Partida Rol por web

Tras correr por el bosque en la dirección que se te había indicado, por fin pudiste salir de aquellos arboles, llegando al centro de un pueblo donde se encontraba una plaza y una gran torre:

Era enorme, de unos ocho pisos. Tenía un estilo japones, siendo colores rojos y blancos, manteniendo diseños de dragones en las paredes y estatuas en las esquinas de los techos. En ese momento no había casi nadie alrededor, ni siquiera en la entrada de la torre. Las únicas personas que pudiste ver fueron dos chicas de vestimentas... sospechosas:

Una de ellas iba vestida de pirata, usando ropa reveladora de color azul y negro con una falda roja y un sombrero. La otra era una chica plana con ropa ligera y que mostraba un poco de cuerpo, aunque realmente no tenía mucho que mostrar...

Después de toda la caminata de correr arriba y abajo al fin volvimos a la torre rebelde. Al no ver a nadie supuse para mi misma que ya deberían de estar allí ellos - Oh mierda, nos vamos a perder la diversión. Vamos Denna tenemos que ir deprisa - Dije mientras tiraba un poco de ella cuando entonces escuchamos ambas un ruido de entre los arboles. Automaticamente me puse en modo defensa y pregunté con duda - No creeras que... ¿Han dividido las tropas? Atacar una isla indefensa por dos frentes es de... - Mi expresión denotaba ahora ira según pensaba en aquellos asquerosos marines atacando a la isla como una posibilidad

-Denna mantente alerta y yo lanzaré el primer ataque. Así estarás cerca de la torre por si hay que pedir refuerzos o usar armas - Dije para de nuevo fijarme en los arboles. Al fin, vi a aquella marine salir. Estaba herida, magullada, quemada... pero mis ojos se fijaron más en los carteles de marine. Como si de un acto reflejo se tratara, mi cuerpo empezó a correr hacia alante hasta estar a la altura de la chica marine y de un golpe de mi bo, barrerle las piernas para tirarla al suelo y apuntar a su cabeza con mi bo - ¿Eres una marine? - mi pregunta era absolutamente estupida... pero teniendo en cuenta el pequeño disfraz de los antimarines, no era del todo incorrecta - ¡RESPONDE! ¡¿ERES MARINE O DE LOS NUESTROS?! - terminé aclarando mientras la amenazaba con el bo

Allí ya no había nadie, pero justo cuando íbamos a seguir avanzando oímos unos ruidos, ¿qué podía ser? ¿tendría razón Hitomi y esos malditos marines habrían divido sus fuerzas para rodearlos y tenderles una trampa?

- Espero que no, pero pronto lo averiguaremos. - digo mientras asiento con la cabeza esperando a ver como se desarrollaban los acontecimientos.

Observo desde mi posición como mi compañera intenta golpear a la chica para interrogarla, por las pintas que llevaba parecía desarmada, no tendría por qué causarle serios problemas, pero por si acaso finalmente decido acercarme, no sin antes echar un último vistazo alrededor para comprobar que no venía nadie.

Una vez allí me coloco al lado de mi nakama en posición amenazante por si la chica decide hacer alguna tontería.

- ¡Vamos! ¡Contesta o te arrepentirás!

No cuestionó las indicaciones de aquel hombre y huyó hacia el interior de la isla esperando no haber sido engañada cuando por fin tras unos minutos bastante largos salió de entre los arbustos y árboles fijando su vista en aquella torre que se alzaba frente a ella, lo que la dejó parada por unos segundos antes de encontrarse visualmente con aquellas dos chicas. No le dio tiempo a abrir la boca cuando se encontró de rodillas, adolorida por el golpe y siendo apuntada con el Bo en la cara, el estres se acumulaba en su cuerpo mientras  la chiquilla  y la otra le gritaban, ella alzaba las manos intentando hacer ver que no venía con malas intenciones.

-Vengo huyendo de la marina, un chico muy amable me ha curado una herida grave y me ha dicho que viniera aquí, que me atenderían el resto de heridas... 

Miró desde abajo a ambas, entornando los ojos a causa del sol que le pegaba de cara intentando ver si lo habían entendido o seguían sin creer en ella.

La sorpresa fue mayor cuando aquella chica dijo que estaba huyendo de la marina - ¿Qué? - Pero por mi parte, no me dejé engañar, empujé un poco mi bo contra su espalda - Vamos, no pretenderás que creamos que alguien con un unifome de marine, está huyendo de los suyos ¿No? Quizás debiste pensar que te ponias antes de salir del barco y más si intentas engañarnos. Denna, registrala a ver si tiene algún arma pequeña que no se aprecie a simple vista. - le dije a Denna mientras seguía manteniendo mi pose en guardia.

