Partida Rol por web

El local le había llamado la atención, no solo por las herramientas también por la gran cantidad de esculturas que mostraban a marines y piratas, nunca había estado mucho al tanto de los acontecimientos del mundo, por lo cual, la gran cantidad de ellos eran desconocidos para él. -Hola... -Pronuncio mientras continuaba observando las esculturas. -Estaba mirando el buen nivel que tiene en esta tienda. -Esbozo una leve sonrisa mientras continuaba mirando de un lado para otro. -Estoy buscando madera, herramientas y minerales para mejorar el barco e incluso poder crear algún sistema de defensa más apropiado para un navio. -Comentó sin ningún tipo de pudor, tenía seguridad en sus habilidades, aunque el nivel que mostraba el viejo parecía superarle en cierta medida. -Es la primera vez que salgo de mi isla, nunca había visto a alguien con tan buen nivel. -Le dedico una sonrisa para finalizar con una frase algo más desalentadora. -Estaba pensando si aceptabas una permuta, trabajo por algunos materiales o herramientas, lo que sea que necesites podría hacerlo. Estoy algo corto de dinero y necesito ayudar a mis nakamas.

El niño, antes asustado, mostró una sonrisa a Hitomi antes de huir con el dinero que le había dado por el mismo camino por el cual se fue la niña.

No tuvieron que caminar mucho para llegar a una agradable tienda entre otras más. Al igual que el resto de locales, era un lugar pequeño pero que sabía aprovechar el espacio, exhibiendo distintas prendas con diseños varios: comodidad, formal, revelador... Todo en distintos colores y tallas para elegir. También estaban presentes varias marcas, a excepción de la famosa marca Doskoi Panda.

-¡Buenos días! -el dueño del local se acercó a ustedes con una sonrisa en su un poco anciano rostro. -. ¿En que puedo ayudar a unas jovencitas como ustedes? -de pronto, los ojos del vendedor se abrieron de par en par, fijándose de pies a cabeza en Sea y Denna, sobre todo esta última. Los colores se le subieron rápidamente mientras el vapor le salía de nariz y orejas. -. ¡C-Compren lo que quieran! ¡Esta es la mejor tienda de la isla, os lo aseguro! -dijo con una enorme sonrisa de viejo verde.

-Me alegra mucho escuchar a un cliente satisfecho con mis creaciones. Llevó haciéndolas toda la vida, así que para mi son cosa de todos los días -confesó el anciano antes de considerar tu oferta. -. La verdad, tengo unos problemas de dinero actualmente. Digamos que... tengo deudas; no me malentiendas, no son por vicio, simplemente que a la isla ha llegado un cliente con mucha labia y me ha convencido de apostar varias veces en sus combates. El trato era que yo elegiría un combatiente cada semana, apostando a su favor; si mi luchador le ganaba, el cliente me pagaría 100.000 Berries más todo lo que me hubiese quitado, pero cada vez que uno de mis luchadores pierde, debo pagarle 10.000. El caso es que... si no he perdido la cuenta... Lleva 20 combates invicto... -luego de comentarte aquello, soltó una risa. -. En que estoy pensando... No debería pedirle a cualquier sujeto que venga que pelee contra ese monstruo. La carpintería es un negocio suficiente.

El hombre abrió la puerta de la barra para salir y empezar a señalarte las estanterías y barriles de la tienda.

-Si eres un buen carpintero, aquí tienes todo lo que necesites. Podrías pagarme ayudándome a conseguir clientela, o con un arma que valga todo lo que te llevarás.

-No hay mucha variedad, pero tampoco podemos comprar cosas que no tengan una fecha de caducidad larga. Podría ir haciendo una lista de los ingredientes indispensables a tener en la despensa pero también depende mucho de la travesía. Como encargada de una cocina sabía bien lo que se necesitaba y lo que podía estar bien comprar para un capricho los primeros días de navegación, solo que no quería gastar dinero que no era suyo así a la ligera. 

