Partida Rol por web

Antes de que Kaito se pudiera ir habiendome dejado un poco paralizada por sus palabras, y luego de haber oido a Sea y Denna, corrí para ponerme en mitad de su camino y que no pudiera avanzar más, extendiendo los brazos como si fuera una señal de prohibido pasar. Le miré con mi cara mezcla de tristeza y preocupación - Puedes explorar la ciudad si quieres, incluso te compraré algo si lo necesitas. Pero arregla el barco, por favor. - Mi voz se hizo debil por un momento, teniendo el mismo tono que cuando me quedé dormida y me llevó al camarote femenino. - I...Incluso te pagaré... S-si no quieres... seguír con nosotras... - Bajé mi mirada poco a poco con aún mayor tristeza ya que si tenía razón significaba que perderiamos a un amigo.

Finalmente le miré a los ojos - Pero por favor arregla el barco - Supliqué de nuevo esperando que respondiera que si.

Iba a contestar a Sea cuando veo la escena que se está desarrollando delante de nosotras, no voy a permitir que Hitomi derrame ni una lágrima más, así que voy corriendo hasta ellos y me pongo al lado de mi compañera mirando a Kaito de forma desafiante.

- ¿En serio Kaito? ¿Piensas abandonar a tus nakamas así sin más? Eres un tonto -le doy golpecitos en el pecho- ¡¡¡¡tonto, tonto, tonto, si lo haces!!!! ¿Después de todo te damos igual? ¿El barco te da igual? ¿Acaso no querías vivir aventuras y llegar al Grand Line? - ladeo la cabeza- ¿O es qué eres un mentiroso y ni siquiera eres un carpintero? Sí, tiene que ser eso, ahora que ha llegado el momento de demostrar lo que eres no puedes y te avergüenzas, por eso quieres abandonarnos ¿Verdad?

Kaito iba decidido a investigar el mercado, quizás encontrar nuevas herramientas y algo con lo cual entretenerse aunque delante de él se interpuso Hitomi con una gran velocidad, la sorpresa le hizo girar la cabeza hacia atrás notando la distancia que había recorrido para ponerse frente a él, su mueca mostraba una especie de frialdad, aunque se fue volviendo en un rostro levemente más blando cuando la chica comenzó a explicar su estado. -.... -Mantuvo el silencio mientras desviaba levemente la mirada e incluso sintió algo de tristeza en su corazón siendo que no tenía ese estado de animo al inicio. Por un momento casi se puede sentir que Kaito iba a mover su cuerpo para relacionarse con Hitomi, como si fuera a poner su mano en la cabeza de la chica y decirle que todo estaria bien, pero en ese momento Denna llega al lado de ella y comienza a gritar como un gato en celo, el cuerpo de kaito se sobresalto sin saber como reaccionar. 

