Partida Rol por web

Jimmy observa aterrorizado al Tecnomariachi aproximarse mientras se exhibe haciendo una demostración de giro de nunchaku al más puro estilo Bruce Lee en Operación Dragón. Un silbido de intensidad creciente obliga casi por acto reflejo a Jimmy a girarse a su espalda. Una luz cegadora. El silbido aumenta su intensidad. Algo se aproxima.

¡¡¡KA-BOOM!!!

Una detonación ensordecedora aturde los sentidos de Jimmy. Donde antes había un Tecnomariachi vacilón, ahora hay un pequeño cráter humeante.

¿Qué es eso que suena de fondo...?

-¡¡¡GUERRA PSICOLÓGICA, CABR&%$"!!! ¡¡¡ROOOOOOAAAAAAAAAAAAARGH!!!-. No es un rugido. Es un grito de guerra. Primario. Animal.

La nave rasga las nubes como un cuchillo corta la tela. La luz de la luna ilumina fugazmente el flanco grabado del fuselaje. Unas letras rojas, dibujadas con habilidad con spray, advierten quién viaja a bordo de la Rapture MK IV: "THE BROOKLYN'S FINEST".

Con la pericia de un virtuoso, Fitz-Wallace se ajusta la bandana mientras abre fuego con toda la artillería de que dispone su amada nave. El primer misil balístico aniquila a un Tecnomariachi. El gorila comienza la racha. Comienza a golpearse el pecho, presa de una descarga de adrenalina.

-¡Enemigo abatido, Teniente! ¡Objetivo al descubierto! ¡Capto enemigos en las proximidades!-.

-¡Gran Bellotari! ¡Fitz ha iniciado la racha! ¡¡Rookie, no podemos quedarnos atrás!!-, Chipp tira nerviosamente de las orejas de Rook. En su arnés trasero, la ardilla efectúa varios saltitos. Parece especialmente ansiosa.

Tras golpear con suavidad el cráneo de su colega, planta uno de sus ojos saltones a quemarropa. Digamos que es la mirada inquisitiva de Chipp.

-¿Listo para la acción, Rookie-baby?-. Es una pregunta retórica, por supuesto.

Chipp se ajusta sus gafas de aviador y sonríe. 

*CHACK - CHICK*. UZIS cargadas. 

La ardilla desciende con su hermano de armas favorito desde la nave, directos al infierno.

Se desata el caos.

Disparos. Casquillos. Explosiones. Figuras descendiendo de naves de combate. Soul. THE HELL?!?!

Alguien tira de Jimmy, resguardándolo tras unos escombros. No es humano. Es... ¿un zorro?

-¡Objetivo asegurado, Teniente!-, grita el sargento. -¡Chico, permanece agachado y no te pasará nada! ¡Tienes mi palabra!-, trata de tranquilizar al tembloroso humano vestido de... ¿Qué hace con una cinta Banzai? Lucius entorna por un momento los ojos, pero no hay tiempo que perder.

-¡MAYHEM! ¡DEVOLVED EL FUEGO, MUCHACHOS! ¡BARRED LA CALLE! ¡TENEMOS COBERTURA! ¡APROVECHADLA! ¡OJOS BIEN ABIERTOS! ¡ESTAMOS EN UN NIDO DE AVISPAS! ¡¡ESTO ES WALL STREET!!-, sus órdenes, como de costumbre, tienen la precisión de un escalpelo. 

Jimmy observa al zorro coordinar a un escuadrón de mutantes. No es cualquier escuadrón. Es el Escuadrón Mayhem. Al completo.

Observa a Rook y a Chipp en modo Thundermegazord correr hasta él, mientras una mujer de melena azul eléctrico aparece entre el caos como si fuera una adicta al sonido de los casquillos al caer contra el suelo. Es la Teniente Ruby Rose. Su propia creación. Una Blue Sonja en pleno Apocalipsis nuclear. Y es incluso más atractiva de lo que Jimmy jamás pudo plasmar en sus bocetos... También más salvaje, a juzgar por las órdenes que vocifera...

Un momento... No son órdenes.

Está maldiciendo de formas jamás concebidas a los Tecnomariachis mientras caracteres "&%$€*'" se repiten en el aire para mantener el control parental en el cómic... -¡¡¡¿HAY CONTROL PARENTAL EN ESTA HISTORIA?!!!-.