Pronto llegaron a una tienda de ropa y solo hacer el amago de acercarse hizo lo propio el dueño quien se plantó frente a las tres comiéndose con los ojos a Denna y a Sea, más a la primera por sus grandes dotes. " Que asqueroso... No se corta un pelo..." 
-¿La mejor tienda de toda la isla? Pero... No sabemos si nos llegará el dinero, verá, no tenemos mucho... Y si es la mejor tienda... Sus telas deben ser carísimas... Le puso carita de pena sabiendo perfectamente que un baboso como era ese tío no dejaría pasar la oportunidad de intentar espiar a Denna mientras se cambiaba, quizá incluso le sacaran un buen descuento y eso le interesaba porque le estaban regalando esas ropas, comprándolas Hitomi con su propio dinero. 

Empecé a pensar según lo que Denna y Sea hablaban acerca de la comida - Bueno, es mejor entonces por si acaso comprar algo más para la cocina luego de la ropa. Suerte que tenemos una buena cocinera como tu Sea, así podrás indicar que comprar. - dije con una grata sonrisa entre oreja y oreja. - Pero bueno, ahora ropa. Yo también tengo que buscar más mudas comodas... Aquí hay una tienda, vamos. - Dije mientras corría hacia la puerta.

Al llegar parecía que el dependiente era muy amable por como nos recibía, pero rápidamente cambió su expresión y al mismo tiempo cambió la mía a una de completo enfado. Si, yo era la menos dotada de las tres, pero que mirara a ellas dos y a mi me diera de lado, me cabreaba mucho. ¿Acaso no soy mujer también? Iba a decirle cuatro cosas bien dichas cuando entonces Sea habló con el dependiente... Y me frené. Sabía lo que quería hacer con ello así que me tragué mi frustración hinchando mofletes. - Esperaré a que la tactica de Sea salga bien... Solo espero que no me ignore.

Levantó una ceja con sorpresa, realmente todos tenían problemas con el dinero aunque no muchos eran como los del viejo, realmente quedar envuelto en apuestas era algo riesgoso y mucho más con esas cosas clandestinos, sin embargo, no juzgaba en lo absoluto e incluso sus ojos se iluminaron levemente cuando el viejo dijo que le podía entregar las cosas con suma facilidad. -Eh...Ya veo. Bueno no tengo mucho dinero ni tampoco soy bueno consiguiendo gente, aunque he tenido varias peleas y he salido ileso de algunas. -Recordo la pelea con el cazarecompensas y los capitanes marines a los cuales pudo vencer con cierta maestria, sin embargo, eso fue con espadas en mano y sin ellas no era muy bueno realmente. -Cuentame un poco más de esas apuestas. ¿Quien es el sujeto que ha ganado tanto? ¿Son peleas a mano limpia o se permiten armas? -Aunque fuesen armas sin filo podía arreglarselas con katanas de bambu o incluso con dos palos para asimilar que son espadas de verdad. -No me gustaria involucrar a mis compañeros aunque quizás sirva para hacer negocios entre ambos. -Se propuso a si mismo mientras miraba hacia arriba pensativo. -Se me ocurre una idea. ¿Cuantas veces has perdido? Quizás podamos proponerle un trato a ese apostador, una pelea 2 vs 2 su campeón más el segundo mejor luchador que tenga contra mi y un tipo que conozco. -Desvió levemente la mirada, sabía que Dante quizás no fuera la mejor opción pero quizás podría matar dos pajaros de un tiro, que él ayudase al grupo con más dinero y que Hitomi le viera como alguien más amable que piensa en los demás. -Aunque claro, necesito usar mis espadas, aunque sea por el lado sin filo. -Aclaró, no era tan bueno con los puños como con las espadas. -Y toda la información que puedas tener de ese campeón que dices.

Llegamos a una tienda donde nos recibe un abuelo un tanto mirón, pero ya estaba acostumbrada a ello y si podía sacar partido ¿por qué no aprovecharlo? Aunque por lo visto no he sido la única en pensarlo, sonrío al ver la actuación de Sea, no sería la primera vez que lo hacía por su modo de actuar, era bastante natural. Miro de reojo a Hitomi, pobrecilla, nunca se fijan en ella, tendríamos que cambiar eso, no podía ser, si era preciosa, los hombres no tenían ni idea.

- E... eso es - me acerco a él apretando mis brazos contra mi pecho, así remarcaría más mis atributos - ¿podrías ayudarnos con eso? Sino... quizás debamos irnos y buscar en otro sitio más... barato.

