Partida Rol por web

Lero levantó su arma y apuntó a la muchacha.

-Levante las manos y manténgase quieta.

Aquella persona, o criatura, no actuó acorde con las indicaciones de Lero, al contrario, cuando este habló su cabeza se giró para mirar a los recién llegados y empezar a correr hacia ellos, por desgracia para este el hecho de tener la cuerda enroscada al cuello impidió que los alcanzara y tan solo hizo tañir las campanas una vez más mientras era tirada hacia atrás para repetir este proceso una y otra vez...

Más de cerca, aquella muchacha mostraba muchas heridas, completamente ensangrentada con partes donde le faltaba el músculo; e incluso se le veía el hueso del antebrazo; y tenía un trozo de intestino partido colgado de su abdomen. Que se pudiera mover y con tanta energía era un auténtico milagro.

-Si nadie se opone, procedo a disparar.

Dijo Lero seguido de un suspiro.

Ryu suspiro al ver a la muchacha, al parecer, llegaban tarde, aquellos tañidos no eran de alerta, ni socorro, solo el resultado de un ataque.

-Por favor.. acaba con su sufrimiento...

Diria con la voz entrecortada, aquella joven... tenia toda una vida por delante, y había acabado asi.

Lero aguantó la respiración, apuntó a la cabeza... hasta ahora solo había disparado a la cabeza a maniquíes... y apretó el gatillo.

El disparo retumbó en los oídos de todos los presentes, y aquella bala certera dió de lleno en la cabeza de aquella criatura con aspecto de humano, reventándole los sesos contra la pared que tenía en el fondo; dejando que esta finalmente cayera al suelo y con un último tañido de campanas, aquel ruido sofocante terminara.

Lero mantuvo un poco la compostura intentando no vomitar, poco después se acercó a la mesa de los viales.

-¿Parecen ser estos los frascos que necesitábamos, no?

En efecto, no hacía falta ni buscarlo, aquellos frascos marcados como "L'0" estaban por toda la mesa, eran metálicos y apenas eran un poco más grande que las manos de ellos, cilíndricos y no se podía ver el interior de ninguna manera a no ser que estos se rompieran.

Por lo demás estos ya habían cumplido con su misión. Ahora era momento de irse o si querían podían seguir investigando los alrededores de aquel lugar, subir al campanario desde las escaleras que había en el lugar o cualquier otra cosa que desearan hacer en estos momentos.

Ryu afirmo con la cabeza, aun algo atribulado por la situacion.

-Si, asi parece, cojamoslos y larguemonos de este pueblo maldito, aqui no parece que quede nada que salvar, preocupemonos de salir vivos para un dia poder vengar a estas pobres almas en pena.

Lero afirmó con la cabeza, se guardó algunos frascos y se dispuso a salir de la Iglesia.

Evidentemente no parecía que estuviera a pasar nada extraño en el exterior de la Iglesia, por lo que este podía marcharse sin ningún tipo de problema o inconveniente por la entrada de la misma, a fin de cuentas, nada pasaba, absolutamente nada estaba pasando, nada de nada...

Mientras Lero junto al resto de los marines se encaminaban hacia la zona principal de la Iglesia, este pudo escuchar el sonido característico del chapoteo, así como el movimiento lento y pesado de varias personas al otro lado de las puertas de la iglesia. Alguien, o varios habían caído en la trampa que había puesto Kogane Tsumi.

Mientras Ryu Kaiyo junto al resto de los marines se encaminaban hacia la zona principal de la Iglesia, este pudo escuchar el sonido característico del chapoteo, así como el movimiento lento y pesado de varias personas al otro lado de las puertas de la iglesia. Alguien, o varios habían caído en la trampa que había puesto Kogane Tsumi.

La situación parecía ser bastante positiva para ellos, habían logrado obtener los frascos "L'0" y ahora tan solo tenían que regresar a la base de la marina en la cantera para poder entregárselos al Vicealmirante y poder salir de aquella maldita isla de una buena vez, y lo mejor de todo, es que esto apenas les costó nada.

Dejando atrás aquella sacristía que parecía haber sido usada como un laboratorio sin investigar nada más, estos regresaron a la zona principal de la Iglesia, con las esperanzas de abandonarla cuanto antes. Aunque ahora tenían dos caminos posibles que tomar, el primero era por la puerta principal y el segundo por las catacumbas.

El interior de aquella iglesia estaba desordenado, con los bancos tirados al suelo, algunos rotos; claramente aquel lugar había sido profanado hacía poco, pues algunas velas aún seguían encendidas, aunque apenas aguantarian otras cuantas horas más. Pero lo que más destacaba de este lugar religioso y de culto eran las vidrieras por las que la luz de la luna se adentraba.

En vez de mostrar santos, como era habitual, mostraban algunos animales, al menos aquellas vidrieras que no se encontraban rotas, mostraban animales marinos; desde serpientes, cangrejos, calamares...

-¿Habéis escuchado? Alguien ha caído en la trampa de alquitrán fuera. Vayamos con cuidado.

Lero empezó a asomarse por la puerta principal lentamente.

Estuve pensando por un largo tiempo sobre lo que debería hacer en este lugar solo mantuve mis codos juntos sin que mis manos sujetaran algún objeto no quería quedarme pegado a alguien o algo en momentos así, cuando subimos al campanario mire con sorpresa aquella zombie pero realmente no había mucho que podría hacer por ella así que me quede mirando fijamente como volaban su cabeza con un disparo, aunque no sabia si era la mejor forma quizás incendiarla hubiera sido mas útil, por claros motivos me negué a llevar alguno de los frascos de "L'0", bajando frente a ellos de nuevo hasta la zona principal de la iglesia para poder marcharnos, iba en camino a la salida cuando escuche a Lero -¿Alguien cayo en las trampas?, rápido alguien agarre las velas, ire primero si tengo que hacerlo usare mi habilidad para inmovilizar y usaremos las velas para acabar con lo que sea que este ahí afuera- Afirme mientras me acercaba a la puerta -No vamos a incendiar a nadie que no sea un enemigo, aclaro, algunos marines están locos- Dije caminando detrás de Lero por la puerta principal manteniendo la distancia para no quedar pegados.

Los golpes contra la puerta de entrada se sucedían una y otra vez; y aunque Kogane Tsumi tratara de abrir la puerta con sus manos, esto tenía el gran inconveniente que quien o quienes se encontraban del otro lado de aquel lugar parecían estar haciendo presión hacia el interior; algo que no tenía demasiado sentido pues aquellas puertas se abrían hacia afuera.

O bien tenían que empujar más que aquellos que estaban empujando hacia adentro o bien la idea de quemarlos iba a tener que rehacerse con algún que otro plan a mayores para hacerlo que no involucrara abrir la puerta.