Partida Rol por web

Obedeciendo a Nanashi, perseguiste a aquel hombre por unos callejones, hasta que este cayo al suelo sin energías. Te habías alejado un poco de lugar donde estaban, pero aún así pudiste escuchar uno de los revolvers de Nanashi disparar.

-L-Lamento haberlos metido en problemas... -se disculpo el hombre desde el suelo, sujetándose un brazo mientras rueda para quedar con la espalda hacia abajo. -. E-Es inútil, ya n-no tengo salvación...

Insistiendo, el hombre hizo un esfuerzo para buscar en sus bolsillos y sacar un trozo de papel y un pendiente de plata. En ese momento, pudiste escuchar otro disparo del revolver de Nanashi.

-P-Por favor, mght... t-toma... -te ofreció ambos objetos. -. El p-papel te llevará c-con mi tripulación en Loguetown... P-Por favor, lava y entrega el pendiente, y ellos t-te recompensarán a ti y a tú a-amigo por h-haber cumplido mi p-promesa...

Definitivamente, estaba en muy mal estado, y la carrera que había pegado solo lo había hecho empeorar. No eras precisamente una médica profesional, pero sabías que no duraría mucho más en ese estado.

-T-Te lo s-suplico...

El grito que soltó el marine ante tu mordisco fue terrible, acompañado luego de una mirada desafiante que termino por ser rota de un solo golpe. Los marines de rango menor empezaron a temblar, pero no podían retroceder: con un grito de guerra, todos corrieron hacia ti... Te podrías divertir durante un rato.

...

Luego de haber recorrido varios pasillos, por fin llegaste a la salida de la torre, llegando a un amplio patio donde más marines de rango inferior protegían la única salida de los altos muros. Todos sabían de lo que eras capaz, por lo que ninguno se atrevía a atacar... Todos, excepto uno.

Otro marine de rango mayor, se abrió paso entre la multitud mientras sujetaba su lanza firmemente con una mano, clavando su vista en ti.

-¡Prisionero, vuelva a su celda en este instante! -te ordeno mientras pasaba a tomar su arma con ambas manos. -. ¡No saldrás de estos muros!

Antes de que pudieras siquiera responder a aquel marine, se lanzo a por ti con su lanza preparada para darte una profunda estocada en el hombro.

Según hablaba cada vez más pensé que realmente me metí en la trampa del oso, y realmente era lo que esperaba. Cuando vi que parecía tener el poder de una Akuma disparé varias veces. No esperaba que fuera del tipo que le hacía invencible a las balas y eso me hizo vacilar dando un paso atrás, pero el objetivo del capitan, no era atacarme.

Una expresión de ira se dibujó en mi rostro al igual que la duda me invadía. - Los marines siempre igual... extorsionarán a todo el mundo para conseguir lo que quieren. Traicionar al hombre no salvará a Lux, ni tampoco a mi mismo. Y denegar su opción es solo dejar que nos mate ahora... Je. Por desgracia para ti, no sabes quien soy. Mi cabeza ya tiene precio, o lo tendrá cuando descubran que sigo vivo. - No obstante y aún con ese hilo de pensamiento en mi mente, bajé mis revolveres. - ¿Me das tu palabra? - Se que tu palabra no vale una mierda, pero gracias por darme tiempo - Si es así me voy. No tengo tiempo que perder.

Confiaba en Nanashi lo suficiente como para que se encargase él solo de la situación, y ese hombre necesitaba ayuda, no sabía cuánto aguantaría solo, o si le encontraría un guardia. Fui corriendo tras él hasta que le encontré desplomado en el suelo. - ¡Señor! - Grité asustada mientras iba a su lado y me arrodillaba junto a él.

Escucharle decir que iba a morir me dejó sin fuerzas. ¿Acaso no podía hacer nada? Era como la primera vez que vi a Nanashi. Tantos cadáveres en el mar acercándose a la orilla, y Nanashi en ese estado... Si no fuese por mi tío, Nanashi estaría muerto, y yo por mi misma era incapaz de hacer nada sola.

