Partida Rol por web

Ofrendas Ardientes

Cap. 2 - Ira y Cristal

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07/02/2011, 14:45
Ivolt

El nuevo sherif había cambiado de opinión repentinamente, un rasgo más de la contaminada forma de ser de los "citadinos" se manifestaba en el antaño shoantí. Ivtolt se encogió de hombros y siguió el camino que debía seguir. Poco le importaban las razones que tuviera Kaddok para interesarse en registrar los pisos superiores, él sabía que el verdadero peligro se encontraba debajo.
Al bajar se encontró con una galería de piedra y tierra, sus lobos perdieron de inmediato el rastro y debió guiarse sólo por los indicios que la tierra le brindaba a mode de intuición. Decidió que el pasillo sur, una construcción más vieja que el resto del tunel, era un buen lugar por el que comenzar. A su paso halló puertas reforzadas y cerradas, antes de irrumpir en alguna de las habitaciones que guardaban decidió continuar. Cuando por fin entendió que ya nada quedaba por ver respiró profundo y guiándose por aquel sentimiento suprahumano se encaminó decidido hacia su destino.
La fuerza de sus músculos fue suficiente para forzar la puerta que vedaba el paso. Delante un extenso tunel crecía ante sus ojos caminó por el sumiéndose cada vez más en la penetrante obscuridad hasta que por fín llegó a una bifurcación.
Tres eran los caminos por los que optar, izquierda, derecha y centro cuando se dispuso a meditar sobre cual sería el correcto algunos de sus cachorros comenzaron a mostrarse incómodos, algo proveniente del lado izquierdo importunaba sus nervios. A punto estuvo de seguir aquella dirección cuando una fuerte pulsión lo llevó a continuar por el pasillo central viéndose obligado a colocar las correas en los animales para dominarlos. Una vez se hubieron alejado del lugar el humor de los lobos volvió a la normalidad haciendo que el monje pudiera soltar sus amarres con tranquilidad.

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07/02/2011, 14:46
Hiflin Milner

Como siempre, Hiflin solo apareció cuando fue realmente necesario, un oportuno golpe con el pomo del estoque hizo que el semielfo cayera al suelo. Antes siquiera de empezar a sacar la cuerda para amordazarle apareció el shoanti, el que parecía el líder, Kaddok creía haber escuchado su nombre en la refriega. Mascullando entre dientes una maldición se aseguró que el semielfo no se levantará más con un brutal golpe, acto seguido salió corriendo por el pasillo, asombrado el varisio no podía mas que repetirse que no estaba entendiendo nada de lo que sucedía. Mientras los compañeros se reagrupaban se apresuró a registrar las pertenencias del tal Tsuto, de todo lo que encontró lo que mas llamó la atención fue un anillo de buena manufactura, en sus tiempos habia trapicheado con ellos, un anillo de protección, sin que nadie lo viera haciendo uso de sus ágiles manos lo ocultó a la vista de todos.

- Polvo de oro y plata, diría que esto tiene bastante valor, unos pendientes de plata, unas herramientas que a mi ya no me sirven, un libro, una flauta... - dijo al mago y al clérigo guardandose mucho de decir lo que había cogido para sí, malos hábitos que se cogen con los años en el oficio.

Al parecer el libro era su diario, les sería de utilidad para entender el por qué del ataque de los goblins. Mientras todos estaban ocupados inspeccionando la fábrica o con las pertenencias de Tsuto, Hifflin aprovechó para escabullirse y dirigirse hacia donde había tenido lugar el combate con los goblins. Necesitaba encontrar la bolsa con el anillo que le habían robado aquellos goblins, podía meterse en un problema muy grave si no recuperaba el anillo. Al llegar a la sala vio los cadaveres de al menos una docena de aquellos inmundos trasgoides. Hizo de tripas corazón y se puso a revisar sus pertenencias, solo encontró comida agusanada, unas monedas pringosas que se negó a coger y algunos cuchillos y armas de bajísima calidad. Hiflen empezó a buscar por el resto de la habitación, y a parte de cristales rotos y manchas de la repugnante sangre de los goblins ni rastro de la joya.

Desalentado por no encontrar el anillo volvió con el resto del grupo, quizás si seguía cerca de ellos podía enterarse de algo más de donde venían el grupo de trasgos o de si había más por los alrededores. Mientras ellos seguían hablando el varisio se quedó en un segundo plano, procurando no llamar la atención y escuchando atentamente cada palabra que decían.

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07/02/2011, 14:47
Laetitia Desnae

Parecía que el tiempo se hubiera parado, que ella era la espectadora de una obra de teatro o ambas cosas, ya que lo que había sucedido después de lanzar el conjuro tratando de asustar al tipo que había atrapado a Dorlam y reconocerlo como el hermanastro de Ameiko estaba algo difuso, y la sensación que tenía la bardo era de ser una simple espectadora ya que hasta juraría que se había visto a sí misma desde fuera cargando ciega de ira contra el semielfo sin preocuparse por el escudo humano que era el mago. No se reconoció atacando con todos los medios a su alcance sin dudar, pero estaba fuera de dudas de que era ella... las palabras del semielfo no hacían más que enfurecerla todavía más, y hasta que no se quedó inmovil en el suelo no dejó de atacar.

Con el bastardo inconsciente, la ira se disipó y volvió a sentirse parte de la escena, y su estómago le recordó que no estaba acostumbrada a esas cosas. Después de ver desaparecer a Kaddok corriendo a una velocidad increible fue a buscar a Minvant y Ameiko, preguntándose si hacía bien dejando a Dorlam solo al cargo de la situación, aunque al ver a Rictor ir hacia ellos se quedó más tranquila.

