Partida Rol por web

Acompañando al grupo llegais a la salida Oeste de Termopilas. El tunel llega hasta una interseccion de carreteras cuyo asfalto casi ha desaparecido bajo la arena y la escasa vegetacion de la zona.
Antes de seguir un hombre, al que identificais como comerciante y lider de la caravana se planta delante de todos para hablar al grupo. Grupo formado por cinco escoltas y vosotros dos. Los escoltas son los tipicos tipos duros que han sobrevivido al mundo hostil y ahora se ganan la vida de una forma mas tranquila.

La caravana se componen de dos viejos remolque de coche tirados por sendos caballos. El viaje es completamente a pie, no hay forma de subirse a los remolques ya que estan repletos de mercancia. El contenido esta tapado con unas mantas para que no se vea y una red metalica para que no se mueva.

- Buenos dias caballeros... y señorita. Para el que no me conozca mi nombre es Morrow y me gano la vida moviendo material entre Corona y Termopilas.

Mira unos segundos a las siete personas que tiene delante y sonrie.

- Que tonteria, los unicos que no me conoceis sois vosotros dos. Como veo que no sois de por aqui os explicaré como se trabaja conmigo. Iremos todo el camino por carretera. Es seguro que nos topemos con saqueadores, asi que debeis estar tranquilos mientras yo lo este. En caso de negociaciones fallidas yo siempre seré el primero en disparar, siempre. Aunque las cosas se pongan tensas no hagais nada hasta que os lo diga, muchas veces el miedo hace mas daño que las balas.

Señala los carros a su espalda con el pugar mientras prosigue.

- Nadie mira el interior de los carros excepto yo, ninguno sabrá con que estamos viajando. Quien toque la red será considerado un ladron, como no soy un asesino le abandonaremos sin armas ni comida.

Mientras habla alterna su vista entre todos los presentes.

- No quiero quejas ni disputas. Este trabajo es facil, algunos llevamos haciendolo años. Tan solo hay que viajar del punto A al punto B y volver. Puede que nos topemos con gente que nos lo quiera impedir, en ese caso veremos sus cadaveres devorados a la vuelta.

Se detiene en la mujer y despues mira a todos los hombres.

- Conoceis las reglas con respecto a las damas. Duermen solas, aunque creais que ella desea lo contrario, este no es un viaje de placer.

Los hombres sonrien ante la advertencia, posiblemente esa regla se puso a raiz de algun malentendido.

- En fin, ya ireis conociendo como funciona esto, es un viaje de pocos dias. Si alguien tiene una duda es el momento de formularla. Y si alguno no estais conforme con las condiciones realmente es el momento de quedarse.

Wright salió al exterior, mientras se apoyaba la escopeta en el hombro. Sus ojos despiertos se fijaron en el grupo, eran tipos muy grandes y de pinta dura, casi tanto como él, entre ellos había una mujer, había que ser valiente para meterse en un grupo así siendo del sexo que es.

Un hombre bastante mas cuidado que los bastardos que estaban allí, incluido él mismo, se presentó como Morrow, su nuevo jefe.

Escuchó su presentación con los ojos levemente entrecerrados, cual miope, pero no precisamente por eso, sino por la leve claridad que le resultaba algo molesta.

Como jefe, sus reglas le parecían de lo mas acertadas, el también haría lo mismo de estar en su lugar. Asintió despacio con su porte eternamente serio.

Cuando Morrow se refirió a las reglas de las damas, no sonrió lo más minimo, sino que miró al resto, pensando que posiblemente fuera una regla reciente y los más veteranos hayan tenido algún tipo de roce...en ese momento, Wright agradeció ser un tio. Había aprendido que en este lugar muerto no habían sentimientos, no había nada, solo supervivencia. Aquella tierra yerma le había arrastrado a él para que jugara con sus reglas.

-No hay problema.

Dijo con su voz ronca mirando de reojo a la mujer y luego al jefe, como indicándole a qué se refería.

Una vez le dijeron lo que tenía que hacer, un hombre llamó la atención al grupo para explicar unas cuantas cosas. Mientras el hombre hablaba, se fijaba en el resto de hombres que había en el grupo. Todos eran grandes y fuertes, siempre había intentado mantenerse apartada de este tipo de grupos, nunca se sabe que pueden hacer con una mujer de por medio, pero el que parecía el jefe dijo claro que ella debería dormir sola.

Cuando comentó eso no pudo evitar reprimir una sonrisa y miró al resto de hombres, esas palabras la hacían sentir más segura. Asintió al escuchar las normas, como que lo había entendido todo.