Con lágrimas a punto de brotar de mis ojos, tomé lo que me había entregado mientras le sostenía la mano con fuerza. No podía hacer nada por él, ¿Por qué nadie del pueblo salía a ayudarnos? ¿Tan poco les importaban los piratas? ¿O era el miedo lo que les impedía actuar? - Yo.. lo prometo. Cumpliré tu promesa y haré que esto llegue a tus compañeros. - 

Sentía un gran peso en mi cuerpo ante la incapacidad de hacer nada más. - Nanashi, ven pronto.. - 

Aquello podría divertirle aunque sea un par de minutos, gente debil solo servía para entrenamientos pequeños mientras lanzaba puñetazos a diestra y siniestra, sonriendo como si fuese una bestia enfermiza que no piensa en nada más que aplastar a sus victimas. Sus manos facilmente superaban el tamaño de una cabeza promedio e incluso solo su palma podía cubrir por completo el rostro de alguien, aquello servía bastante simplemente para tomar a los tipos, azotarlos contra el suelo o lanzarlos de un lado a otro mientras se hacia paso en el camino. 

Al llegar a la zona donde un tipo parecía querer enfrentarle volvió a soltar esa sonrisa engreída de siempre, aún cuando aquel sujeto tenía una lanza en las manos. -Hey Hey...¿En serio? Nada de un mano a mano? Bueno, no importa, toma toda la ventaja que quieras. -Pronuncio mientras se ponía en posición para recibir el golpe, no era de los que esquivaban, casi siempre intentaba recibirlo de frente. Su piel era como el acero, el filo de su rival se clavo en su cuerpo causando una herida pero esta se detuvo debido a los poderosos musculos de Uvogin quien simplemente miro la herida y volvió a sonreír mientras lanzaba un puñetazo al pecho del sujeto. -¡A volar!

Nanashi se las había arreglado para regresar con Lux y que el capitán no le siguiese. Para cuando el peliblanco llego al callejón donde ella estaba, se encontró con la chica levantándose del suelo, observando el cuerpo muerto del hombre en el suelo.

Lux sostenía en su mano un pendiente de plata y un trozo de papel con el nombre Yul en él. No se escuchaban marines en los alrededores, pero se podía escuchar a lo lejos, en la base, un terrible alboroto.

Al ver como como parabas el arma con el pecho, las manos del marine tomaron con firmeza la lanza y la retiraron de tu cuerpo mientras se apartaba un par de pasos, mordiéndose los dientes mientras clavaba la vista en ti de manera desafiante. Entonces, para demostrar que él tampoco caería, puso su pecho para recibir el puñetazo y retroceder un poco por el impacto, pero sin perder la postura.

Al apretar su lanza, los musculos del marine se marcaron y fue la señal de que se avecinaba otro ataque. Esta vez, corrió hacia ti mientras daba un giro para intentar causarte un corte en el pecho.

Al llegar al fin a encontrar a Lux la miré preocupado como se levantaba del suelo y al lado suya estaba el cadaver del hombre que había escapado. Era extraño ver como Lux seguía viva y el no, sin duda había sido algún tipo de ajuste de cuentas o venganza por la marina o algo similar. Puse mi mano sobre el hombro de Lux y le pregunté - ¿Estás bien? - Temía que le hubieran hecho algo o que estuviera en shock o algo similar, por lo cual quería tranquilizarla primero.

-¿Qué ha pasado? ¿Qué es ese colgante? - Me daba más curiosidad la nota por si decía algo, pero quizás era mejor esperar que con Lux más tranquila, me explicara todo lo sucedido

Me giré al escuchar unos pasos a mi espalda. Nanashi había vuelto y parecía estar sano y salvo, pero por desgracia ya era tarde. Intenté hablar mirándole a la cara aún con los ojos húmedos y no fui capaz. Desvié la mirada al suelo y le entregué el pendiente y el trozo arrugado de papel cuando ya estaba a mi lado.

- Él... se ha muerto. Y yo no he podido hacer nada. - Aunque no le conociese, aunque apenas acababa de verle por primera vez. Él me había pedido su ayuda y yo no supe cómo actuar. - Me dijo que.. me dijo que se lo llevásemos a su tripulación. En Loguetown. -

¿Hubiese muerto Nanashi el día que le había encontrado si no fuese por mi tío? ¿Era incapaz de salvar a alguien por mi misma sin depender de otros? Esa sensación, esa presión en el pecho.

Era tan frustrante.

Tras oir lo que había pasado, agarré el colgante y la nota que Lux me estaba dando y simplemente la abracé. - No te preocupes. Está bien, no podriamos haberlo evitado aunque quisieramos... - No era un consuelo dichas palabras, pero eran las mejores que se me venian a la mente - Hemos hecho todo lo posible para que los marines no se beneficiaran de su muerte, que ya es algo. Ha muerto por causa natural o... ¿Ha sido alguien que ha venido a por el?

