Partida Rol por web

¡oh capitán, mi capitán!

Abnegación

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08/05/2017, 16:10
Capitán Harold

Harold Había estado unos instantes junto a Calypso esperando que recuperara la consciencia. El capitán del Inferno siempre había estado muy unido a aquella mujer, pero ahora, sin ella saberlo algo especial había surgido en el alma del pirata.

Harold había encontrado al fin ese gran tesoro de la profecía que la bruja de ébano le recitara a menudo, pero no era oro en realidad, era poder, un poder sobre natural que desataba la mayor de las furias vistas en el mar, el Kraken. Aquella noche tomaría de ella su lecho y la haría suya al fin... y haría suyo aquel don que convertiría al Inferno en el barco más temible e invencible jamás conocido. Al fin aquella tripulación sería libre de nuevo, al fin serían reyes... o dioses. Ya nada más importaba.

Tras el despertar de Calypso Harold había ordenado saqueo, reclutamiento y ajusticiamiento del capitán rendido... después dio orden de poner rumbo a casa haciendo que Le Noir arrancara en cólera cogiendo con ambas manos las solapas del capitán y acusándole de deslealtad. Que sabría aquel ser oscuro del honor entre piratas, que podía reprocharle a él un individuo más rufián que caballero que pretendía ejercer una ley manipulada por los hilos invisibles de un poder que ni él era consciente que existía, marioneta inmunda sonrió pícaramente cuando el otro inspector intentó persuadir a su compañero de que relajara los ánimos. Aquella situación podría provocar un auténtico caos, los casacas negras poseían una fuerza capaz de acabar con hordas de enemigos, pero él tenía de su lado para equilibrar las fuerzas a su amada y a su fiel oficial de guerra, y si el sargento intentaba decantar las cosas debía saber que toda la tripulación se lanzaría sobre ellos... pero sonreía, no le hacía falta nadie para rivalizar con aquel engreído.

Una vez, a regañadientes, el inspector soltó al capitán para que éste se explicara, vio como sin perder la sonrisa maquiavélica el capitán se arreglaba con unos golpecitos las solapas de su casaca y introducía entre los pliegues de ésta una mano para extraer lo que parecía una carta, un documento sin sello ni lacre, una carta sin remitente. Harold con el desinterés de aquel que se hace el ignorante ofreció el papel al inspector que parecía más relajado, Black el Negro, intentando crispar más aun a un Le Noir apunto de estallar.

Ten Negro, quizás te interese echarle un ojo, no lo firman, pero quizás te interese saber que me la dio Franchesco.

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08/05/2017, 18:52
Gunter Leinad

Se relajó levemente, pero no por estás más seguro o encontrase en una situación mejor. Era por la sorpresa: - ¿Franchesco? Siempre hemos tenido la mierda a bordo, pero no me hubiera imaginado que tan cerca.

Esperó expectante a lo que venía a acontecer. Incluso alargó el cuello con la intención de enterarse de primera mano que era aquello. Aquella prueba que ponía fin a nuestra travesía por estos húmedos caminos.

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08/05/2017, 21:11
Guillaume Le Noir

Incrédulo, dio un paso atrás y miró el documento que cambiaba de manos. Su ira se había empezado a esfumar ante el contacto de Black –no sabía si de manera natural o por los poderes de este–, pero en aquél momento simplemente desapareció, alterando su compostura de manera que se crisparon sus nervios aún más, sólo que esta vez sin estallidos de violencia. 

Extendió una mano, la detuvo a escasos centímetros, y al final la dejó caer, junto a la pistola pero sin intención alguna de sacarla. 

¿Por qué tienes una carta de...? ¿Qué pone? 

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15/05/2017, 12:05
Abraham Quinn

Abraham estiró el cuello todo lo que pudo para intentar ver el contenido de la carta.
¿Quién coño era Franchesco? ¿Y por qué la mención de ese nombre había causado esa reacción en los hombres?

Quinn no dijo nada, permaneció en silencio al lado del Capitán. Aguardando con expectación, deseaba saber qué diablos estaba pasando.

Miraba a unos y a otros intentando adivinar por sus gestos algo de aquello que les estuviese rondando la cabeza.

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18/05/2017, 10:29
Antoine Black

Al escuchar aquel nombre, la rabia le produjo un ligero temblor en la barbilla, pero su rostro permaneció inmutable mientras recogía la epístola que le tendía aquel maldito traidor de Harold. Una sensación de vértigo, de sentirse una marioneta en manos de los caprichos de unos siniestros titiriteros amenazó con hacerle vomitar, pero aguantó la náusea cuando fue consciente de que todos los ojos estaban centrados en él.