Tu afirmación causo una mueca de molestia en el rostro del capitán, quien no pudo reaccionar a tiempo para bloquear tu ataque, por lo que tuvo que esquivar dando un salto hacia atrás que le termino costando un buen corte en el pecho. Llevandose su mano libre al a herida por un momento para sentir la sangre, el capitán soltó un leve quejido antes de volver al vista a ti.

Sin mediar palabra, el marine recupero la compostura y volvió a abalanzarse hacia ti para atacarte. Su espada y las tuyas acompañaban el sonido de la batalla, donde solo se escuchaba el metal contra metal, heridas abriendose y cuerpos cayendo al suelo. Tras un breve combate cercano, el capitán volvió a retroceder, pero enseguida piso firme hacia atrás y se puso en posición para lanzarse en una estocada con su espada, esperando clavar su espada en tu pecho.

¿En serio pensaba que íbamos a tragarnos aquello? Que graciosa, ahora iba a ver lo que era bueno.

Asiento con la cabeza a las palabras de mi compañera y me acerco a ella. Empiezo a registrarla, si encuentro algo me lo quedo, lo que sea que llame mi atención.

- Vais a ver tengo un método infalible para saber si nos está diciendo la verdad...

Mi cara muestra una sombra de malicia, vuelvo a acercame a ella, esta vez aún más y de pronto mis dedos empiezan a recorrer todos los puntos de su cuerpo que puedan ser sensibles para provocarle unas cosquillas incontrolables.

- ¡Canta o no pararé nunca!

Se estaba empezando a marear, realmente sufría de insolación y se notaba por su piel quemada por el sol, la cabeza le daba vueltas y necesitaba con urgencia comer, beber... ser atendida en general. Cuando empezaron a hacerle cosquillas o a intentarlo suspiró con pesadez, si bien en algún que otro momento no podía evitar soltar una risita, no le hacían más que daño, tenía cortes por casi todo el cuerpo de katanas, estaba destrozada y al parecer no le cogian el punto de la risa.

-Basta por favor... me duele todo y no miento. Usáis de excusa la ropa para culparme pero esta isla está llena de gente como yo... y me encuentro mal...

Poco a poco su voz se iba apagando, le estaba afectando el sol y necesitaba sombra con urgencia también... Solo rezaba por que entendieran que como mínimo debía ser tratada. 

Al ver como la torturaba Denna, me quedé un tanto decepcionada. La verdad es que las cosquillas eran una buena idea... pero a alguien que no las tuviese no le harían nada... por no decir que no intimidaba para nada. Pero gracias a sus cosquillas, pude ver la reacción de la marine y notar como algo fallaba - No es una marine normal... No, no es una marine. Las quemaduras del sol, los cortes, la poca energía... Dudo que hayan sido Shimada y los demás, mucho menos Kaito - Denna, para - Dije para retirar yo también el bo

Aunque tras ello me agaché para agarrarla y cargarla sobre mi hombro. La diferencia de altura era palpable, pero teniendo en cuenta la poca energía que tenía, probablemente arrastraría los pies. Fue entonces cuando empecé a arrastrarla hacia la torre - Ayudame, Denna. Busca agua y toallas creo... y... no sé lo que pueda resultar util. Puede que diga la verdad y no sea una Marine. - Hasta que realmente lo descubramos... No la mataré. - Pensaba mientras la miraba de reojo arrastrandola con todas mis fuerzas posibles.

Sorprendentemente la tranquilidad de Kaito y la confianza que había generado en sí mismo luego de salir ileso en cada batalla que había tenido en esta isla causaba que pudiera esquivar con gran facilidad los ataques del capitan, al parecer su encuentro con Dante había causado que pudiera actuar de mejor manera a la hora de pelear, todos parecían un poco más lentos que él en comparación con el peliblanco. -Vamos...deberías entender que no hay razón para seguir peleando. -Los toques que realizaba con sus espadas en el filo de su rival eran como si pudiese mover lo suficiente la espada rival como para esquivar el golpe por medio pelo. -¿Entiendes que no estoy atacando para matarte verdad? Solo quiero que esta batalla innecesaria se acabe. -El golpe de estocada si que fue más dificil de esquivar, tuvo que mover su cuerpo para poder esquivarle mientras desviaba con la espada izquierda y luego lanzaba un corte al hombro diestro del capitán para dejarlo inutilizable y que no pudiera golpear. 

-Entiende, solo quiero que terminemos esta guerra inutil. -Pronuncio con una mirada superior, dejando en claro que aquel sujeto no podría vencerle. 

Cuando oí a Hitomi paré de torturarla dándome cuenta del estado de la muchacha, tenía razón debíamos ayudarla, por sus palabras no parecía estar mintiendo, y si lo hacía se arrepentiría más adelante...

