Partida Rol por web

Gracias al segundo intento, conseguis abrir la puerta bastante, pero el mecanismo, dado que no está forzado os empuja hacia fuera. La obertura es suficiente para que se cuele una persona en su interior. Quien pasara?

- Gracias doctor, nunca he sido de hacer mucho ejercicio, quizás sea por ello, pero intentaré comer bien y hacer lo que pueda.

Acto seguido se incorpora como puede y se sienta al lado de su capitán:

- Capitán, no quiero hacerme repetitivo, pero ve como no era buena idea quedarnos aquí... Después de esto espera que sea más reacio a aceptar banquetes gratuitos... las personas no hacemos las cosas porque si, es nuestra naturaleza, acción, prestación, contra-prestación, así se rige el mundo y así seguirá rigiéndose. *cough cough. 

- Becca, ve con los demás, o al menos vigila que no les haya pasado nada, hace rato que no vuelve, temo por ellos, yo y el doctor nos quedamos cuidando del capitán.

Había fallado hoy y tardaría en perdonárselo, sin embargo Bryo tenía razón, ellos no eran los únicos compañeros a los que cuidar. - ¿Estás seguro? - Se resiste dejar el lado de su maltratado compañero. - Os he abandonado ya hoy una vez y no... Sí. Tienes razón, debo ayudar al resto de nuestros compañeros. Cuida del capitán, Bryo. - El tono de voz de la espadachina es cálido, amistoso. No es una orden, es una petición. Una súplica. - Por favor. - Becca se levanta, se coloca el sable en su sitio y sale corriendo a ayudar al resto de sus camaradas.

Dejas el comedor con el resto de presentes y sales de la casa para rodearla y buscar el cobertizo. Lo encuentras abierto y lleno material para el cuidado del jardín. Entre las cosas ves una trampilla abierta y unas escaleras que bajan por un pasadizo. Te adentras y cuando bajas las escaleras, ves un soporte donde debería haber una antorcha. Delante tuyo el pasadizo se va oscureciendo hasta la oscuridad total, dado que no llega luz del exterior.

Por mas fuerza que ejercia, la puerta no queria abrirse mas. Ante la mirada de desconcierto de sus compañeros, Takame tomo una decision.

-Esta bien, entrare antes de que se cierre, y buscare la forma de abrirla desde dentro- suspiro y miro hacia el suelo -Tal vez sean estas mis ultimas palabras, quien sabe, pero... - miro a los dos -recordadme como un heroe... aunque haya arriesgado mi vida para...- miro la abertura de la puerta -... quien sabe que ¡JAJAJA!- y solto una sonora carcajada.

Los volvio a mirar, hizo un gesto de afirmacion con la cabeza -Deseadme suerte- y entro de un salto antes de que se cerrara la puerta.

cuando Takame pasa a través de la puerta, la fuerza que ejercéis sobre ella es menor. Esta se acaba cerrando empujando os hacia atrás un poco. Os quedáis a oscuras ya que Takame se llevó la antorcha.

En la oscuridad miro en la dirección en donde estaba Dimas, o donde creo que esta Dimas.

-Vaya, se ha llevado la luz - Digo sin darle mayor importancia - Supongo que tendremos que esperar aquí a que se solucione el problema, espero que encuentre un modo de desactivar esas trampas, sería una pereza tener que pasar de vuelta de nuevo saltando todo.

Suelto un bostezo perezoso. 

La puerta se cierra detrás de ti. Gracias a la antorcha iluminas la habitación. Puedes ver que hay una antorcha a un lado de la puerta junto con una palanca. Al otro lado opuesto hay otra igual.
Una vez la enciendes te ayuda a iluminar mejor el interior. Es una habitación de tamaño aceptable. Puedes ver cuadros en el suelo, objetos de cerámica bien colocados como jarrones bien antiguos. Tambien un baúl y en un pedestal hay una fruta del diablo. La reconoces por que en tu formación cómo marine las has estudiado.

Dimas te podía escuchar porque estaba justo al lado tuyo. Os podéis tocar incluso o moveros. En la zona donde estáis no hay peligro alguno. Si le gritais, posiblemente Takame os puede escuchar.

