Partida Rol por web

El olor acre de la carne en descomposición cubre el estancado aire, proporcionado a esta gran sala la atmósfera de un campo de batalla, pero sin los graznidos de los cuervos. De hecho, parece que la mayoría de los cadáveres que cubren el suelo y están desplomados contra las filas paralelas de columbas hubieran muerto en una batalla, puesto que tienen las armas a mano.

La carne de los cadáveres ha empezado a descomponerse, dejando a la vista los huesos; un hecho que sufiere que esta baralla tuvo lugar hace tiempo.

Las paredes de la cámara están esculpidas para tener la forma de una enorme araña, como si esta habitación fuera el interior de su parte frontal. En un extremo, una abertura conduce a una especie de plataforma donde debería estar la boca de la araña. En el otro extremo de la habitación, una pesada puerta de hierro cuelga rota de sus goznes, estropeada y doblada.

Ocho túneles que descienden convergen, cuatro a cada lado, cerca de la pared que separa las dos partes de este cuerpo de araña¹.

Por mucho que Alba intentara zafarse de aquellas telarañas, seguía pegado a ellas sin poder evitarlo. Entre todos hacían lo imposible, pero tampoco lograban despegarla. Necesitaban algo más de ayuda, o que la muchacha hiciese algo más de esfuerzo para poder escapar, pues parecía que la suerte le hubiera abandonado.

Viendo el titánico esfuerzo necesario para salir de allí Alba entiende que solo hay una única solución a corto plazo.

- La única opción viable que veo yo, al menos, es destruir la telaraña - propone - ¿Sería posible quemar esto de alguna manera? - pregunta - Si es posible, os lo ruego, hacedlo.

Aire miraba de un lado a otro intranquila, y más cuando los demás apenas la habían hecho caso. Pero tenía que ayudar a la chica, estaba atrapada y ella sabía muy bien qué se sentía

¡Dejad paso a la gran Aire, yo haré que pueda salir de ésta! dijo, empujando a los que intentaban ayudar a Alba.

Se agachó junto a la telaraña y tocó su cabeza, como si estuviera bendiciéndola. Susurró unas palabras arcanas, y el cuerpo de Alba empezó a desaparecer lentamente

Alba sigue sin liberarse, pero por suerte Aire está rapida y al ver que no somos capaces la ayuda con uno de sus conjuros, el mismo que usó para sacarnos de allí la vez anterior.

-Bien hecho Aire- la digo mientras intento avanzar con cuidado para no pegarme. Me doy cuenta que tengo que procurar dar pasos ligeros y por suerte mi poco equipo me ayuda en esa tarea

Totalmente inmovilizada, Alba escucha a Aire conjurar un hechizo. Repentinamente se cuerpo se vuelve ligero, insustancial y transparente. Como una corriente se mueve, liberada de las redes que la atrapaban, y al poco se une a sus compañeros en la parte superior del atrio.

La sensación es deliciosa y la joven vuela en torno a su grupo, especialmente Aire, cosquilleándola con su brisa y agradeciéndole, ventosamente, su libertad.

Gracias al conjuro de Aire, Alba logró zafarse de semejante trampa. Tras ella el resto subieron sin problema alguna por la telaraña y el que se quedaba atascado era suficientemente fuerte como para conseguir soltarse.

Por fin llegaron al atrio superior, el olor acre de la carne en descomposición cubre el estancado aire, proporcionado a esta gran sala la atmósfera de un campo de batalla, pero sin los graznidos de los cuervos. De hecho, parece que la mayoría de los cadáveres que cubren el suelo y están desplomados contra las filas paralelas de columbas hubieran muerto en una batalla, puesto que tienen las armas a mano.

La carne de los cadáveres ha empezado a descomponerse, dejando a la vista los huesos; un hecho que sufiere que esta baralla tuvo lugar hace tiempo.

Las paredes de la cámara están esculpidas para tener la forma de una enorme araña, como si esta habitación fuera el interior de su parte frontal. En un extremo, una abertura conduce a una especie de plataforma donde debería estar la boca de la araña. En el otro extremo de la habitación, una pesada puerta de hierro cuelga rota de sus goznes, estropeada y doblada.

