la situación. Por favor, permitidme acompañaros. Salgo fuera a la capilla a ver qué es lo que ocurre. 

-No, no es normal. Laurana parece pensar en algo y su expresión pasa del horror al odio. Sale directa a la puerta abriéndola de golpe y viendo al fin la terrible realidad. Tres guardias se encuentran en la capilla, deteniendo a las gentes que habían venido a rezar. Ves a Marcel tirado en el suelo con una herida en la cabeza y a a un elfo lunar, que parece que le intenta ayudar. Los guardias golpean a los que se resisten, golpeándolos mas de lo necesario. Lo que mas llama la atención aparte de esta monstruosidad y abuso, es que los guardias no les ponen grilletes, si no que les atan las muñecas con cuerdas, como si fueran animales de granja. Ves finalmente llegar a un enano con armadura, que se queda en la puerta mirando asombrado por un segundo.

Laurana se encara a uno de los guardias, gritándole de manera amenazante, pero este se ríe en su cara y le da la espalda, como si la presencia de la sacerdotisa fuera insignificante.

No puedo evitar soltar una risotada ante la sorpresa de Mirren, el cual aun no ha terminado su turno y esta pendiente de sus muchachos. 

- Eso espero. - respondo a su pregunta y alzo mi copa hacia él - Ya tendremos tiempo de brindar con unos buenos tiros de "aliento de dragón" capitán. - digo despidiéndome del enano, aun que antes de que salga de la casona me acerco y le susurro que mantenga mi llegada aun en secreto, tras ello, vuelvo a la barra.

- ¿Precisas ir a un templo a que te miren eso? - digo hacia Sinat por lo de su herida - Moza ¿tenéis algo de comida por aquí? A Mirren no le gusta verme luchar con el estomago vacío. - pregunto hacia una de las chicas - ¿Y bien? - me quedo mirando unos instantes al semielfo, un amigo al que hacia tiempo que no veía.

- ¡Qué es esta salvajada! Detened esta violencia! Grito mientras salgo corriendo y me interpongo entre los guardias y los feligreses. - No voy a permitir estos actos en el templo de un Dios pacífico. ¿Habéis golpeado a un miembro del clero de Mieliki? ¿Quién es vuestro señor? ¿Qué delito han cometido estas gentes para ser tratados así? Espero una respuesta por parte de los soldados mientras me encaro con todos ellos. 

me dirijo hacia el elfo con intención de ayudar al clérigo y de paso enterarme que esta pasando, por medio de él (el elfo) y si esta bien el clérigo también. que esta pasando aquí maese elfo?

El enano se ríe por tu comentario y finalmente asiente a las palabras que le susurras, levanta la mano en señal de despedida y se marcha en un carruaje con sus hombres y los cadáveres.

La chica asiente y se va a la cocina, mientras Celestine le da ordenes a sus chicas para acomodar la sala lo mas rápidamente posible. Sinnat se mira el corte y recoge las eespadas de los dos bandoleros, examinandolas con ojo crítico.

-Es un corte de nada, pero las espadas tenían mas mierda que un Gnomo rebuscando entre tumbas. Tendré que pasarme a ver a Laurana para que me de algunas hierbas. La joven vuelve poniendo en la mesa un trozo de pastel y un cuenco con frutas, te sirve ootra copa de vino caliente y se retira ayudando a las demás a limpiar la sala. ¿Que tal el viaje? Pregunta finalmente el semielfo, mientras moja un pañuelo en un vaso de alcohol y se lo pone en el corte.

El enano herrero de antes, el que te había vendido las dagas, llega al templo. Se dirige a ti mirando extrañado el panorama y finalmente te pregunta.

-¿Que esta pasando aquí maese elfo? Dice mientras os mira a ti y al clérigo. Los guardias siguen arrestando a la gente, riéndose cuando alguien intenta huir o resistirse y dándoles un golpe y tirándolos al suelo. La sacerdotisa sale de la habitación con el hombre con vendas y se encara gritándole a uno de los guardias, pero este le da la espalda ignorandola. Entonces el hombre que la acompañaba se interpone entre los guardias y la gente.

- ¡Qué es esta salvajada! Detened esta violencia! Grita el hombre de las vendas, mientras corre para ponerse en medio de ellos y las gentes.  - No voy a permitir estos actos en el templo de un Dios pacífico. ¿Habéis golpeado a un miembro del clero de Mieliki? ¿Quién es vuestro señor? ¿Qué delito han cometido estas gentes para ser tratados así? Dice mientras se encara a los guardias. Entonces el que parece el líder se ríe y le responde.

-Malditas ratas de cloacas, os reproducis como las moscas. Le señala con el dedo y grita a sus dos compañeros. Apresad a ese vagabundo. Los dos guardias avanzan con una sonrisa cruel y levantan sus garrotes, fallando el golpe. Entonces al que han llamado vagabundo empieza a desarrollar un aspecto animal, convirtiéndose en pocos segundos en un enorme oso. Los dos guardias huyen despavoridos por la puerta y el líder mira con odio al oso. Asquerosos come hojas, esta te la devolveré.  El líder llega a la puerta y mirando una vez más con odio y desprecio, abandona el templo.