La bardo entró en la sala de trabajo, y la escena era dantesca con los restos de los goblins, el saqueo y los cuerpos de los trabajadores torturados... pero lo que más la sobresaltó fue que la sacerdotisa se encontraba junto a un cuerpo inerte. Corrió hacia ella y vio que era el cuerpo del padre de Ameiko, brutalmente maltratado. Se quedó inmovil unos momentos al ver lo que el odio podía hacer y preguntándose si después de loq ue acababa de hacer ella, podría ser capaz de hacer algo así, tan aberrante. No fue hasta que llegó Kaddok y le pidió que sacara a la sacerdotisa de allí que se dió cuenta y pudo reaccionar. MIró a Minvant, que seguía también en shock. Unas marcas surcaban su rostro, surcado de lágrimas - Vamos... ven conmigo - le dijo ayudándola a levantarse. El dolor por el proyectil alojado en la pierna de la sacerdotisa le impedía caminar, así que la bardo lo sacó y conjuró una curación agarrando el medallón de plata de Desna que llevaba al cuello. La herida de la pierna se cerró y llevó a Minvant a una habitación separada, donde no hiciera tanto calor y pudiera estar más tranquila sin visiones de muerte y destrucción - Tranquila, ya ha pasado todo, no te preocupes - Dijo cuando la sentó, todavía en shock - Ni Tsuto ni los goblins volverán a hacerle daño a nadie. No tienes de que preocuparte - concluyó dandole un abrazo a ver si así reaccionaba. Conjuró un truco de magia para limpiar a la sacerdotisa y hacer que el lugar fuera un poco más acogedor - Ahora vuelvo. - dijo desde la puerta - Espera aqui y descansa, estarás segura. No te preocupes, que te dejo bien protegida... - antes de cerrarse la puerta se escuchó el sonido de un pato en detrás de una caja.

La bardo se idrigió hasta el cuerpo de Lonjiku y se quedó mirándolo con una profunda tristeza, aunque no supo muy bien si era más por el destino de aquel hombre, por el de su hija cuando se enterara de lo que le había ocurrido y quien era el causante o por Tsuto y lo que debía de haberle pasado para ser capaz de obrar así. Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, conjuró de nuevo el truco de magia para limpiar el cuerpo lo mejor posible, retirar los cristales y dejarlo en las mejores condiciones, y luego los del resto de trabajadores. Finalmente usó las energías mágicas que quedaban para adecentarse ella también y recuperar un poco la compostura. Limpió una mesa de trabajo y dejó sobre ella los cuerpos para poder realizar una plegaria por ellos y realizar los ritos pertinentes dando tiempo al resto para... para lo que fuera que estuvieran haciendo.

Escuchó la llamada de Kaddok y, tras mirar la puerta tras la que se encontraba la sacerdotisa pensó que era mejor dejarla descansar y fue ella en respuesta a su llamada

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07/02/2011, 14:47
Rictor Lasanti

Recordaba cómo habían rezado, él y ella. Ella encomendó su suerte a la de Desna, y sin duda ésta le favoreció. Él encomendó sus acciones a la gracia de Iomedae, rogándole un buen golpe rápido para acabar con el enemigo diligentemente, antes de aquella execrable especie pudiera tener la oportunidad de escapar y cometer más maldades o perpetrar su especie y engendrar futuras amenazas. A parttir de entonces, no hubo más pensamientos, conscientes o no. Cuando uno está en una batalla, debe limitarse a pensar en una batalla. Como espadachín, y como adepto de la Santa Iomedae de la Espada, debía saberlo. Después de un impresionante salto del shoantí que había aplastado el frágil cuello de un goblin con un sonido ciertamente desagradable, algunos de ellos se acercaron hacia lo que parecía una presa desvalida: Minvant. Rictor se interpuso con celeridad entre ella y el bicho y descargó un soberbio tajo, partiéndolo en dos. Sacó su espada del torso del goblinoide y acompañó a Minvant, que sacudía su maza de un lado a otro con escaso éxito. Tenía voluntad, pero su habilidad de combate no era exactamente como para tirar cohetes; después de todo, uno no podía esperar que una mujer se dedicara a oficios de hombres. Mientras corría hasta allí, volvió a jijarse en el escenario que le rodeaba. ¡Qué matanza! Aquello era asqueroso, y si no cedía a las arcadas era por respeto a su condición, por no deshonrar la muerte ya de por sí terrible de aquella pobre gente y por ser inconveniente al momento en que se encontraba.

"Iomedae os acoja en su seno, hermanos"

Tal vez fue la advocación lo que le dio fuerzas, porque por cada espadazo que propinaba un nuevo trasgo caía, y estaba un paso más cerca de llegar hasta donde Minvant se encontraba. El efecto en la moral de los bichejos debería haber sido devastador, pero parecía que se envalentonaban cuando combatían junto al resto de su banda de saqueadores, incluso si estos estaban siendo a su vez oportunamente defenestrados por sus compañeros. Cuando llegó hasta ella, apartó a otro de los goblin que trataban de hacerla trastabillar y caer (y ensañarse con el cristal que llevaba) con una mano y atravesó su garganta con la espada. Se deshizo de él de un tirón, y continuó hasta los arqueros, tras reparar en que la mujer sagrada había sido herida por uno de aquellos proyectiles. ¿El saldo? Dos muertos y otro en fuga. Hubiera ido a apoyar a Kaddok, pero parecía que su contribución en forma de conjuro protectivo había tenido el efecto deseado; salió suficientemente indemne para el peligro que había corrido. Hubiera ido a perseguir al goblin, pero Minvant manifestó otra opinión. Debían unirse al resto del grupo y detener a aquel tipo. Creía que ya lo habían reducido a aquellas alturas, pero el muy miserable debía de ser un hueso duro de roer.

-¡Entendido! -gritó, siguiendo a Kaddok.