Ocho túneles que descienden convergen, cuatro a cada lado, cerca de la pared que separa las dos partes de este cuerpo de araña¹.

Creo que cada una de las patas es de las salas por las que hemos pasado dedujo Aire, poniendo cara interesante y señalando cada uno de los accesos. Algo importante tiene que estar en el cuerpo de esta araña.

-La fijación de algunos drows con las arañas llega a límites insospechados

La estructura es de lo más curiosa, aunque al decir esas palabras también pienso en nuestra forma de construir y tal vez no sean tan extraños, ya que nosotros también tenemos nuestras peculiaridades.

-Me pregunto si seremos rivales ante lo que ha provocado tanta muerte.

Entro en la sala mirando alrededor en busca de algo que pueda aclararnos el origen o la historia de los combatientes que allí lucharon. Examino las armaduras y armas para ver si puedo distinguir su tipo y valor. Igual por ahí puedo averiguar algo.

En aquella sala hay un total de diecisiete cadáveres desperdigados, un examen superficial revela que todos ellos llevan símbolos de Lolt. Muchos llevan las vestiduras de sus clérigas (túnicas negras ribeteadas de rojo oscuro y púrpura, o túnicas rojas o púrpuras ribeteadas de negro para las sacerdotisas menores); otros llevan sencillos símbolos sagrados de madera o de plata. Aunque sin duda aquí murieron seguidores de Kiaransali, han retirados sus cuerpos y los han calcinado o reanimado en algún tipo de muerto viviente.

Asmodeo hizo un examen a fondo de la habitación y le explicó que había muchas zonas en las que parecía haber habido cadáveres durante un tiempo, pero que después se los habían llevado. Entre todos los cadáveres no hay ni un solo objeto valioso, ni siquiera armas o armaduras de ningún tipo.

-Hijos de....-Digo entre dientes.-No han dejado ni una triste moneda de cobre. Esto está registrado a conciencia. ¿Creéis que quizá deberíamos quemar los cadáveres para evitar que se levanten? No creo que lo hagan, pero más vale prevenir...

Ante la propuesta de Asmodeo, Alba asiente. Contra los muertos vivientes toda precaución se le antoja poca. Ella sabe algo de eso.

- No me fío yo tampoco. Prenderles fuego es una opción excelente. La única pega es que podemos llamar mucho la atención. Luces, humos, ya sabéis. No obstante... Permitidme probar una cosa. Si hay algún muerto viviente entre los cadáveres, lo siguiente puede que les haga reaccionar.. o consumirse. Preparaos - dice la joven mientras enarbola su símbolo sagrado, lo alza y descarga su luz sagrada sobre la habitación. Y observa atentamente.

-¿Qué os parece si después seguimos hacia es zona que parece la boca?- digo señalando con la cabeza.

Observo cómo una de nuestras nuevas compañeras comienza a recitar sus oraciones. Sin duda alguna es mejor idea que encender una hoguera en ese lugar, pero realmente no se hasta qué punto puede funcionar.

Uugh se le escapó a la joven, con cara de asco. No era manera de celebrar un banquete, eso lo tenía muy claro.

¿Por qué habrá tantos cadáveres? ¿Aquí la gente se muere sola o qué?

No le gustaba esa sala, le daba mucha grima. Mientras Alba rezaba a su dios, ella se reunió con Nenfirien.

A mi me parece bien, hay que tomar un camino.

Alba hizo brillar su símbolo sagrado mientras lo mostraba a cada cadaver que había en el suelo. Quizá alguno de ellos fuera un muerto viviente haciéndose pasar por un muerto muerto, pero se equivocaban. Allí no hubo ningún cadáver que se reanimase, o que echase a correr, o que simplemente explotase con la luz del símbolo. No pasó absolutamente nada.

Así que, ante la idea de Nenfierien, decidieron tomar el camino que supuestamente correspondía con la boca de aquella gigantesca araña, cuando llegan hasta ella se dan cuenta de que es una plataforma que claramente representa a un altar de sacrificios, está rodeado de paredes esculpidas para parecerse a los afilados colmillos venenosos de una araña. El cadáver de una mujer drow yace sobre el altar, con sus ojos sin vida mirando al techo, y el virote de una ballesta de mano atravesado en su cuello.