Partida Rol por web

Nueva galería de almas

Capítulo Cuarto

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27/01/2021, 20:52
Director de Juego

Las grises tumbas rodean al grupo como si se tratase de un conjunto de callejones de cualquier suburbio de ciudad. El olor a muerte y podredumbre en el aire es palpable, aunque sin llegar a ser mareante. Las cenizas de millares de cuerpos calcinados caen sobre ellos como nieve que mancha lo que toca en lugar de mojar. Los mausoleos se elevan hacia lo alto, algunos de ellos grandes como edificios, y las escasas criaturas que han sufrido la muerte verdadera brilla por su ausencia en ellos. Frente a los tres miembros del grupo de investigadores que aún siguen en la Ciudad Verdadera se encuentra, como obra de magia, Isaiah Green que, según sus propias palabras, lleva cuarenta años vagando por ese lugar.

Cuarenta años. Como el tiempo que permaneció perdido por el desierto el pueblo de Israel antes de que Dios le autorizara a entrar en la Tierra Prometida. Como los días y las noches que el arca de Noé estuvo flotando sobre el Diluvio Universal. Como los días que permaneció Jesús de Nazaret en el desierto antes de comenzar su vida pública. Quizá se trate tan sólo de una casualidad o quizá tenga algún otro significado más profundo que, pudiera darse el caso, ni siquiera tenga que ver con la religión. El caso es que ese hombre que se alza ante ellos tiene cuarenta años más, el rostro avejentado y la espalda combada por el paso del tiempo. Son muchas las preguntas que sus amigos tienen para él y él las escucha.

¿Qué te pasó? —pregunta Tiffany—. ¿Y qué es eso de Cairat?

Cuando llegué a este lugar no estabais a mi lado. He esperado durante mucho tiempo que aparecieseis, aunque no sabía seguro dónde podría ser… lo que sí sabía era que llegaría a encontraros. Y ese momento ha llegado ahora. Aquí estáis —Su rostro se vuelve serio casi de inmediato—. El Cairat es la criatura que os encontrasteis… o que os encontraréis… en la búsqueda de Starker. Nadie sabe si es un ser o una raza de ellos. Es una criatura amorfa, letal y carnívora formada por los cuerpos de lo que devora. Y el que os atacó… el que os atacará —se corrige de nuevo— es muy antiguo. Él acabará con Lydia Rivers.

Lydia ha escuchado sus palabras, pero guarda silencio, como si lo que se acabase de escuchar no fuera con ella o como si se tratase del desvarío de un loco. Y quizá se trate de ello a pesar de las circunstancias, ¿quién puede estar seguro de algo?

¡Isaiah! —exclama Liam antes de seguir hablando—. ¿De qué estábamos tan cerca?

En el apartamento que compartían Starker y Carita Schiller había pruebas que incriminaban a Rhine Howart. ¡El había mandado secuestrar al pintor! Estuvimos cerca de descubrirlo por las cartas amenazadoras que tenía la chica en su domicilio… tiempo después lo averigüé aquí, cuando ya era tarde para todos nosotros. Aquel día, hace cuarenta años…

¿Cuarenta años? Por favor Isaiah —prosigue el periodista—, cuéntanos todo lo que recuerdes de aquel día.

El hombre arquea las cejas.

Me temo que hace mucho tiempo como para recordar todos los detalles, amigo mío —dice, y sonríe amargamente—. Sólo recuerdo que estábamos a punto de entrar en el apartamento de Carita Schiller y unas nieblas nos cubrieron por completo. Había viento, como una tormenta fuerte… después aparecí aquí. El resto de mi vida ha sido sobrevivir durante un día inacabable que me ha traído hasta hoy, donde sé que han pasado cuarenta de vuestros años.

El sonido procedente de algunas tumbas comienza a aumentar de manera notable. Lo que sea que hay en su interior se remueve y está tratando de salir. Isaiah abre los ojos de manera alarmante.

