Partida Rol por web

Para una mujer como tú, deforme, perdida, habitante de la calle, condenada por tus pecados y por los de otros, tus pocos amigos son todo tu mundo. El grupo de desperdicios humanos que liderabas y ayudabas en las calles lo significa todo para tí. Por eso, cuando empezaron a desaparecer sin dejar rastro, te preocupaste y empezaste a hacer averiguaciones.

Supiste que algunos de los que ya no veías (pero otros no) habían empezado a unirse a otro grupo dirigido por cierto predicador de sospechoso léxico, te preocupaste. Decidiste explorar. Usando tu retorcido poder, te infiltraste por las alcantarillas hasta un apestoso retrete del local abandonado que usaban como guarida. Allí le encontraste, en plena exaltación religiosa, afirmando ser capaz de comunicarse con espíritus de familiares muertos, anunciando ser capaz de ofrecer ayuda y consuelo.

Cuando te vió, debió saber enseguida que eras especial. Te llevó aparte y habló contigo. Dijo llamarse Reverendo Mordecai y dijo querer ayudar a sus pobres almas. Te pareció sincero y también preocupado por aquellos desaparecidos que no habían acabado ni en tu grupo ni en el suyo. Decidísteis unir fuerzas.

Él te habló de un lugar en los muelles, de un sitio a donde había descubierto que iban los desaparecidos, pero al que decía no atraverse a ir solo. Cuando fuísteis allí juntos, una noche, descubrísteis un garaje abandonado tras de unas verjas. Entrásteis en el garaje y encontrásteis una trampilla oculta que descendía. Al bajar, os encontrásteis en un túnel blanco, moderno, que parecía pertener a una instalación más grande.

Al avanzar por aquel lugar, llegásteis hasta una puerta. nada más abrirla, apareció ante vosotros un hombre. Tenía una sonrisa de hielo y vestía un traje inmacualdo. Junto a él, dos hombres que parecían doctores movían una camilla con uno de tus "amigos" sobre ella. Para tu sorpresa, Mordecai le llamó por su nombre.

-Jim.- dijo Mordecai-Como te prometí, aquí te traigo un presente.- Acto seguido, Mordecai huyó hacia las escaleras y a tí no te quedó más remedio que quedarte a luchar por tu vida, pues Jim sacó una pistola y se dispusto a usarla contra tí, frío y sereno como el fondo del mar.

Busco mientras me muevo rapidamente un parapeto o algo parecido . Tengo que tener una oportunidad de acabar con esto o el acabará con migo ¿ y entonces? ¿quien ayudará a mi gente? ¿quien cuidara de ellos?.

La sala es circular y tiene sólo dos salidas. Una de ellas es el pasillo amplio por el que habéis llegado y por el que ha huído a todo correr Mordecai. La otra es una puerta que hay al otro lado de la sala, un poco a la izquierda, pero es al otro lado de Jim también. Hay dos entradas de aire acondicionado. También hay una bañera alta, como si fuese una mesa con bañera y ducha, para laver cuerpos. Debe tener un desague, pero también es al otro lado de la sala. No hay cajas ni escondrijos visibles y la luz artifical es fuerte.

Un rugido de dolor escapa de mi garganta y un grito desgarrado se escucha por toda la sala
- !!MALDITO, MALDITOS TODOS !! !!MORIREIS POR ESTO!!y observais como mi cuerpo se desgarra y empieza a cambiar de forma ante vuestros atonitos ojos , mi cuerpo adelgaza cuando mis huesos se alargan por mis dedos, y mis brazos quedan gomosos estendiendose mis dedos en unos largos tentaculos con afilados huesos en la punta de cada uno de ellos... y en unos segundos se lanzan hacia adelante buscando un cuerpo que destrozar.

Mis protuberancias parecen tener vida propia cuando se lanzan en busca de venganza .Lagrimas de sufrimiento recorren mis mejillas dejando surcos entre la suciedad que mancha mi cara y un horrible rictus de verdadera satisfacción cubre mis facciones cuando mis "dedos" tocan carne, lacerando y desgarrando todo lo que encuentran a su paso.

Sólo el primero de tus golpes encuentra su objetivo, desgarrando la carne de Jim sobre su hombro izquierdo. Los otros dos golpes son esquivados por Jim, que se mueve hacia un lado y, sonriendo, empieza a disparar.

Dos de los tres tiros te alcanzan, aunque sólo superficialmente, dejando un rastro de sangre y dolor que no puedes ignorar, pero que tampoco te atrapa.

Los dos hombres de bata blanca, nada más ver tu horrenda transformación, echan a correr sin más, abandonando la sala a través de la puerta de enfrente.

