Partida Rol por web

El momento que había llegado. Cuando el mago dijo: "matadlos", ya no habbía vuelta atrás. De todas formas había algo que no le gustaba: La mínima protección de los duergars, máxime en el lugar en el que se encontraban; pero también estaban esas puertas en la repisa por encima de ellos que no le daba buena espina.

Además acababan de salir de un combate con un grupo infgerior en número pero que les había puesto en problemas. Tanto es así, que se notaba que la fuerza de unión con su Dios, Obad-hai no era tan fuerte. Tendría que descansar y luego rezar a su Dios para reforzar nuevamente sus lazos.

Aun así todo esto chocaba con sus principios. Siempre que había escuchado relatos de los elfos oscuros había oído hablar de los tricioneros y vengativos que eran. Pero ahora ellos estaban haciendo lo mismo. Asaltándoles y cazándoles en su propia casa. ¿Estaban haciendo lo correcto? ¿se ganarían un enemigo de porvida? ¿estas matanzas darían pie a que ellos hicieran lo mismo?

Las preguntas de Eldarian cesaron cuando Dimitry atacó al grupo. Ya no había salida, la batalla había comenzado... otra vez.

Con un leve movimiento de sus pies, los tacones se rozaron y todo comenzó a ir más lento, o él a ir más rápido. Con su movimiento acelerado, el elfo tensó su arco, preciamente calado con una flecha y cuatro haces de luz plateada salieron disparados hacia los duergars.

Illvander vió como Nenfirien daba la orden de marcha y como sus compañeros empezaban el ataque. No puedo ser menos, debemos acabar con ellos rápido. Tras eso salió de su escondite, busco un buen angulo de tiro y lanzó una bola de fuego contra el azotamentes, los tres drows y si era posible a cualquier otro enemigo cercano de los que estaban mas al fondo.

Desenvaino y me apresto a combatir contra esas crriaturas , aunque esta claro que la situacion no es la que a mi me gustaria. Hay muchos mas enemigos que hasta ahora , y la poca fiabilidad de mis habilidades hasta el momento hacen que comience a pesar seriamente en la mortalidad.

Valduane se soltó de la telaraña mientras arrancaba un trozo de ella, y dejó que su cuerpo levitara en el aire. 

Después señaló la parte de atrás de los duergars, donde se encontraban la mayoría de enemigos, y pronunció las palabras arcanas y los gestos que tantas veces había ensayado.

Una gran telaraña se materializó en la superficie que había señalado.

Aire dejó al tigre en el suelo y dio un paso en la dirección del combate. Señaló con un dedo al azotamentes y dijo

¡Mira lo que tienes en la cabeza!

Al ver como mi hermano inicia el pandemonium, lanzo carga contra uno de los dergar cerca del grupo de avanzada para prestar apoyo a mis compañeros me enfoco en uno de los 2 dergar que estavan libres y aprovechando la cobertura de los magos y el arco de Eldarian, avanzo y enciendo mi aura de poder para poder aumentar el daño de mis golpes aprovechando mi entrenamiento y atacando con escudo y espada con gran maestria al enano elegido "Mala suerte pequeño demonio, muere!!!" pienso mientras me acerco para acestar los fatidicos golpes sobre el enano

Aprieto los dientes. Los aprieto con fuerza por la decisión que he tomado. Cierta agilidad mental generada por la urgencia hace que mis dedos busquen con rapidez el componente necesario para mi conjuro.

Dimitri y Sergei avanzan hacia dos de los duergar y yo, que me encuentro frente al tercero, me digo que le haré pagar por su reticencia a acabar con esto de una forma distinta...pero ¿había otra opción?. Si esto hubiera ocurrido en la superficie, sin duda alguna habría sido distinto, pero aquí, debía ser así.

Apunto al enano con el pequeño cristal de cuarzo y conjuro una lanza de hielo dispuesto a atravesar su vida con ella.

Tras las órdenes de Nenfirien todos los aventureros salieron de su escondrijo, al ver semejante grupo, el azotamente comenzó a mover los tentáculos que colgaban de su boca y un profundo y horrible sonido comenzó a envolveros a todos los allí presentes. Notabais como aquella criatura invadía vuestra mente y comenzaba a hacerla vibrar haciendoos sentir una horrible sensación.

Nenfirien, Sergei y Valduane notaban como la vibración les destrozaba la cabeza y los dejaba de rodillas y completamente aturdidos sin ser capaces de reaccionar. Aquel ataque por parte del azotamentes había dejado, en un instante, a tres de vuestros compañeros inactivos, afortunadamente se había llevado también por delante a uno de los duérgars, a los dos lagartos gigantescos y a los tres kuo-toa.

Uno de los drows, comenzó a hacer varios gestos con las manos, pero ninguno de vosotros fue capaz de entender lo que hacía y tampoco sucedió nada, tan solo notasteis como la temperatura de la caverna descendía y como sobre la cabeza del aturdido Nenfirien y el resto de duergar, lentamente, se iba materializando una gran nube blanquecina, que poco a poco se iba extendiendo por gran parte del lugara.