Para cuando llegó, había poco que hacer. Miró al tipo con cierto resentimiento, desprecio incluso. No, no lo conocía, pero ser al parecer conocido de Laetitia y que aun así hubiera podido traicionar a tanta gente no hacía que subiera en su categoría de estima. Kaddok parecía pensar de modo similar, porque parecía milagroso que con semejante puñetazo no le hubiera destrozado la cara. Con todo, muerto no le serviría de nada, y le puso un guante de cuero en la boca, sugiriéndole que mordiese. Con rapidez, extrajo de una sentada el virote del cuerpo del semielfo, lo que fue acompañado por un espasmo por parte de este. Estabilizar la herida fue fácil, pero, realmente, aquello había tenido que ser doloroso para él. No era quién para juzgar lo que había pasado, pero que Lamashtu le pariese si no estaba sobradamente tentado de hacerlo. El tipo con aspecto de ladronzuelo se reveló como un tipo con intereses de ladronzuelo cuando "requisó" las propiedades del traidor. Pero lo que descubrió Dorlam le intrigó, al principio, y luego le indignó, progresivamente... hasta que llegó el último punto, momento en el que desvió la vista y suspiró, mirando al semielfo. Así que había sido un títere en todo aquello. Y esa Nualia, ¿no era la chica de la que Laetitia hablaba?

-¿Cómo vamos a decirle esto? -dijo Rictor, imaginándose bastante bien cómo podría acoger aquella noticia- En cuanto a lo otro... creo que tienes razón. Estamos listos. ¿Cómo podremos arreglárnoslas para detener esto con un ejérito formado por siete personas?

Su siguiente paso fue llevarse el colgante que mostraba un crucifijo de madera, alzarlo y llevárselo a los labios. Todos los allí reunidos experimentaron una sensación de gozo y plenitud, de sosiego; aunque sólo fuera por unos segundos, era una sensación agradable tras todo aquel sinsentido. Además, al terminar, se percataron de que las heridas se habían cerrado y la sangre había restañado. No lo arreglaba todo, pero sí que era un buen comienzo. Lo demás requeriría un poco de ayuda y atención, más tarde. Examinó a la mujer con ojo experto (ojo experto de sacerdote, hay que puntualizar para no comprometer la virtud de ésta) y dijo:

-Está desmayada, pero no es algo que no podamos arreglar. Unos días de reposo y algo de ayuda extra lo arreglarán.

Prestó ayuda a la mujer que hasta no hace mucho había atendido al iomedita cuando este se hospedaba en el Dragón Oxidado, y la acomodó en el mejor lugar posible. Le pidió a Minvant que le relevase un momento, tenía que comprobar el resto mde las salas por si quedaba alguien vivo. Kaddok no había mencionado nada, pero bien pudiera ser que por la escitación de la batalla lo hubiera olvidado. No era propio del shoantí, pero podría ser. O quizás sólo era algo que quería crecer, algo a lo que podía aferrarse un hombre desde hace apenas tres años, un joven apenas, para que su mente no cediese ante todo lo que el destino había decidido arrojarle. No encontró ningún herido, en realidad. pero sí que encontró algo...

-¡¡¡OH, DIOSA!!!

El grito se oyó desde la sala. Para los que ya habían estado allí, era evidente que Rictor acababa de encontrarse con Lonjitsu. Salió de allí todavía alterado (únicamente había podido soportarlo para tratar de aportar paz al descanso de aquella pobre alma) y volvió a asistir a Ameiko, reuniéndose con los demás. No se permitió derrumbarse. Diablos, simplemente no podía permitírselo.

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07/02/2011, 14:48
Kaddok

El sheriff escuchó a Dorlam, hojeó el diario y negó con la cabeza. - Tutso irá a una celda, y mucho me temo que aguardará encadenado y maniatado hasta que alguien pueda interrogarlo por medios mágicos, si realmente intentó matarse no dudará en hacerlo nuevamente. Su diario es prueba suficiente para ir a la alcaldesa y condenarlo, ademas de mandar un mensajero para que alcance al Sheriff y solicite más refuerzos, pero no nos dice donde se esconde Nualia. Si realmente queremos que Sandpoint esté a salvo debemos encontrarla y acabar con todo esto. - Miró a los hermanos y negó con la cabeza - Sugiero que Minvant y Laetitia se lleven a Ameiko al templo, o a lo de Hannah, necesita cuidados para reponerse. Hilfin, tu me ayudarás a llevar a Tutso a una celda, quiero hablar contigo, tus servicios y habilidades podrían ser de utilidad para la ciudad. Dorlam, Rictor, sois libres de hacer lo que deseeis, pero quisiera que al menos Rictor me acompañara para cuidar al reo.

Kaddok había hablado con autoridad, en voz alta, de una manera diferente a la hosquedad que los tenía habituados. - Cuando hayamos dejado a los Kaijitsu en sus respectivas camas, los que lo deseen vuelvan aqui. Ivtolt ha descubierto unos túneles y no ha vuelto aún. Eso puede significar dos cosas, está muerto o el tunel es largo, en cualquier caso debo investigar y no creo que sea muy sabio hacerlo solo.

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07/02/2011, 14:48
Director

Dorlam estudió a fondo el diario que tenía entre sus manos mientras Rictor vigilaba al inconsciente Tsuto, el mago fue pasando paginas y frunciendo más el ceño a medida que avanzaba y veía los mapas, los dibujos y los pensamientos del semielfo plamados en aquellas páginas. Para cuando terminó de leer y revisar los datos, supo quién había sido el verdadero culpable del ataque del pueblo. Le pasó el diario a Rictor para que le echase un vistazo mientras trataba de detectar algún tipo de magia en Tsuto, pero no encontró nada mágico en sus ropas ni en sus pertenencias. En el momento en que Rictor asimilaba el contenido del diario, Kaddok entró con Ameiko en brazos pidiendo su ayuda.