Su mano izquierda se posiciono en sus katanas duales, como si se estuviese poniendo a la defensiva. Escuchó con cierta molestia las palabras de Denna, ¿Nakamas? ¿Abandonarles? Había luchado junto a los rebeldes contra los marines, la única opción de vivir una vida tranquila alejado de la pirateria se había ido cuando se enfrento a esos capitanes gemelos, su cuerpo se abalanzo levemente hacia adelante y tomo la ropa de Denna, sus ojos mostraban cierta furia, alejando aquella tristeza que le había contagiado Hitomi, su mano derecha tomó la ropa de Denna y le acerco hasta tenerla a pocos centimetros de él mientras dejaba caer la bolsa con sus cosas al suelo. -¿¡Demostrar!? ¿¡Tengo que demostrar las cosas ante ustedes!? ¡Fui obligado a subir al barco de Dante debido a que él destruyo mi tienda, mis creaciones y los únicos recuerdos que tenía de mis amigos que murieron en mi infancia! ¡¡Luche contra la marina con los rebeldes y maté a uno de sus capitanes para evitar que ustedes salieran heridas!! ¿¡Osas decirme que pienso abandonarles así sin más!? Con el solo hecho de estar junto a Dante arriesgo mi vida a que piensen que soy él. -Le soltó la ropa y les quedo mirando desde su altura, con un rostro frío aunque lleno de pasión enfurecida en sus ojos. -He recibido cortes, acabo de luchar con un rey del mar para protegerles, he matado a un capitán de la marina por ustedes y un caza recompensas tiene su pecho marcado por mis espadas solo por parecerme a Dante. -Se mordió la lengua para evitar decir algo de lo cual se arrepentiría. -Quiera o no, mi cabeza tiene recompensa sin haber hecho nada. No puedo volver a ser un simple carpintero. -Comenzó a caminar mientras pasaba por en medio de ambas, aquello le había hecho traer malos recuerdos a su cabeza. -Descuida, arreglaré "tu" barco durante la noche. El insomnio me hace trabajar de mejor manera. -Ahora mismo necesitaba buscar algunas herramientas y materia prima para poder arreglar el barco de buena manera, si bien no tenía dinero quizás podría encontrar una manera de pagar honestamente. 

Estaba afectada, se notaba, se podía ver en mi mirada, mi expresión y mi tono, y que Denna me apoyara me alivió ciertamente, pero sin embargo parecía que conseguimos el efecto contrario siendo que Denna recibió la mayor parte de la regañina de Kaito y yo tan solo bajaba los brazos, cabeza y mirada sintiendome muy culpable y cada vez más triste, pero ahora no por el barco. Ahora era por que me sentía la persona más egoista por no pensar en lo que había sufrido Kaito hasta ahora. Pasó por mi lado y dijo aquellas palabras que no hicieron más que darme una punzada terrible en el interior sintiendome cada vez peor.

Justo cuando se fué agarré a Denna para que no fuera trás el mientras decía -Lo siento - Efimero y casi inaudible, dirigido hacia Kaito pero estando el ahora yendose tras de mi adentro de la ciudad. - D-deja que se vaya... L-luego hablaré con él... Si aún quiere hablar... - dije desanimada y triste, esta vez a Denna y Sea quien no estaba ya muy lejos. Esperé a que Sea se acercara con nosotras - Bueno... entonces ¿vamos al mercado? - pregunté intentando avivar mi tono de voz y no parecer tan triste. Miré a Sea y le respondí a lo que había dicho antes - No te preocupes por el dinero, te invitaré a lo que pueda - De momento, entre todos, era la más rica, solo por haberle robado a Dante.

-¿Vamos? - dije dandome la vuelta y caminando en dirección al mercado.

Al oír las palabras de Kaito me hace sentir un tanto mal por lo que le he dicho, pero es que ese chico no se expresa, ¿cómo quiere que sepamos todo eso si nunca dice nada? Parece un robot sin sentimientos y luego suelta todo eso y claro.

Iba a ir tras él no sé muy bien para decirle qué pero Hitomi me detiene, así que resoplo y lo dejo marchar, aunque sigo pensando que es un tonto.

- No te preocupes Hitomi, no tienes que disculparte, se le pasará, en el fondo es un buen chico, un poco tonto, pero un buen chico. Así que anímate - el mercado sonaba bien, seguro que eso nos sentaría bien a las tres - por mí bien, no te preocupes Sea, esta vez invitamos nosotras, considéralo un regalo de bienvenida - cojo a las dos por los brazos y tiro de ellas hacia donde supongo que está el mercado.

Y... Explotó, a sus oídos eran demasiado duras las palabras de Dena, no sabía cual fuera el pasado de Kaito pero tras lo que hablaron en la playa sabía que no había sido un camino de rosas y mucho menos algo que el quisiera por lo que la mirada fulminante de " no sigas" hacia la pechugona fue clara antes de ponerle una mano en el hombro al chico después de que este dejara saber. - Te prepararé una buena cena entonces. Lo miró por un momento, con ojos que intentaban dar apoyo y posiblemente pretendiendo dejarle un espacio que creía que el chico necesitaba en ese momento asintió a las chicas yendo tras ellas. - Sí, voy. 

