Partida Rol por web

Dallas apenas levantó la vista de su pizarra mientras comenzaba a escribir a una velocidad pasmosa. Zacharias te miró y soltó una leve carcajada.

- Por supuesto que estamos en el planeta tierra... No soy ingeniero pero dudo mucho que sea posible viajar en el tiempo... - Aún así te miró con curiosidad. Tu inglés sonaba antiguo, y tus ropas estaban demasiado bien cuidadas. Tuvo una pequeña duda... Pero luego se relajó y pensó que era imposible. - Me cuesta creer que fueras el primero en descubrir la Energía Azul... ¿Qué es una granada?

Pensó en Padre... No sabía como reaccionaría ante todo esto.

- Podemos ver a Padre y Madre... Pero... Desde que pasó todo esto estamos con los pies de plomo... No os aseguro que Padre os deje marchar.

Se ahorró la idea de que podía querer hacerles algo peor... Pensó que era mejor dejar las cosas así. Dallas siguió escribiendo, ininmutable.

- No fui el primero en descubrir la Energía Azul – aclaré al chaval. – Fueron los japoneses… eran nuestros enemigos y comenzaron la guerra. Fui el primero de mi bando en ver la Energía Azul. –

Me rasqué la cabeza pensativo. Quizá todo esto fuera un sueño, un mal sueño. – Una granada es un tipo de arma… tiene forma esférica, pequeña… y cuando las arrojas explotan en una gran deflagración causando mucha destrucción en sus cercanías. – Si no habían deducido que yo era un soldado, iba siendo hora de que lo hicieran.

- ¿Por qué crees que Padre no nos dejará marchar? ¿Nos retendría a la fuerza? ¿Tiene algún arma? – necesitaba más información antes de aceptar ir a ver al Padre y la Madre… no podía presentarme sin más armado sólo con un cuchillo, aunque si ellos no iban armados, aparecer con el cuchillo podía ser una ventaja.

Zacharias asintió.

- Tiene varias armas, y los K-911 están a su servicio. Los reconstruyó tras la caída. Es muy posible que te retuviera contra tu voluntad... No solo por posible curiosidad, seguramente también por miedo... nada debe amenazarnos ahora... Tenemos que repoblar al tierra, y no sabemos a qué has venido.

Zacharias se mantuvo en silencio. Así que una granada... Se preguntó con qué tipo de energía funcionaría, pero no dijo nada. Luego miró con curiosidad al chico.

- ¿Cuántos años tienes? - parecía soldado o algo así... Aunque era mayor.

- No sé lo que son esos K-911… - dije con total sinceridad. Debían ser algún tipo de guardia de élite. Aunque si los había reconstruido quizá eran algún tipo de aparatos mecánicos… ¿Serían robots? Si de verdad estaban mil años en el futuro cualquier cosa sería posible. Iba a tener muy complicado reducir a ese Padre. Menuda putada.

- No he venido a nada… No soy ninguna amenaza. Ya te dije que no sé cómo o por qué me desperté aquí… ojala pudiera volver a mi tiempo. Pero si no puedo tendré que buscarme la vida aquí, y me imagino que no tengo muchas más opciones que vivir con vosotros, bajo vuestras reglas… ¿no? –

Zacharías me miraba con curiosidad así que decidí satisfacer sus ansias. – Tengo veintinueve años… aunque sé que aparento menos. ¿Cuántos años tienes tú? ¿Y el padre y la madre? – si eran los más viejos del lugar me intrigaba saber qué edad tendrían.

Zacharias te miró con los ojos bien abiertos.

- 21. - Dijo con voz queda. - 29 años son muchos... No deberías dar esa información por ahí. Los más mayores de la zona tienen 25, y son aquellos que fueron concebidos muy poco después de la Caída. Padre tiene 67, y madre 53. Son los más mayores de nuestra sociedad, y los que la dirigen.

Pensó en los K-911, pensó comenzar a hablarte de actualizaciones de los primeros modelos A y B, como le había enseñado uno de sus hermanos, pero se dio cuenta de que no comprenderías nada. 

- Son máquinas, destinadas a la defensa y el combate. Las reconstruimos tras la Caída.