Después Accalon se preparaba para los posibles ataques que se le podían venir encima, cubriéndose, completamente con sus brazos. Los otros dos drows que había junto al que había lanzado el conjuro decidieron mantener la distancia y prepararse para cualquier posible ataque que le hicieran.

Los dos duérgar que habían sobrepasado el ataque mental decidieron enfrentarse a los aventureros, uno de ellos intentó golpear a Accalon que cubierto como estaba no logró hacerle ningún daño, en cambio el otro si que logró clavar a Dimitri su puntiagudo pico en uno de sus hombros.

Tras ver todo lo que estaba sucediendo el hechicero de fuego señaló al agresivo azotamentes, rascó un poco su bolso de materiales sacando de allí un poquito de guano de murciélago, después le espolvoreó a algo de polvo de azufre y se la lanzó. La bolita, a medida que se iba acercando a su objetivo se iba haciendo cada vez más y más grande, hasta que cuando explotó en la criatura ya se había convertido en una gran bola de fuego que no fue capaz de esquivar. Y ya de paso, eliminó también a los tres kuo-toa que estaban aturdidos.

El azotamentes, aunque malherido todavía se mantenía en pie, preocupado por apagar las llamas que se había formado en sus ropajes. Hasta que de pronto olvidó que estaba ardiendo para empezar a espantar algo que tan solo podía ver él. Aquella criatura se había vuelto loca por unos momentos y finalmente, las llamas que le habían rodeado se hicieron presa de él y fue quemado vivo.

Dimitri aprovechó que el duérgar más cercano estaba todavía bajo los efectos del aturdimiento para sesgar su vida con la ristra de estocadas que le clavó. La criatura, a penas incapaz de defenderse cayó al suelo completamente inconsciente.

Por último, Eldarian disparó unas cuantas flechas sobre el duérgar que estaba atacando a Accalon, uno de sus flechas se devió de su trayectoria y por muy poco casi alcanzó a su compañero, en cambio, las otras tres se clavaron perfectamente en el enano, dos en una pierna y la otra en el hombro. A pesar de ello, el duérgar aún se mantuvo en pie.

Dimitri acabó con uno de los enanos con unas elegantes estocadas. Intentó dar una voltereta alrededor de los otros 2 durengar para poder flanquearlos con la ayuda de Accalon y atacó. ¡Vosotros acabad con el mago! Les gritó a sus compañeros.

Parecía que la estrategia había funcionado mucho mejor de lo que Illvander se esperaba, con un solo conjuro habia eliminado a 4 enemigos, entre ellos el terrible azotamentes.

- Cuidado con el mago, centraos en él, parece el mas peligroso.

Intentando repetir el efecto anterior pero sin saber si volvería a suceder el mismo efecto, Illvander volvió a coger algún componente de sus bolsillos, se concentró, movió las manos mientras pronunciaba el conjuro adecuado y apuntó al mago drow para intentar derribarlo, junto a los guardias drows que lo acompañaban, con otra bola de fuego.

Volviendo a recargar su arco, Eldarian soltó una nuevo andanada de flechas argénteas que parecían salir de su arco de dos en dos. Tal era la velocidad de sus movimietos que la mno no se veía cuando cargaba y soltaba la cuerda.

Sus ataques se centraron en el mago drow, pero a pesar de su buena puentería, el grito del azotamentes lo había dejado un tanto desconcentrado no consiguiendo obtener la puntería con la que solía disparar.

A su lado, Jai maullaba más que rugía, esperando que Eldarian le liberara del conjiro para poder atacar él también. Sin emargo, el elfo seguía con su tonada particular de cuerda de arco.

Ahora que la situación estaba algo mas despejada , me acerco para intentar atacar al mago y asi seguir de algún modo la estrategia que mis compañeros no paraban de vociferar por toda la caverna, como si ellos no entendieran nuestro lenguaje. Pero ese no era momento de analizar las extrañas estrategias , que por otro lado hasta ahora les habían dado buen resultado.

¡Uy, qué divertido! dijo Aire al comprobar que su hechizo había ayudado a que el azotamentes muriera. Así que decidió repetirlo. Señaló al mago y dijo ¡Ahora te atacan a ti!

La nube que se había materializado durante todo el asalto anterior ahora tomaba un color grisáceo y de pronto comenzaron a caer chuzos de punta que se clavaban, golpeaban, congelaban y arañaban a todos los que estaban en el ojo de la tormenta. Los que salieron peor parados fueron los dos duérgar que quedaban en pie y sus monturas, así como Accalon y Dimitri. Nenfirien, aunque estaba algo aturdido era bastante resistente al frío de la tormenta, por lo que nos sufrió ningún tipo de congelación por su parte. El resto, en cambio, notaban como el frío dañaba sus huesos y articulaciones.

Y entonces tan pronto como apareció la tormenta esta se desvaneció dejando todo un estado de calma solo esquivado por la batalla. Entonces, el mismo drow de antes volvió a repetir algunos movimientos, pero esta vez dijo unas cuantas palabras diferentes y entonces, un poderoso rayo brotó de sus manos directamente contre el hechicero del fuego que no lo vió venir y notó como la sacudida eléctrica quemaba toda su ropa y gran parte de su piel dejando un gran agujero en su túnica.