La conversación que Denna tenía con Hitomi le estaba haciendo hervir la sangre y callarse... No podía. - No es ella la que se debe disculpar, eres tú. No saber algo no implica que debas asumir nada, y eso hace daño. Suspiró ligeramente y les sonrió a ambas intentando quitar tensión al asunto a pesar de lo que había dicho. - Bueno, todos tenemos nuestras razones y nuestra forma de ser. Si no hubiera problemas sería aburrido... ¿Entonces, donde está esa invitación tentadora? Miró a Hitomi aceptando así su invitación por completo. 

El peliblanco se limito a observar aún en el barco todo lo que sucedía, sin llamar la atención ni intervenir. Una vez tomaron sus caminos, en Dante se dibujo una leve sonrisa antes de irse al camarote del capitán; al final seria él quién se quedaría en el barco.

Luego de recorrer las calles del pueblo te encontraste con una humilde carpintería que exhibía en la entrada varias de sus herramientas y creaciones; pequeñas esculturas de famosos marines y piratas destinados a pelear entre si por la posición en la que habían sido colocadas, como si simulasen una pequeña guerra.

El interior era tan agradable como el exterior: el buen cuidado que tenía la madera hacían saber que ese lugar podría estar allí por muchos más años sin perder ni una sola tabla. Además de martillos, cerruchos, y otras herramientas de carpintería, también vendían algunas armas sencillas, minerales distintos para el fortalecimiento de la creación, incluso pinturas de distintos colores.

-¡Bienvenido a mi barco! ¿En que le puedo ayudar? -dijo un anciano vendedor tras la barra con una agradable sonrisa. A su lado, sobre un taburete, un niño jugaba sobre la barra con un barco de madera; era un poco sencillo, y tenía cosas para mejorar, pero era un bonito barco de juguete, después de todo era capaz de alegrar al niño.

Fueron juntas hacia la zona comercial. Muchas personas iban de un local a otro, pues habían una buena variedad de ventas: comida, armamento, accesorios, dulces, artilugios, vestimenta... Todo lo que se pudiese vender a los viajeros que pisaban la isla.

-¡Señora, Señora, Señora! -una niña se les acerco rápidamente cargando unas galletas en una tabla de madera. Sus ropas eran bastante pobres y escasas, llenas de polvo y suciedad, pero la sonrisa de la pequeña era tan pura como la nieve. -. ¿Desean comprar una galleta? ¡Solo a 500 Berries!

Entre todos los vendedores, ella era la única que salía a buscar su clientela en medio del camino. La tabla de madera estaba considerablemente llena de galletas, y no llevaba dinero por ninguna parte visible, lo que hacía pensar que nadie le había comprado nada.

-¡Hay de chocolate, chocolate, y... chocolate con chispas!

Que Denna me tratara de no hacerme sentir culpable, me aliviaba un poco pero Sea entonces explotó diciendole una realidad a Denna, a lo que yo solo reaccioné cogiendola a las dos por uno de sus brazos antes de que todo pudiera ir a más. Agaché la cabeza y hablé - P-por favor... No os enfadeis también. - En mi agarre tanto fuerte como tembloroso se notaba la duda que tenía al no saber si hacía bien al pedirles que pararan... pero en mi interior solo quería que dejara de haber subidas de tonos por parte de todos.

Después de ello, Sea hizo la pregunta que debería de haberle hecho yo. Mientras caminabamos simplemente me encogí de hombros y le dije - Lo que necesites. Munición, ropa, accesorios. Algo para la cocina ya que eres la que mejor cocina del barco. Si eres nuestra compañera es lo menos que puedo hacer. - dije finalmente con una sonrisa.

