Partida Rol por web

-¡¡Buenos días Storybrooke!!, hoy es Lunes 17 de Noviembre. Ya hace una semana de la fiesta anual del pueblo ¿quién lo diría eh John?

-Ya te digo Martín, hay algunos que aún le han durado la borrachera toda la semana. Pero pasando a asuntos más serios...

De un manotazo apagáis el dichoso despertador que os levanta a vuestras rutinarias vidas. Os desperezáis muy cansados como si el fin de semana no hubieseis descansado nada. Ojerosos os miráis al espero de vuestros respectivos baños, el sueño de esta noche ha sido mortal, habéis dormido fatal. El cansancio pesa sobre vuestros hombros, pero el día debe continuar. 

-¡¡Buenos días Storybrooke!!, hoy es Lunes 17 de Noviembre. Ya hace una semana de la fiesta anual del pueblo ¿quién lo diría eh John?

-Ya te digo Martín, hay algunos que aún le han durado la borrachera toda la semana. Pero pasando a asuntos más serios...

De un manotazo apagáis el dichoso despertador que os levanta a vuestras rutinarias vidas. Os desperezáis muy cansados como si el fin de semana no hubieseis descansado nada. Ojerosos os miráis al espero de vuestros respectivos baños, el sueño de esta noche ha sido mortal, habéis dormido fatal. Vaya parecía que hubieseis estado en realidad en aquel extraño bosque... Aunque tenéis la sensación de que lo habéis vivido de verdad. Cuando intentáis recordad de que trataba el sueño, os cuesta, como ocurre con algunos sueños... es algo que os frustra pero el día sigue. 

Delilah da el manotazo al despertador sin siquiera abrir los ojos. Gruñe mientras se da la vuelta en la cama, aprovechando estos últimos momentos de sueño antes de abrir los ojos definitivamente, parpadeando un par de veces para acostumbrarse a la luz del sol que entra por su ventana. Bosteza y se despereza en la cama antes de salir de esta y ponerse en pie. 

Lo primero que hace es lavarse la cara y cepillarse el pelo, después desayuna un zumo de naranja con tostadas mientras deja las noticias de fondo. Acto seguido, se pone ropa deportiva y se dispone a salir a correr un rato, cumpliendo su rutina. Calienta un poco los tobillos y las extremidades para evitar lesiones. Entonces, comienza a correr.

Buenos días, Storybrooke... veamos qué me ofreces hoy.

Cuando sales a correr te fijas en un tres cosas que no son nada normales en el día a día del pueblo. La primera es ver muchos carteles de "PERDIDO" de gente del pueblo, pegados en postes por todo el pueblo. Las otras dos las ves cuando llegas al centro del pueblo, donde el reloj. El reloj funciona pero sus manecillas van en dirección contraria y en la puerta puedes ver a un montón de gente discutiendo algo, algunos están llorando, otros muy furiosos. Medio pueblo está allí por los menos. Sea lo que sea de lo que hablen puedes escuchar dos palabras "asesinato" y "muchacho".

Delilah se ha puesto los auriculares conectados a su MP3 y comienza su ruta a paso ligero, para comenzar a trotar en progresión. Mientras las notas de la canción inundan su cerebro, ella repite la letra en su cabeza. Sus oídos están tapados, pero sus ojos no pueden evitar mirar los numerosos carteles de "Perdido" que hay por todo el pueblo; las fotos de los habitantes la miraban sin verla a medida que ella avanzaba. Se sintió algo insegura, pues nunca antes había sucedido algo así en este pueblo tan tranquilo.

Aunque no oía bien, al llegar a la plaza del pueblo, no le pasó por alto el hecho de que el reloj del pueblo que nunca antes había visto funcionar, ahora marchaba... hacia atrás. 

- ¿Pero qué...?-murmuró mientras frenaba el ritmo y se quitaba uno de los auriculares. Fue entonces cuando escuchó los murmullos de la gente, algunos lloraban, otros hablaban cargados de furia... hablaban de ¿un asesinato? ¿pero qué ocurría? 

Delilah decidió acercarse adonde estaba concetrada la gente, intentar ver qué ocurría y preguntar:

- Disculpe-se dirigió a un hombre que había por ahí curioseando-, ¿qué ha sucedido? 

El hombre de mediana edad te mira y te ofrece un periódico de hoy -Será mejor que lo lea usted, señorita. Esto es indignante, debemos hacer algo.