El iomedita comprobó su estado, solo estaba inconsciente, con un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza y le dijo a Kaddok que solo necesitaría reposo. Hiflin regresó de su inspección, pero no había noticias de Laetitia ni de Minvant. Rictor decidió ir entonces a la fragua y se encontró con Laetitia y los cuerpos mutilados de Lonjiku y sus trabajadores y tras lanzar un tremendo juramento que resonó en toda la parte norte de la fragua, ayudó a la bardo a acomodar los cuerpos y darles el descanso que necesitaban. Kaddok miró a Dorlam quién se había sorprendido por el grito y le explicó lo que habían encontrado en la fragua mientras echaba una ojeada al diario.

Cuando llevaba dos paginas leídas, las que Dorlam le había señalado, sintió una delicada mano posarse en la quemadura de su brazo y dio un respingo por el inesperado contacto. Minvant lo miró con una expresión indescifrable, tenía la capucha sobre la espalda, el pelo recogido hacia atrás con algunos mechones sobre sus ojos, pero ya no llevaba la máscara y sus cicatrices eran visibles. La quemadura del brazo dejó de doler así como el lado que había sido herido, en completo silencio la sacerdotisa se acercó a Tsuto y a Ameiko para ver si estaban bien, una mancha en el pantalón demostraba que había sido herida. Volvió a centrarse en el diario, el mago señaló impaciente un pasaje del diario y cuando Rictor y Laetitia regresaron, los tres miraron a la bardo preocupados. Ella les devolvió una mirada confusa, Dorlam dio un paso al frente y le tendió el diario.

- Lae... Tsuto tenía razón... es posible que puedas volver a encontrarte con una vieja amiga... aunque mucho me temo que ya no sea la persona que recuerdas...

La bardo tragó saliva y arrancó impulsivamente el diario al mago, empezando a cansarse de tanto juego. Minvant se acercó a ella y miró también el diario, los demás intercambiaron unas miradas preocupadas mientras Laetitia echaba un vistazo al diario. El primer mapa que llamó la atención de Laetitia fue el que mostraba el plan de Sandpoint, bajo un párrafo en el que Tsuto había escrito y bajo el cual había un dibujo de una mujer.

 


La incursión ha ido como estaba planeado. Pocos de los goblins de Thisletop han muerto, y conseguimos asegurar el ataúd de Tobyn con facilidad mientras los estúpidos eran distraídos por el resto de los goblins. No puedo esperar hasta la autentica incursión. El pueblo entero merece arder, eso es seguro.

 

Al pasar de página, la palidez de Laetitia se incrementó de tal manera que Minvant pensó que iba a desmayarse, había un dibujo de una muchacha hermosa, poco tiempo tardó la bardo en reconocerla como su amiga Nualia. Leyó con rapidez el párrafo...


Ripnugget parece favorecer un enfoque que implique un abrumador ataque por tierra, aunque no creo que sea el mejor plan. Deberíamos obtener la ayuda del quasit. Enviar sus monstruos hacia arriba por medio de los túneles de los contrabandistas que se encuentran en la fabrica de mi padre, y entonces invadir desde el río y desde la Fabrica de Vidrio en ataques más pequeños pero más centrados. El resto, excepto Bruthazmus, están de acuerdo, y estoy seguro de que el bugbear tan solo me lleva la contraria para fastidiarme Mi amor esta demasiado distraído en estos momentos con las cámaras inferiores para tomar una decisión. Ella dice que una vez Malfeshnekor este liberado y bajo sus ordenes no tendremos que preocuparnos en ser sutiles. Espero que tenga razon.

La última página fue decisiva, para cuando Laetitia terminaba de asimilar, Kaddok ya hablaba dándo órdenes.


Mi amor parece resuelta a seguir con ello pese a todo, nada de lo que le digo la convence de su belleza. Ella permanece obsesionada con eliminar lo que ella llama su “macula celestial y reemplazarla con la gracia de la Madre"

Quemar los restos de su padre en la capilla Thisletop parece haber iniciado la transformación, pero no puedo decir que su nueva mano me agrade. Espero que cuando ofrezca Sandpoint al fuego de Lamashtu su nuevo cuerpo no sea tan espantoso. Quizás tenga suerte, después de todo los súcubos son demonios también ¿No?

- Cuando hayamos dejado a los Kaijitsu en sus respectivas camas, los que lo deseen vuelvan aqui. Ivtolt ha descubierto unos túneles y no ha vuelto aún. Eso puede significar dos cosas, está muerto o el tunel es largo, en cualquier caso debo investigar y no creo que sea muy sabio hacerlo solo - fue lo último que escuchó Laetitia.

Minvant la zarandeó un poco para que reaccionara.

- Lae, vamos a la Iglesia - susurró. - Ya tendremos tiempo para comprender todo esto... - la abrazó con cuidado como antes había hecho ella, pero no sabía si se derrumbaria.