Realmente eso daba un tanto igual ahora mismo, iba a contra reloj, los marines eran todos iguales y debía evitar una desgracia mayor - Siento tratarte con tanta frialdad Lux, pero tenemos que irnos corriendo. Puede que estemos en peligro. Ese hombre dijo que fueramos allí ¿No? Pues espero que sepas llegar porque vamos a tomar un barco. Ya que no hemos podido salvarle, al menos le honraremos - Le agarré la mano fuertemente a Lux y, antes de salir corriendo hacia el puerto con todo encima, miré a los lados procurando que no nos siguieran - Vamos Lux

Cuando Nanashi me abracé bajé la cabeza, hundiendo mi cara en su pecho y esforzándome por no llorar. Tantas ganas de aventuras y me venía abajo en nuestra primera parada. Ya me avisó de que iba a ser duro y yo no pasé la prueba. - No, no vino nadie.. snif.. estaba demasiado herido. - Nanashi se separó de mi y yo me sequé los ojos con las manos, para luego darme unas palmaditas en los mofletes, intentando volver a la normalidad.

- Ni si quiera pude preguntarle su nombre, pero haré lo que nos ha pedido. - Asentí con la cabeza a Nanashi mostrando una leve, pero honesta sonrisa y cuando me agarró de la mano yo sujeté la suya con fuerza también. - Sí, vamos. -

Jamás perdonaría a los marines el trato que daban a los piratas, la muerte de ese hombre no sería en vano.

-Woh..Impresionante, lograste soportar un golpe. -Pronunció entretenido mientras entrecerraba los ojos y su boca mostraba una enorme sonrisa blanca dejando en claro que todo ello no era nada más que un juego para él, no los consideraba si quiera rivales que pudieran estar a la par de él, solo eran animales que esperaban ser faenados. 

Ni siquiera decidió moverse, literalmente le puso el pecho al corte de la manera más masculina que era posible y sintió su torso arder levemente aunque no parecía causarle ningún tipo de dolor, realmente disfrutaba sentir algo por parte de aquellas insignificantes criaturas, ya quería salir de allí lo más pronto posible por lo cual dejaría de jugar con ellos. -¿Ya estas feliz? ¿Que tal si ahora te mueres un poco? -Casi al instante decidió lanzar un puñetazo directo al rostro, simple y sencillo, sin trucos, simplemente un puñetazo con todas las fuerzas del monstruo. 

Ambos salieron del callejón y corrieron de vuelta al muelle, observando a los alrededores cada que podían para asegurarse de no ser perseguidos por los marines. Al final, llegaron a salvo hasta donde habían dejado la barca, encontrándose conque todo el muelle se encontraba custodiado por marines; antes de poder retroceder, un grupo de marines llego por detrás de ustedes, dejandolos acorralados.

Los marines se encontraban inspeccionando a las personas y todos los barcos que se encontrasen allí, estuviesen o no sus dueños. Aparte, no parecía que fuesen dejar salir a nadie...

Antes de que los marines se acercasen a ustedes para "la inspección", el capitán Rizo chasqueo los dedos e hizo un gesto con la mano para que se detuviesen.

-Estos dos visitantes están bajo mi responsabilidad -informo el capitán, encargando a los marines que fuesen a continuar su trabajo en otra parte. Luego, se acerco a ustedes con una amable sonrisa. -. Vaya alboroto, ¿no? Tranquilos, esto no es por ustedes: un prisionero, aparte del hombre de antes, ha escapado de la base y pensamos que quiere irse de la isla. Por lo cual, tenemos que hacer inspección y custodiar el muelle a la espera de que el tonto venga para así poder atraparlo. En todo caso, ¿que a sucedido con el que iba con ustedes? No me digan que quieren ayudarle a escapar también...

El único que se estaba fijando en ustedes verdaderamente era el capitán, pues el resto de marines presentes estaban ocupados atendiendo sus asuntos.

Me adelanté un paso por delante de Lux haciendole un gesto para que estuviera detrás mia cuando llegamos. Por desgracia los marines nos detuvieron, aunque para bien o para mal salió el capitan a "cubrirnos" esto podría ser una buena oportunidad - Los asuntos de los presos me temo que se nos escapa de nuestras manos. - mencioné de manera inicial - Suete que le hayamos encontrado pues ya queriamos irnos de aquí - Y como no imaginé que estarían aquí - Ese hombre está muerto. Muerte natural por agotamiento y las heridas que ya llevaba. Suerte que lo apartamos de vuestras manos. Pero si quereis la información que nos dió, prometanos dejarnos salir de aquí. Solo hemos venido de paso a reponer suministros y nos hemos visto envuelto en algo más grande que no queriamos... Llamelo sentido de la justicia si quiere.

