Partida Rol por web

Samay asomó la cabeza pro la esquina y ya vio a Kalimash en el suelo.

Madre mía...-Movida más por acabar de descubrir los entresijos de sus nuevos poderes que pro otra cosa, salió de su escondrijo a pesar del riesgo que suponía para su integridad física. Apuntó con uno de sus dedos a lo que creía era un trasgo usuario de artes arcanas y un rayo negro le impactó en el pecho dejándolo seco. Sonrió con malicia.

- Acaba con ellos.- Le dijo a Eladamri que ya podía actuar sin temor a sucumbir en un truco  de burda magia como la que podrí usar ese trasgo.

La goblin cantora esquiva el ataque con facilidad y luego da un paso de cinco pies hacia atrás para evitar que Kalimash vuelva a atacarle después intenta lanzar un conjuro poniendo cara de sorpresa al ver que no surte efecto.

El goblin montado sigue atacando a Kalimash con gran pericia pero el orco sigue sin caer a los ataques del goblin.

Sentía el dolor de sus heridas como algo distante al tiempo que observaba como la goblin lanza un conjuro sobre alguno de sus compañeros. Ni tan siquiera se fijó en quien, sino que se acercó a ella dispuesto a eliminarla antes de que pudiese lanzar más conjuros.

El pasillo empezaba a estar abarrotado con el semiorco y el goblin montado, pero eso no detuvo el hacha de Kalimash que se lanzó en vertical a por la goblin, aunque esquivando otro espadazo del goblin se vió obligado a acortar el golpe perdiendo precisión.

Mientras Kalimash atacaba a la goblin cantora, yo decidí terminar con el jinete de geckos y con un rápido movimiento me planté delante de mi adversario, para luego soltarle un potente golpe con la Enlutada.

Muere sabandija, no tengo el tiempo ni la paciencia para lidiar contigo y por eso te acabaré de un golpe. - digo mientras la Enlutada cobra una nueva víctima.

Samay se quedó quieta en su posición, conteniendo una carcajada ante la cara de tonta que se le había puesto a la goblin. 

- Se le han quitado las ganas de cantar...- Echó un ojo al prisionero que se había cagado encima para que no se les escurriera mientras esperaba impaciente a que sus compañeros dieran el golpe de gracia.

A pesar de que no caía, las heridas le nublaban la vista. Su siguiente ataque fue apenas un amago, lástima que la intención era descabezar a la goblin.

A pesar del ataque recibido por el goblin montado por Eladamri con la Enlutada, este resiste y responde con un ataque. Pero algún poder de este arma hace que Eladamri se mantenga en pie vigoroso.

Kalimash por su parte, aunque está muy malherido, no cae. La goblin cantora asustada echa a correr.

¡Muere canalla! - le espeto al goblin mientras mi acero le hace un gran corte en su costado haciéndolo sangrar a mares.

El miserable se veía ya bastante maltrecho y sólo sería cuestión de tiempo para que la criatura cayera dejando libre su montura, a la cual ya le había echado el ojo.hace buen rato.

Kalimash, cuando esto acabe, me pido al gecko, espero que no ye moleste que lo conserve mi amigo. - le consulto al bardo que estaba intentando perseguir a la goblin cantante.

Eladamri acaba con el goblin montado que ha sido más duro de roer que el resto de goblins. La goblin cantora viendo como perdían y que no podía conjurar sale huyendo pero Kalimash aprovecha la ocasión para partirla por la mitad con el hacha antes de que huya. Ya sólo queda la montura del goblin en pie sin nadie que lo monte.

Viendo que sus compañeros finalmente daban cuenta de todos los enemigos, Samay fue a por el trasgo para que no huyera y avanzó hasta los demás. Los miró con una mezcla de admiración, pena y envidia. Sus poderes eran bastante admirables.

- Veamos qué tenían estos en sus bolsillos.

Mientras Samay revisa los cuerpos, tomo las riendas del gecko, luego tomo el cadáver del jinete y conduzco al gecko al patio

Tu te vienes conmigo, a partir de hoy me perteneces. - digo mientras saco al gecko del pasadizo.

Una vez fuera observo al prisionero y tiro el cadáver del jinete a sus pies.

Rápido cámbiate de pantalones que apestas, pero que no se te ocurra la estupidez de intentar escapar o te mueres, he decidido que desde hoy tu vas a ser nuestro sirviente, claro está que si no deseas ese destino, siempre puedes acabar como él. - sentencio señalando el cadáver del jinete con la punta de la espada. - Tu decides

Una vez, tras la respuesta del goblin y dejar bien atado al gecko afuera, regreso al apasadizo para decidir que sigue.

Necesita apoyarse contra una pared mientras jadea, con los ojos cerrados y siente como sus heridas se cierran y la sangre vuelve a circular por sus arterias recién sanadas. No es una sensación agradable, pero sin duda es mucho mejor eso que la alternativa, ya que varias de sus heridas eran mortales de necesidad.

Cuando se ha recuperado se maravilla de su don, pues a pesar de estar cubierto de su propia sangre y la de sus enemigos se encuentra en perfecto estado. Abre los ojos y observa a Samay y Eladamri con curiosidad, aunque le interesa más lo que pueda obtener Samay dice dubitativo calibrando el tamaño y poderío del gecko y de Eladamri -no creo que puedaz montar eze lagarto con zoltura- aunque no dice mucho mas, en vez de eso lanza un detectar magia y observa los cadáveres por si algo se le pudiese pasar a Samay pero resultase ser mágico.

Mientras revisa la zona con su vista de mago añade -deberíamoz darnoz priza, Oswyn ze ha quedado zolo y ezte no era un enemigo fácil, zi ze encuentra algo parecido...

Samay empieza a rebuscar entre los cuerpos muertos de los goblins. En la goblin cantora encuentra una poción, una varita y 20 po. El goblin montado llevaba tres pociones, una coraza DGC, una espada corta +1 y una corona dentada.

Eladamri cuando se acerca al geco hace que este recule y se resista.

Sin escrúpulo alguno Samay fue poniendo las pertenencias de sus enemigos junto a los cuerpos. Lo que más le llamó la atención fue la preciosa espada corta que llevaba el goblin montado. Le parecía que llevaba su nombre grabado en ella.

- Kalimash, tú sabes usar estas cosas, ¿verdad? Espero que las pociones sean curativas.- Sería una suerte dado el estado en el que estaban. La idea de que Eladamri fuera montado en "eso" hizo sonreír a Samay.- No te pega nada. - Se incorporó y haciendo caso a Kalimash, se dispuso a continuar.- Si alguna poción es curativa me gustaría tomármela. Y esta espada, bueno, creo que podría darle un buen uso.

Eladamri se acerca de nuevo al geco haciendo movimientos tranquilos y pausados, hablándole suavemente hasta que el reptil cede a su petición y se amansa.

Vamos muchacho, ya vas a ver la de aventuras que te esperan a mi lado, cuando lleguemos a Punta Arenas resolveremos lo dicho por el maestro Kalimash, ya verás lo bien que nos vamos a llevar. - digo acariciando suavemente al gecko.