Debéis seguir este camino y, al final, encontrareis un acantilado… —se interrumpe y piensa cómo decir sus siguientes palabras—. Sé que esto va a ser extraño de entender, pero debéis llegar hasta el borde del acantilado y saltar. Recordad: no os dejéis caer, debéis saltar. Es muy importante.

La pobre Lydia Rivers, oyendo desde hace unos cuantos minutos que está viviendo de prestado, sólo es capaz de preguntarle a Isaiah por su estado de salud.

Estoy bien, Lydia —responde el exdeportista—. Y te agradezco lo que hiciste por mí curándome de aquellos miserables que me habían herido. Ojalá pudiera hacer algo más por ti… ¡Pero ahora debéis iros! ¡Están a punto de llegar!

Su rostro resulta lo bastante convincente como para haceros creer que la amenaza es lo suficientemente importante como para asustar lo suficiente a alguien acostumbrado a vivir allí, entre los muertos que no han acabado de morir y que probablemente permanecerán en ese estado para toda la eternidad.

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28/01/2021, 00:24
Liam Gallagher

Un sueño. O más bien una horrible pesadilla era lo que estábamos viviendo. Ya no encontraba otra solución a lo que sucedía.

Escuchaba en silencio las palabras de Isaiah; intentando digerir la información que nos daba. Pero cuanto más explicaba más preguntas aparecían en mi cabeza. Preguntas que si no estuviera viviendo aquel mal sueño seguramente creería que eran las preguntas de un loco.

O quizás en el fondo yo estaba loco y lo único que estaba haciendo era sobrevivir a mi propia cárcel mental.

Pero había prisa. Eso era lo que el Profeta nos decía. Alguien estaba a punto de llegar; alguien terrible según él. Aunque yo seguía teniendo tantas preguntas que hacer.

Si estábamos juntos ¿por qué tú llevas aquí cuarenta años y nosotros acabamos de llegar? ¿Por qué Lydia tiene que morir? —Ese era un punto que me había dejado muy mal cuerpo—. Si aún no ha sucedido todo eso que cuentas... ¿Podemos hacer algo por cambiar ese supuesto futuro? ¿Por qué deberíamos...?

Pero mis palabras fueron silenciándose por los crecientes ruidos que salían de las tumbas que nos rodeaban y la voz y el gesto de Isaiah, envueltos de un miedo y una apremiante urgencia, me hicieron desistir de mi intento por querer descubrir la verdad.

La verdad...

Una palabra irreal; un todo del que cada cual veía solo una parte. La verdad era distinta en función de quien la dijera, de aquel que creyera en ella.

¿Estarás bien Isaiah?

Quería creer que nosotros aún teníamos esperanzas de burlar al destino que alguien nos había marcado, pero el anciano... Su gesto de desesperación ante el retraso consiguió por fin convencerme para empezar a caminar por la senda que él nos había indicado. Solo miré atrás una vez... solo un último comentario.

Saltar... No dejarnos caer... Gracias Isaiah.

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28/01/2021, 14:38
Tiffany Clark

—Supongo que es parte de la distorsión temporal de la que nos habló el otro tipo respondí a la pregunta de Liam sobre los 40 años que había pasado Isaiah aquí—. En cuanto a Lydia, sin duda, intentaremos salvarla. Pero tendremos que pensar en un plan si queremos enfrentarnos a algo como lo que acaba de describir. Por lo pronto, debemos intentar llegar al departamento de Carita: Esas cartas podrían ser la única evidencia que pudiéramos presentar a la policía y lograr que nos creyeran.

La reacción de Isaiah a los sonidos que surgían de las tumbas me hizo comprender que corríamos peligro allí.

—Debe haber alguna clase de portal al otro lado del acantilado. Tal vez por eso tenemos que saltar. En cualquier caso, prefiero arriesgarme con una caída que averiguar lo que hay en esas tumbas.

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29/01/2021, 18:58
Lydia Rivers

¿Una distorsión temporal? —pregunta Lydia—. ¿Cómo una especie de agujero en el espacio-tiempo? Leí un libro de ese tipo de fenómenos cuando estudié la carrera, pero eran cosas más de tipo paranormal que científico —reflexiona unos segundos—. Aunque es cierto que había un libro de física cuántica que...