A los que los demás apoyan sus palabras, furiosos. En la portada del periódico, puedes ver la siguiente noticia destacada:

La pasa madruga se halló muerto a Olson Mayard

El viejo carpintero del pueblo, Olson Mayard, fue encontrado a las afueras del pueblo con varías heridas producidas por un arma blanca. Parece ser que solo hubo un testigo del brutal asesinato, el cual ha preferido quedar en el anonimato hasta el momento. El principal sospechoso es un muchacho de 16 años. El joven se llama Zacharías Bell, el cual está ahora bajo arresto. El Sheriff, Michael Wolf, procederá esta mañana al interrogatorio tanto del muchacho como del testigo.

 Aparecen dos fotos en la portada. Una foto del lugar donde se halló el cuerpo y otra del muchacho acusado. 

El chaval te suena familiar y no sabes de que. Posiblemente sea de verle por el pueblo alguna vez, pero algo te dice que no es de eso. Además por alguna extraña razón, crees que es inocente. Seguramente victima de ¿una trampa?.

La mujer leyó la noticia con atención, parecía algo totalmente surrealista... ¿un muchacho de dieciséis años era la víctima de un crimen a sangre fría? ¿En Storybrooke? Imposible, un muchacho de su edad no era capaz de cometer tal atrocidad y de esa forma... Tenía que haber algo más detrás, nadie creería que un chiquillo ha sido el culpable de algo así. 

- Imposible...-dijo tras apartar la mirada del cartel. Deseó por un momento dedicarse a la abogacía para poder descubrir qué había tras esto, pues era algo demasiado extraño...

- Gracias-devolvió el periódico al señor que se lo había cedido-. Pobre muchacho, un chico de su edad siendo acusado por algo así... ¿por qué es el principal sospechoso?-pregunta, intentando averiguar algo más.

El hombre te miró enarcando una ceja -Bueno, el único testigo dice que le vio a él con el pobre Olson. Además se rumorea que el arma que se usó para acabar con la vida del viejo Olson es propiedad del chico. Parece ser que practica esgrima.

Una mujer mayor se incorpora a la conversación, hablando en susurros como si compartiese el más terrible de los secretos con vosotros -por lo visto el muchacho es huérfano desde hace un año, sus padres murieron en un accidente de tráfico. Creía que era un buen chico, siempre me ayudaba a cargar la compra -chasqueó la lengua con disgusto- pero claro empezó a fumar, a saber que cosas se ha metido. 

Negó con la cabeza mientras en su rostro expresa tristeza. 

Como cada mañana me levanto y voy a lavarme la cara, notando las ojeras de una noche demasiado cansada. Opto por darme una ducha fría para despertarme y voy hacia la cocina. Ya allí, me preparo un desayuno completo y equilibrado y miro al cielo desde la ventana de la cocina, comprobando que no haya nubes. Después de sacudir mi cabeza, cojo el periódico y observo las noticias locales mientras desayuno. Una vez he acabado, me visto con ropa deportiva de color gris claro y salgo a correr por los alrededores del pueblo, poniéndome esa sonrisa cortés y amable con la que vivo a diario.

Tengo que empezar a planificar alguna gala antes de Navidad...

Me desperté con una sensación extrañísima, sintiendo que no me había acostado en ésa cama, como cuando eres pequeño y te cambian de habitación.

Hacía un par de días que la zorrita herida vivía conmigo en mi casa, de modo que cada mañana tenía a la familia de mi amiga peluda aquí, cosa que me agradaba bastante, pues el zorro macho al cual conocía desde hacía más tiempo se estaba distanciando de mi estos últimos meses. Les puse su desayuno en el jardín de mi casa y me senté en las escaleritas de la puerta a desayunar con ellos. Era agradable, sin embargo, algo no se me iba de la cabeza: Un sueño extraño que a medida de que pasaban los minutos, se me iba olvidando más y más. Así que, de un brinco y, asustando a los zorritos sin querer, me puse en pie y cogí una libretita con un lápiz y apunté lo poco que recordaba de aquel sueño*. Algo me decía que era importante. 

Una vez apuntado todo, me vestí y fui a preparar la cosecha de hoy, la cual Smith ya había recolectado. Una vez más, puse mi puestecito y esperé a que alguien viniera. La gente del pueblo sabía que solo abría 3 mañanas a la semana. 

¿Que demonios fue eso?

Remolonea unos minutos en la cama antes de siquiera abrir los ojos, pues intentaba recuperar algo del sueño que había perdido en el laberinto de su memoria selectiva. No tenía de qué había pasado o por qué se sentía tan cansada, pero tenía la impresión de que era algo importante, justamente algo que debía recordar. Toma un cojín y lo tira contra una muralla con rabia, tendría que resignarse a no saber. Odiaba tener que asumir su propia ignorancia. 