Sabía que Lux no estaría de acuerdo con lo que estaba haciendo, pero era la única manera de atravesar esta última barrera por ello mi mano seguía atrás pidiendo a Lux que no interviniera. Si todo salía bien, nos iriamos sin más y no tendría que ponerla en peligro, pero por si acaso mi mano ya estaba cogiendo uno de mis revolveres.

Al llegar al puerto y ver a tantos marines me asusté bastante, pensé que nos estarían buscando y que nos encarcelarían como aquel hombre para luego maltratarnos igual que a él. Incluso estaba aquel capitán que antes habíamos visto. Me sentía muy tensa ante su presencia tras lo ocurrido aunque al menos no nos estaban persiguiendo a nosotros.

Nanashi le explicó lo sucedido y yo no quería causar más problemas, pero tampoco iba a quedarme callada. - Ya has conseguido lo que querías, nunca saldrá de la isla. Ahora déjanos ir. - Giré la cabeza a un lado para impedir que pudiese verme la cara, ya tenía suficiente con tener que pararme frente a él como para encima darle la satisfacción de verme enfadada.

-Hehe, entiendo que quieran irse, pero no podemos permitir que nadie salga hasta atrapar al otro prisionero que escapo: no os preocupéis, no tardaremos muchos. En todo caso, cuando todo este bien, seré el primero en dejarles pasar para que se vayan sin problemas, pero mientras tanto... Necesito que me den digan donde falleció el hombre para ir a recuperar lo que robo durante su escape.

Entonces, se escucho un alboroto no muy lejos de donde se encontraban. Pudieron ver como varios marines se colocaron en posición de combate antes de salir volando por una terrible golpe al suelo de un hombre que acababa de llegar; el suelo quedo agrietado por tal brutalidad, y el sujeto chirriaba los dientes mientras se terminaba de arrancar lo que le quedaba de camisa.

-Oh, ya ha llegado -comento Rizo antes de verles de reojo. -. Ese sujeto fue un antiguo pirata que llego a la isla y cometió varios crímenes que lo llevaron a ser encarcelado; esta condenado a ser ejecutado esta semana, por lo que ya ha intentado escapar varias veces...

-¡RIZOOOOOOOOOOO! -el feroz grito de aquel hombre retumbo por el muelle mientras todos los marines se preparaban. -. ¡¿DONDE ESTA JOSHUA?!

-Si me disculpan... -el cuerpo del capitán empezó a ser recorrido por varios rayos mientras avanzaba lentamente hacia el musculoso criminal.

En ese momento os distéis cuenta de que los marines tenían toda su atención en el prófugo, y que por eso nadie estaba viendo a una pequeña barca al borde del muelle, con las velas recogidas y algunas provisiones guardadas en unas cajas; parecía estar lista para viajar a otra isla, y dos personas entrarían perfectamente allí...

Iba a abrir la boca para responder al capitan, cuando entonces empezó a armarse todo el revuelo. No fuí el único que se distrajo pues el capitan pareció también percatarse de ello. Es más, parecía ser el máximo responsable para encargarse de ello. Lo peor fue como se preparaba empezando a envolverse en rayos. Justo en ese momento y tras ver todo el panorama, me di la vuelta cubriendo a Lux con mi capa y llevandola a un sitio seguro

-Mierda... Esto se va a poner feo... - Pero por suerte el puerto está ahora sin vigilancia, quizás... - Miré bien todos los barcos hasta encontrar la pequeña barca perfecta. - Lux, escuchame. Ese capitan es un poseedor de Akuma no mi. En su interior guarda un poder bastante grande relacionado con la electricidad, y lo que es peor, al transformar su cuerpo en ese elemento es practicamente inmune... No te cruces, ni trates de exponerte a su punto de mira ¿Vale? - Lo primero que me importaba es que no fuera herida en ningún caso. Por ello, no iba a parar de insistir hasta recibir una confirmación por su parte, y era dificil no lograrla, cuando no tenía seguridad en mi mismo en ese momento.

