Partida Rol por web

La bibliotecaria con una sonrisa te agradece la entrega del libro y lo coloca en un pequeño montón de libros que colocar en sus estantes. Cuando ves los carteles de desaparecidos, uno de ellos es compañero de tu clase y otro que reconoces es al psicólogo Evan Voidle. En la calle comienza a caer una pequeña lluvia, sin mucha intensidad.

Al no obtener demasiada información, Delilah vuelve a su casa, pues tiene cosas que hacer. El asesinato la tiene bastante escamada, no cree que un chico de solo dieciséis años sea capaz de hacerle algo así a alguien, a sangre fría. Sigue siendo un chaval... cierto es que hay gente que a esas edades desarrolla psicopatías y demás problemas mentales... Delilah no lo conocía, pero no parecía un muchacho problemático. Además, una corazonada le decía que no podía ser, que esa acusación era falsa... Pero claro, ¿qué podía hacer una cantante? Si fuese abogada, detective, policía... Pero no.  

Delilah se dedicó a practicar en casa, hasta que llegase el atardecer y fuese hacia el Black Rose para la actuación de esa noche. El tema del muchacho era algo que le rondaba la cabeza pero no impediría que siguiese con su vida, claro que, si veía la posibilidad de averiguar algo más... lo haría. 

Comienzas a ensayar pero a tu cabeza solo viene el chico y la injusticia. Odias la injusticia ¿a caso había alguien que le gustase? A tu cabeza viene otras ideas, juicio, tartas, una enorme partida de ajedrez, rojo, blanco...

Una imagen clara aparece en tu mente, era la sala de un juicio.

Presidiendo el juicio, como juez había tres personas: una mujer de rojo, un hombre de negro y un niño pequeño (de unos 4 años) con ambos colores y la cara cubierta de nata. Los tres estaban colocados en un estrado alto (exageradamente alto). Mientras que tú estabas enfrente de ellos, desde abajo. Les mirabas furiosa, te acusaban de algo ¿de unas tartas de nata? Gritabas y gritabas, pero no se oía tu voz. Entonces en tus oídos resuena "CULPABLE". 

Todo se vuelve borroso y despiertas en el suelo de tu piso, con el corazón latiendo fuerte y sudores por la frente. Lo único que sacaste en claro era que ese niño lo habías visto antes... hoy de hecho. 

La joven se inquieta por el hecho de que haya desaparecidos en el pueblo, y más porque conoce a dos de ellos. Antye espera que todo se solucione, pues las cosas en Storybrooke parecen tornarse más oscuras.

Es cuando escucha que llueve un poco. Si por ella fuese, se quedaría hasta que la Biblioteca cerrara, pero su seguridad es importante y debe regresar a casa sana y salva. Es así que decide irse a su casa mientras saca de su mochila la merienda que había preparado. Su semblante sigue siendo serio, mas no tenso como antes.

Llegas a tu casa, como siempre vacía. El cielo empieza a oscurecer más a causa de las nubes y de que se acerca la hora de anochecer. No sabes el porqué, pero sientes una inquietud. Una corazonada te dice que ésta noche no será normal, como tampoco lo había sido el resto del día. Dejas tus cosas y te asomas un momento por la ventana. Por una milésima de segundo, en ese cielo tan negro por las nubes te parece ver brillar un par de estrellas gemelas.

<<Qué lindas estrellas>>, piensa Antye antes de que dichas luces desaparecieran por las nubes de tormenta. Sin embargo, algo la inquieta. Es otra cosa aunado a lo de Zack. ¿Un presentimiento? Tal vez, pero no está segura. La pelirroja saca el libro que le había dado William y la hojea en busca de algún nuevo cuento, escogiendo "La Bella y la Bestia" mientras enciende el ordenador y se distrae de esa sensación inquietante. 

Comienzas a leer el cuento incompleto que tienes de la Bella y la Bestia, mientras oyes de fondo como la lluvia comienza a golpear con fuerza las ventanas. Cuando miras hacia fuera la lluvia es cada vez más fuerte y el cielo está más oscuro. La noche acaba de llegar. Haces tus últimas cosas del día, entretenerte con el ordenador, ducharse, cenar, preparar las cosas para las clases del día siguiente e incluso lees un poco más. Las 22:40 y la lluvia sigue golpeando con furia las ventanas y entonces algo te hiela la sangre. Un terrible aullido de un lobo suena a las afueras, no sabes como has podido oírlo. No vives tan cerca del bosque como para que te llegasen los sonidos de la foresta ¿habían llegado los lobos al pueblo?. Algo más te hace dar un pequeño salto en tu sitio. Habían llamado al timbre de tu casa. Intentas pausar tu respiración y andas despacio hacia la entrada, intentando que quien estuviese al otro lado, no te escuchase y te asomas para ver quien es. 

Fuera, bajo la fuerte lluvia, ves a tu compañero de clase Zacharias. Está empapado por la lluvia, con una chamarreta, encapuchado y un pañuelo atado al cuello. 