Se enderezó y durante un segundo examinó tus ojos, tus gestos, tu rostro y todo pequeño detalle de ti.

- Yo os creo - Afirmó tras un instante. - Pero ellos no lo harán. Deberíais ocultar vuestra existencia. Esas tarjetas os identificarán durante un tiempo. Puedo fingir que sois rebeldes que os habéis unido a nuestra causa. Diremos que somos hijos del mismo padre y que os hice recapacitar. ¿Os parece bien? Deberéis presentaros ante Padre de todos modos.

Dallas alzó la cabeza.

- He terminado. - observó la tabla con cuidado, y pasó un dedo suave sobre ella. - Está completo. Esta... esta es mi historia.

Alargó la mano con la tabla, para que pudierais cogerla o leerla.

- Me parece bien – indiqué a Zacharias. – Seremos hijos del mismo padre y nos has hecho recapacitar, así Padre no debería sospechar. Pero ten en cuenta que si me pregunta algo desconozco muchas cosas de vuestra cultura y sociedad…no sabré qué responder, o responderé mal… pero bueno, intentaré hablar poco. –

Me giré luego hacia la tablilla que Dallas nos ofrecía… ¿Su historia? Interesante. Recogí la tablilla y la leí…

Por suerte para ti, Zacharias la cogió al mismo tiempo. No entedías como se manejaba con ese cacharro, pero al parecer con determinadas acciones el texto cambiaba, aparecía o desaparecía. No podías comprender que clase de material era ese, si funcionaba por energía o si tendría algún tipo de CPU, pero en todo caso estabas seguro de que no habrías sabido utilizarlo.

Zacharias fue bajando lentamente, permitiéndote leer cada página (*). Cuando terminó de leer parecía claramente contrariado, apretó un puño y se sentó en silencio en el suelo. No sabía como continuar.

Dallas le miró sin decir palabra unos instantes, dejando que el muchacho soltara la ira que fuera necesaria.

- ¿Has permanecido en esa habitación todos estos años? – pregunté a Dallas. - ¿Se supone que llevas 20 años enterrado o algo así? – no entendía cómo había sobrevivido todo ese tiempo.

- O sea que tú estabas ahí cuando la torre cayó… no te escucharon cuando descubriste el fallo… y ¿eso se supone que causó el fin del mundo? – todo eran preguntas en mi mente.

Quería preguntarle algo a Dallas, ya que él sí recordaba algo de la historia antigua, al menos antigua para ellos. - ¿Cómo pasó la gente de olvidarse de la tecnología antigua a depender única y exclusivamente de un tipo de energía, la energía azul? ¿Qué pasó? -

Zacharias asintió.

- Es imposible... No tienes más de 30 años... Algo no cuadra.

Dallas agachó la cabeza, con la mirada nublada.

- Tampoco he comido, ni dormido en todo este tiempo. Esa habitación era extraña... quizá tenga que ver con la luz azul. No lo sé... Pero es la verdad. lego allí dentro mucho tiempo... al principio apuntaba los días en una pared, pero allí las horas y los días parecían iguales... no... yo... perdí la cuenta.

Miró a Sinclair un largo rato. Aquel extraño humano parecía no tener conciencia de elementos verdaderamente básicos.

- La mayor parte de las tecnologías antiguas se agotaron. La energía azul era muy pontente y podía abastecer a toda la humanidad, el resto de las tecnologías quedaron obsoletas. Cuando la Torre cayó, la energía azul debió quedar fuera de control o ser destruida de algún modo que desconozco. Esa parte no la sé, porque yo estaba en aquella habitación... No sé cómo ha cambiado el mundo hasta ahora.

Extrañado miré mi reloj… quería ver qué hora ponía, si seguía funcionando, o si se había parado en la fecha en que caí inconsciente.

Luego pregunté a Dallas: - ¿Sabes qué es esto? – inquirí mostrándole mi reloj. - ¿No tenías uno contigo cuando quedaste atrapado? – Miré luego a Zacharías…- Si la luz azul es capaz de mantenerle con vida sin alimentarse, y joven, durante todo este tiempo… también es posible que me haya transportado a mí en el tiempo… ¿no creéis? Desde luego todo esto me parece surrealista… -

No estaba muy seguro de qué pensar o cómo reaccionar.