Desdobló el papel y se dispuso a leer aquellas líneas que, de seguro, no traerían buenas noticias.

Notas de juego

Estaba esperando a ver si el máster decía cual era el contenido de la carta... Me he despistado :(

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18/05/2017, 13:19
Director

Notas de juego

hacías bien en esperar, pero no he podido actualizar antes... esta tarde lo hago

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18/05/2017, 17:26
Máster

Un detalle destacaba a primera vista en aquel documento, la letra del que la escribía era una al principio y tras un notorio titubeo se transformaba en la caligrafía de alguien totalmente diferente. Era como si el escritor sufriese un trastorno de doble personalidad que se manifestaba a medida que escribía.

La primera letra le sonaba al inspector reciente... podría ser del propio puño de Harold? seguro que esa forma peculiar de escribir la había observado en algún documento o mapa en la mesa de derrota del capitán. Pero lo inquietante era la certeza de que la letra en la que desembocaba el texto era de alguien al que había leído decenas de veces, alguien que insistentemente daba documentos caligrafiados por él mismo mientras recitaba aquellas odiosa palabras de "la letra con sangre entra, rufián" que precedían a aquella irritante risilla de listillo condescendiente... Merlín.

Enseguida, tras resoplar intentando mantener la calma y asegurarse de que lo que sospechabas era cierto, Black cayó en la cuenta de que existía un truco de mentalista que consistía en una especie de telepatía casi convertida en posesión que permitía hacer que alguien escribiera de forma casi inconsciente un mensaje dado por el huésped de la posesión... Pero desde cuando Merlín poseía tales dones? ese energúmeno era toda una crispante caja de sorpresas, aunque bien pensado, no solo era una de las personas más inteligentes que conocía (por no decir la más) y claro, cofundador de los Casacas Negras.

Hola rufianes,

Cuando leáis ésto habréis encontrado un arma que nuestra Majestad ansía y necesita desde hace mucho. Vuestra misión inicial queda suspendida, Franchesco siempre he sido yo...

La carta era un galimatías de pensamientos desordenados fruto de la mente altamente brillante y caótica del que fuera tutor de ambos inspectores. Para nadie tendría sentido la mayoría de lo escrito, pero entre frases y lineas de aquel texto el inspector Black pudo deducir parte del significado gracias a que el contexto y las conversaciones pasadas le hacían conectar las ideas plasmadas.

El texto era una confesión de Merlín en la que declaraba que todo el tema de Franchesco, François du Plessis y la conspiración de Von Fray eran cosa suya, ni el capitán Von Breth lo sabía, solo él y el Rey. Gracias a las visiones de los tres mellizos conocían la posibilidad de obtener una poderosa arma que poseía el capitán Harold que decantaría el poder ante una posible guerra en favor de Londhs. Una vez desvelada ese arma deberían regresar a casa con ella...

Tras leer la carta muchas fueron las cuestiones que atormentaron al inspector, pero sobre todas reinaba el significado de que Harold, habiendo leído con toda seguridad aquella carta, decidiese regresar a casa en vez de huir.

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19/05/2017, 17:11
Máster

Mientras el inspector de casaca negra leía el escrito todos pudieron ver en su faz los repentinos giros que daba su mente en un incontrolable reflejo de sus emociones. Sin duda la perplejidad y el tormento de la caligrafía mostrada desataban iras y bajos sentimientos en el inquisidor que suspiró cansadamente al comprender parte de lo que llevaba leído.

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22/05/2017, 10:04
Antoine Black

Tras una segunda lectura para asegurarse de que las palabras allí contenidas no eran fruto de su imaginación, el rostro del inspector se convirtió en una máscara impasible. Aún así, sus ojos relampagueaban y su tez estaba ligeramente teñida de un tono carmesí.

En su interior se había desatado una tormenta que amenazaba con hacer arder todo lo que le rodeaba. Su mente más analítica le obligaba a mantener la calma y actuar conforme estaba estipulado, mientras que su lado más pasional le impelía a acabar con todo aquello que estuviese a su alcance, le gritaba que dispensara muerte hasta calmar su ira.

Cada segundo de cada día desde que se conocieron había odiado a aquel hombre y, cuando pensaba que no podía despreciarlo más, hacía aquello. Seguía empeñado en tratarle como si fuera un estúpido y no estaba dispuesto a seguir permitiéndolo.

