Partida Rol por web

La desesperación es algo que suele hacerte pensar en aquello que quieres olvidar. En aquellos instantes, la posibilidad de que... me encontraran, me parecía remota, por lo que pensar en Joana, su rostro, su cuerpo, sus caricias... me ocasionaba más mal que bien.

Con el estómago lleno, era fácil dejarse llevar por falsas esperanzas y al vaciarse, por la más profunda desesperación. Debía encontrar un equilibrio, porque ya había descubierto dos cosas.

La primera de ellas, que no deseaban mi muerte. Me mantenían con vida, me alimentaban y protegían. No había motivos para que eso cambiara.

La segunda, que sentían curiosidad, y cuanto más la estimulase, mayor sería mi seguridad.

Así que intenté adoptar una especie de actitud zen. Me senté, y esperé, mientras tarareaba en silencio algunas canciones que recordaba. Mi cordura dependía de cuanto de los Beatles todavía retuviera.

veintiuna comidas, ni veinte ni veintidos, veintiuna comidas te trajeron, quizas tres comidas para dia, o una sola comida por dia....pero por lo que dormiste entre comida y comida....tiene pinta a esta ultima posiblidad. Has notado como la nave ha frenado y acelerado varias veces.

Ahora mismo delante tienes otro pulpo de estos, lleva una caja parecida a la que usan para traerte comida, ya delante de ti, puedes ver que el pulpo central esta custodiado por 4 mas ( el doble del normal) , llevan algun tipo de arma, por lo menos lo parece. 

Del interior de la caja, ya una vez abierta, puedes ver como una piedra octogonal de unos 3 cm de color azul y esmeralda. Nuevamente los ruidos anteriores de comunicacion, pero esta vez la cosa cambia.

Quienes sois. O mejor que sois. 

Poco a poco, fue formándose una especie de rutina, que si bien no arreglaba nada, al menos sí que me proporcionaba la seguridad de que mi vida estaba siendo cuidada y que al menos por el momento, no deseaban hacerme daño, fueran quienes fuesen.

Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando de la caja que me trajeron aquel día, surgieron palabras que sí podía entender. Sin poder evitarlo, me llevé las manos a la cara y empecé a llorar. No era solo por oír palabras que pudiera entender, sino también porque aquello podía ser el principio de algo diferente, un cambio, y eso en la vida que había llevado durante el tiempo que había estado allí, era como una bendición caída del cielo.

Sin poder dejar de llorar ni de reír, miré al pulpo.

-Yo soy Aren, de la especie humana -logré decir, señalándome a mí misma como si fuese Jane y el pulpo, una especie de Tarzán -. ¿Quiénes sois vosotros? ¿Dónde estoy?

Deseaba saber muchas cosas, pero no quería agobiarlos con una pregunta detrás de otra. Aquel ser había hecho una, y yo... pues dos. A ver si poco a poco, conseguíamos algo.

Tus palabras precipitadas cortaron las primeras letras de sus preguntas. La sala quedo en silencio. Silencio, mmm... humana.

Notas como la palabra humana a sido claramente despectivo. De que sector veniis. De donde habeis sacado la nave grande. Claramente la conversacion se estaba convirtiendo en un interrogatorio. 

El maldito genio que tenía estaba empezando a salir a la superficie. Ellos podían preguntar... pero yo no, porque por lo visto, no merecía que me respondieran, pero por si aquello no era suficiente, noté aquella forma de pronunciar el nombre de mi especie, que distaba bastante de lo que podría considerar.... diplomáticamente correcto.

Además, parecían muy preocupados por nuestra nave nodriza.

No entendía por qué motivo.

-Sí, soy humana. Venimos de nuestro planeta, lo llamamos Tierra, a mucha distancia de aquí. Somos... exploradores. Yo soy una exploradora, no soy peligrosa. ¿Por qué me tenéis encerrada? ¿Quiénes sois vosotros?

Mucho me temía que mi temperamento no haría ningún bien a la conversación en general, pero también era cierto que después de tanto tiempo sin hablar con nadie, no podían ni debían esperar que estuviese callada.... ¿cómo un pulpo?

Y en que sector esta ese planeta? De donde sacasteis la nave principal. Responde a las preguntas. Si las respuestas son adecuadas, me puedo plantear de responderte alguna de las tuyas.

Vaya, sí que es quisquilloso.

Aquello era un interrogatorio en toda regla, pero lo que me preguntaba era algo para lo que no tenía respuesta.