Al instante guarda silencio cuando se da cuenta que nadie, ni siquiera ella misma, está prestando atención a sus palabras. Mira a su alrededor, como en trance, tratando de buscar algún sentido a lo que ve.

—Tendremos que saltar...

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01/02/2021, 23:28
Director de Juego

El grupo continúa el camino y, de cuando en cuando, alguno se gira para ver al ancianísimo Isaiah quedarse atrás. No pertenece al tiempo al que van a viajar y sería, por otro lado, un hecho catastrófico que dos personas, que en realidad son la misma pero procedentes de dos momentos distintos, se encontrasen en el mismo instante del tiempo. ¿Quizá se produciría una paradoja temporal o no ocurriría nada en absoluto? En todo caso es algo que nunca se sabrá, dado que Isaiah se aparta del camino y se interna entre las grandes lápidas e infinitos mármoles.

Dejando los gigantescos edificios funerarios y los osarios a ambos lados, recorriéndolos con cierto nerviosismo mientras la sangre sigue lloviendo del cielo procedente de las titánicas aves que pelean a gran altura, el grupo llega a un punto donde el camino no continúa. Una extraña puerta marca el final de la calzada empedrada y la desaparición de todos los monumentos funerarios, que quedan atrás. Las rejas de la puerta se encuentran a medio abrir y su aspecto, pese al brillo aparente que se percibe desde lejos, es en realidad antiguo y retorcido.

Al atravesar las rejas el camino se interrumpe de manera brusca, como si hubiera sido trazado en un mapa cuadriculado y no hubiese nada en la siguiente cuadrícula. El vacío más absoluto. Es el momento de realizar el salto. Un salto de fe, quizá, si existe un lugar para las creencias en ese lugar lleno de muertos que no terminan de morir del todo.

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02/02/2021, 15:19
Tiffany Clark

Llegamos a un portón que parecía ser una clásica entrada a un cementerio.

—Bueno comenté con cierto sarcasmo—, parece que el cementerio sí tenía un fin después de todo.

Al otro lado, la nada misma, como si el mundo se terminara.

—Supongo que es lo apropiado para un portal a otra dimensión dije mientras tomaba impulso.

No lo pensé demasiado: Nada ganábamos con quedarnos allí. Definitivamente no parecía seguro allí. Así que prefería arriesgarme con un salto de fe, por así decirlo. Sin más demora, salté, hacia lo que fuera que me estuviera esperando del otro lado.

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03/02/2021, 17:21
Liam Gallagher

Mientras seguíamos recorriendo aquel camino entre mausoleos y tumbas, no dejaba de pensar en todo lo que habíamos visto, escuchado y vivido. Seguía aferrándome a la idea de que todo era producto de una alucinación, un mal sueño que alguien nos había inducido a experimentar. Pero los motivos que pudiera tener ese alguien se escapaban a mi comprensión.

Porque todo aquello no podía ser real. Era imposible que lo fuera. Quizás fuera una postura tozuda por mi parte no creer en lo que mis ojos y todo el resto de mis sentidos me decía; pero admitir que lo vivido, lo que aún estábamos viviendo, era real era un camino peligroso para su estado mental. Mucho más peligroso.

Sin embargo todo parecía tan auténtico. La sangre que caía del cielo, al igual que las cenizas, los muertos que respiraban en sus tumbas, las voces de Isaiah y el repugnante ser... A esas alturas era muy difícil para mí diferenciar realidad de pavorosa imaginación.

Fue la voz de Tiffany, una vez más, la que me sacó de golpe de mi abstracción. La miré un instante perplejo antes de girar mis ojos hacia la puerta. Una puerta que parecía haber soportado el peso de miles de años; una puerta que nos marcaba el final del camino y que se abría a... ¿A qué exactamente daría paso? ¿A la realidad de la que nos habían separado tan abruptamente?

Habrá que saltar... —dije, suspirando con resignación.