Una vez aclarado todo comenzais el viaje. A Maiara le toca la desagradable tarea de guiar a los caballos. El segundo caballo esta atado al remolque del primero, de modo que a veces cuando se detiene el otro tira de él con la consecuente queja del animal.
El paisaje no es gran cosa, avanzais por cañones y desfiladeros constantemente. El camino avanza en zigzag obligandoos a caminar el doble de lo que seria en linea recta, pero viendo lo abrupto del entorno parece que al menos hay que dar gracias a que no sea cuesta arriba.
Un par de hombres avanza en primera linea a unos diez metros de los carros, otros dos hombres hacen lo propio cerrando el convoy. El guardia restante camina junto a Wright y Morrow quien durante gran parte del camino se ha dedicado a revisar un cuaderno manuscrito.

Poco a poco se empieza a elevar una montaña frente a vosotros, esta claro que el camino llega hasta alli y calculais que en un par de horas comenzareis a rodearla. Siempre y cuando no haya otro tunel, claro.
Morrow guarda su cuaderno y se acerca a vosotros, la conversacion ha brillado por su ausencia, y una de las ventajas de viajar en compañia es el entretenimiento.

- Si seguimos a este ritmo seguramente lleguemos a Romeo casi al anochecer. Pese a lo que digan es mejor pasar alli la noche que en sus afueras. El autentico peligro de esa ciudad esta de puertas para fuera, dentro se encargan las mafias de mantener cierto orden.

Tras un primer intento de romper el hielo Morrow continua hablando.

- ¿Y que planes teneis? Esta claro que ninguno de los dos se va a dedicar a escoltar caravanas durante mucho tiempo, algo me dice que teneis un destino en mente.

Caminaba guiando a los animales, le daba cierta "angustia" el escuchar los quejidos de los animales e intenta que vayan ambos bien.

Se acerca a donde estaba ella los dos hombres de antes.

- Mi plan es llegar a Romeo, tengo que hablar con alguien alli. Despues.. pues buscando algún lugar seguro. Ojala encontrara algo como lo que hemos dejado para poder establecerme y no tener que moverme de allí.

Da un poco de cereales al primer caballo, despues se lo da al segundo

Wright realizó su trabajo sin decir ni mu, como era normal en él.  Casi habría dicho que era uno de sus viajes en soledad por la tierra muerta que pisaba, salvo por el olor a cagarros de caballería.

El guardia se adelantó para cubrir la parte de delante junto a la mujer, pero sin mirarla practicamente, para él, era como el resto de sus compañeros: estaban alli, pero no significaban nada para él, aunque tuviera organos reproductores diferentes a los suyos.

El patrón se acercó a ellos y empezó a hablar para romper el hielo, Wright lo miró, le pareció interesante el tema de la ciudad, ya sabía que esperar de ella.

Luego escuchó a la chica.

-Yo solo quiero sobrevivir, amigo. Como todos. Aunque eso signifique no quedarse mucho tiempo en un mismo sitio.

Explicó, todo lo contrario a lo que dijo la chica.

Escuchó al chico y le miró.

- ¿No te gustaría estar en un lugar seguro como del que acabamos de salir.. sin tener que estar durmiendo con un ojo abierto todas las noches? Yo estoy cansada de eso aunque sé que no puedo hacerlo.. - comenta mirando al frente, acaricia el pelo de un caballo.

- En esta época.. es una desgracia nacer mujer.. - comenta en broma, medio sonriendo.

Wright hizo una especie de mueca que significaba una sonrisa melancólica. Dejó apoyada la escopeta en el hombro, sujetándola con una mano a la altura del mango, mientras que la otra se apoyó en la hebilla de su cinturón.

-Ya lo tuve.

Hizo una pausa larga, como recordando, su sonrisa de borró lentamente y puso una expresión amarga, como si en esos recuerdos que miraba en su cabeza, acabara de ver algo que no le gustó para nada.

-No vale la pena vivir en un sitio asi, en mi situación.

Al cabo de unos segundos caminando, volvió a hablar, hoy estaba especialmente hablador.

-En este mundo, no puedes tener nada, otro lo desea, y si tiene mas armas que tu, te lo quita, y si luchas, te lo destruye para que nadie lo tenga, así son las cosas aqui. Aqui no hay lugar para sueños, esperanzas y esas cosas, quizá antes si, pero ahora no. Ahora solo sirve el instinto primitivo, ser bueno matando o morir.

Explicó hacia los dos, pero especialmente a la chica.

-Si te quedas en un sitio, cuidate de que no te lo quiten, piensa en si vale la pena luchar o dejarlo, si vale la pena que alguien a quien quieres muere o no. Esa decisión condicionará tu vida. Verás la vida de otro modo a partir de entonces: Te abre los ojos.

Morrow os mira con detenimiento mientras hablais. Da la impresion de que os analiza al tiempo que escucha vuestras versiones.