Accalon quería atacar al mago, pero estaba demasiado lejos como para intentarlo, y además se vería sometido a varios golpes de los enemigos que había en medio, así que prefirió continuar golpeando al enano contra el que se estaba enfrentando. Y a pesar de que el golpe no había sido muy fuerte, aquella herida fue la que terminó de abrir las demás haciendo que el enano quedara completamente inconsciente.

Los otros dos drows decidieron poner cartas en el asunto y cargaron, ambos, contra Dimitri. Aquel enemigo también parecía un hueso duro de roer y la oportunidad que le generaba el duérgar para poder flanquearlo fue perfecta para los elfos oscuros. El guerrero logró esquivar uno de los golpes, pero el otro no lo vio venir y notó como le clavaban por la espalda el filo de su espada. Lo mismo hizo el duérgar que con su afilado pico trató de clavárselo, pero esta vez Dimitri, a pesar de las heridas sufridas, logró esquivarlo.

De nuevo, Illvander decidió lanzar una de sus poderosas bolas de fuego, pero esta vez cambió de objetivo pues la bola fue directamente contra el mágico de los drows. La explosión no solo le afectó a él, sino que alcanzó a otro de los elfos oscuros y a uno de los lagartos de carga que comenzó a arder al igual que el resto. Aquel conjuro no llegó a alcanzar al otro drow, y mejor así, porque de haberlo hecho se hubiera llevado también por delante a Dimitri y tal y como se encontraba era bastante probable que no sobreviviese.

Sorprendentemente, y a pesar del resultado del hechizo y que los drows gritaban por las llamas que habían prendido su ropa, las criaturas continuaban manteniéndose en pie, dispuestas para no rendirse.

Aire usó de nuevo su estrategia y lanzó el conjuro queriendo afectar, esta vez al mago, pero la hechicera no tuvo tanto éxito y el conjuro no tuvo ningún efecto sobre su objetivo.

Accalon había derrotado ya al enano contra el que se había enfrentado, por lo que Dimitri no tenía ninguna posibilidad de usarle como compañero de combate, así que, sin tener tanta suerte como antes, logró herir seriamente al duérgar, pero sin tener mucho éxito en el hecho de quitarle de en medio.

El que puso el punto final de la existencia del elfo oscuro mágico fue Eldarian, que entre varios intentos de ataques con sus flechas, una de aquellas logró acertar en su enemigo poniendo fin a la amenaza que éste suponía.

De entre un hueco de la caverna que había a la derecha de vosotros aparecieron nuevamente tres drows, a juzgar por sus vestimentas aquel trío estaba compuesto, igualmente por un lanzador de conjuros y dos combatientes. Aquella criatura volvía a suponer una nueva amenaza. Los otros dos solo se acercaron al enemigo más cercano, pero no pudieron llegar a alcanzarle. En cambio, el lanzador de conjuros no dudó ni un instante en usar su magia contra el primero que vio, y así Dimitri recibió de nuevo un rayo que atravesó gran parte de su armadura dejándolo completamente inconsciente a merced de los futuros ataques que le pudieran hacer.

Derrepente todos los enemigos que quedaban en pie en la sala decidieron atacarle a el. Los guerreros drows y el durengar que quedaba en pie atacaron a la vez contra Dimitry quien solo pudo defenderse como pudo. Cuando pensaba que los ataques contra su persona habían acabado, un nuevo mago con sus 2 guerreros correspondientes aparecieron y sin pensárselo dos veces el nuevo mago atacó también a Dimitry lanzándole un rayo que al estar rodeado por los 3 guerreros no pudo esquivar. Luego todo se volvio negro.

Al ver que su compañero Dimitry caia bajo los ataques de sus adversarios, Eldarian decidió acercarse y ayudarle. Tras tocar a su tigre para que se hiciera del tamaño normal nuevamente, el elfo salió corriendo hasta llegar al lado de su compañero.

Cuando llegó, tiró el arco al suelo y puso una mano en el pecho del guerrero. Con una plegaria a su Dios rogándole su favor, curó la herida que le había hecho perder la conciencia a su compañero.

Al recibir el ligero toque de su amigo Eldarian, jai tomó la forma normal que era en el: un gigantesco tigre blanco. Pero el tigre no esperó a transformrse para salir detrás de su compañero y lanzarse a por los enemigos de éste. Con furia, cuando el elfo se agachó a curar a Dimitry, Jai saltó por encima para luchar contra los enemigos que había dejado Dimitry. Mientras hacía esto un rugido inundó la sala dejando clara su presencia.

El felino cargó contra su rival con su temible garra.

Las cosas se estaban complicando y mucho, Illvander intentó no perder tiempo y volvió a seleccionar a un nuevo objetivo, el nuevo mago drow. La estrategia no iba a cambiar mucho, estaba dando buen resultado asi que se concentró y recitó un nuevo conjuro de bola de fuego con la esperanza de aniquilar al mago drow y a sus dos centinelas.

- Tres insconcientes y uno moribundo... No tiene buena pinta, acabemos con esto rápido gente!!