Además, ese maldito Martín y su informe de siempre, que bien podría hacer ella de pura memoria "Buenos días, Storybrooke! Hoy es tal día de tal mes. Hace tanto tiempo pasó tal cosa irrelevante en la vida inútil de los aspirantes a socialité de este pueblo chico" Aunque... ¿Que día había dicho hoy? ¿Lunes 17 de noviembre? ¡¿LUNES 17 DE NOVIEMBRE?! Oh demonios, en el hospital la iban a MATAR. ¡¿Cómo había logrado dormir una semana entera?!

Se levantó de un saltó, y tras una ducha express, se puso la polera y el pantalón, terminando de vestirse y ponerse los zapatos mientras salía del departamento. 

MALDICIÓN, MALDICIÓN, MALDICIÓN!

Me desperté de golpe, por mi cuerpo corrían leves gotas de sudor frío y sentía como el corazón golpeaba con frenesí mi pecho, no sé qué había soñado pero lo que sí tenía claro era que no había descansado en lo absoluto, sentía los parpados pesados y los ojos irritados, la garganta seca y los músculos entumecidos , pero de todo aquello lo que más me molestaba era el chirriante sonido del despertador , así que estiré mi mano sin mirar y a tientas busqué el despertador, que al encontrarlo y darle fuertemente con la mano terminó por caer al piso, no se había roto por fortuna, pero había dejado de sonar, cosa que era de agradecer.

No quería levantarme, estaba cansada , como si no hubiese dormido en toda la noche, pero tenía un largo día por delante y como no estaba segura de que si me dormía pudiese descansar, decidí salir de la cama quitándome las sabanas de encima.

Camine hasta el baño y al mirarme en el espejo no reconocí a la mujer que me devolvía la mirada, el pelo desmarañado, las ojeras marcadísimas en mi blanco rostro y los ojos rojos, apoyé mis manos en el lavamanos un momento, pero me solté rápidamente para meterme en la ducha. El agua caliente ayudaba a relajar mi cuerpo, sentía todo menos tenso aparte de esa increíble sensación de confort que daba, y después de enjabonarme bien con el gel de ducha que olía a miel y lavar mi cabello, salí sin ganas de la ducha y me vestí para otro día de trabajo.

Elegí un conjunto sencillo , pantalón y blusa y chaqueta acompañada de unos tacones, me maquillé lo mejor que pide y arreglé mi cabello, volví a mirarme al espejo y suspiré, podría verme considerablemente mejor su hubiese descansado, pero poco importaba eso ahora.

No tenía tiempo para desayunar en casa, así que me subí al coche y puse la música a todo volumen para terminar de despertar y pise el acelerador a fondo durante unos metros, ya que al encontrarme a las afueras de la ciudad me daba cierto margen de velocidad, pero en cuanto entré en el pueblo volví a bajar la velocidad a una mas prudencial, aparqué el coche y entré en mi oficina.

Todos tus rutinas diarias se pararon cuando al leer el periódico viste en la portada una noticia nada normal. Nunca habías leído algo así en Storybrooke desde que viviste aquí. 

La pasa madruga se halló muerto a Olson Mayard

El viejo carpintero del pueblo, Olson Mayard, fue encontrado a las afueras del pueblo con varías heridas producidas por un arma blanca. Parece ser que solo hubo un testigo del brutal asesinato, el cual ha preferido quedar en el anonimato hasta el momento. El principal sospechoso es un muchacho de 16 años. El joven se llama Zacharías Bell, el cual está ahora bajo arresto. El Sheriff, Michael Wolf, procederá esta mañana al interrogatorio tanto del muchacho como del testigo.

En el periódico ves dos fotos, una del lugar del asesinato y otra del principal sospechoso.

Recuerdas al muchacho que hace apenas un año perdió a sus padres en un accidente de tráfico. Fuiste tu quien te encargaste de oficiar la misa en la memoria de los señores Bell.  

El despertador sonó y estaba de nuevo en mi habitación, el bosque había desaparecido. Lo apagué y me costó horrores levantarme de la cama. Fui directa al baño para lavarme un poco, tenía un aspecto horrible con unas ojeras que parecía que no había dormido en semanas. Después de vestirme, lo primero que quería hacer era ver a Zac, puede que fuera una tontería, pero quería mucho a ese pequeño demonio y me gustaba asegurarme de que estaba bien. Fui al salón y no lo vi, ya debería estar preparándose, pero era muy normal en él levantarse tarde. Fui a su habitación dispuesta a despertarle, pero tampoco estaba. Que raro, habría ido hoy antes a clase???? 