Las balas perforan mi cuerpo que acostumbrado al dolor se contrae ligeramente, noto como se habren paso a traves de mis tejidos ... dejo que el dolor se una a mi ser dandole fuerza a mi alma que dirije el nuevo ataque , solo que esta vez el ataque va a ir dirijido a dejarle sin el arma si sobrevivo.

Jim parece muy seguro de ir a ganar esta batalla, vuelve a disparar contra tí. Sin embargo, su forma poco ortodoxa de disparar produce de nuevo sólo cortes en tu gomoso y miserable cuerpo.

-¡Te voy a destrozar, puta deforme!- grita el hombre, a la desesperada, al ver que no te detienes.

Cuando vuelves a atacar, intenta esquivarte lo mejor posible, moviéndose de lado y hacia atrás mientras sus balas le cubren en su retirada.

dejo que dos de mis tentaculos se dirijan hacia la mano donde se encuentra el arma, queriendo arrebatarsela y un tercero se lanza dispuesto a acabar con la amenaza que este hombre significa, cada vez que salta su sangre una sonrisa dantesca se dibuja en mi cara y un brillo de satisfacción brilla en mis salvajes ojos.

Tus dos primeros ataques se dirijen a por la pistola de Jim, pero no consiguen alcanzar su objetivo. Jim la protege como si fuera su propio corazón, su única esperanza de supervivencia.

Si embargo, al hacerlo, deja desprotegido su vientra y aprovechas para lanzar allí tu tercer tentáculo. El arma de carne y hueso se inserta en sus tripas, dejando un enorme agujero al retirarse, por el que cae sangre, mucha sangre.

Ahora eres tú la que tiene miedo. Porque la sangre deja de salir de inmediato y sus heridas empiezan a cerrarse solas sobre la piel. No se cierran del t6odo, pero lo harán en breve... si no sigues abriéndolas.

Observo como las heridas empiezan a cerrarse ante mis ojos y soy consciente de que no puedo permitirlo,primero debo quitarle el arma a la que se aferra con tanta fuerza y despues haré que se arrepienta del daño que ha probocado en mi gente.

Jim aprieta los dientes y dos veces más el gatillo de su arma. Su primer tiro no consigue darte, pero el segundo te acierta directamente en el pecho. El dolor es agudo y se extiende por todo tu pecho según la bala se fragmenta. Estás a punto de caer al suelo, pero te mantienes lo suficiente para invocar un dolor y un terror en tí como nunca antes te había sido necesario invocar.

Los fragmentos de bala abandonan tu cuerpo y tu propia carne se convierte en hilos que suturan tus heridas, dejando espantosas (afortunadamente temporales) cicatrices.

Cuatro de mis tentaculos se lanzan al ataque, dos para atrapar el arma y otros dos para abrirle de nuevo heridas en su asquerosa piel.

Jim se mueve con habilidad, esquivando y bloqueando tus golpes, tras arrojar la pistola lejos de sí. Parece que tus fallos le envalentonan, pues incluso desarmado, adopta una postura de combate, a la vez que sus heridas se siguen cerrando...

... y su cuerpo transformándose. Sus dedos empiezan a alargarse hasta formar unas garras de temible aspecto y su boca se agranda, dejando ver una hilera de dientes afilados como los de un tiburón. Con fiereza y decisión, se abalanza sobre tí y te lanza dos zarpazos...

Mis golpes parece que los presintio y al ver su transformación me indigno, parece que es alguien parecido a mi , pero lo utiliza para hacer daño en vez de para ayudar.
Veo llegar sus ataques e intento esquivarlos con rapidez y lo cierto es que consigo preveer sus ataques que no consiguen encontrar mi cuerpo.
una sonrisa de satisfaccion se dibuja con crueldad en mis labios cuando mis tentaculos buscan tu cuerpo con decisión buscando sangre.

Tus músculos se hinchan de forma desmsurada, así como crecen tu brazos y tus tentáculos un poco. Tu sombra cubre del todo al transformado Jim a la vez que evitas sus golpes. Es tu turno. Una lluvia de latigazos afilados cae sobre este hombre, dos de ellos golpeándole. Pese a que uno de los zarpazos sólo sirve para abrir una herida leve, el segundo golpea con tal fuerza en el cuello que casi separas la cabeza del cuerpo.

Jim cae al suelo de golpe, inerte. Pero esto sólo dura un segundo y de nuevo empieza a levantarse, con sus heridas cerrándose poco a poco. Sin pensar ya más en pelear, empieza a alejarse en dirección a la otra puerta.

Veo con sorpresa como este maldito ser se recupera de forma pasmosa, se levanta e intenta huir.
No estoy dispuesta a consentirlo , si huye mañana podria estar haciendo daño a mi gente en la calle y ese es un riesgo que no me puedo permitir, por lo que lanzo mis tentaculos hacia el con toda la velocidad de la que soy capaz, intentando acabar con la amenaza que es su sola presencia en la ciudad.