Notas de juego

Enlace al diario de Tsuto

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07/02/2011, 14:51
Ivolt

Sus pasos lo guiaron por aquel tenebroso túnel que se extendió demasiado siempre recto hacia delante. Cuando por fin llegó al final se encontró con una habitación vacía, nada había allí, sin embargo había llegado hasta allí siguiendo el rastro de un cadáver que no encontró hasta el momento.
Una revisión más detenida del lugar le permitió dar con lo que se le antojó una puerta oculta. Haciendo acopio de todas sus fuerzas logró abrirla para encontrarse con una obscura playa. Halló restos de lo que supuso era un campamento gobling y las huellas de un ser humanoide que discurrían hacia la playa. Había llegado demasiado tarde, el cuerpo y sus enemigos habían partido por mar.
Enfurecido torció sus pasos hacia el portal y regresó a toda prisa hasta el cruce de caminos. Algo había inquietado a sus lobos en aquel lugar, en aquel momento había descartado la idea en pos de encontrar al cuerpo que regresaría a la vida y aniquilaría la ciudad, ahora que había perdido el rastro y toda posibilidad de evitar los futuros sucesos decidió que descargaría toda su frustración contra aquello que crispara los nervios de sus cánidos amigos.
Al llegar al cruce el nerviosismo volvió a hacerse presente en los animales negándose a seguir las órdenes de Ivtolt, incluso Sasha, la matrona de la manada y la más fiel de sus lobos se rehusó a seguir camino. “Otra razón más para frustrarse” pensó el monje mientras continuó su camino en solitario.
Varios metros más adelante un pasaje se abría a su derecha, intrigado giró su linterna justo en el preciso instante en que una bestia albina se abalanzaba sobre él. Sus ojos brillaron rojos en al profunda obscuridad del túnel y sus mortíferas garras se clavaron sobre el costado derecho el monje.
Al humano le resultó extraño como aquella criatura, habituada a la negrura que poblaba el lugar, se había movido tan diestramente ante el brillo de la lámpara que la alumbraba. Resultó evidente para el hombre, que aquel ser no usaba los ojos para ubicarse y si lo hacía no era luz lo que estos captaban.

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07/02/2011, 14:52
Dorlam Selt

Apenas bastaron unos instantes, con el diario que tan laboriosamente estaba estudiando, volando de mano en mano, para que el mago comprendiera que su labor allí había finalizado. El numeroso grupo de goblins había sido reducido apenas sin causar daños y sólo Tsuto había supuesto un problema, gracias quizá a la falta de concentración que el mago mismo había tenido.

Ivolt parecía haber descubierto los túneles que se mostraban en el diario y que el mismo había sido incapaz de identificar, por lo que apenas quedaba nada que hacer, salvo llorar el dolor por la muerte del patriarca de los Kaijitsu o consolar la oscura tristeza que Ameiko podría llegar a sentir. En el estado actual Dorlam no se sentía capaz de ayudar en el interrogatorio de Tsuto aunque Kaddok ya se había preocupado de excluir al mago de dichos menesteres, siendo el único de todos los presentes que parecía estar libre de labores.

Dorlam hojeó por última vez el diario, apuntando mentalmente las cuatro pinceladas que había propuesto investigar más a fondo y luego se lo tendió al sherrif, seguro de que dicho libro sería pieza fundamental para argumentar el arresto del semielfo. - "Kaddok... en una de las páginas del diario están los bocetos de los túneles que Ivolt a encontrado; sin duda la entrada y salida de los goblins hacía Sandpoint y por donde se fraguaría el ataque a mayor escala. Toma el diario; supongo que te hará falta como prueba."

Ahora, con la noche por delante, los planes del mago eran reponerse mentalmente para preparar nuevos conjuros. Acompañaría el cuerpo del padre de Ameiko junto con el resto hasta el lugar apropiado donde realizar el velatorio y luego se iría a descansar.

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07/02/2011, 14:53
Rictor Lasanti

La juventud tiene ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, Rictor Alphonse Lasanti, el vástago de la familia Lasanti que hace unos momentos se sentía eufórico por su pericia a la hora de eliminar bastias goblinoides y comprobar cómo todas sus lecciones desde hacía años se concretaban en una magnífica demostración de habilidad, había pasado a un estado de abatimiento y un mutismo más consciente después de haberse encontrado con aquello en la sala. Su juventud, su inexperiencia, le había hechio mucho más sensible a ello; por contra, su espíritu seguía siendo aún maleable por su njuventud y podía asimilarlo con mayor o menor tino. Aun así, daba gracias por ser lo suficientemente mayor de edad, y es que dentro de poco iba a necesitar un buen copazo de algo si quería mantenerse a fondo y con la misma disposición con la que había empezado. Y es que hay cosas que afectan hasta el ánimo más templado, bendita sea Iomedae la misericordiosa.

-Deberíamos llevarla al Dragón Oxidado -admitió- En cuanto al patriarca Kaijitsu, quizá sea mejor que lo lleve... que lo lleve ante el padre Zantus. Si el hombre era devoto de Desna, claro.

Meneó la cabeza, aún mirando hacia el suelo; estaba deseando que aquella escena terminase ya, pero tenía la suficiente experiencia como para entender que nada había hecho sino empezar. ¿Descansar, decía el mago? ¿Acaso ninguno de ellos podría realmente descansar sabiendo qué era lo que acechaba a aquella ciudad, ahora que tenían algo más consistente que indicios vagos? Lo dudaba. Lo dudaba mucho. Pero, con todo, necesitarían una cierta tregua para recuperarse antes de emprender la inmensa tarea que se les planteaba en aquel diario. Dioses malignos y magia perturbada. ¡Iomedae nos guarde!

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07/02/2011, 14:54
Laetitia Desnae

Si ya estaba preocupada por ver las expresiones del resto, cuando empezó a ojear el diario se quedó mucho más... aunque finalmente se recompuso - Es falso - dijo tajantemente cerrándolo de golpe - Lo que hay escrito aqui no es cierto, lo que no alcanzo a comprender es si es fruto de una mente brillante que busca distraernos y dar pistas falsas o una mente enferma obsesionada que ha sido manipulada... o una mezcla de ambas. Nualia está muerta desde hace cinco años y él - dijo señalando al semielfo - estaba obsesioando con ella. No sería dificil para alguien que se le pareciera hacerse pasar por ella y manipularlo para que haga lo que desee... si es que hay alguien y no es una fantasía de su trastornada mente. No sabemos si este diario contiene más información falsa, puede que quien esté detrás de todo esto haya pensado que lo mejor es dejarnos pistas falsas que nos perturben, a fin de cuentas Tsuto sabe como afectarnos a los que nos conoce, ya viste Dorlam, como se comportó mientras se cubría contigo. Deberíamos separarnos y actuar de la forma más discreta posible. Que alguien se quede aqui por si vuelve el de los lobos y mientras llevar a Tsuto a prisión para dejarlo atado y amordazado y a Ameiko a la casa de Hannah. Los cuerpos de los muertos habría que dejarlos aquí y que Zantus venga a ocuparse de ellos. Después deberíamos volver y si no ha regresado el de los lobos bajar a ver si esos tuneles son muy largos o hay alguien más por ahi abajo. Solo algo de exploración, no una confrontación directa... y mañana, cuando despierte, interogaremos a Tsuto...