Al final acabamos llegando a la zona del mercado de la ciudad, y habia tantas tiendas que yo ya estaba buscando lo que necesitaba mientras fingía mirar todas las tiendas - A donde deberiamos ir primero... ¿Alguna preferencia? - No tenía prisa por encontrar la tienda que buscaba, es más prefería encontrar dicho producto yo sola sin implicar a nadie más. Pero estaría con Denna y Sea sin ningún problema hasta poder comprarlo sin que me vean.

Mientras decidiamos apareció una niña, probablemente de la calle, que me hizo recordar mis viejos y duros tiempos cuando tenía más o menos su edad. Por lo menos ella tenía una grata sonrisa, y seguramente no tendría a nadie encima que le forzara a hacer cosas. Vendía galletas y al instante quise comprarselas todas... Pero me detuve - Si hago el trabajo facil, no aprenderá mucho... Pero puedo ayudarla a tener buena publicidad - Humm... ¿Puedes darme... - Pensé por un momento el numero exacto que quería - Denna y Sea dos, una para comermela con ellas tres, y otras dor para compartir luego con Kaito y comerme una junto a el. - Obviamente no le daría ninguna a Danta. - ...cinco porfavor? Son 2500 Berries ¿Verdad?

¿Qué le pasaba a Sea? ¿Por qué no se metía en sus propios asuntos?

Estaba apunto de contestarle algo de no muy buenas maneras a la joven, cuando Hitomi intercedió, así que para no empeorar más la situación decidí cerrar la boca y caminar sin decir nada hasta el mercado. El enfado se me pasó en cuanto vi a la niña que quería vendernos unas galletas, pobre chica tan pequeña y tan sucia...

Iba a comprar algo pero también se me vuelve a adelantar, así que me encojo de hombros y espero a que acabe de pagarle. 

- Bueno... ¿queréis visitar algo en concreto o damos una vuelta y ya está?

La verdad es que yo no buscaba nada en concreto, había salido del barco para ver la ciudad con mis propios ojos había oído hablar de ella y quería verla de primera mano, nada más.

La pequeña ponía en cierto compromiso la forma de ser de Sea, no tenía dinero pero si por ella fuera le compraba la bandeja entera. Por suerte Hitomi ayudó con ello y la chiquilla se fue contenta con su transacción mientras todas quedaban con una galleta en mano y otras dos se guardaban en el bolsillo de Hitomi para darlas más tarde a los chicos. - No tengo dinero, así que os seguiré y pasearé por el lugar con vosotras... Miró entonces a Denna y suspiró un poco. - Siento lo de antes, todos tenemos motivos para decir lo que decimos... Por eso, lo siento. 

Me giro hacia Sea, ¿y ahora por qué me pedía perdón?

 -¿Qué? - hago memoria - ah, tranquila ya ni me acordaba de lo que decías y ahora... ¡vamos a algún sitio divertido! por ejemplo Sea, ¿tú no tendrías que comprarte ropa? No he visto que trajeses mucho equipaje encima así que... ¿vamos a ello? Y después podríamos mirar que armas venden por aquí, quizás encuentre alguna pistola interesante por ahí... ¿alguna sugerencia chicas?

-¡S-Si! -la niña ofreció la bandeja a Hitomi para que tomase las galletas que ella eligiese. Tuvo que sostener la tabla con una mano para poder recibir el dinero con la otra y guardarlo dentro de su ropa. Una vez echa su venta, la niña se iría corriendo a otra calle a través de un callejón.

Las galletas estaban tan buenas como se veían. Tenían total libertad de ir a donde deseasen, pues tampoco parecía haber actividad marine en la isla.

Mientras la niña se iba y hablabas con las chicas sobre a donde ir ahora, sentiste cierta presencia detrás de ti, una presencia que se había acercado silenciosamente con la intención de alcanzar tu bolsa de berries y llevársela...