¿Pero qué...?

Delilah despertó del extraño sueño, estaba sobre suelo del apartamento. Miró a su alrededor, confundida, sin entender qué era lo que estaba pasando. Se sentía algo mareada, se tomó; un pequeñ descanso para incorporarse y dar los primeros pasos, algo tambaleantes, hacia el sofá del salón. Sin pensárselo demasiado, busco en su minibar una botella de JB y volcó su contenido en un vaso ancho, con urgencia. Llenó menos de un cuarto del vaso, pues es una bebida fuerte. Se lo bebió todo de un solo trago y sintió como el alcohol abrasaba su garganta y recorría su esófago hasta llegar al estómago. Se sintió algo más tranquila.

Un sueño era un solo un sueño, el tema de Zacharias le había afectado demasiado... Habría sufrido un bajón de tensión y lo vivido anteriormente le jugó una mala pasada. Miró el reloj, calculando cuánto tiempo había estado soñando y cuánto le quedaba para poder irse al Black Rose. Decidió coger su teléfono y resolver la duda mandándole un mensaje a Kenneth:

Hola, jefazo,

¿A que hora nos vemos hoy? Ya sabes que me gusta estar con antelación en el bar para prepararlo todo. Tengo nuevas canciones que dejará al público (y al personal) con la boca abierta (así se secará y pedirán más bebidas ;) jajaja). 

Nos vemos a la noche. Un beso ;) 

Delilah.
 

Ante había estado leyendo los cuentos* mientras la luz del ordenador iluminaba su rostro y el sonido de fondo era aquella lluvia que la tomó por sorpresa. De vez en cuando se preguntaba por qué tal libro estaba tan maltratado y por qué relacionaba los personajes con habitantes del pueblo. Tal vez su inconsciente tenía muy presente a los ciudadanos o...

Tal interrogante no otorgó importancia, pues se hizo de noche y se preparaba para dormir cuando el sonido del lobo la turbó. Era casi imposible que los murmullos del bosque llegasen a su vivienda y más con esa lluvia tan copiosa, temía un ataque de esos animales cuando el timbre de su casa la sobresaltó. Dudoda, abrió la puerta para saber de quién se trataba y casi grita al descubrir de quién se trataba.

-¡¡ZACK!!

Rápidamente, Antye introduce al joven a su casa y le retira las prendas húmedas para dejarlas al suelo. Corre hacia el baño para recoger unas toallas y se los coloca para que se seque. Sin decir palabra, la joven va a la cocina para preparar un té de manzanilla y después recoge la ropa del chico para llevarlo a la lavandería. No fue sino hasta que regresa con Zack que, sin importarle lo mojado que estaba, lo abraza y le besa la mejilla.

-Zack... ¿qué pasó? ¿Te dejaron libre? Hay que avisarle a tu compañera de cuarto...

La gripa? tienes gripe? :s

Ok, ok recibido... vaya que lo dejas tal que así... Vaya hasta con la misma cara xDDD Ahora te respondo

Zach iba a hablar cuando te ve abrir la puerta, pero como un torbellino, comienzas hacer cosas dejando al chico con la boca abierta y algo ruborizado cuando se da cuenta de que le dejas semidesnudo dentro de la casa. Cuando terminas de todo y le miras mejor te encuentras a tu amigo en una estampa singular: con los pantalones chorreando, una taza de té en una mano y una toalla sobre su cabeza. Te mira durante un momento algo turbado y rojo -n-no me han soltado, no avises a nadie. Me he "escapado", bueno me han ayudado... - mira a su alrededor un lugar donde poner la taza de té y así poder secarse el pelo con la toalla - es algo complicado de explicar, verás... - en ese instante escuchas el rugido del estomago del chico que inmediatamente pone una cara avergonzada. 

"Del, estamos en comisaria, el local está cerrado ahora, pero en media hora iré a abrir. Deseando oir ese nuevo repertorio, Fitzgerald!:) Kenneth

Antye abre los ojos desmesuradamente. Aquello no auguraba nada bueno. Si la policía lo atrapaba los cargos serían peores para él. No duda de su inocencia, pero sabe  que las cosas no deben empeorar.

Sin embargo, el gruñido del estómago de Zack la mantiene callada. Sin decir nada, la chica se va a la cocina a preparar una sopa instantánea para que comiese algo rápido. Es consciente que aquello no provee nutrientes, aunque ahorita debe comer lo que sea y ya después le hará algo. Aquellos minutos pasaron en silencio porque la pelirroja dejaba que Zack se secara. 

Luego del tiempo transcurrido, Antye llega a la sala con la sopa y sin mediar palabra, se dirige al cuarto de sus padres. No pasa ni un minuto cuando llega con una pijama para hombres, se la deja a su lado y cuando Zack ya hubiese dado al menos un bocado, se recarga en su hombro desnudo dejando escapar un suspiro.

-Zack... ¿por qué? ...