Sí, es Ruby Rose. No hay duda. Y en este preciso momento, hay una característica retícula triangular roja apuntando a la amazónica figura de la Teniente. Una retícula roja que no parece advertir la Teniente, ni sus hombres. Sólo Jimmy...

*****

Al otro lado de la calle, uno de los Tecnomariachis cae de rodillas y exclama presa de un dramatismo desaforado.

-¡¡¡NOOOOOOOO!!! ¡¡¡HAN MATADO A PACOP0!!! ¡¡¡HIJOS DE &%$*!!!-.

Una mano metálica se apoya en su hombro.

-No hay tiempo de llorar a los caídos. Levanta, Panch0. Y activa el protocolo VENGANSA. Hola de hacer burritos con esos asquerosos mutantes pellejudos.-, Manol3t3 hace una filigrana con la katana, la clava en el suelo y mientras se agazapa tomando cobertura, envía las coordenadas al resto del destacamento. -Os vais a enterar, pendejos...-.

Puede que ver aquel cráter humeante donde antes había un tecnomariachi chuleándose, apunto de cortar mi preciada vida de vez, debiese de ser motivo de asombro y hacer de vejiga más que sobrado pero encontrarme cara a cara con Lucius Sharp (un zorro antropoide del escuadrón Mayhem que había plagiado del popular Fox McCloud, líder del escuadrón Starfox en el juego homónimo, uno de mis favoritos cuando era pequeño) fue aún más traumático, dejándome a un paso de hacerme número dos (los sólidos), encima. 

Rook y Chipp (Fusilados de un personaje del cómic Elephantmen y el Mapachecobete de Guardianes de la Galaxia pero en versión desmemoriada respectivamente) venían detrás suya, en su clásica formación a lo Maestro-Golpeador de Mad Max: Biond de Zanderdom. Definitivamente debía de haber muerto entre gases y disolventes, mi cerebro estaba revolviendo toda aquella mierda en espera del fundido a negro definitivo.

Pero si estos tres miembros del escuadrón Mayhem estaban allí, eso sólo podía significar que... ¡¡¡ELLA!!! ¡¡¡ ELLA TAMBIÉN TENÍA QUE ESTAR ALLÍ!!! ¡¡¡WOAH NELLY!!!

¡¡¡LA TENIENTE RUBI ROSE, LA BLUE SONJA DEL NUEVA YORK NUCLEAR!!!
Las ansias de hacer pipí o popó habían dado paso a la imperiosa necesidad vital de liberar mi sagrada semilla ante la mera visión de aquella diosa, pero al ver una retícula de armamento mariachi sobre ella algo en mi interior refrenó mis esfínteres reclamando el bombeo de un coágulo heroico que nunca había imaginado en mi interior: - ¡¡¡RUBI, CUIDADO!!!- Berreé sin saber cómo reaccionarían aquellas versiones tridimensionales, sudorosas, apestosas y enfurecidas, de mis simples garabatos de plumilla.
 

Las órdenes son claras y sencillas. Rook y Chipp pasan totalmente de largo del ICC. Otros pueden cuidar del objetivo, ellos tienen que encargarse de que no sea necesario cuidarlo. Además, el gorila les saca ventaja y si quieren escuchar algo mejor en el camino de vuelta, es mejor que le superen el puntaje. Solo tras una batalla es el único momento donde el simio deja a alguien más escoger la música.

El rinoceronte inspira con furia antes de lanzarse a correr, un sonido ronco que esparse saliva y mocos por el aire.

Mayhem 5 tiene la mirada desencajada. En la nave es un tipo tranquilo, pero cuando se desata el combate es dificil recordar que solía ser un hervíboro. La rampa de la nave tiembla cuando el rinoceronte pasa corriendo sobre ella. El sonido metálico da lugar al de la fina grava que recubre toda la nueva york nuclear, y luego al del concreto crujendo bajo la tonelada y media de la bestia en carga. Con la ardilla en la espalda, escala hasta la cima de una pila de escombros, desde donde se puede ver desde arriba al grueso de los tecnomariachis.
 

—¡HE VENIDO A COMER BARRITAS KRUNCHY-MUNCHIES Y A MATAR HOJALATAS! — grita asomandose para abrir fuego. Los 6 cañones del arma empiezan a girar a velocidad de vértigo—¡Y YA NO ME QUEDAN BARRITAS!— Una lluvia de balas cae sobre los technomariachis.