El enano se dirige al elfo y a Marcel, mirando extrañado el panorama y finalmente les pregunta a ellos.

-¿Que esta pasando aquí maese elfo? Los mira a los dos, observando sin entender el panorama.

Entonces el que parece el líder se ríe y te responde.

-Malditas ratas de cloacas, os reproducis como las moscas. Te señala con el dedo y grita a sus dos compañeros. Apresad a ese vagabundo. Los dos guardias avanzan con una sonrisa cruel y levantan sus garrotes, fallando el golpe. Entonces empiezas a desarrollar un aspecto animal, convirtiéndote en pocos segundos en un enorme oso. Los dos guardias delante de ti gritan y huyen del templo. El líder te mira con odio. Asquerosos come hojas, esta te la devolveré. El líder llega a la puerta y mirando una vez más con odio y desprecio, abandona el templo.

Los guardias siguen arrestando a la gente, riéndose cuando alguien intenta huir o resistirse y dándoles un golpe y tirándolos al suelo. La sacerdotisa sale de la habitación con el hombre con un hombre con vendas y se encara gritándole a uno de los guardias, pero este le da la espalda ignorandola. Entonces el hombre que la acompañaba se interpone entre los guardias y la gente.

- ¡Qué es esta salvajada! Detened esta violencia! Grita el hombre de las vendas, mientras corre para ponerse en medio de ellos y las gentes.  - No voy a permitir estos actos en el templo de un Dios pacífico. ¿Habéis golpeado a un miembro del clero de Mieliki? ¿Quién es vuestro señor? ¿Qué delito han cometido estas gentes para ser tratados así? Dice mientras se encara a los guardias. Entonces el que parece el líder se ríe y le responde.

-Malditas ratas de cloacas, os reproducis como las moscas. Le señala con el dedo y grita a sus dos compañeros. Apresad a ese vagabundo. Los dos guardias avanzan con una sonrisa cruel y levantan sus garrotes, fallando el golpe. Entonces al que han llamado vagabundo empieza a desarrollar un aspecto animal, convirtiéndose en pocos segundos en un enorme oso. Los dos guardias huyen despavoridos por la puerta y el líder mira con odio al oso. Asquerosos come hojas, esta te la devolveré.  El líder llega a la puerta y mirando una vez más con odio y desprecio, abandona el templo.

No se lo que está pasando señor enano. Es lo que me gustaría saber.

Al joven chico que estaba curando, le digo: Por favor dígame lo que ocurre en la ciudad. ¿Por qué se están llevando a estas personas? ¿Han cometido algún crimen? ¿Por qué unos guardias atacan dentro de un templo? ¿Eso no está prohibido? (se lo digo mostrando preocupación por la situación).

(Que demonios está pasando en esta ciudad... Vine buscando pistas de un dragón azul y me encuentro que los guardias están corrompidos, el guardia de antes me deja entrar sin problemas y éste me quiere arrestar...¿Estará bien Lurina? ¿Se habrá topado con uno de estos indeseables guardias? Tendré que irme una vez me digan que pasa en este lugar, si no me dicen nada me iré, no voy a perder más tiempo) (lo que piensa Thalion).

Después del pequeño incidente de antes parece que le negocio vuelve rápidamente a la normalidad gracias a las ordenes de Mama K y la experiencia de las chicas. Observo a Sinat examinando las espadas herrumbrosas con ojo critico. 

Han pasado tres años ¿cuanto has cambiado? - me pregunto al contemplar al semielfo. Al fin se sienta, un tanto más relajado - si es que Sinat alguna vez se relaja - en la barra junto a mi. Una joven me sirve la comedida pedida y  después se retira a ayudar al resto de chicas. 

Eso me recuerda a... - pienso al oír las palabras del capitán, pero vuelvo a concentrarme en él. Me gustaría ir a la zona de los templos, pero aun no he tenido tiempo de pensar como. Bueno un vistazo rápido no hará ningún mal. - recapacito cuando menciona a la sacerdotisa de Mieliki. Sinat pregunta y yo contemplo distante la superficie rojiza del vino antes de contestar:

- Bueno, he conocido otros capitanes de guardia... - digo encogiendo mis hombros - Pero ninguno era capaz de seguirme la pista como tú o de beber tanto como Mirren. - digo mientras bebo un trago de vino y sacudo mi cabeza en actitud negativa - He vuelto y no tengo nada. - contesto con voz seria y apagada, apretando mi puño unos instantes con bastante fuerza - Pero bueno, la ciudad hará que este entretenido hasta que esos magos den con un método. - finalmente me bajo del taburete y busco a Celestine con la mirada antes de añadir hacia el semielfo - Vamos. Tenemos que hablar de muchas cosas. 

Si no encuentro a Celestine preguntare a una de las chicas por ella, haciéndome pasar por montaraz. Una vez la vea le diré lo mismo que a Sinat y esperare a que estemos en un lugar privado en el que poder hablar.