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07/02/2011, 14:54
Dorlam Selt

La negación de Laetitia sobre la información del diario era comprensible por su relación con Nualia pero bien era cierto que esa relación podía llegar a ser perjudicial para los intereses del grupo. - "Desengañate Laetitia. A mi los goblins me han parecido de lo más reales, al igual que el robo en el cementerio... No se si será la verdadera Nualia o no pero habiendo demonios de por medio no me extrañaría nada. Yo por ahora no doy nada por sentado y tu deberías hacer lo mismo" - Dorlam no quería ser brusco o frío con Lae, pues seguro que muchos sentimientos habían aflorado desde el pasado pero debía mantener un espíritu realista y que hacer que la bardo tuviera esa dosis de realidad. - "Bajemos ya a esos túneles y busquemos al otro monje. Cuanto antes lo hagamos antes podremos volver..."

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07/02/2011, 14:55
Laetitia Desnae

- ¿Pero que estas diciendo? ¿quien esta negando el ataque o los goblins? Solamente te digo que este desgraciado esta perturbado, creo que no te quedará ninguna duda despues de ver como se comportaba y loq ue ha sido capaz de hacerle a su pueblo y a su hermana... y que siendo que estaba obsesionado con Nualia, ¿vas a negarme que alguien haciendose pasar por ella no podría manipularlo a su antojo?... y como bien has dicho, ¿sobre todo habiendo demonios que pueden alterar su aspecto y manipular mentes de por medio? ¿No sería acaso más factible que uno de esos demonios tratara de crear confusión y dejarnos tan aturdidos que no pudieramos reaccionar con claridad? ¿Por que si no iba a dejar que siguiera él aqui con todos los planes nbien detallados si no es para que lo capturemos y tengamos la falsa creencia de que sabemos su proximo paso? Además, la tumba que ha sido alterada es la de Tobyn, la de Nualia sigue intacta... ¿cómo es posible que esté dirigiendo ejercitos de goblins si está enterrada? No... ha podido usurpar su apariencia y engañar a este loco, pero no es ella. No puede ser ella. Y sobre lo de bajar, antes me preocuparia en dejar al prisionero a buen recaudo y a Ameiko en buenas manos

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07/02/2011, 14:55
Kaddok

La discusión amenazaba con alargarse en lo inútil, y sinceramente Kaddok no estaba de humor para especulaciones. - También es cierto que la tumba de Nualia siempre ha estado vacía, y por lo que dice el diario la quema del cadaver de Tobyn sirvió para que se le entregara a Nualia, o a quien Tutso crea que es Nualia, un razgo demoníaco, una mano. - meneó la cabeza, sus palabras sólo podían acalorar las cosas con Laetitia. - No importa ahora, debemos dejar a Tutso a buen recaudo, mañana un buen conjuro de Desna, o de la magia de Dorlam, lo harán contarnos la verdad. Hay linternas aqui, y puedo traer soga de las cuadras. Dejaré a Tutso encadenado y custodiado y volveré aquí, Hilfin, deberás jurar que no usarás tus habilidades para desvalijar las casas de Sandpoint, tu palabra me servirá, caso contrario, como Sheriff de Sandpoint, tendré que dejarte con Tutso de forma preventiva. Hay demasiadas cosas sucediendo cómo para tener que preocuparme por las propiedades de los demás.

Tomó al semielfo por debajo del brazo y comprobó que no estuviera fingiendo su desmayo - Vamos, no hay mucho tiempo, y no quisiera encontrar el cadaver de Ivtolt cuando bajemos.

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07/02/2011, 14:56
Laetitia Desnae

- Va... ¿vacia? ¿Cómo que esta... ? que siempre ha estado... ¿vacia? No puede ser... ¿por que?... - la bardo estaba en estado de shock

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07/02/2011, 14:56
Kaddok

- Por lo que me ha contado Belor, nunca se halló el cuerpo entre los escombros de la iglesia. - apoyó una mano sobre la espalda de la bardo - Deja de pensar en eso, hay quienes dicen que era tan frágil que se ha consumido por completo. - evitó decir lo que pensaba, que quizá ese había sido su primer paso hacia el camino de Lamatshu y ahora volvía a completar su obra.

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07/02/2011, 14:57
Hiflin Milner

Una retahíla de nombres y sucesos pasaron por delante del confundido varisio en la discusión del grupo. Cuando al fín parecía que llegaba a entender el disgusto de Laetitia respecto a Nualia o intentaba explicarse el por qué de los demonios y la invasión, el shoanti, líder del grupo se dirigió a él en unos modales que desde luego jamás habría visto en Magnimar. ¿Como se atrevía a insinuar que era un ladrón de medio pelo que se dedicaba a desvalijar las casas de Sandpoint? Como si acaso hubiera algo realmente de valor que llevarse... ¡y encima amenazandole con compartir prisión con ese orejas picudas!