- Parece que lo habeis pasado mal por motivos totalmente opuestos. Os diré lo que yo opino. Tras años de viajar sin rumbo decidí quedarme con lo mejor que este mundo puede dar, la proteccion y la libertad. Cuando quiero libertad viajo de un sitio a otro, conociendo todo tipo de personas y lugares. Cuando quiero proteccion, o tranquilidad, hago rutas cortas o simplemente me quedo una temporada en algun asentamiento pacifico.

Mientras habla cruza sus manos a la espalda.

- Poca gente vive tranquila en este mundo. Incluso en Termopilas muchos piensan que no estan seguros, que algun dia aparecerá un gran grupo de saqueadores o que a lo que queda del ejercito se le cruzará los cables y atacará. Es algo que perdimos hace muchos años, la completa tranquilidad. Asi que sencillamente hay que bajar el rasero hasta el punto de conformarse con tener algo que comer y un lugar donde dormir sin que nos puedan meter un tiro para robarnos. Si conseguis eso podeis consideraros afortunados.

Wright escuchó a Morrow, su patrón. Le gustaba su filosofía de vida y no le faltaba razón, pero Wright era mucho más pesimista.

-No es mala idea la tuya, patrón. Aunque creo que yo no tendría los arrestos que tienes tu. Cualquiera de esos me vendería por un trozo de comida, y no les culpo.

Hizo un gesto con la cabeza hacia los de atrás.

Escuchó atenta las palabras de los demás y asintió a las palabras de Morrow.

- Tienes toda la razón, ambos.. se ha llegado a un punto en el que cuesta fiarse de la gente. Todos buscamos sobrevivir y la mayoria seguro que ha hecho barbaridades para ello.. - recuerda al último hombre que tuvo que matar si quería seguir viva y entera.

- Pero aquí parece que confiais unos en otros.. A lo mejor es mi impresión y únicamente lo que hacen es hacer su trabajo y punto..

Morrow parece que ha tenido esta conversacion con bastante gente, al fin y al cabo parece un tipo muy sociable en comparacion con lo que os soleis encontrar por el mundo.

- Antes la gente solo buscaba la forma de hacerse rica de la forma mas rapida y facil. Ahora que la riqueza ha desaparecido tan solo nos queda la supervivencia. Me atreveria a decir que el ser humano ha involucionado a una etapa casi animal. Nos guiamos mas por instinto que por intereses superfluos.

Señala a los tipos de atras y luego a los de delante.

- Si, cualquier de ellos podria matarme en cualquier momento. ¿Para que? Se podrian quedar con la mercancia, pero no lograrian venderla. En lugar de llegar a Romeo y dejarse su jornal en prostitutas y alcohol posiblemente volverian a vagar por el mundo hasta que les matasen o muriesen de quien sabe que. Lo que antes se llamaba confianza ahora se conoce como el bien comun. Vosotros sois el mejor ejemplo.

Se detiene para dar un trago a su cantimplora antes de continuar.

- Estais aqui porque obteneis un beneficio, como yo. Ambos nos beneficiamos, yo podria intentar ir solo hasta Corona, pero seria muy dificil lograrlo sin escolta. Lo mismo os ocurre a vosotros. Si lo pensais bien es la misma logica que auna a esclavistas o saqueadores. Por solitario seria imposible que tuviesen exito, gracias a un bien comun pueden colaborar, aunque por desgracia sea para hacer el mal.

Tas un par de segundos observandoos parece llegar a una conclusion.

- Si ambos os vais a quedar en Romeo aceptad un consejo: No os separeis. Las mujeres que van solas corren bastante peligro, y pasareis mas desapercibidos en pareja. Creo que me entendeis, alli siempre...

Cuando Morrow esta a mitad de frase uno de los dos guardias que llevais delante se gira para hacer una seña al comerciante. No parece nada peligroso ya que mantienen sus armas colgando de los hombros.
Levanta un dedo a modo de pausa y se adelanta hasta la vanguardia para hablar con su escolta.

Ella no termina de entender lo que quería decirle, mira a Wright.

- ¿A que se refiere..? No entiendo que quiere decir..

Mira de nuevo hacia atrás y sigue pensando, era la primera vez que llegaba a ese lugar y no tenía ni idea cuales eran las costumbres o normas de alli.

- Yo tengo que resolver unos asuntos alli, te quedarás alli un tiempo o les seguirás?? - quizás se apresuraba demasiado en confiar en un hombre, pero en verdad que si fuera ella sola, lo tendría todo mucho más crudo.

Wright había captado el mensaje y asintió a Morrow, luego hizo lo mismo con la chica.

-Es cierto. Aunque no creo que me quede mucho por Romeo. Pero esto de ser escolta no está nada mal, y menos tras oir tu versión de las cosas.