Pero de nuevo fue la joven pelirroja la que se adelantó al resto. Ahogué un grito al verla caer y mis dudas se acrecentaron. Un salto de fe; un salto al vacío. Miré a mi espalda para contemplar lo que dejábamos atrás, buscando el valor suficiente para saltar yo también.

La decisión era clara. O quedarme en aquella ciudad poblado de muertos vivientes o arriesgarme a dar ese paso hacia la nada.

Cerré los ojos un instante, inspiré con fuerza y salté.

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05/02/2021, 13:04
Lydia Rivers

De algún modo parecía ser que la única oportunidad racional de salir de aquel lugar de espanto era mediante el acto más irracional que cabía concebir. Quizá sin embargo y a tenor de lo visto, como en los extraños cuentos de Lewis Carroll, la decisión más extraña y sombría podía ser, precisamente, la necesaria para salir de ese mundo de pesadilla que tanto se parecía al nuestro sin serlo en absoluto.

No quiero saltar —digo mientras me preparo para hacerlo una vez pasadas las puertas del cementerio—. No quiero saltar —repito mientras avanzo un paso y me dejo engullir por la densa oscuridad.

Un viento de increíble fuerza sopla a mi alrededor y pierdo parcialmente la consciencia.

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05/02/2021, 13:21
Director de Juego

Cuando el grupo abre los ojos se encuentran en una superficie plana, perfectamente recta. Es una terraza, bastante limpia e impermeabilizada. No cuesta demasiado esfuerzo descubrir que se trata de la azotea del edificio que comparten en la ciudad Christian Starker y Carita Schiller, especialmente cuando todos han podido contemplarlo previamente desde abajo. Cabe la posibilidad de inspeccionar el apartamento o bajar directamente a la calle teniendo en cuenta que Rhine Howart aparece como el principal sospechoso, manipulador y causante de todo lo que está sucediendo desde que aquel niño les entregase aquella nota en el hospital donde trabaja Lydia Rivers.

¿Estamos en nuestro mundo? —pregunta la medico en voz alta a pesar de estar segura de la respuesta. Sencillamente no puede creer en la absoluta normalidad de todo lo que la rodea después de lo acontecido hace tan sólo unos instantes.

Desde la azotea se ven buena parte de los edificios colindantes y una alfombra de edificios que se pierden en la lejanía. Cuesta mucho encajar todo eso con una ciudad llena de muertos cuya extensión se anunciaba como infinita (y que puede que fuera cierto si tenemos en cuenta que la puerta de metal que encontraron para regresar era más un pórtico que un fin o comienzo del lugar). Quizá lo más curioso del lugar es que, hasta tan arriba, parece no llegar el ruido del tráfico, casi como si se encontrase más alto de lo que los ojos parecen indicar.

¿Y cómo llega uno a esa situación? Un niño entrega una carta que conduce a un estanque en Central Park donde un Legionario de un ejército infernal trata de matar al grupo para cubrir el rastro del secuestro del artista que les ha escrito. Un artista por el que un ser salido de la boca del mismísimo Lucifer masacra a cuanto se le pone por delante para recuperarlo. ¿Y por qué? Porque un coleccionista de arte encargado de eliminarlo ha decidido que se quede bajo su custodia para que pinte para él.

Quizá la pregunta más pertinente es, ¿por qué el pintor avisó a los cuatro miembros -ahora tres- del grupo? ¿Quizá vio el futuro y supo que eran los más adecuados para ayudarle? Visto lo visto, no es una opción para descartar. ¿Quizá supo que sus destinos estaban unidos a los de él por razones que escapan al entendimiento? ¿O quizá por la relación del grupo con aquel que llaman “el Profeta”? Pero ahora él no está con ellos…

Allí hay una puerta —dice Lydia señalando una puerta metálica que permanece abierta en la azotea y que, a buen seguro, facilita el acceso a la escalera o al ascensor—. Podemos ir al piso de la pareja… o salir directamente a por Rhine Howart —reflexiona un momento antes de hablar—. Se supone que en el apartamento que comparten encontrábamos pruebas que le apuntaban a él. Quizá nos podemos ahorrar ese trámite…

