Partida Rol por web

El carcelero sonrió ante los halagos de Samay Claro, hay un herrero en el pueblo, en la plaza del mercado, donde fue el festival.

Los prisioneros comienzan a hablar, parece que la estrategia de Eladamri ha dado resultado. Nosotros dos somos mercenarios contratados por ese y señalan al que parecía el jefe. El explorador iba con él desde el principio. No queremos morir, sólo estábamos ganándonos el pan. Sabemos luchar, si se nos da una oportunidad lucharemos por vosotros, lucharemos por Punta Arena o si lo preferís trabajaremos sólo a cambio de comida pero no merecemos morir. Por favor, perdonarnos.

¿En serio me creeís idiota o qué? Los tres llevan el mismo emblema, si fueran simples mercenarios no estarían uniformados, yo he sido mercenario y sé muy bien como funciona esto.

¿Bajo que estandarte sirven? ¿Quién es su jefe? ¿Quién está detrás de él y qué relación tiene con ese idiota? Hablen ahora mientras conservan sus dientes.

Sólo existe una clase de mercenario que lleva uniforme, los que actúan como una compañía bien constituida y de ser el caso, estos sujetos saben más de lo que dicen. - pienso mientras me giro hacia Kalimash.

Amigo mío puedes encargarte personalmente de ese de allí mientras yo veo a estos otros. - digo señalando al eexplorador. - Ah y puedes empezar por romperle los dedos de la mano, todos excepto el pulgar, pues según estos, ese sabe más que ellos, lo que lo hace más valioso, a menos que estos tres sepan algo que no han dicho, pero eso lo voy a averiguar en los próximos, después de hablar con..... - agrego mientras los señalo con el dedo pasando de uno a otro hasta llegar al que parece el más resistente. - contigo.

Señor celador, las llaves si tuviera la bondad. - digo en un tono que refleja la malicia de un torturador experimentado.

Una vez obtuvo la información que deseaba disminuyó el nivel de coqueteo con el carcelero. Ahora sólo tenía que esperar a que sus compañeros terminasen el interrogatorio para poder salir de allí. Le era una situación bastante desagradable.

¿En serio me creeís idiota o qué? Yo he sido mercenario y sé muy bien como funciona esto, uno nunca acepta un trabajo sin informarse de quién es su empleador.

Hablen ahora mientras conservan sus dientes, cuénteme todo lo que saben antes que me ponga serio, estoy cabreado y no quiero tomármela con ustedes, pero si insisten en callar, ni modo.

Amigo mío puedes encargarte personalmente de ese de allí mientras yo veo a estos otros. - digo señalando al explorador. - Ah y puedes empezar por romperle los dedos de la mano, todos excepto el pulgar, pues según estos, ese sabe más que ellos, lo que lo hace más valioso, a menos que estos tres sepan algo que no han dicho, pero eso lo voy a averiguar en los próximos, después de hablar con..... - agrego mientras los señalo con el dedo pasando de uno a otro hasta llegar al que parece el más resistente. - contigo.

Señor celador, las llaves si tuviera la bondad. - digo en un tono que refleja la malicia de un torturador experimentado

El carcelero abre las celdas que necesitéis, pero no se separa de allí, es cuando os percatáis de la pesada porra que lleva colgada al cinto que junto a su musculatura sirve para disuadir cualquier intento de escape o revuelta en la cárcel.

Sigue hablando el mismo según nos dijo viene de Molthune y Oswyn es de Nirmathas, lo querían a ser posible vivo pues la recompensa también era mayor 2000 po vivo, 500 po muerto. Pregunta sin hacernos daño y hablaremos, nada nos ata ya al que nos contrató. Nos hemos rendido, clemencia.

¿En dónde los contacto? ¿A cuántos contrato? ¿Los apertrecho adecuadamente? ¿Cuánto le cobraron? ¿Regateo el precio? ¿Viajaba sólo? ¿Pago al contado? ¿Todo o parte? - pregunto con seriedad mientras espero a que respondan.

Debió haber sido una buena suma para que hayan estado dispuestos a matar a un alguacil, pues por más que no hayan sido ustedes quienes hirieron a Belor, tampoco hoceron nada por detenerlo.