Puede que ver aquel cráter humeante donde antes había un tecnomariachi chuleándose, apunto de cortar mi preciada vida de vez, debiese de ser motivo de asombro y hacer de vejiga más que sobrado pero encontrarme cara a cara con Lucius Sharp (un zorro antropoide del escuadrón Mayhem que había plagiado del popular Fox McCloud, líder del escuadrón Starfox en el juego homónimo, uno de mis favoritos cuando era pequeño) fue aún más traumático, dejándome a un paso de hacerme número dos (los sólidos), encima. 

Rook y Chipp (Fusilados de un personaje del cómic Elephantmen y el Mapachecobete de Guardianes de la Galaxia pero en versión desmemoriada respectivamente) venían detrás suya, en su clásica formación a lo Maestro-Golpeador de Mad Max: Biond de Zanderdom. Definitivamente debía de haber muerto entre gases y disolventes, mi cerebro estaba revolviendo toda aquella mierda en espera del fundido a negro definitivo.

Pero si estos tres miembros del escuadrón Mayhem estaban allí, eso sólo podía significar que... ¡¡¡ELLA!!! ¡¡¡ ELLA TAMBIÉN TENÍA QUE ESTAR ALLÍ!!! ¡¡¡WOAH NELLY!!!

¡¡¡LA TENIENTE RUBI ROSE, LA BLUE SONJA DEL NUEVA YORK NUCLEAR!!!
Las ansias de hacer pipí o popó habían dado paso a la imperiosa necesidad vital de liberar mi sagrada semilla ante la mera visión de aquella diosa, pero al ver una retícula de armamento mariachi sobre ella algo en mi interior refrenó mis esfínteres reclamando el bombeo de un coágulo heroico que nunca había imaginado en mi interior: - ¡¡¡RUBI, CUIDADO!!!- Berreé sin saber cómo reaccionarían aquellas versiones tridimensionales, sudorosas, apestosas y enfurecidas, de mis simples garabatos de plumilla.
 

El cráneo mecánico destrozado y chisporroteante del tecnomariachi abatido por Fitz, con un ojo colgando y la mandíbula de lado yacía sobre la arena. Una desgastada bota de combate cayó sobre él, terminando de pulverizarlo por completo.

Una pierna atlética, cubierta de tatuajes subía desde la bota hasta llegar a unos shorts, pasando a unos abdominales de Pack de Seis y unos enormes pechos, dentro de un sostén agujereado, una chaqueta de tela de jean sin mangas, cubierta de parches y agujeros de bala, unos brazos de músculos tensos, llenos de tribales hasta llegar a un rostro, parcialmente cubierto por un mechón de pelo azul que, de no ser por la boca torcida y los ojos desorbitados en una expresión de furor épico, hasta podría pertenecer a una de esas inútiles a las que les pagaban por contonear el culo sobre una tarima en el viejo mundo.  

La teniente escupió con asco hacia un costado y vociferó.

“Buen trabajo, Fitz, pero sabes que no soy de las que se conforman con uno solo. Necesito más sombreros para mi colección.”

La teniente bajó la escopeta que llevaba sobre el hombro y comenzó a repartir plomo de derecha a izquierda al tiempo que lanzaba un rugido de furia.

No se puso a correr, sino que caminó sin prisa, sin mosquearse, entre las explosiones y las balas, mientras descargaba disparos en todas direcciones, puntuados por toda clase de insultos y maldiciones en inglés y español, que sorprendentemente lograban hacerse oír por sobre el fragor del combate.

Cuando la escopeta se quedó sin balas, dejó que colgara de su hombro por la correa, desenfundó las subametralladoras que llevaba a los lados de sus muslos y con los brazos extendidos repartió muerte con certeras ráfagas a desde el frente hacia los costados, con los brazos en cruz.

“¡Lucius!” Gritó, al ver que uno de sus hombres estaba ya sobre el objetivo. “¡Lleva al idiota a la nave!”

Miró hacia los demás.

“¡El resto, formad un perímetro de contención y cubridlo!”  

En ese momento escuchó que alguien gritaba, pero no era la voz de uno de los suyos. Tampoco era la de un cabeza de hojalata. Era una voz de hombre, pero no muy masculina. De hecho, hasta la propia voz de la teniente sonaba más amenazante.