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05/02/2021, 13:40
Tiffany Clark

—Creo que es importante reunir pruebas —respondí a la sugerencia de Lydia—. Quiero decir, pruebas que sirvan para que la policía nos crea. Porque debemos sacarnos de la cabeza la idea de contarles una historia sobre demonios, profetas y viajes interdimensionales. Sólo lograríamos que nos pongan en un manicomio. Pero si podemos probar que hubo secuestro, asesinatos y quién sabe qué más, ya es otra historia. Propongo que revisemos el departamento. Además, si es nuestro destino, terminaremos haciéndolo, de una forma o de otra.

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06/02/2021, 17:15
Liam Gallagher

No hubo golpe en el suelo, ni un estallido de luces ni sentí el estómago revuelto, simplemente aparecimos en el mismo edificio del que habíamos desaparecido. Así de fáicl; así de terriblemente fácil.

Pero ya no estábamos en el portal del edificio sino en su azotea. Si en algún momento nos habíamos estado desplazando sin que nos diéramos cuenta, sumidos en alguna especie de sonambulismo, desde luego yo no tenía recuerdos de ello. En cambio sí seguía en mi memoria, grabado a fuego, la pesadilla de la ciudad de lluvia sangrante y muertos que aún respiraban.

Me estremecí. Quizás por ese recuerdo o tal vez por el frío que sentí en la azotea. Pero los malos pensamientos, los terribles recuerdos se difuminaron ligeramente ante las palabras de mis compañeras. Miré hacia la puerta que señalaba Lydia y asentí en silencio a las palabras de Tiffany.

La paparazzi tenía razón; tarde o temprano tendríamos que ir a ese apartamento aunque dudaba de que, independientemente de lo que encontrásemos allí, la policía nos hiciera caso. Más aún si recordaba el detective que nos interrogó a raíz del incidente en el muelle.

Ya que estamos aquí aprovechemos para registrar el apartamento —dije mientras me encaminaba hacia la puerta metálica de la azotea.

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06/02/2021, 19:09
Lydia Rivers

Si algo les ha trastornado de todo lo que hemos vivido, yo al menos soy incapaz de notar nada. Las palabras pronunciadas tanto por Tiffany como por Liam son totalmente lógicas y coherentes. Incluso diría que se encuentran muy centrados en lo que hay que hacer. Yo también, pero mi mente vaga por los caminos que hemos recorrido hasta llegar aquí, a la azotea, y cómo poco a poco parece que todo se va volviendo cada vez más extraño. Pero no debo dejar que el miedo me domine.

Estoy totalmente de acuerdo con los dos —digo sin dudar un instante—. Hay que reunir pruebas sólidas y que estén… no sé, ancladas en la realidad, servirá de algo. Sólo espero que la policía no esté comprada o que el tal Howart no nos encuentre antes que nosotros a él.

Está claro que había que registrar el piso de Starker y Schiller, como ha dicho Tiffany, tratando de encontrar cualquier indicio de que el pintor se encontraba amenazado… o de que su vida corría peligro de alguna manera. Me aproximo lentamente a la puerta de la azotea, como con miedo de que la realidad se fracture de nuevo debajo de mis zapatos.

Por suerte, no sucede así.

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06/02/2021, 19:33
Director de Juego

El grupo baja lentamente la escalera tenuemente iluminada que conduce desde la azotea hasta la calle gracias a una larga escalera que va girando y que parece perderse hacia un pozo infinito. Obviamente, no puede ser así, ya que se escucha el mismo ascensor antiguo y ruidoso que ya habían visto al entrar en el edificio hace un tiempo indeterminado. Cuando ya han bajado un piso de los ocho que tiene el lugar, el ascensor deja de hacer ruido y el silencio más profundo se extiende por todos los rincones de la escalera.