Nos contrató en Molthune, no venía sólo si no con el explorador, el equipo que teníamos era nuestro no dio nada nuevo. Las recompensas eran a repartir cuando consiguieramos el objetivo. Mientras tanto nos invitaba a comer o dormir por regla general. La recompensa no era negociable. 

Entonces son sólo él y el explorador, mientras que ustedes son mera carne de ballesta, bien eso me deja con una disyuntiva, pues por un lado está claro que ustedes poco o nada pueden aportar a este asunto, lo que los hace inútiles para mi y también para quién está detrás de estos dos.

Sólo respondeme una cosa más antes de que te deje en paz. ¿Cómo rastrearon a Oswyn? ¿Quién les informó de su paradero y cuánto les costó la información, dame el monto exacto. Sólo entonces te dejaré en paz y hablaré con aquel sujeto.

Desde que nosotros nos incorporamos la manera de seguirle la pista a Oswyn fue gracias al explorador. Él nos guiaba todo el rato y como habéis podido comprobar llegamos a  nuestro objetivo, por lo que hacía bien su trabajo.

Ojalá tuviéramos nosotros un explorador así.- Dijo en bajo al semiorco. Estaba aburrida de esperar. Cuando se le metía una idea en la cabeza no paraba hasta que la complacieran. Y estaba enfurruñada porque el tal Oswyn jugueteaba con ella como a ella le gustaba hacerlo con los demás.- Maldito, ya te daré yo lo tuyo.- Todavía tenía un as bajo la manga.

Un explorador legendario -musita el semiorco en voz baja. No parece tan inclinado a la tortura como el elfo, quizá porque a él le recuerde mas sus orígenes bestiales, una suerte que las razas civilizadas no tengan esos prejuicios.

Dezde luego zólo laz hiztoriaz hablan de exploradorez tan hábilez, quizá podríamoz hacer un trato aunque la elfa también parecía hábil en ezoz menezterez.- y todos los elfos, ¿no se supone que viven siempre en el bosque y son capaces de ver lo que el resto no podría lograr?

- Bueno... eso es interesante - dijo caminando lentamente hacia el explorador y jugueteando con su daga. Parecía que sólo perderían el tiempo intentando sonsacar algo más de los otros tres, que sólo merecía la pena seguir con él y con el líder. - Seguir las huellas de un jabalí o de un ciervo por el bosque es una cosa. Seguir a una persona en concreto a días de distancia... es otra muy diferente. ¿Cómo lo hiciste? - preguntó genuinamente interesado, más que nada por no volver a cometer el mismo error en el futuro.

Habiendo obtenido la información que buscaba, dejo tranquilos a los mercenarios y me dirijo a la celda del jefe.

Señor carcelero, si tuviera la bondad. -  tan pronto el carcelero abre la puerta, ingreso a la celda como una fiera sedienta de sangre, levantando en vilo al sujeto.

Muy bien idiota, empieza a hablar o empiezo a tumbarte los dientes. Qiero respuestas y tú me las vas a dar, esos dos son sólo espadas de alquiler, pero tu y "ese" están hasta el cuello en esto.

¿Qué arreglo tenían con Belor? ¿Cuanto vale realmente Oswyn para tu jefe? Y no me salgas con chorradas de la recompensa. Habla antes de que me impaciente y convierta tus últimos instantes de vida en un jodido infierno.

¿Qué quiere tu jefe de Oswyn? Vamos no me hagas perder el tiempo o yo te haré perder los dedos del pie, después de todo, no es que realmente los nesites para caminar. - rujo al tiempo que lo fulmino con la mirada y lo dejo caer al suelo, listo para recurrir a la magia de ser necesario.

El explorador encerrado contestó a la pregunta de Oswyn sin intentar parecer arrogante Llevo casi toda mi vida siguiendo rastros, es lo que he hecho siempre desde que tenía 5 años, tuve un mentor para ello. Y cierra la boca.

El jefe miró de frente a Eladamri ¿Y qué gano yo aparte de que no me torturéis si hablo? dijo directamente de forma desafiante, los muchos años de servicio a Molthune le habían preparado para un momento así y no iba a dar su brazo a torcer a la primera.