“¡¡¡RUBY, CUIDADO!!!” alcanzó a distinguir las palabras y se dio cuenta de que provenían del ICC.

Lo miró de reojo con una ceja levantada.

“What the f#&k!!!”

Un ensordecedor disparo. Un proyectil asesino corta el aire, surcando a velocidad de vértigo lo que queda de Wall Street. Su objetivo: el corazón de la última heroína de la humanidad.

¡PAH KOOOW! ¡PAH KOOOW!

Por fortuna, Ruby Rose logra echarse cuerpo a tierra  de modo instintivo gracias a la señal de alerta del ICC. La Teniente aprieta los dientes. Ha faltado demasiado poco. Afinando el oído, la veterana no tarda en identificar el sonido proveniente de las ruinas de los rascacielos circundantes: Francotiradores Oni. Resulta inconfundible el sonido que producen sus rifles al disparar.

Ruby da las órdenes oportunas y carga el fusil de pulsos EM. Hora de devolver el fuego.

Al tener a Rubi tan cerca y haber visto su vida pasar ante mis ojos, mi cuerpo, sumido en la confusión, se vio obligado a tomar una decisión unilateral: o se meaba encima o tenía una erección. Ganó la segunda opción, pero puede que agradeciese que hubiese tocado lo primero, por el subito calorcito momentáneo que me habrían dado, el frío y la molestia posterior poco me importaban a corto plazo cuando un francotirador tarareando narcocorridos podía volarme la cabeza en cualquier momento.

Traté de ocultar mi priapismo rampante a los personajes de la tropa Mayhem que se habían materializado directamente desde mi (más bien corta, pero muy amiga del mash up y la apropiación sin cita de fuentes) imaginación tratando de encogerme tras el depósito, que ya poco podría aguantar.

- Eh... ¡EH, LUCIUS!- Traté de llamar la atención del zorro, pero este parecía molesto porque un desconocido le llamase por su nombre y pasó de mi peludo culo olímpicamente. - Lucius, coño.- Nada que hacer... Tocaba seguir temblando, lo más quieto posible mientras aquellos personajes imposibles se veían obligados a intentar salvarme el culo siguiendo los dictados de a saber qué otro enfermo... (¿Habré muerto y mi editor estará jodiendo mi magna opus reescribiéndola a su gusto?)

La ametralladora gira haciendo un leve silbido, sin escupir balas durante un par de segundos, pero inmediatamente después la balacera se desata. 
RATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATATA

Haciendo una ráfaga de disparos en abanico, Rook mantiene a los tecnomariachis a raya, e incluso el inconfundible sonido de las balas rebotando contra el metal dejan ver que el rinoceronte ha dado en el blanco. Apenas tres disparos de unos 300, pero peor es nada.

Viendo que Peluche comienza a recalentarse, Mayhem 5 decide darle un pequeño descanso, ocultandose detrás de unos escombros con la esperanza de que los mariachis no tengan tan buena puntería como él.

—¿Todo bien, Chipp?— pregunta a la ardilla colgada a su espalda.

Mientras Rook hace girar su almohada reglamentaria, la canción se torna todo fuego, nada de hielo. Una ruidosa y salvaje andanada de proyectiles surcan lo que una vez fue Wall Street mientras al ojo inexperto pasa desapercibido un pequeño pero imprescindible detalle:

Chipp McClusky, Soldado Mayhem nº 4, agarrando las orejas de Rook como si estuviese controlando él mismo la inmensa ametralladora Vulcan, y con los ojos desorbitados, inyectados en sangre, soltando espumarajos por la boca mientras pronuncia con impoluto acento canadiense:

-YEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRGHHHH!!!-.

—¿Todo bien, Chipp?— pregunta a la ardilla colgada a su espalda.

-¡PERFECTAMENTE, HERMANOOOO! GIMME ALL YOUR LOVING!!!-, Chipp ha entrado en modo homicida, ansioso por proseguir el tiroteo. -¡Eh! ¡Rookie! ¡¡¿Por qué nos escondemos?!! ¡¡¡CAAAAAAAAAAAAARGUEN!!!-, Chipp da un fuerte tirón de las orejas a Rook, animándole a entrar en cuerpo a cuerpo con los androides.