Cogí el móvil y le mandé un mensaje. 

"Que raro que hoy te hayas levantado temprano, tienes fiebre? XD pasa un buen día y sé bueno XD" 

Era mejor no ponerse en lo peor, seguramente por alguna razón se había levantado antes, no tenía porque pensar que le había pasado algo. si, seguramente era eso. Su amiga era responsable y estudiosa y sería cosa suya quedar temprano. 

Cogí un dulce y lo metí en el bolso, ya desayunaría después, no me daba tiempo. Abrí la puerta de la calle y antes de cerrar mis pensamientos volvieron a si Zac estaba bien. Pero moví la cabeza de un lado a otro, estaba siendo un poco paranoica. 

No recordaba mucho desde la fiesta, era como si hubiera estado drogada toda una semana. sabía que era lunes 17 por la radio. En la fiesta me había peleado con mi jefe, pero ni siquiera recordaba si ya habíamos hecho las paces, aunque lo mejor era actuar como si nada. Miré la hora de mi reloj y apresuré el paso, hacía unos minutos que tenía que estar ya en el bar...

Al leer la noticia se me cortó el cuerpo. ¿Cómo era posible que en mi comunidad pudiese darse un crimen tan atroz? Y encima el sospechoso era un joven infante, que ni siquiera había alcanzado la madurez. Conocía al chico, por supuesto. Conocía a todo el mundo y especialmente él no parecía un asesino. ¿Será cierto eso de que el Diablo de presenta en forma de ángel? ¿Le habría llevado la muerte de sus padres a cometer ese crimen tan atroz?

El ejercicio puede esperar, me dije a mí mismo y me cambié poniéndome mis hábitos. Hoy debía se runa figura de fuerza y determinación, no podía ser un habitante más de Storybrook. 

Perturbado como estaba, no se me ocurrió otra cosa más que ir primero al centro del pueblo, para hablar con los vecinos y observar sus problemas. Luego me dirigiré hacia la Oficina del Sheriff, para así poder hablar con el chico e intentar salvar su alma pecaminosa.

En cualquier caso, sé que simplemente apareciendo por el Centro del Pueblo reconfortaré a esas pobres almas perdidas.

Me levante por la mañana tras un fin de semana en que no había parado en ningún momento, estaba totalmente destrozado, pero había que levantarse para ir a trabajar, hoy me tocaba revisar el reloj, se decía que había rastro de cosas paranormales allí y aunque en este tiempo lo había revisado varias veces una más deja tranquilo a todo el mundo.

Me levante y fui a la ducha, para luego desayunar, mi café con huevos fritos y zumo de naranja, me lave los dientes y Salí a la calle con mi ropa negra y mi abrigo, se me quedo el paraguas dentro pero no parecía que fuera a llover por lo que no volví a por él, con mi maletín me dirigí a la torre pasando por la plaza del pueblo.

Escuchas como llaman a la puerta de tu piso con insistencia - Señor Maynard - es la voz de Eileen que insitió de nuevo llamando a la puerta- Señor Maynard, siento molestarle, pero necesito que se haga cargo del bar, ha pasado algo terrible.

Me despierto de golpe con el sonido de los locutores de la única emisora de radio del pueblo. Al principio me siento desorientado y exhausto. Ha sido una noche muy rara. Recuerdo haber cerrado el Black Rose la tarde anterior para poder ir con Eileen a la fiesta del aniversario de Storybrooke. Recuerdo haber compartido copas con mi amigo Kyllian y a partir de ahí todo se vuelve confuso y "rarito".

-Mierda, debe ser la peor borrachera de la historia- bostezo pesadamente. "No recuerdo que fumáramos nada..." pienso para mis adentros, mientras intento recomponerme y levantarme de la cama. Me meto en la ducha y me tiro un buen rato hasta que consigo despejar las brumas de mi cerebro. Finalmente salgo chorreando, me seco, evalúo si debo afeitarme o no y empiezo a vestirme. Entonces oigo a alguien llamando a la puerta de mi apartamento.

Me dirijo hacia la puerta, con los pantalones puestos y una camisa de color oscuro a medio abotonar.

-¡¿Que ha pasado qué?!- abro la puerta bruscamente, mirando fijamente a Eileen, esperando que su explicación sea razonable o por lo menos coherente, aunque me da que a estas horas sería pedir demasiado.

-Cuéntame Eileen- digo con mas calma esta vez al reconocer a mi camarera favorita.