Hago un gesto de asco al ver el liquido que brota del impacto del ojo, pero apenas puedo contener un grito cuando las arañas pequeñas salen del cuerpo de la grande. Me dan mucho mas miedo que la grande, por extraño que parezca. De inmediato comienzo a sentir un picor agudo por todo el cuerpo, aunque no pierdo de vista al perrazo. Aunque al final lo hago para mirar al resto de mis compañeras de cuarto, a ver si están bien.
Te despiertas debido a unos ruidos en el otro lado de la habitación, como un golpetazo contra la pared.
Ya es de día. Me despierto emocionada, ahora que he olvidado completamente los malos sueños de la noche. Dormir con Raquel me ha ayudado mucho.
Pero el ruído ese no me gusta. Me acerco a ver qué es.
Lamento el retraso, me olvidé por completo de esta partida. :(
Hay un zapato tirado en medio de la habitación y, de pronto, oyes un inicio de gritito asqueado de Gari, que sigue en su cama, aunque las sábanas se ven un tanto revueltas. Se ve claramente que él tampoco ha tenido una buena noche.
Escuchas un gritito al otro lado de la habitación y algo que se revuelve en tu cama, a tu lado.
Intento bajar muy rapido de la cama, con el susto que me he dado no recuerdo que estoy en una litera. Mi cama era normal, no estoy acostumbrada a ellas. Grito en la caida y luego me duelo en el suelo, asustada y sin saber que hacer.
Notas cómo Raquel se escurre a tu lado y se tira al suelo. Suelta un gritito por la impresión mientras cae de la litera y un golpe contundente resuena al impactar contra el suelo.
Escuchas un gritito aspirado y un golpetazo fuerte contra el suelo, como de una persona que se ha caído. Con el gritito previo es difícil no atar esos cabos.
Busco con la mirada el punto en el que Amanda dejo la linterna y me bajo de la cama, mas tranquilo al saber que la araña esta muerta y trato de llegar hasta la única fuente de luz que conozco.
Me despìerto de golpe, levantándome de un salto.
-Raquel, ¿estás bien?. Vas a asustar a Goil.- digo bostezando.
El suelo está muy frío y tengo ganas de ir al baño. Doy saltitos de un lado a otro, intentando aguantarme.
-Marta, Gari, Raquel se ha caído, creo que se ha hecho daño. ¿Llamamos a un profesor?.-
Con la linterna, alumbro hacia donde creo que ha caído nuestra amiga.
Te despiertas. Ves que ya se cuelan algunos rayos del Sol y que la linterna o se ha apagado o se confunde mucho con el exterior, pero no notas que haya una evidente fuente de iluminación en el interior del dormitorio.
Y todos estáis despiertos. Raquel contusionada en el suelo, gimoteando en el suelo. Marta lloriqueando en una esquina de la habitación. Amanda asomada de la cama de Raquel llamándo a Marta y a Garikoitz, y este recién despertado observando la escena confuso.
Volvéis a compartir lugar de existencia, así que en abierto los posts otra vez.
Me levanto y busco con la mirada mis zapatos, mientras observo a las dos niñas gimiendo o llorando. Lo sucedido parece un sueño a el escaso brillo del sol que entra por la ventana y me pongo en pie algo vacilante, buscando el lugar donde paso...o bueno...tal vez no paso nada.
Luego me acerco a Raquel, que parece estar mas necesitada de ayuda que Marta y me acuclillo a su lado, aunque lanzo una fugaz mirada de lado bajo las camas.
Raquel...puedes moverte?...si te duele mucho trataremos de buscar un profesor.Amanda...puedes traer una manta y ver que le pasa a Marta...por favor?.
-Si, claro.- respondo un poco asustada.
Cojo dos de las mantas y voy hacia Marta, alumbrado bien a pesar de que empieza a haber luz.
-Marta, ¿estás bien?.- pregunto con un susurro mientras la arropo con las mantas.
-Raquel estará bien. Tiene a su perro, todo va a ir bien. Seguro que la sombra no era nada, además, tenemos linterna. Todo está bien.- me repito una y otra vez mientras intento dejar de temblar.
- El-el... ot..otra vez... el seño-or de los... de los ojos negros vino y... y nos quiso llevar con... con él y... - está llorando y se le escurren los mocos, tiene los ojos enrojecidos por el llanto con el que parece llevar un rato largo - y... y había arañas, y un dedo cortado delante de la linterna y... y... - apenas puede hablar, se la nota más afectada de lo normal - y... había... otra yo... otra yo que quería hacernos daño...
Le cuesta respirar a causa de la ansiedad, tiene la cara empapada por las lágrimas y el sudor. Puntos rojos del esfuerzo de los lacrimales a los lados de la nariz. Incapaz de otra cosa, te coge del cuello y te abraza. Notas su cara y su pelo pegajosos.
Desde donde estoy junto a Raquel trago saliva al escuchar las palabras de Marta, sobre todo cuando menciona a las arañas y sin poder contenerme hablo.
Y un perro?...no había ningún perro?.
Entonces miro de nuevo a ver donde están mis zapatos, si junto a la cama donde los deje al ir a dormir, o donde los tire en medio del...sueño?.
¡Habia alguien en mi cama!.- grito poniendome en pie, me gusta que el chico me preste atencion pero de nuevo es marta la que parece ser la niña mas importante del mundo.- ¡No me gusta este sitio, Gol y yo nos vamos!.- digo encaminandome para recoger mis cosas.
Tomo a Raquel de la mano para que no salga del cuarto. Solo el señor sabe lo que hay en el pasillo, como el día anterior.
Raquel...aquí estas bien con nosotros...y con Gol. No te pasara nada, ya lo veras.
- Un perro, sí, había un perro, era blanco y negro - comenta Marta, más para si misma que para los demás, aunque el tono es audible con el silencio que todavía impera alrededor - un perro que nos defendió a todos del hombre de los ojos negros y de los suyos.
Curiosamente, no vacila ni tartamudea al decir esto, todavía abrazada a Amanda, pero con la mirada perdida, como ensimismada. En cualquier caso, pese a que todos veis que es Marta quien ha hablado, la voz ha sonado ligeramente distinta, algo más grave y parsimoniosa; aunque pudiera deberse al efecto de no haber tartamudeado de puro pánico.
Cuando menciona al perro, trago saliva y miro a Raquel.
Raquel...tu perro...Gol...de que color es, por favor...