Dallas miró el reloj con curiosidad, observó el aparato ensimismado nos instantes. 

- Creo haber visto algún aparato como este en un museo de la ciencia hace tiempo. - Trató de hacer memoria. - Se utilizaba para algo de los husos horarios, cuando todavía se utilizaba el calendario solar. Es difícil recordar mis antiguas clases de historia, nunca me interesé demasiado por objetos tan obsoletos. Parece que fue un error.

Dallas miró a Zacharias que seguía en silencio y le miraba con cierto grado de desconfianza.

- ¿Te encuentras bien?

Zacharias frunció el ceño y arrugó los ojos. Torció el gesto y apretó los puños, estaba nervioso, no sabía qué hacer, ni qué decir. Nunca se había visto en una situación como esta joder... había pasado de hacer su guardia a encontrase con un tipo que decía venir del 2000 y otro que era hasta cierto punto responsable de una de las mayores catástrofes del mundo.

- No es solo que me acabes de relatar como casi muere la humanidad... - Dijo en tono irónico. - Es que además... conoces a Padre.

Zacharias se tomó unos segundos para pensar.

- No sé como trazar un nuevo plan.

Dallas le miró, confuso y esperanzado porque una parte de su mundo siguiera con vida.

- ¿Quién es? - Con todas sus fuerzas deseó que fuera Andy.

Zacharias contestó sin si quiera mirar a los ojos a ninguno. Seguía tratando de encontrar una respuesta:

- Padre dijo que antes de que la torre cayera le conocían como El General Thoom.

Dallas se puso en pie, aunque estaba dolido porque no se tratara de Andy, comprendía que era una buena noticia.

- ¡Él me recordará! ¡Debemos ir a verle! Hay que explicarle todo esto. Siempre fue un hombre poderoso y sensato, él sabrá cómo actuar y seguramente sepa muchas más cosas de la Torre de las que yo os he contado. Quizá podamos reconstruirla... No lo sé. - Apretó los labios... - O si es cierto lo que dice Sinclair podremos volver atrás... ¿Por qué no?

Dallas parecía feliz casi hasta la euforia.

- Es una gran noticia. Zacharias... Llévanos a verle.

- Esperad. – dije extendiendo una mano para frenar los impulsos de Dallas. – Acabas de decir que era un general. Eso quiere decir que pertenecía al ejército. Yo también y sé cómo funcionan. Nunca os dirá toda la verdad, estoy seguro de que se guardó mucha información para sí. No me parece sensato presentarse así como así. Siempre tienen un plan de contingencia, un plan de emergencia por si las cosas salen mal… y no sabemos nada de lo que hicieron tras la caída de la Torre. Y si le contamos que a lo mejor es posible viajar en el tiempo… quién sabe lo que sería capaz de hacer. –

Teníamos que pensar bien nuestro siguiente paso. – No, no podemos contarles la verdad, al menos de momento. – Pensé rápidamente. – Zacharías… ¿os dijo Madre cómo se llamaba o qué hacía cuando la Torre estaba en pie? – pregunté temiéndome la respuesta.

Zacharias parecía confuso. No sabía que debía hacer. Pensó en Madre, hizo memoria un instante...

- Nunca nos dijo a qué se dedicaba, aunque hay varios rumores. La verdad es que yo la he visto muy pocas veces. Solo sus... verdaderos hijos tienen acceso a ella. Por lo que sé se llamaba Allyan White. - Miró a Dallas. - ¿Te dice algo?

Dallas frunció el ceño. - Sí... era del círculo. - Miró las caras de confusión de los demás, y suspiró. - una política distinguida.

El pequeño hombre se colocó el gorro en la cabeza. Bajó la vista y pareció meditar unos segundos sobre qué hacer.

- Sigo pensando que deberíamos ver al General, si quieres Sinclair puedes quedarte, pero yo quiero verle. Prometo no hablarle de ti, pero tengo que contarle lo que pasó... Explicarle lo de las mejoras... Ha traído a la humanidad hasta aquí. ¿Acaso creéis que no es de fiar?

Zacharias no dijo nada, pero te miró de reojo para ver tu reacción.