Pero algo extraño está sucediendo de nuevo: la altura entre los distintos pisos parece incrementarse y el número de escalones ser mayor según van descendiendo por ellos. Al principio Liam piensa que se trata de un error de apreciación, pero no. Al contar, se percata de que el anterior tramo de escalera tenía seis escalones menos que el que está terminando en ese momento. Las paredes de los pisos por los que van pasando están pintadas de un triste color amarillo grisáceo que parece reflejar el abatimiento de un domingo lluvioso.

Intentar mirar los números de los pisos o los nombres que aparecen en las placas doradas de las casas, dos o tres por cada planta, según la altura a la que se encuentran, no parecen estar escritos en inglés. Nuevamente, esa sensación de frustración que tanto molestó a Gloria regresaba de nuevo. Por más que seguían bajando escalones parecía que la escalera no iba a tener fin. Para colmo de males, la luz se iba volviendo gradualmente menos intensa y el color de las paredes era cada vez más grisáceo, perdiendo luminosidad.

Súbitamente, una de las puertas tiene, en su chapita dorada, el nombre de Carita Schiller. Un papelito pegado con celo a la puerta y manuscrito indica que Christian Starker también reside allí. Ese debe ser el apartamento de la pareja, por lo tanto, y el único lugar por el momento donde pueden encontrar las pruebas suficientes para poder acudir a la policía o, cuando menos, cubrirse las espaldas.

Me estoy arrepintiendo del plan —confiesa Lydia en voz baja—. Este lugar no me gusta…

Es obvio que la mujer está nerviosa y probablemente no es lo que está pensando de verdad, pero resultan fácilmente comprensibles sus palabras teniendo en cuenta que su profesión le hace combatir enfermedades, no el horror que lleva visto en las últimas horas.

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07/02/2021, 14:26
Tiffany Clark

A medida que bajábamos por las escaleras, comenzamos a notar que la distancia entre los pisos aumentaba cada vez más, algo muy extraño para un edificio moderno. Comenzaba a temer que aquel lugar estuviera lleno de puertas hacia aquel extraño mundo, y que nunca pudiéramos orientarnos allí.

Afortunadamente, logramos encontrar el departamento.

-Tienes razón -respondí a las inquietudes de Lydia- No es nada fácil operar aquí. Así que registremos el departamento y larguémonos de aquí lo antes posible. Temo que este lugar sufre alguna clase de distorsión y, lo que nos pasó antes, podría volver a pasar en cualquier momento. No quiero averiguar en dónde terminaremos la próxima vez.

Notas de juego

Voy entrando al departamento.

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08/02/2021, 14:53
Liam Gallagher

Las dudas volvieron a mí a medida que descendíamos la escalera. Si nuesto viaje a la Ciudad de los Muertos ya me parecía una ilusión, ahora que bajábamos unos peldaños que parecían empeñados en aumentar con cada tramo, mi temor era que aún no habíamos salido de aquel macabro y terrorífico lugar.

Y si estábamos en el mundo que yo siempre había considerado real... Entonces ese perturbador edificio donde vivía el artista y su novia era una nota discordante en la realidad. Quizás Tiffany tuviera razón y aquel lugar solo era una puerta a un mundo desconocido, terrible y angustioso; o tal vez aún seguíamos bajo los efectos de un potente narcótico que nos enturbiaba la mente.

Tranquila Lydia... Nos iremos pronto —dije, intentando calmar a la mujer que parecía mucho más afectada de lo que yo había estado. Tal vez porque yo ya comenzaba a resignarme sobre unos acontecimientos que, desde su inicio, se habían escapado a mi entendimiento—. Tiffany tiene razón. Entraremos, miraremos y nos largaremos de aquí cagando leches.

Intentaba mostrar una seguridad que, por supuesto, estaba muy lejos de sentir. Pero por mi propia cordura y mi tranquilidad necesitaba acabar con todo aquello de una vez por todas.

Entremos entonces... Vamos... —dije, cogiendo suavemente a Lydia del brazo.

Notas de juego

¿La puerta del apartamento está abierta?

