Partida Rol por web

Llegas al centro del pueblo, bajo la torre del reloj. Ha dos cosas que te llaman la atención, la primera es ver varios carteles de "PERDIDO" con diferentes rostros y la otra e sel reloj. Las agujas del reloj andan al sentido contrario. Debajo de la torre encuentras a un grupo enfurecido de pueblerinos, entre los que está Delilah Rosebud. 

Vestido con el traje negro y el cuello típico de mi oficio, observo la situación con preocupación. Pobre rebaño, Señor, están perdidos y furiosos. Me santiguo y camino hacia ellos con el rostro tranquilo, sereno y comienzo a hablar con un todo conciliador y relajado. - Buenos días os dé el Señor, compañeros, ¿qué ocurre? ¿Qué os llena de ira, hermanos? Calmaos y contadme qué sucede, seguro que encontramos una solución adecuada.

Los miro a todos y a cada uno, mostrándome cercano con ellos, aunque me fijo más en la señorita Rosebud, al fin y al cabo, la conozco del coro, aunque me gustaría que acudiese más a misa, la chica puede caer en la lujuria con demasiada facilidad debido al trabajo que tiene.

La mujer escuchó con atención lo que sus convecinos le contaban, sin poder creérselo todavía. Le parecía increíble que la gente creyera de primeras que Zacharias era el culpable, ¡solo era un crío! Volvió a recordarse por qué quería salir del pueblo y otra punzada de dolor atravesó su cuerpo. En cuanto llegase a casa sabía que le esperaba el J&B.

Entonces una voz se pronunció sobre las demás, la del Padre Berkeley. Delilah había tratado con él con anterioridad, pues colaboraba en el coro de la iglesia, al cual había pertenecido cuando era niña. El párroco le parecía un hombre muy calmado, demasiado, de hecho; esa voz tan relajada y serena, esas palabras... parecía mucho más viejo de lo que era, y a Delilah eso le daba escalofríos. 

- El pobre señor Mayard, el carpintero, ha sido hallado muerto esta madrugada... se dice que ha sido un asesinato-comunica la rubia con un tono de voz neutro, intentando no dejarse llevar por sus emociones, pero sin parecer insensible respecto al tema-, dicen que el principal sospechoso es Zacharias Bell... un muchachito de solo dieciséis años... Es una locura...-termina murmurando mientras mete las manos en los bolsillos de su sudadera. Aunque estaba cómoda con la ropa deportiva, se sentía sudada y pronto necesitaría volver a casa para ducharse. 

Una mujer mayor comienza a llorar - Ay señor Bekerley, ¡haz una misa preciosa! que no se vaya de esta manera- otro hombre protesta ante las palabras de la cantante -¿Cómo que muchachito? ¡Es un demonio!-  otro asiente a las palabras de éste primero -deberían prohibir la esgrima como deporte en la Escuela ¿quién sabría si a otro le da por imitarle?- una mujer furiosa protestó a éste -¡Mi Thomas nunca haría algo así!

Todos empezaban a discutir, era un auténtico caos, donde no se podía seguir ninguna conversación. Llantos, gritos furiosos, disputas. Los habitantes de Storybrooke estaban perdidos al ver rota su rutina diaria. 

Mientras caminas hacia Granny's en el periódico lees un par de noticias. La primera noticia que encuentra es la siguiente:

10 DESAPARECIDOS EN STORYBROOKE

Han desparecido 10 vecinos del pueblo de Storybrooke. Muchos de ellos desde el pasado fin de semana. Sus familiares y amigos buscan algún rastro de donde pudiesen estar. El Sheriff  ha declarado que están usando todos los medios disponibles para encontrarlos. Cuenta con la ayuda del guarda forestal Jack Evans para buscarlos por bosque. Por el momento no se ha encontrado ninguna pista de alguno de los desaparecidos. 

La segunda noticia cubre la portada del periódico.

 La pasa madruga se halló muerto a Olson Mayard

El viejo carpintero del pueblo, Olson Mayard, fue encontrado a las afueras del pueblo con varías heridas producidas por un arma blanca. Parece ser que solo hubo un testigo del brutal asesinato, el cual ha preferido quedar en el anonimato hasta el momento. El principal sospechoso es un muchacho de 16 años. El joven se llama Zacharías Bell, el cual está ahora bajo arresto. El Sheriff, Michael Wolf, procederá esta mañana al interrogatorio tanto del muchacho como del testigo.