Luchó contra sí mismo para calmar su respiración mientras aplastaba con sus manos la misiva, deseando poder aplastar igual a su autor, mientras con la otra mano se enjugaba el sudor que le perlaba el rostro. El tacto de sus propias facciones le asquearon.

Cuando fue capaz de mantener a raya sus impulsos se dio media vuelta.

-Volvemos a Londhs- dijo lacónico. Y se puso en marcha buscando un lugar apartado para meditar sobre sus próximos movimientos. –Órdenes de Merlin…- añadió sin aminorar la marcha.

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22/05/2017, 15:22
Gunter Leinad

El sargento aún seguía preparado para reaccionar, pero quería saber lo que estaba pasando. Quería saber a lo que atenerse.

Alargó la mano, solicitando el documento, para que su mente se hiciera con aquella información, y saber ... lo que estaba pasando.

- La necesidad de conocer.

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25/05/2017, 17:41
Guillaume Le Noir

La mención a aquél desgraciado le hizo enrojecer de rabia. Tuvo que respirar profundamente varias veces, cerrar los ojos y obligarse a abrir los cerrados puños para relajarse, y ni aún así lo consiguió del todo. Sentía que estaban jugando, por segunda vez, con ellos. Otra vez eran muñecos en manos de un titiritero que se burlaba de ellos, inconscientes de que se encontraban en un circo de marionetas. Odiaba a Merlin, pero aquello, además, empezaba a ir más allá. Cuando volvieran iba a tener que darles una buena explicación, o por todo lo divino acabaría con él cuando tuviera la oportunidad.

Gruñó. Entornó los ojos. <<Lo primero – se dijo, intentando calmarse –. Es lo primero>>. Negó hacia Leinad, y tendió él mismo la mano. Merlin era su maestro e inmediato superior. La información allí contenida le afectaba directamente, y debía leerla por su propia mano, antes que terceros. 

Por favor– pidió, algo raro en él, aunque también era una exigencia, antes de que Gunter cogiera la carta –. Luego te la dejaré, y podrás leerla en alto, quemarla, arrojarla al mar, o lo que más te plazca. 

Una vez en sus manos, la leyó, en voz baja, dos veces, para si mismo. Controló sus nervios durante toda la lectura, y, como prometió, se la dio al Sargento, para a continuación seguir a Black, dónde quiera que se hubiera metido.

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25/05/2017, 17:55
Antoine Black

Notas de juego

Entiendo que Le Noir conoce el contenido de la carta?

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25/05/2017, 18:18
Gunter Leinad

El sargento la tomó con paciencia.

No entendía el enfado de los casacas. Esperaba, que al leer, comprender, y eso hizo. Leyó despacio y detenidamente.

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25/05/2017, 18:38
Guillaume Le Noir

Notas de juego

En cuanto me lo diga el máster, si xD Mi post ha sido por "acelerar" el proceso ;)

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26/05/2017, 11:04
Abraham Quinn

Fuese lo que fuese lo que contenía esa carta, debía de ser de vital importancia, dadas las reacciones que había desatado.
En un momento dado, el Sargento tomó la misiva para leerla y Abraham se acercó a él para echar un vistazo por encima de su hombro.
¿Qué podía haber escrito ahí para cambiar el rumbo trazado?

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26/05/2017, 17:08
Máster

Un detalle destacaba a primera vista en aquel documento, la letra del que la escribía era una al principio y tras un notorio titubeo se transformaba en la caligrafía de alguien totalmente diferente. Era como si el escritor sufriese un trastorno de doble personalidad que se manifestaba a medida que escribía.

La primera letra sin duda era la de Harold, seguro que esa forma peculiar de escribir la había observado en algún documento o mapa en la mesa de derrota del capitán. Pero lo inquietante era la certeza de que la letra en la que desembocaba el texto era de alguien al que había leído decenas de veces, alguien que insistentemente daba documentos caligrafiados por él mismo mientras recitaba aquellas odiosa palabras de "la letra con sangre entra, rufián" que precedían a aquella irritante risilla de listillo condescendiente... Merlín, como ya se figuraba tras el comentario de Black.

Enseguida, tras resoplar intentando mantener la calma se preguntó un par de veces como era aquello posible, era mágia? Desde cuando Merlín poseía tales dones? ese energúmeno era toda una crispante caja de sorpresas, aunque bien pensado, no solo era una de las personas más inteligentes que conocía (por no decir la más) también era cofundador de los Casacas Negras.

