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Ofrendas Ardientes

Preludio - Fiesta y fuego

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07/02/2011, 16:43
Director

El silencio reinó durante unos minutos más después de que el último de los goblins desapareciera por la puerta norte. Mientras el improvisado grupo se recuperaba de las heridas y el susto, el noble que se había escondido tras el carro salió de dónde estaba, aliviado, tenía la ropa manchada de sangre y algunos cortes por armas goblins. Se dirigió hacia dónde estaba Laetitia, todavía conmocionada por la muerte del capitán de los goblins, seguramente el único que podría tener más información que sus soldados y cuando estuvo frente a ella le dio un tremendo abrazo con los ojos llenos de lágrimas, para estupefacción de la muchacha.

- Muchas gracias, mi señora, me habéis salvado la vida... - se separó de ella y apretó sus manos cordialmente con la mirada llena de gratitud, luego miró a todos, uno por uno. - ¡Gracias, gracias! ¡Nos habéis salvado a todos! ¡Habéis acabado con los goblins! - primero se acercó a Dorlam y estrechó su mano con fuerza.

- ¿Se encuentra bien, señor? - preguntó Rictor.

- ¡Perfectamente, ha sido grandioso lo que habéis hecho! ¡Y vos también, señora, vuestros poderes son increíbles! - estrechó la mano de Rictor hasta que le provocó un pichazo de dolor, a Minvant le dio un fuerte abrazo igual que a Laetitia. - ¿Dónde está el ayudante del sheriff? - preguntó mirando a todas partes, pero Kaddok no se libró del agradecimiento, el joven noble se acercó hasta él y le estrechó la mano con los ojos brillantes. - ¡Muchas gracias! - abrió los brazos para abarcarlos a todos. - ¡Sois héroes, habéis salvado la ciudad! ¡Héroes! ¡Hablarán de vuestra proeza! Me encargaré de que vuestra hazaña llegue incluso a Magnimar ¡Héroes! - el muchacho estaba entusiasmado. Volvió a dónde estaba Laetitia, que todavía no había salido de su asombro. - Soy Aldern Foxglove, señora, un placer - se presentó. Laetitia y Rictor reconocieron el nombre, la bardo lo conocía de oídas, era un noble local experto en caza que ahora vivía en Magnimar y que en ocasiones visitaba Sandpoint. No era extraño verle allí. - Ah, por favor, me encantaría charlar con vosotros, invitaros a una comida, una cena, lo que sea... ha sido increíble. Sé que tendréis muchas cosas que hacer, me hospedo en el Dragón Óxidado, por favor, si os pasáis por allí, me encantará hablar con vosotros... - luego se dio la vuelta y se marchó de la puerta sin dejar de decirle a todo el mundo que aquellos eran los héroes que habían salvado a Sandpoint del ataque de los goblins.