 Llegas al Granny's donde para tu sorpresa no están ninguno de los dos. Hay poca clientela hoy y la mayoría tienen cara de pocos amigos o están con la cabeza gacha. Es un hecho que hoy no es buen día para Storybrooke.

Cuando Naxael llega al centro del pueblo para realizar su trabajo, se extraña al ver tantos carteles de "PERDIDO". A los pies de la torre del reloj ve un grupo de habitantes del pueblo que protestan furiosos entre ellos. Entre toda esa gente puede ver a Lawrence y a la cantante Delilah. Cuando alzas la vista al reloj ves otra cosa que llama tu atención. El reloj funciona, pero al sentido contrario.

A ver, a ver, veamos... - pensó mientras esquivaba a la gente que se cruzaba en su camino mientras ella leía. - ¡10 desaparecidos! ¿Y no publican una jodida lista? Si serán cabrones los muy hijos de puta... Al menos hay dos personas buscando. Dos. Y no pueden encontrar a 10. - suspiró - Olson Mayard, Q.E.P.D. ¿Y el principal sospechoso es un niño? ¡¿Que le pasa a la gente de este pueblo?! Uno pensaría que lo inepto se les habría pasado con el tiempo. Pero claro, si fueron unos imbéciles conmigo, que se puede esperar que sean ahora con otros... Ahora, es cierto que un niño puede hacer mucho daño, no lo sabré yo. Pero vamos, ¿en serio?

Entra a Granny's, con cara tan molesta como el resto de los que estaban ahí ya sentados.

Buenos días, Granny. ¿Me das un café? - tomó una pausa, más por educación que por necesidad - Hey, has visto al Dr.Lawler o a Sally, su hija?

-OH Delilah la bellísima cantante de este pueblo, enserio no sé qué haces aun aquí con tu talento y tu belleza casi haces que pierda de vista que el reloj esté funcionando, y a mas misterio aleves, habrá que acercarse a mirar no crees-él no lo crees lo dijo mirando a Lawrence.

Cojo la mano de la cantante la beso con delicadeza y digo:

-Si me disculpan los misterios me llaman-sigo mi camino hacia el reloj.

Como siempre la Abuelita te recibe con una gran sonrisa (aunque no seas de su clientela fija) -Bueno días Dra. Hyde, en seguida le sirvo - fue hacia la cafetera y al poco tiempo te trajo una buena taza de café acompañada con un pastelillo. 

Cuando le hiciste la pregunta se quedó un momento pensativa - me temo que no querida ¿ha ocurrido algo? -  se ajustó las gafas redondas y clavó la mirada en ti, esperando una respuesta. 

Dalilah no se sorprendió por la alegre voz de Naxael, de quien estaba más que acostumbrada a recibir halagos y otros piropos. No es que le molestasen, para nada, pues cuando andaba baja de ánimos siempre le venía bien tenerlo cerca. Con una sonrisa encantadora, dejó que besase su mano.

- Tan encantador como siempre, Naxael-concedió la cantante con una amable sonrisa-. Por supuesto, vaya a hacer lo que tenga que hacer-tal vez él pueda arrojar algo de luz en este caso...-. Es todo tan... repentino y extraño, aún no me lo explico. 

No, no lo creo... deben ser preocupaciones mías. Es solo que no contestan en su casa, y el doctor debería haber llegado hace una hora al hospital. - dice restándole importancia, mientras recibe el café y el pastelillo, sentándose en la barra - ¿Usted sabe quienes son los desaparecidos de los que habla el periódico?

Te mira apenada y asiente lentamente con la cabeza -tienes razón seguro que no hay de que preocuparse - durante un momento se quedó en silencio, pensativa - bueno se unos cuantos que han desparecido (o eso me han dicho), Eva Voidle, ese psicólogo tan joven. También Marcos, era un hombre muy apañado, ¡arreglaba de todo!. Desconozco quien más, pero seguro que el Sheriff Wolf los encontrarán pronto.

Te sonrió y fue atender a otros clientes que la reclamaban. 

La mirada de la anciana no la había tranquilizado para nada. Terminó pronto su café y dejó su pastel sin tocar, junto a una servilleta en la que escribió "Gracias!" y el dinero correspondiente a su pedido.

Salió de la cafetería. Tenía que volver al hospital, pero seguiría investigando desde allí. Y apenas saliera, iría a casa del doc. 