Hola rufianes,

Cuando leáis ésto habréis encontrado un arma que nuestra Majestad ansía y necesita desde hace mucho. Vuestra misión inicial queda suspendida, Franchesco siempre he sido yo...

Tras leer un par de veces la carta (debido a la gran capacidad del inspector para percibir y leer entre lineas) pudo sacar en claro varias cosas

La carta era un galimatías de pensamientos desordenados fruto de la mente altamente brillante y caótica del que fuera tutor de ambos inspectores. Para nadie tendría sentido la mayoría de lo escrito, pero entre frases y lineas de aquel texto el inspector Le Noir pudo deducir con gran naturalidad (después de todo era un ser especialmente sensible percibiendo y leyendo entre lineas) parte del significado gracias a que el contexto y las conversaciones pasadas le hacían conectar las ideas plasmadas.

El texto era una confesión de Merlín en la que declaraba que todo el tema de Franchesco, François du Plessis y la conspiración de Von Fray eran cosa suya, ni el capitán Von Breth lo sabía, solo él y el Rey (y éste parecía que no conocía el plan, solo que existía). Gracias a las visiones de los tres mellizos conocían la posibilidad de obtener una poderosa arma que poseía el capitán Harold que decantaría el poder ante una posible guerra en favor de Londhs. Una vez desvelada ese arma deberían regresar a casa con ella...

Notas de juego

Black tiene un versión de esto... pero el post es similar

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26/05/2017, 17:20
Máster

Hola rufianes,

Cuando leáis ésto habréis encontrado un arma que nuestra Majestad ansía y necesita desde hace mucho. Vuestra misión inicial queda suspendida, Franchesco siempre he sido yo...

El documento era un galimatías carente de significado en su mayoría para aquellos que no conocían las sombras en las que marionetas y titiriteros convivían haciendo aquello llamado política, pero el principio de la misiva era lo suficientemente clara para todos.

Los más avispados pudieron observar como la letra del documento era una al principio y tras un titubeo notorio ésta cambiaba a otra, como si dos personas hubiesen escrito aquello con un mismo puño... algo raro de narices.

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26/05/2017, 17:27
Director

Los más avispados pudieron observar como la letra del documento era una al principio y tras un titubeo notorio ésta cambiaba a otra, como si dos personas hubiesen escrito aquello con un mismo puño... algo raro de narices.

Notas de juego

Calypso sabe con certeza que la letra con la que empieza la carta es la de Harold. Después esta cambia... se trata de algún tipo de posesión momentanea, la hechicera sería capaz de hacer algo así si se lo plantease.

Ese tal Merlín parece tan bueno como ella.

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26/05/2017, 21:16
Gunter Leinad

El sargento, tras mostrar el papelito a cada uno, y leerselo, si hicera falta, sin soltarlo en ningún momento, lo plegó parsimoniosamente, y lo guardó entre los pliegues de su yelmo. - Tú te vienes conmigo.

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27/05/2017, 21:00
Guillaume Le Noir

Llegó hasta Black con las manos sobre las armas, una en la empuñadura de la espada y la otra sujetando con fuerza la culata de la pistola. Le alcanzó poco después de haber leído la carta, y cuando lo hizo sus ojos, entornados, brillaban de furia, de ira contenida, de odio. Se acercó hasta su compañero y gruñó.

Ha estado jugando con nosotros desde el principio – dijo, aún incapaz de creerse todo aquello –. Desde el principio

Observó al otro Casaca. Antoine debía estar igual, debía sentir lo mismo. Los dos odiaban a Merlin, pero odiaban más que les trataran como idiotas, que tiraran de sus hilos. Aquél falso libre albedrío... Todo parecía estar planeado. ¿Cómo era posible?

¿Cómo es posible? – preguntó en voz alta –. ¿Cómo sabía que acabaríamos en este lugar, en este barco? 

Miró hacia atrás, hacia el resto de la tripulación, hacia el sargento Leinad y hacia Calypso. Después, regresó su atención al otro inspector, y volvió a gruñir, aunque esta vez sonó más como un lamento, un largo suspiro.

Debemos entregar a la bruja, ¿eso es todo? 

Algo aún se le escapaba. Tanta artimaña, tanto truco, tanto secretismo... Sabía que algo se fraguaba. ¿Pronto habría una guerra? ¿Quién se atrevería a atacar Londhs? ¿Quién tendría el poder como para hacer frente a la ciudad, como para necesitar semejante arma? 

Negó. Algo se le escapaba, pero pronto sabría el que.