Explicó a su Patrón. Wright siguió andando, hasta que Maiara le diriguió la palabra.

-No lo sé, tal vez siga o me vaya. Depende a donde se dirija el patrón, no voy a volver a las Termopilas y tampoco me quedaré en Romeo más de una semana a lo muy mucho. Pero te acompañaré allí los primeros dias hasta que encuentres a alguien de fiar.

Explicó el mercenario. Se detuvo y se calló al ver el gesto de Morrow. Wright le dio un golpecito a Maiara en el hombro con el codo y señaló con el metón hacia delante, luego, dejó caer su rifle contra su otro brazo, sujetándola bien, aunque con el cañón bajo, para no dar una imagen tan agresiva.

Sonrie levemente al hombre aunque su expresión cambia cuando se da cuenta de que había alguien más alli esperando para hablar con Morrow.

Detuvo a los animales y aprovechó para darles algo de comida mientras esperaba ver como se resolvían las cosas.

Morrow se adelanta hasta un giro del camino. Parece estar mirando algo que no podeis ver debido a un saliente de roca.
De repente descubris de que se trata, un hombre mayor, de unos 70 años, esta de rodillas pidiendo algo al mercader.
El hombre, con largo pelo y barba canosa esta totalmente desnutrido y apenas lleva un pantalon vaquero destrozado.
Os acercais viendo que, a priori, no hay peligro. Permaneceis a unos metros, observando la escena.

El hombre, de rodillas, implora ayuda a Morrow.

- Por favor, llegaran en cualquier momento. No tengo nada para darle, pero haré lo que quiera, lo que quiera! Solo defiendame, a usted no le atacaran!

Morrow se disculpa, pese a que esta claro que la vida del viejo corre peligro.

- Lo siento, pero no puedo enfrentarme a ellos. Estos hombres estan contratados para proteger la mercancia, no para salvar a quien se cruce en nuestro camino.

Comenzais a oir el ruido de lo que parecen ser caballos. El eco del lugar hace parecer que sean muchos mas de los que seguramente sean en realidad, no obstante se debe tratar de un grupo considerable.

Al oirlo el anciano comienza a llorar y se tira al suelo.

- Por favor, por favor. Haga algo, se lo suplico. No deje que me cojan...

El llanto apenas le deja terminar la frase.

Morrow menea la cabeza, por su expresion parece que no hay nada que hacer.
A medida que el ruido se intensifica el mercader hace un gesto a sus hombres para que bajen sus armas, sea quien sea quien esta a punto de aparecer debe ser peligroso.

Prestaba atención a la conversación, miraba a unos y a otros pero escuchar al hombre suplicarle de esa forma que le ayudarán.. estaba sintiendo como si le apretaran el estómago con fuerza.

Miraba a los demás, como esperando que hicieran algo.

- No podemos hacer nada por él? - preguntó.

Wright observó todo con seriedad, con el mentón apretado. Había visto esa escena innumerables veces, y en ocasiones, se acordaba de lo que había pasado a él cuando solo era un crío.

-No.

Respondió a su compañera.

-Es viejo, está medio muerto. Lo haría pero por un crío. A ese hombre le falta poco, no durará al invierno, y meterse en un problema por él no sería logico. Morrow lo sabe.

Explicó friamente. Wright miró a Morrow y asintió, bajó su arma pero la tenía bien agarrada por si acaso.

-Haz lo mismo.

El sonido de los caballos al galope se intensifica hasta que veis aparecer desde detras de una curva al grupo de jinetes.
Contais diez hombres, todos a caballo. Van vestidos con uniformes militares de color negro y cascos con gafas que os impiden ver sus rostros. Su cabecilla, ademas, lleva una especie de capa corta que le llega hasta las rodillas.
Podeis ver en su pecho una insignia redonda, se trata del simbolo Omega sobre un fondo blanco.

La parte que os preocupa, mas allá del ridiculo aspecto, es el armamento que portan. Adivinais chalecos antibalas bajo los uniformes, aunque eso no es tan peligroso como los fusiles de asalto que portan. Un par de ellos llevan rifles de precision y la mayoria lleva granadas de mano en el cinturon.

Os choca el aspecto cuidado de todo el equipo y su similitud, lo que indica que provienen del mismo lugar.

Al ver al anciano detienen sus caballos y el tipo de la capa desmonta con decision y pistola en mano. Se acerca a su presa y sin mas dilacion dispara contra la cabeza del hombre.
El viejo, que apenas tuvo tiempo de intentar huir o clamar por su vida, cae a plomo. Los caballos se asustan del disparo y relinchan inquietos.

El soldado guarda la pistola y dedica unos segundos a observar a vuestro convoy. Despues se da la vuelta y vuelve a montar su caballo.