-Entramos en el hiperespacio y la nave perdió la dirección, así que entramos en una zona desconocida para nosotros, por lo que no puedo darte lo que no tengo. En cuanto a la nave, la hicimos en nuestro planeta de origen -le expliqué, malhumorada -. Y ahora... ¿qué tal si te muestras más educado? Solo quiero entender qué hago aquí.

No tenemos porque ser educados, eres una prisionera humana. No me creo que no sepais en que sector estais, indicaria que sois mas estupidos e ignorantes de lo que pareceis. Que teneis cerca en vuestro sector remarcable, en que confin os encontrais.

Si te sirve yo soy, unos ruidos poco pronunciables , que entiendes que es su nombre, y estoy aqui para scarte la informacion de una manera agradable, por tu bien claro.

Ah, ahora estaba claro. Era una prisionera. Si alguna vez lo había dudado, ya había quedado completamente aclarado.

-Vale, soy prisionera, humana, estúpida e ignorante. Y quieres sacarme información. Está bien. Ahí la tienes. No vinimos para luchar, sino para explorar. Nos perdimos en el espacio, así que estábamos buscando un planeta en donde asentarnos. Y en mi sistema solar hay ocho planetas y una estrella de clase G2, a la que llamamos Sol, con una temperatura externa de unos 5.500ºC, amarilla, de unos 5.000 millones de años de edad, y procedemos del tercero de los planetas, al que llamamos Tierra. Y si no me crees, es que no soy la única idiota que hay aquí porque no tengo motivos para ocultártelo. Y además, tu nombre no me gusta nada. Es impronunciable -le dije, dándole la espalda visiblemente enfadada, conteniendo las lágrimas a duras penas y deseando morirme, porque parecía evidente que eso era lo que iba a suceder, así que para qué prolongarlo.

Cuando conseguí tranquilizarme un poco, me giré de nuevo hacia aquel ser.

-No puedo decirte nada más, no te oculto nada, pero si vais a matarme, hacedlo ya. No merezco sufrir. No me gusta hacer sufrir si puedo evitarlo pero tú, eres cruel y sanguinario. Así que mátame ya y acabemos con esto.

Oh, eso lo decidimos nosotros, pero por ahora aun nos interesas viva.

Inmediatamente posterior puedes ver como cierran el estuche estanco con el artefacto y se retiran, la puerta se cierra y notas como el agua ocupa nuevamente su espacio.

Has llegado la conclusion de que te dan de comer 1 vez al dia y siempre lo mismo, seguramente tendras carencia de algun o varios nutrientes... han pasado 12 dias mas...y nadie ha entrado mas que llevarte comida... si es que es reseñable que te han traido un tipo de vaso...esta claro que los sorprendio que tuvieras que beber agua.

No parecían querer dar su brazo a torcer, pero al menos había dejado una cosa clara. No era alguien con quien se pudiera tratar de cualquier manera. Y debía llevar eso al siguiente nivel.

Si eso exigía morirme de hambre, lo haría. Sería tratada con respeto o directamente, moriría de inanición. Estaba dispuesta a ello, porque si la alternativa era permanecer allí el resto de mis días o esperar a que ellos me mataran, no me apetecía nada.

Joana. Añoraba a Joana, sus caricias y sus besos. 

Podía sobrevivir solo con su recuerdo, hasta que mi cuerpo dijese basta. Total, no necesitaba demasiado. Solo tres o cuatro días.

Lentamente, me acerqué a mi esquina y me eché de lado, cerré los ojos, y dejé que el sueño me venciera, hasta que mi determinación a no comer ni beber, hiciese el resto.

Han pasado dos dias mas desde que decidiste dejar de comer y beber, tu estomago se queja constantemente y tienes que esforzarte para no comer*, las cajas hermeticas se acumulan en el suelo, te fijas que nadie las recoge, aunque las primeras si que lo hicieron, desde que has dejado de comer, ahi estan. 

Era duro, muy duro no comer, o beber, protestar en un silencio roto únicamente por los rugidos de mi estómago y el dolor que sentía en mis miembros helados. Debido a la falta de comida, también notaba como me enfriaba con más facilidad, y mi cabeza parecía estar a punto de explotar.

Pero me recordé a mí misma porqué lo hacía y que era mejor caer encerrándome en mis sueños que perder la poca dignidad que tenía. Sí, podía sobrevivir, al menos por el momento, pero para qué. No parecía que fuesen a sacarme de allí alguna vez, o a dejarme vivir una vez les resultase de utilidad, así que me dejé llevar por mi debilidad, el cansancio, el hambre, la sed y la desesperación, y cada vez una mayor incapacidad para moverme.