-Jamás se me ocurriría privar de sus posesiones a la pobre gente de Sandpoint con tan... poderoso guardian. Por supuesto si mis habilidades pueden servir de ayuda a la ciudad estaré encantado de ofreceros mis servicios - dijo Hiflin disimulando su indignación con una sonrisa y haciendo una reverencia casi burlona.

Acto seguido se dispuso a ayudar a Kaddok a cargar con Tutso mientras el shoanti dijo:

- Vamos, no hay mucho tiempo, y no quisiera encontrar el cadaver de Ivtolt cuando bajemos.

Debería de referirse al individuo enorme seguido de sus amenazadores lobos, después de su "entrada triunfal" no lo había visto en la fábrica ni en la batalla. Al parecer había bajado a los subterráneos de la fábrica, tocaría explorarlos...y algo le decía que sus habilidades empezarían a ser necesarias inmediatamente.

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07/02/2011, 14:57
Director

Minvant le quitó a Laetitia el diario de las manos y se lo dio a Dorlam, intentando de esa manera que la bardo se recuperase del repentino shock.

- Vamos - dijo tirando de su brazo para que reaccionara. Con no funcionó, la sacudió por los brazos hasta que Laeitia se quejó. La mirada de Minvant se endureción. - Tenemos que llevar a Ameiko a un sitio más seguro, por si sus heridas se agravan, y volver aquí antes de que tengamos que sacar el cadáver del otro shoanti del sótano... Venga... seguro que es una equivocación... vamos - habló suavemente la sacerdotisa.

Kaddok levantó del suelo al semielfo, inconsciente y aturdido, Rictor había sanado la herida para evitar que se desangrase, y ayudado por el varisio, sacaron a Tsuto de la fábrica. Entre las dos chicas llevaron a Ameiko, Lae era mucho más alta que Minvant y apenas podían coordinarse para llevarla, por lo que acabó siendo Dorlam el que cargó con la tabernera ayudados de tanto en tanto por la sacerdotisa. El grupo entero se dirigió a la prisión, era el lugar más cercano a la fábrica. El viaje se les hizo eterno, apenas eran dos calles, pero los dos hermanos estaban inconscientes y era costoso arrastrarlos. Finalmente Kaddok entró en la recepción de la guarnición dónde uno de los soldados un tanto adormilado se levantaba del puesto de guardia totalmente pillado por sopresa.

El sheriff en funciones empezó a dar órdenes y estas se cumplieron con presteza, no con la velocidad que Hemlock conseguía, pero sí con la necesaria. Kaddok llevó el cuerpo de Tusto a una de las celdas después de pedir que le trajeran unas cuantas cadenas y le indicó a los soldados que custodiaban la prisión que ataran al semielfo de forma que no pudiese escapar, desatarse y que tampoco tuviese un punto de apoyo. El Kaijitsu acabó encadenado a las rejas de una de las celdas, atado con los brazos y las piernas en cruz con dos vueltas de cadenas a los barrotes y a su cuerpo. La cabeza le quedó colgando inconsciente, pero Kaddok dejó muy claro que al mínimo movimiento, lo noqueasen de un golpe y que lo mantuvieran vigilado hasta su regreso. No podían correr el riesgo de que escapase, tenía muchas cosas por las que responder.

Laetitia, Minvant y Dorlam dejaron el cuerpo de Ameiko en una de las habitaciones del piso superior mientras que un par de soldados salían a buscar al padre Zantus a la Iglesia y otro par se dirigía a casa de la alcadesa para ponerla sobre aviso. Cuando se reunieron de nuevo en la entrada, Kaddok llevaba tres linternas, una se la dio a Laetitia, otra a Rictor y otra a Hiflin y después de asegurarse de que la guardia estaría preparada para cualquier contratiempo que pudiera surgir, pidió que a su vuelta, Zantus y un grupo de soldados sacase los cuerpos del patriarca de los Kaijitsu y sus trabajadores para darles un entierro digno.

Todos juntos regresaron a la fábrica y bajaron a los sótanos. Kaddok los guió por dónde había encontrado a Ameiko, una de las habitaciones contenía láminas de cristal muy finas, y todo tipo de material para ventanas. La otra puerta abierta era la habitación en la que había estado encerrada Ameiko, la mancha de sangre en el suelo demostraba que había estado allí. Kaddok avanzó mientras el resto miraba por el pasillo e investigaba las habitaciones.

- Por aquí - anunció iluminando la zona. Una de las puertas, de madera reforzada con hierro, estaba destrozada por varios golpes, uno de sus lados colgaba de las gruesas bisagras. Desde luego el shoanti debía haber pasado por allí.

- ¿Oís eso? - preguntó Minvant un poco pálida. Todos aguzaron el oído, se oían unos lamentos muy tenues al otro lado del oscuro túnel que se abría al otro lado de la puerta. Mientras que el sótano era de piedra, el túnel era de roca y no parecía que se usase mucho. Por la orientación bajo la fábrica, Dorlam aseguró que si aquel pasillo seguía recto, se dirigirían al centro de la ciudad y empezó a buscar en el diario el posible mapa de la zona, pero con tan escasas referencias había hasta tres mapas que podían ser de aquellos túneles.

- Vamos - el sheriff entró de cabeza en el tunel seguido del mago, Laetitia y Minvant, cerrando la marcha Hiflin y por último el iomedita.

A medida que avanzaban, los gemidos se iban volviendo más claros. Eran unos gemidos de temor, pero también gruñidos de ira y al cabo de un rato, dedujeron que no eran sonidos humanos. Kaddok se puso en guardia y avisó al resto del grupo de que se preparase para un posible asalto, pues aquellos gruñidos debían ser de algún tipo de animal. De repente se silenciaron y todos miraron de un lado a otro esperando encontrar un enemigo, Minvant empezó a rezar a Desna y Rictor a Iomedae cuando una enorme loba gris se les apareció unos metros más adelante. Tras ella, las fauces de tres lobos con el pelaje erizado.