- ¿Seguro que puedes llegar con ella a la torre, verdad? Buscaré todo lo necesario pero tenemos que darnos prisa, en cuanto veamos que está mejor podemos dejarla atada, pues no me fío del todo de ella y seguir nuestro camino, la batalla no va a esperar por nosotras y allí también nos necesitan.

Una vez dicho esto salgo corriendo hacia la torre para buscar cualquier cosa que pueda ayudarnos a socorrer a la chica vestida de marine.

Tus palabras parecían ser ignoradas por el capitán, quien continuaba el combate agilmente como mejor podía. A pesar de no ser un gran rival para ti, era alguien decente comparado con los que te habías enfrentado últimamente, descartando a capitán borracho.

El marine paro con destreza tu ataque al hombro, empujando tu arma para no separarla de la suya y así evitar que pudieras contraatacar con ella; Estaba consciente de que usabas otra espada, y que no tenía nada con que pararla, pero...

-¡Eh! ¡Cuidado! -escuchaste al líder shimada gritar más atrás de ti. No sabías a quien se dirigía, pero por reflejo desviaste un poco la mirada a tus espaldas.

Entre la pelea, el sonido de las espadas y el resto de guerreros, no pudiste prestar atención al otro capitán de los marines, el cual para cuando te diste cuenta ya estaba detrás de ti con su espada levantada para clavarla en tu brazo izquierdo y que así se te dificultase atacar con esa espada.

Sus ataques estaban surtiendo efecto, aunque el hecho de que estuviera aprendiendo lentamente sus patrones de ataques hacia que tuviera que pensar en nuevas tacticas, lamentablemente todo se estaba yendo un poco al carajo debido a que tenía un nuevo participante en la batalla y no podía darse vuelta para poder girarse facilmente, tenía que repeler el ataque de su rival con una mano mientras giraba hacia un costado para intentar interceptar el golpe del nuevo marine con su mano izquierda, aunque no pudo hacerlo de buena manera y sintió un pequeño corte en el costado del abdomen que hizo que sus ojos se pusieran blancos un segundos mientras apretaba los dientes para resistir el dolor. -Ksp.. -Trago saliva mientras lanzaba un contraataque a duras penas para golpear con el mango del arma la cabeza de su atacante.

El golpe fue lleno de ira, de furia acumulada por el hecho de ser dañado por primera vez en tanto tiempo y el golpe descendente iba de tal manera que pudiese acabarle de un solo ataque para poder volver a quien debía enfrentarse ahora mismo, no podía pelear con dos personas al mismo tiempo y menos en tal situación.

Ya que Denna se había adelantado, para cuando Hitomi llego al interior de la torre llevando a Sea ya estaban siendo esperadas por un rebelde con uniforme de marine médico y una camilla. Enseguida se acerco para ayudar a Hitomi a llevar a la herida hasta la camilla y sentarla.

-La chica de azul ya me ha explicado. Estas en mal estado, pero no es nada grave si te doy tratamiento... Long, nuestro mejor médico, se encuentra en el muelle con el resto del grupo, pero yo podré darte lo básico para aliviar el dolor -aclaró mientras pasaba a ver a Denna e Hitomi. -. Gracias por traerla. La atenderé y estaré observándola para asegurarme de que no intente nada; tenemos que mantenernos alertas por los marines que llegan escapando, algunos suelen ser mentirosos...

Tras lo cual, Hitomi y Denna salieron de la torre y corrieron al bosque para atravesarlo y llegar al muelle.

Para cuando Denna e Hitomi salieron del bosque, se encontraron un muelle repleto de hombres disfrazados de marines luchando entre ellos. Por un lado, el líder shimada luchaba con los suyos, por el otro Kaito se enfrentaba solo a los dos capitanes marines los cuales le estaban causando problemas.

El primero de los capitanes, los cuales eran idénticos, no pudo evitar el ataque propinado por el carpintero, quien le dio un golpe descendente con el mango de la espada justo en la cabeza; la fuerza fue suficiente para lanzar de cara al marine contra el suelo, causando así que quedase atontado en el piso durante varios segundos, sin poder reaccionar. Al otro capitán no le agrado lo sucedido: Aprovechando que Kaito llevo su atención a su gemelo, el capitán lanzó una estocada a la pierna del carpintero en un intento de clavar la punta.

Dejar a aquella "marine" en la torre no me supuso mucha seguridad, menos dejarla a solas con todo lo que estaba ocurriendo, pero si no ayudabamos a Shimada y los suyos, no obtendriamos un barco y si dejabamos que los marines arrasaran la ciudad ciertos momentos buenos que he vivido aquí, caerían en el fuego lo más probable. No, no podía permitirmelo. No podía dejar que otros marines ignoraran la vida humana.