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08/02/2021, 16:07

Notas de juego

Lo cierto es que la puerta del apartamento no estaba abierta, salvo error mío en alguna parte del texto, mientras que sí lo estaba la de la calle. En todo caso, vamos a dejarlo así, por no perder turnos en ello, y vamos a suponer que, en efecto, estaba mal cerrada o directamente abierta. Esto, claro está, puede suponer que haya alguien dentro...

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09/02/2021, 12:13
Lydia Rivers

Si la bajada por la escalera había sido tenebrosa, no menos resultaba encontrar que la casa del objeto de nuestra investigación se encontraba abierta. Ni un rayo de luz procedía de su interior y la escasa existente en la escalera casi no servía ni para orientarse. Creo que Isaiah nos comentó algo acerca de la luz, o más concretamente de la oscuridad y que debíamos evitarla. En cuanto entrase en la casa trataría de dar el mayor número de luces posible.

Antes de que pueda pensarme siquiera la opción de atravesar el vano de la puerta de entrada, Liam me ha cogido con suavidad del brazo (estoy convencida de que él piensa que eso es una forma suave de agarrar a alguien) y me ha conducido hasta el interior del sombrío apartamento. Tiffany parece muy tranquila, pero esa mujer siempre parece estarlo. Las cosas que ha debido ver a través de su cámara y fotografiado sólo puedo imaginármelas...

Sí... —musito—, continuemos.

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10/02/2021, 15:08
Director de Juego

La puerta de la escalera que los tres miembros del grupo han dejado atrás está hecha de roble macizo y, en cualquier caso, hubiera sido muy difícil de derribar o quizá incluso de forzar. La ausencia de Isaiah Green hubiera supuesto un hándicap adicional, pero por suerte, por alguna razón misteriosa, se encontraba abierta. El recibidor de la casa revela los caros y exquisitos gustos que se gastan en ese apartamento. En el suelo hay una magnífica alfombra persa y un zapatero muestra varios pares de zapatos italianos muy caros. Parece ser que el dinero no es un problema ni un factor limitante.

Una vez cierran la puerta, pueden ver el perchero, en el que se encuentras colgadas y buen número de elegantes prendas. Una de las paredes es un gran espejo. Desde la entrada también puede verse buena parte del salón, parcamente amueblado con un gran diván, una enorme pantalla de televisión con vídeo y un impresionante equipo de alta fidelidad, acompañados con todos los elementos imaginables. El suelo está cubierto con una alfombra cara y de las paredes cuelgan cuadros que deben ser de la primera etapa de Starker. Sobre la mesa hay un par de candelabros y un mechero.

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10/02/2021, 22:37
Tiffany Clark

El lugar parecía suntuoso, pero fuera de eso, no había nada raro.

-Tal vez debamos separarnos -comenté- y que cada uno registre una habitación distinta. Terminaremos más rápido.

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11/02/2021, 13:49
Liam Gallagher

No sabía qué esperaba encontrar al traspasar una puerta que, extrañamente, se había abierto para recibirnos en el apartamento. Quizás pensaba ver una masacre como la que nos habíamos encontrado en el estudio del artista, o un lugar mucho más oscuro y deprimente como el mundo que, hacía tan solo unos instantes, acabábamos de abandonar. Pero mis temores no se vieron confirmados pues lo que vimos, lo que pude apreciar en aquel lugar, rezumaba lujo, dinero y comodidad por sus cuatro costados.

Observé la manufactura de la decoración, pero sobre todo me fijé en los cuadros de las paredes y que, a mi entender, mostraban el trabajo de Starker. Estaba impresionado ante aquel despliegue de lujo y opulencia hasta el más mínimo detalle. Abstraído en la contemplación de la buena vida que la pareja se debía dar. Hasta que la voz de Tiffany, con su acostumbrada sangre fría, me sacó de esos pensamientos.

Sí, será lo mejor —dije, adentrándome un poco más en el apartamento—. Iré a mirar en el dormitorio.

Pocas eran las puertas que veía y seguramente no me sería difícil dar con el lugar que habría acogido el amor y los sueños de la pareja.