No podía ser cierto, de toda la comunidad de Storybrook no había personaje más detestable que ese hereje que osaba enseñar algo tan impropio de un buen cristiano que es el ocultismo. Al verlo mi rostro sereno se tornó serio e hice caso omiso a su más que evidente invitación. ¿Acaso era homosexual? Negué ante mi propia pregunta y le dirigí unas palabras secas. - Sí, es un misterio, pero el reloj no es tan importante. - Tuve que darme prisa para que no se marchase. - Pero Naxael, ¿no piensa que tal vez sus poco ortodoxas... - Digo para que se note mi desagrado. - ... enseñanzas pueden perturbar la mente de los jóvenes de nuestra apacible comunidad? - Hago una pausa y miro al profesor como si de un inquisidor me tratase. - Díganos, profesor. - Ahora elevo un poco el tono, para que nos escuchen. - ¿Es el joven Zacharias habitual de sus clases?

Dios odiaba a la gente como ese hombre que siempre pensaban, que mis investigaciones estaban mal, y que le importaba quien eran mis alumnos.

-Pues vera señor-dije girándome y siguiendo caminando pero de espaldas:

-Mis alumnos no se tengo unos cuantos, tal vez si o tal vez no debería preguntarle a él y que el reloj no es importante, si usted supiera cuanto misterio esconde ese reloj, hasta dios estoy seguro que lo mira, va teniendo en cuenta que dios mira todo lo que yo hago no es extraño-Sonrió a Lawrence y digo:

-pero estese tranquilo que si es un fenómeno fantasmal, le mantendré alejado para que sus fieles creencias hacia mi compañero de copas ese tal dios no se vean turbadas-me volví a girar y seguí caminando mientras recitaba un gran Salmo lo bastante alto como para que me oyeran:

-Padre nuestro, que estas siempre puesto, daño marihuana para toda la semana, no nos dejes sin canutos ni un solo minuto, y líbranos de la plas Amen.

Subes a la sala del reloj, que se encuentra sucia y húmeda. Cuando llegas al mecanismo del reloj, puedes ver perfectamente como los engranajes giran al sentido contrario.

-No hay forma humana de hacer que funcione, ¿quién es usted?- un hombre de media estatura aparece detrás tuya. Tiene cara de pocos amigos y va sucio de aceite de engrasar -¿Te envía el ayuntamiento?

-No, quien me envía es la ciencia de lo oculto- busco ratros de algo no natural alrededor del reloj.

-Mi nombre es Naxael ¿quien es usted?

El hombre se acerca hasta ti a una distancia prudencial - soy Jay, técnico del reloj, uhmm disculpe ¿ciencia de lo qué? - se rasca la cabeza confuso. Cuando examinas la sala encuentras entre los engranajes arena, arena dorada y muy fina. La playa de Storybrooke no tiene una arena así. Cuando te fijas mejor, parece que brilla. 

Tras el previsible comentario de una persona que se dedicaba al ocultismo, es decir, alguien demasiado alejado de la realidad como para poder mostrar el debido respeto a una figura de autoridad y bondad como es un pastor, me giro hacia la cantante y, con una sonrisa fruto del sentimiento de un buen trabajo, hablo sin problemas. - Como le decía, señorita Rosebud, es terrible que un chico tan joven sea acusado del crimen. - Muestro una expresión de bondad y santidad, una que tenía practicada después de semanas de entrenamiento. - El joven es claramente inocente, solo alguien con un corazón alejado de Dios podría haber cometido ese horror. - Me permito cambiar el tono a uno pernicioso para asegurarme de que Naxael sea receptor. - Aunque podría haber sido inducido a ello, claro. - Recuperando un tono casual. - Lo hablaré con el sheriff, seguro que ya ha pensado en esa teoría. Y, con suerte, me libraré de alguien tan negativo para MI comunidad como ese ocultista.

No creo que haya logrado ocultar mi gesto de desagrado, aunque toso un poco para serenarme e intento recuperar mi porte de sacerdote. - Si me disculpa, señorita, creo que - Y ahora alzo la voz para que la muchedumbre me escuche, pero sin gritar. - debo ir a la Oficina del Sheriff, seguro que podré dar algo de consuelo a los agentes después de este terrible suceso. - Asiento con la cabeza y camino hacia la Oficina. Cuando me cruzo con alguien le dedico una mirada tranquilizadora y un No se preocupe, Dios está con nosotros y nos ayudará a resolver esto.

Saco un bote de probeta y lo lleno de ese polvo luego cojo un poco y lo pruebo lo suficiente para saber su sabor y su textura y si es cataplasma o químico.

Luego lo huelo y un poco se me cuela por la nariz, tras tenerlo guardado me levanto y digo:

-Ciencia de aquello que las personas de este pueblo no entienden y a mi me encanta-digo sonriendo y tendiéndole la mano.