Iba a morir y lo sabía. Aquello... era el final.

Inconscientemente, moví mi cuerpo, arrastrándome hacia uno de los recipientes, para comer algo, porque tenía demasiada hambre y era mi cuerpo quien guiaba. Cuando llegué, alargué una mano y cogí un trozo de algo, y en cuanto mi boca se cerróa  su alrededor, ya no pude detenerme.

Entre sollozos, seguí comiendo hasta que me sacié.

Jamás saldría de allí, a no ser que inundasen aquel lugar y muriese ahogada.

Estabas tumbada al suelo de panza arriba, mirada perdida y aun con el sabor insipido del cereal en la boca. Nuevamente escuchaste el ruido caracteristico del campo como se generaba y posteriormente se abren las puertas.

El que parecia otra vez el mismo pulpo estaba junto con 4 pulpos mas, a su lado la maleta rigida con ese chismo traductor.

Volvamos a intentarlo. En que cuadrante teneis vuestro planeta. No nos lo hagas hacer a las malas, si quieres que terminemos pronto, queremos las coordenadas.

Miré de nuevo hacia mi interlocutor. Tenía pocas fuerzas después de haberme pasado dos días o algo así sin comer, pero no estaba completamente vencida. Una nueva idea llenó mi cabeza. No podía rendirme. Lo que había hecho era indigno de mí, de Joana y de todo cuanto importaba.

Aquella era una lucha como otra cualquiera, solo que utilizaba la voluntad como arma.

Peleando contra el sueño y mi debilidad, conseguí ponerme en pie y caminar los pocos pasos que me separaban de la puerta. Después, lo miré con dureza, durante unos segundos, antes de responder.

-No lo sé. El salto fue completamente inesperado y aleatorio. No sabemos en donde estamos porque no conocemos esta parte de la galaxia, así que solo te puedo decir cómo es nuestro planeta. Tierra, tercer planeta, sol de clase G2, ocho planetas, vía láctea, un día luz de diámetro, 4,3 años luz de un sistema vecino, a 2 millones de años luz de la galaxia vecina... no sé nada más. No sé en qué sector está nuestro planeta porque desconozco cómo distribuís vosotros esta parte del universo y tampoco sé en dónde estamos. Si quieres más información, tendrás que ayudarme antes a encontrarnos porque no tengo nada más que darte.

Después, regresé a mi esquina y me senté, o casi, me desplomé sobre el suelo.

Ves que tu interlocutor, si es que tiene expresiones faciales esta un poco mas concentrado, quizas si te estan tomando mas en serio de lo que esperabas...o hay algo mas.

Esta bien, pongamos que te creemos. Mira a uno de sus acompañantes, trae una carta publica global. Tenemos suficiente tiempo para repasar, si no mientes encontraremos esa estrella. Mas vale que no nos hayas mentido.

Uno de los pulpos se va nadando y desaparece.

Con mis últimos esfuerzos, y quizás una de mis últimos intentos de resistencia, le imité casi en voz alta.

"Mas vale que no nos hayas mentido" -repetí con voz fingida.

No les había mentido, porque yo no mentía, pero aquellos pulpos parecían tener exceso de brazos y escasez de empatía y eso sí que me molestaba. Además, interrogar y torturar, porque al fin y al cabo, aquello era una forma de tortura, por mucho que lo hiciesen con cierta... digamos elegancia, no decía mucho de ellos.

Volví a sentarme y apoyé la espalda en la pared. Aquel lugar empezaba a apestar demasiado. Si no me mataba el aburrimiento o el hambre, lo harían mis propias bacterias que no tardarían en entrar en mi cuerpo y acabar conmigo. Era solo cuestión de tiempo.

Algo cambio de repente, lo inesperado sucede, el poco probable se hace realidad. Un ruido ENORME se escucha diluido por el liquido del interior de la nave, puedes ver como la maleta con el extraño artefacto que parece traducir cae en el interior de tu celda y a la vez como si de alguien hubiera tirado de un desague, rapidamente puedes ver como el liquido empieza a desaparecer hacia la izquierda. Temes por un momento por la integridad del campo energetico que separa tu receptaculo...

Puedes ver como el primer pulpo y con el que has hablado es el primero en desaparecer de forma violenta e involuntaria, pocos segundos mas tarde aunque intentando nadar contra la corriente desaparecen el resto.