El shoanti avanzó hacia ellos con extrema precaución, eran los lobos de Ivtolt, pero él no estaba por ningún lado. Cuando llegó a la altura de la loba, los tres más pequeños retrocedieron dejando a la jefa de la manada al frente. Luego le dio la espalda a Kaddok y se detuvo un poco más adelante, mirando hacia un lado del túnel. Kaddok avanzó hacia los lobos llegando a una bifurcación, tres caminos se abrian delante de ellos: un extenso tunel que continuaba hacia delante, otro camino a la izquierda y otro a la derecha.

- Luz... - mencionó Laetitia señalando el camino derecho. Pero de pronto desapareció, como si hubiese sido cosa de su imaginación. - Había luz en ese túnel - con la linterna iluminó el suelo, las huellas de los lobos no seguían más allá del camino derecho y en cuanto la bardo avanzó, los gemidos lastimeros volvieron a empezar y todos los lobos aullaron de angustia. Un terrible rugido resonó por todo el túnel y el eco llegó hasta el grupo...

El monje no tuvo tiempo de reaccionar, después de que aquella criatura le arañase el costado con una de sus afiladas garras, intentó clavar sus dientes en el brazo.Su boca era muy extraña, su mandíbula inferior se escindía en dos mandíbulas en cuyo extremo se abrian tres apéndices semejantes a dedos, su cuerpo blanquecino se transparentaba y podía ver las venas azules bajo la piel. Una aberración de la naturaleza, quizás una criatura no-muerta, sus maestros le enseñaron cómo pelear con seres así, toda su tribu se entrenaba para luchar contra este mal. Movió sus puños con presteza, para su sopresa la criatura consiguió evitar los golpes, además de abominable era peligrosa, se movía por instinto, tuvo que llevar cuidado cuando sus fauces casi acaban por destrozarle un brazo. Uno de sus puños se estrelló contra cara rompiéndole uno de esos asquerosos lados que cogaban de su mandíbula, la criatura respondió con dos garrazos que le destrozaron la ropa pero no llegaron a tocar tu cuerpo, Ivtolt consiguió golpear el costado de la criatura, era realmente repugnante, su piel era fría y lisa y su cuerpo blando. Las fauces de la criatura se cerraron muy cerca de su cara, apelando a todo su entrenamiento el monje descargó un tremendo puñetazo en su cara, hundiendole el rostro con un sonido tan desagradable que le provocó un escalofrió.

El cuerpo del ser blancuzco se derrumbó, muerto. Ivtolt recuperó aliento y recogió la lámpara del suelo, observó a la criatura, parecía un muerto viviente, pero no lo era, había dado en sus puntos críticos y casi no le había causado daños. Repasó la habitación, no era más que una cueva y el ser se había movido en cuanto había avistado la luz de su lámpara. ¿Un guardián, quizás? Salió de nuevo al pasillo.

Kaddok se adentró en el túnel derecho seguido por los demás, a pocos metros encontró un punto de luz que surgía de un lateral del camino. Un segundo después, Ivtolt salía al pasillo de nuevo y se dirigía hacia el interior de la caverna sin reparar en ellos. El sheriff llamó su atención, Minvant se acercó a la abertura del pasillo y miró dentro.

- ¡¡Por Desna!! - chilló horrorizada. - ¿Qué es esa cosa? - señaló a la criatura que yacía en el suelo. Era una criatura deforme, de brazos y piernas muy largos y estrechos, sus manos estaban formadas por dos dedos y lo que equivaldría a un pulgar, con unas largas y afiladas uñas negras. Su ropa eran harapos que apenas ocultaban su piel lisa y blanca, transparente, tanto que sus venas hinchadas eran totalmente visibles, formando unos dibujos que se asemejaban a runas Su cara estaba destrozada, era solo un cúmulo de huesos, carne blanca y sangre roja.

Notas de juego

La criatura

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07/02/2011, 14:58
Laetitia Desnae

- Cre... ceo que voy a vomitar - dijo la bardo con un color bastante pálido al ver a la criatura que estaba en el suelo. Al menos aquella visión parecía haberla sacado del aturdimiento.

- ¿Qué es eso? - dijo cuando se recuperó de la impresión inicial - parece... ¿las venas forman runas? - dijo mirando a ver si reconocía algún idioma. - ¿Esto es a lo que se refería el diario con lo de "los mostruos del Quasit"? es posible... lo cual indica que hay más y un Quasit dirigiéndolos... deberíamos ir con mucho cuidado, quizás sería mejor recuperarnos del combate con los goblins y pertrecharnos bien

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07/02/2011, 14:59
Kaddok

Estudió al bicho con una mezcla de asco y aprensión, y las palabras de Laetitia terminaron de afirmar su decisión. - Si esta cosa tiene un amo, y hay mas de ellos, creo que necesitamos preparanos como recomienda Laetitia. Volvamos a la superficie, despues de todo ya sabemos que el cadaver de Tobyn ha sido que mado y ya hemos rescatado a Ameiko, no creo que apresurarnos sea sabio.

Se giró y comenzó a caminar hacia el tunel por el que habían llegado - Ivtolt, ¿has encontrado algo en los otros túneles?

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07/02/2011, 15:00
Ivolt

- Ivtolt, ¿has encontrado algo en los otros túneles?- dijo el sherif en ejercicio.
-Si, la prueba de que sus estúpidas leyes no funcionan. Si quieres prevenir una invasión desde el mar te recomiendo bloquear el camino central.-
Dicho esto volvió a dar la espalda a los recien llegados y continuó su camino, estaba dispuesto a seguir su instinto. Esta vez no permitiría que las "leyes civilizadas" de esa gentusa citadina le impidiera detener un mal mayor.