Takame se quedo aturdido, tenía alli delante una famosa fruta del diablo. Los mas poderosos de la Marina y del mundo lo eran gracias a tales frutas. De repente, un torrente de imágenes le vinieron a la mente: su padre sonriendo, agitacion, explosiones, y.... una bandera pirata.

Recordó el porque estaba alli, porque era miembro de la Marina, aquel día juro vengarse de todos y cada uno de los piratas, y para ello, necesitaba poder. Su mente se nubló, por un momento, olvidó que tenia a dos compañeros fuera, y cogió la fruta.

-Por fin podré vengarme de tu muerte, padre...- y comenzó a comerse la fruta.

das varios bocados a la fruta. Tiene un sabor agridulce y la encuentras deliciosa. Dado que no comiste nada durante la cena, la comes a gusto. Sin duda solo queda algunas hojas de la parte superior. No notas ningún efecto extraño y por un momento piensas en que estuviera pasada, aunque era realmente deliciosa.
Con ello y la antorcha en mano decides salír de allí ya. Sería mejor hablar con el capitán o el cuartel para que recogieran todos los tesoros depositados aqui.
En el momento en el que ibas a accionar una palanca, sientes un escozor en el estómago. Es realmente fuerte y tr provoca un buen dolor por un momento llevando te las manos a la barriga. Notas como unos gases te suben hasta la boca. Por un momento piensas en vomitar pero echas un poderoso erupto que se dirige contra la puerta rocosa. El temblor y poder sónico la destrozan viendo al otro lado a tus dos compañeros desconcertados.

desde la profundidad escuchas como una especie de rugido poderoso que se hace eco por el pasadizo

Seguis esperando a oscuras noticias de Takame, cuando de repente escucháis un eructo poderoso del interior. Eso os estremece por un momento y al giraros veis como la puerta rocosa se cae a pedazos. Allí de pie esta Takame, viendo por detrás por la poca luz cierta cantidad de tesoros entre pinturas y cerámica.

Antes de que mis compañeros se den cuenta, Takame se escondió las hojas en la ropa interior.

Takame estaba arrodillado, con los brazos en el suelo, sudando y respirando con intensidad.

-Lo... siento... chicos- dijo a duras penas -pero... solo... toqué la... palanca... y hubo... una explosión...- dijo con dificultad.

Poco a poco fué incorporándose -Fiuu... por casi no lo cuento...- dijo con una mano frotándose la nuca -Como veis... hemos encontrado el premio gordo, seguro que nos recompensan por encontrar este alijo oculto- les dijo a sus compañeros -aunque... no pasa nada si echamos un vistazo antes, ¿verdad?- sonreía ligeramente.

Doy un paso y abrazo a Takame. Luego me separo de el y entro dando saltitos a la habitación para ver las cosas que hay en el interior. 

-¡Por supuesto que hay que echar un vistazo! - Digo de forma alegre, estaba feliz de que hayamos podido llegar hasta el final del asunto, aunque estaba un poco mas alegre aun porque Takame no exploto con lo que sea que haya explotado aquí adentro - Uh... muchas cosas brillantes... 

Poco tiempo tuvieron que esperar a que pasara algo, se escucha un ruido bastante potente y luego la piedra se rompe en pedazos, automáticamente Dimas saca su cuchillos y se pone en guardia, nunca se sabia lo que podía salir de allí.

Por suerte solo era Takame, así que Dimas guardo los cuchillos. Al ver el gesto de su compañera, en tono de broma y con una sonrisa el la cara dijo- Espero que no quieres que te abrace compañero-  dicho eso entro a echar un vistazo y ver si se podía llevar algo. Tener ese tesoro allí y no llevarse nada era un pecado. 

-¡Jajajaja!- rió a carcajadas ante el comentario de Dimas -No te preocupes- dijo mientras movia la mano en forma de negación.

-Ahora- se frotó las manos, haciendo un sonido metálico -¡a buscar!- se agachó, pero volvió a incorporarse al momento -¡Eh!, si encontrais pistolas chulas,¡me las pido!- y enseñó una amplia sonrisa. Después, volvió a concentrarse en su búsqueda.