Por eso, al llegar allí y ver todo el panorama, en especial a Kaito contra lo que parecían capitanes... ¿GEMELOS? Me lancé a por ellos - ¡Kaito cuidado! - grité mientras me lanzaba a por dicho capitan para darle un golpe y alejar su ataque al mismo tiempo si pudiera.

¿Gemelos? Realmente era identicos y por un momento pensó que su rival se había vuelto el doble de fuerte y por ello había causado un mínimo golpe en su cuerpo, una herida menor que había causado que se enfadase más de lo normal, aún así estaba tomando las cosas con bastante calma y una maestría propia de un espadachín.

Fue hasta que percató la presencia de Hitomi quien le aviso sobre el ataque trasero que se giro con rapidez mientras daba un pequeño salto hacia atrás elevandose lentamente como si estuviera flotando para caer sobre la punta de su pie derecho y dar un impulso hacia adelante mientras enarcaba las cejas algo enfadado y lanzaba cortes hacia el sujeto que le había atacado. -Creo...haberte..dicho...¡Que soy más fuerte que tú! -Pronuncio lanzando una serie de ataques hacia puntos no vitales pero estrategicos para causar que el capitán no pudiera tomar nuevamente su espada. 

Ya habiendo atacado y con toda la calma del mundo se giro hacia Hitomi para preguntarle con una leve sonrisa. -Se han tardado en llegar. ¿Que ha pasado?

Me despisto un momento al ver que cuando Hitomi avanza en dirección a Kaito los marines que tenemos delante la ignoran, deben ser parte de los rebeldes y por eso no atacan asi que... ¡adelante!. Cuando paso por su lado siguiendo a mi compañera no puedo evitar lanzar un grito de ánimo a quienes pienso que son nuestros aliados.

- ¡VAMOS! ¡YA LOS TENÉIS! - chillo mientras les guiño un ojo.

Cuando llego donde mis nakamas veo que parecen tenerlo todo controlado, de hecho hasta parecen estar charlando. Sonrío y en guardia me uno a ellos.

El capitán tuvo un tiempo de reacción rápido. Al ver a Hitomi acercarse de esa forma alzo su espada para bloquear el golpe del Bo, deteniendo allí a la ladrona. El marine solo pudo soltar un leve quejido al encontrarse en desventaja, y es que se dejo indefenso ante la ráfaga de ataques de lanzó Kaito sobre él. El resultado fue que el marine termino gravemente herido y sin posibilidades de continuar luchando.

-¡Tsk! ¡Esto no se acaba aquí! -afirmó el marine mientras empezaba a escapar hacia el barco. Durante el camino hizo señas a un grupo de marines para que se acercasen rápidamente y tomasen al inconsciente gemelo que estaba tirado en el suelo.

Rápidamente los marines empezaron a retroceder. Se empezaron a diferenciar los bandos, pues el grupo que escapaba lo hacía hacia los barcos mientras eran ahuyentados por el resto.

El líder de los rebeldes alzo su arco de manera victoriosa mientras mostraba una leve sonrisa. Poco después puso su arco en su espalda y se acerco a ustedes mientras los marines terminaban de subir a los barcos.

-Eso bastará para mantener lejos a los marines por un tiempo. Honestamente, son los primeros que se rinden tan rápido... Supongo que es el efecto que causan unos piratas actuales.

Entonces fue cuando los barcos voltearon y empezaron a alejarse de la isla. Al tener una buena distancia, se pusieron de lado. La celebración se detuvo mientras todos observaban los que los marines hacían: estaban sacando los cañones.

-¡Fuego! -gritó el capitán desde uno de los barcos, momento en el que los barcos empezaron a disparar al muelle.

El caos se desato rápidamente. Explosiones por todas partes, rebeldes corriendo y volando por los aires. Estaban bombardeando la zona.

-¡Están locos! ¡Alarmaran a los ciudadanos! -se alerto el arquero mientras se movía hacia el bosque para intentar alejarse de las explosiones.

Poco después de que las chicas se fueron, el hombre empezó a atender tus heridas con un botiquín de primeros auxilios. Te dio un par de medicamentos y te vendo las heridas, además de que te dio una crema para las quemaduras.

-Espero entiendas que aun no confié del todo en ti. No creo que alguien sea capaz de pasar por tanto para fingir una huida, pero ya hemos tenido experiencias parecidas aquí -comentó el rebelde mientras buscaba en una caja un uniforme. -. Ten, cámbiate: colócate la gorra al revés para que te identifiquen como no-marine. Luego podrás comer algo.

El hombre era amable contigo y te daba buenos cuidados. Te dio algo de privacidad para que te pudieses cambiar, luego cuando saliste de vuelta te encontraste un buen almuerzo en una mesa.

-Esta caliente: come antes de que se enfríe -te dijo con una sonrisa amable. -. Y dime: ¿Como terminaste aquí?

La comida se veía deliciosa, y era un buen plato el que te habían servido.