Al sentir aquella presencia tras pagar a la niño mostré una expresión de sorpresa antes de girarme y agarrar la muñeca del ladrón que fuese

Mientras hablaban y decidían a donde ir, un niño de ropas tan sucias y dañadas como la de la niña de hace poco se acercó por detrás a Hitomi. La conversación las tenía distraídas, pero la ladrona pudo actuar a tiempo para darse la vuelta y sujetar fuertemente la muñeca del niño antes de que esté arrebatase su bolsa de dinero.

-¡T-Tsk! -el niño rápidamente mostró una expresión de miedo. Sus ojos se cristalizaron un poco por las lágrimas al ver que había sido pillado. -. ¡P-Por favor! ¡N-No me hagan nada!

Al comprar las galletas le di una a cada una y las sonreí mientras las probabamos. - Vaya están ricas - Mi sonrisa era amplia al probarlas, pero pronto se sustituyó por una cara de sorpresa al sentir aquello. Rápidamente me di la vuelta y agarré al niño por la muñeca mirandole con mala cara pensando que era un ladrón más experto, pero sin embargo era un niño, casi igual que la chica de las galletas. Mi expresión cambió de nuevo a una de preocupación junto a tristeza por la nostalgia. - No te preocupes. No te voy a hacer nada. - dije aflojando mi agarre, pero sin dejar que se fuera, mientras urgaba en mi bolsa. - Sois... ¿Amigos? ¿Hermanos? - pregunté esperando que se tuvieran el uno al otro.

-Si trabajais para alguien... no os fieis nunca de el, y guardaté esto para ti y para ella. No dejeis que os controlen y os usen. Vivid por vosotros y para vosotros que sois la mejor persona en la que os podeis apoyar mutuamente. - Saqué dinero* de mi bolsa y se lo puse en la mano cerrandola como queriendo decir que se lo daba - Se lo que estar en esa situación, pero teneis que intentar hacer algo mejor para vosotros mismos. Empezad ahora. ¿Vale? Y no lo gasteis todo en chucherias. - Esperé a que reaccionara el chico y cuando se alejara de allí miraría a mis compañeras.

-Todo está bien ahora. Y Denna tiene razón Sea, podemos ir a comprarte algo de equipaje para la travesía. Viniste con lo puesto creo así que no vendría mal ¿No? - dije sonriendo y tratando de ocultar lo que había pasado con el niño, o al menos mi expresión al mirarle. - En cuanto a armas no tengo ni idea... Solo he practicado el uso del bo porque me ayudaba con mis acrobacias, igual que los cuchillos para larga distancia y ser autosuficiente. En ese ambito puedo ayudarte pero en cualquier otro ya tendrás que preguntarle a los demás. ¿Vamos entonces a por mudas de recambio para ti Sea?

Se quedó en silencio cuando todo aquello ocurrió, Hitomi se encargaba de ellos como si supiera por qué lo hacían y eso le daba una cierta idea de por donde iba el pasado de la chica, aunque no diría nada por respeto y sonrió a los niños cuando ambos por fin se marcharon. 

-¿Ropa?.... Pero no tengo como pagaros todo eso... ¿Está bien que gastéis así el dinero en mi? Puedo arreglarmelas por ahora creo... 

Se notaba a leguas que lo necesitaba pero no quería ser molestia para el bolsillo de nadie así que posiblemente no se negaría a ser arrastrada hasta una tienda, tampoco tenía mucho más que hacer. 

- Pues no hay más que hablar, vamos a por ropa para Sea.

Agarro a ambas y tiro de ellas en busca de algún puesto o sitio que vendan ropa bonita y adecuada para unas piratas  chicas como nosotras.

- Hitomi, ¿sabes si hay comida suficiente en el barco? O ¿deberíamos comprar algún suministro? Porque la verdad es que yo no tengo ni idea, o quizás tú sí que lo hayas mirado Sea, después de todo has estado cocinando...