El sargento Lucius se toma su tiempo para ajustar el disparo. Contempla a los Tecnomariachis a los que ha acribillado Rook y comprueba cómo uno de ellos queda tocado tras la andanada. Coloca la retícula a la altura del ojo izquierdo. Contiene la respiración. Aprieta el...

- Eh... ¡EH, LUCIUS!-(...) - Lucius, coño.-

...gatillo.

La bala describe una trayectoria perfecta, superando el efecto Coriolis y permitiendo al lector de la viñeta percatarse de que el proyectil lleva grabado a cuchillo las palabras "FUCK SYNTHS". Luego, entra por el ojo izquierdo del objetivo, abriendo el cráneo de titanio como si fuera mantequilla.

El sargento, visiblemente tenso, activa el comunicador ajustado en su oreja.

-¡Rook, conténlos con todo! ¡Maldición, son demasiados! ¡Teniente, necesitamos una dosis de pulso electromagnético! ¡Si cargan contra nuestra posición, nos desbordarán!-.

El zorro se prepara para efectuar otro disparo, ignorando completamente a Jimmy. Pero de pronto, sus ojos se fijan en él, consciente de algo que el fragor de la batalla le había impedido percibir.

-¿¡Cómo %&$" sabes mi nombre!? ¡¿Quién eres tú?!-, el pelaje encrespado, los ojos verdes con un fulgor asesino, el hocico arrugado, los colmillos muy cerca del rostro de Jimmy. Demasiado cerca...

En la soledad del destrozado estudio de Jimmy, una mente privilegiada para el Mal contempla la batalla en Wall Street con notable impaciencia.

-Malditos inútiles sintéticos... ¿¿Acaso cuesta mucho abatir a un rinoceronte hipervitaminado y a una ardilla neurótica?? Pffff... Y ese zorro... ¿Quién se ha creído con ese rifle de francotirador con balas con publicidad racista subliminal?... Pero si odio a alguien es a esa maldita humana de pelo azul... ¿¡QUIÉN LLEVA SHORTS A UN TIROTEO?! Su sola presencia humilla a un villano de mi categoría... Merezco una historia mejor... Merezco épica... Merezco drama...-, reflexiona dramático J4ck13. -Al menos he visto Jimmy suplicar por su vida con un cacahuete podrido... Eso ha estado bien... Insuficiente, pero bien.

Entonces, mientras su procesador genera la estrategia definitiva para aniquilar al Escuadrón Mayhem, observa desperdigado por el suelo un viejo cuaderno de bocetos con la pegatina "Descartados" anotada a toda velocidad en ella.

-Jujujuju...-, ríe el malvado androide. -Sí... ¡SÍIIIIIII!-, los ojos del color del rubí parecen contemplar con satisfacción una página en particular del cuaderno. Agarrando con furia el lápiz de dibujante con el que encerró a su "Padre" en las viñetas, posa la mina imbuida por el fulgor azulado en la siguiente página.

-Cría cuervos y te sacarán los ojos, Jimmy... ¡MUAAAAAAAAAJAJAJAJAAAAAAA! *Generando efecto atmosférico inquietante* FFFFWOOOOOOOOOOOOOOOSHHH!

Tragué saliva mientras el zorro lo ponía todo de su parte para que me mease encima, con o sin erección (que remitía ante la amenaza y haber perdido de vista a Rubi, al menos había conseguido ayudarla).

- Si te lo dijese no me creerías... Pero digamos que con toda la mierda que hay en este mundo, en cualquier momento (Gulp) podría aparecer un mutante con capacidades extrasensoriales.- Mentí haciéndome el interesante. - Ese soy yo... Se vuestros nombres, vuestros platos preferidos, el nombre de vuestras armas y la manera en que os gusta tocaros la colita... Y AHORA MISMO NECESITO UN ARMA DE FUEGO PARA  TRATAR DE AYUDAROS A SALVARNOS EL CULO.- Continué, imitando la voz del paisano que narraba los anuncios de Micromachines cuando era pequeño. Aquella mierda a lo Charles Xavier que le había largado puede que no fuese a dar muchos más frutos (Bastaba con que me sometiesen a una prueba de trileros con pelotita roja y sin amañar para que fuesen conscientes de mi cabeza de chorlito) y nunca había empuñado un arma, pero algo tenía que hacer...