-Ahora bien. Tenemos que salir de esta isla cuanto antes, solo así podremos evitar que ese poseedor de fruta nos coja. Hay una barca ¿La has visto?  - Digo señalando levemente a la barca que había percibido para luego decirle el plan - Corre hasta ella y empieza a navegar con ella. Hazlo independientemente de si esté yo dentro o no ¿vale? Iré detrás de ti en todo momento, pero si por casualidad Rizo intenta buscarnos haré de cebo. - La miré para comprobar que lo comprendía, pero era normal esperarse una negativa - Mejor que corramos cuanto antes, venga, te cubro desde detrás.

Por mi parte no me importaba decirle dónde había fallecido aquel pirata. No es que pudiese hacer mucho más por él, el problema era algo que había robado. - ¿Se refiere quizás al pendiente? - Un estruendo se escuchó no muy lejos de dónde estábamos, lo que me hizo mirar en dirección al ruido.

Un grupo de marines empezaron a aglomerarse en esa dirección, pero algo como un terremoto sacudió el suelo y estos salieron despedidos por el aire. - ¡¿Qué ha sido eso?! - Según el capitán, era el pirata que se había escapado. - ¿Qué tipo de arma está usando? - Era normal que se hubiese escapado si tenía algo de semejante poder. Lo que no entendía era por qué en esa isla torturaban y mataban a sus presos con tanta facilidad.

Rizo se marchó a hacer frente al pirata no de una forma menos impresionante, haciendo que electricidad corriese por su cuerpo. Nanashi se encargo de explicarmelo, pero aunque había escuchado antes algo sobre las akuma, pensaba que eran un mito. Nunca había visto una de cerca. - Sí, sí, no pienso ponerme delante suya para que me de un calambre. - Además, si Rizo estaba intacto eso significaba que los disparos que había escuchado antes habrían sido inefectivos.

La idea de escaparnos en la barca era buena. No quería estar ni un segundo más en esa isla, sin embargo. - No, te vienes conmigo. - Dije para luego ser yo quien le sujetaba del antebrazo. - Tus balas no le han hecho nada, ¿Verdad? Si se fija en que nos escapamos no durará en atraparnos. Si me acompañas y me ayudas podremos zarpar antes de que se de cuenta, venga. - Intenté tirar de él hacia la barca, ni loca le dejaba hacer el tonto solo contra algo así.

Aprovechando que los marines estaba distraídos, fueron rápidamente hasta la barca para prepararla y zarpar lo más pronto posible. Mientras abrían las velas y se colocaban en posición para salir, observaron como el fornido hombre intentaba atrapar entre sus manos al capitán marine, resistiendo los choques eléctricos que recibía cada vez que le tocaba, demostrando una resistencia al nivel de su musculatura; por otro lado, Rizo se encontraba tranquilo, dejando que el hombre intentase lo que quisiese.

Luego de abrir las velas y coger un empujón con los remos, lograron alcanzar una corriente de aire que fue el inició para su escape del muelle. Para entonces, el capitán tenía sometido al pirata, quién se aferraba arrodillado al suelo con la vista agachada, al menos por unos segundos...

Tras alzar la mirada y ver como estaba escapando, aquel musculoso hombre forzó su físico una última vez para correr hacia el frente y derribar a todo el que se atravesase en su camino, todo con la intención de llegar hasta el final del muelle y terminar por saltar al mar en dirección hacia ustedes. Obviamente no llego a alcanzarles, pero enseguida empezó a nadar a una increíble velocidad que le permitió llegar hasta la barca y subir a esta de un salto.

Estaban por escapar, pero ahora llevaban al pirata con ustedes. Para colmo, habían captado toda la atención de los marines por el intruso, y Rizo no se tardo nada en cargar un potente rayo en su mano y lanzarlo directamente hasta ustedes. Para vuestra suerte y confusión, el pirata se puso de espaldas al muelle para recibir todo el impacto, y terminar cayendo en la barca causando que esta se meneara considerablemente.

Todos los marines empezaron a correr, y mientras iban cogiendo distancia el capitán marine simplemente observaba como se marchaban; para un poseedor de Akuma seria terrible intentar perseguirles así como así por mar.

Al final, tras unos minutos, pudieron alejarse lo suficiente de la isla como para considerarse fuera de problemas. Los marines no salieron de la isla a perseguirles, por lo que tal vez pasaban de ustedes. Ahora se encontraban en mar, en una barca con provisiones y un hombre desmayado cubriendo medio bote; en su cuerpo se podían ver muchas marcas de golpes y quemaduras, y no parecía que despertaría en un rato...

_{​-Yul... -}fue lo único que dijo con sus últimas energías antes de quedar definitivamente inconsciente.