-¡JOH, JOH, JOH! -el vendedor reía con los colores subidos por las maneras en las que Sea y Denna hacían sus peticiones. -. ¡No se preocupen por el precio, linduras! ¡Jóvenes como ustedes se merecen el mejor de los descuentos! ¡Adelante, tomen todo lo que quieran! ¡Pruebense todo y paseen con ello por la tienda! ¡Estaré encantado de que compren todo lo que quieran!

Como era de esperarse, había caído ante los atributos de las chicas. Ahora solo quedaba ir probando y decidiendo que es lo que se llevarían, asegurándose de enseñar al viejo una agradable vista cada tanto para que no olvidase hacer los descuentos.

-Te ves motivado... Muy bien: te lo contaré todo -el hombre sacó de detrás de la barra una lista de nombres tachados uno tras otro. El niño entonces dejo de jugar con su barco para observar la larga cantidad de nombres. -. He perdido un total de 20 Apuestas, siendo un total de 20 Luchas Invictas para él. Los combates se llevan a cabo con armas reales, pero obviamente no son combates a muerte: él usa una espada muy delgada, como un tipo de espada que imita un estoque. La verdad, nunca antes ha tenido un enfrentamiento 2 vs 2, ni siquiera tengo a otra persona con la cual emparejarlo, pero... Seguramente él tendrá a alguien con quién quiera cooperar. Es rápido, muy rápido: derriba a sus enemigos atacando a los puntos débiles, y siempre que se defiende analiza los movimientos de su oponente buscando aberturas. No es un oponente de calle, es alguien que ha entrenado para combatir...

El hombre te ofreció la lista de nombres tachados con un lapiz.

-Si estas seguro de querer combatir, anota tu nombre y el de tu compañero aquí: yo me encargaré de organizar la pelea para esta noche en la plaza, reconocerás a tu oponente por la mascara que siempre lleva puesta. Con tu victoria pagarás todo lo que quieras tomar.

Mientras le hablaban, Kaito estaba pendiente de las cosas que podía utilizar para reparar el barco, crear armas o incluso generar algún tipo de armamento para el barco que podrían servir para defenderse contra ataques de otras tripulaciones. -20 Apuestas... -Aquello le quedo grabado incluso más de que sea un sujeto que tenía un entrenamiento con la esgrima. -Hey espera... -Pronuncio con mucha más seguridad que antes. -Aún no hemos hablado de negocios. -Esbozo una leve sonrisa mientras observaba los nombres tachados. -Si mis calculos no fallan, tienes una deuda de al menos 200.000 berries, si gano entonces obtendrías una ganancia de 300.000 berries. Mi propuesta es esta, te ayudare a saldar tu deuda, pero me llevare los 100.000 berries que debería darte el tipo por ganar, además de lo que necesite para reparar el barco. Si quiero algo extra te lo pagare de ser necesario. -Se notaba que no tenía pensado estafarle pero quien estaba arriesgando más era él. -Además de que si ganamos deberás invitarnos unas cuentas cervezas. -Sabía que eso alegraría a Dante. -Debo hablar primero con mi compañero, aunque lo convencere de una forma u otra. -No firmaría hasta que el tipo aceptara su propuesta, luego de eso debería firmar e ir a hablar con Dante, seguramente seguiría en el barco.

Puse mis ojos en blancos al oir la respuesta del tendero. - Dios mio... si me pusiera podría robarle la mitad de la tienda si quisiera... y no se daría cuenta hasta que Denna y Sea desaparecieran de aquí. - Suspiré y hablando más bajo para resaltar menos de lo que ya lo hacía - Voy a mirar la ropa comoda de mi talla. Total está pendiente de vosotras. - Sin duda ellas tenían mejor gusto para la ropa, pues yo solo buscaba lo practico y Denna ya me demostró sus dotes con la moda. Y lo peor de todo es que Denna sabía que mi sentido de la moda era nulo.

Sea por otro lado no sabría como sería en este aspecto pero... No creo que el dependiente se quedara a gusto si estaba en medio del foco de atención. - Avisadme cuando hayais encontrado algo que os guste.

Miro hacia Hitomi sabiendo lo que tenía que hacer, así que me adelanto hasta ella y la cojo del brazo.

-Pides mucho... Pero la verdad no tengo muchas opciones. Adelante, ve y habla con tu compañero y vuelve para confirmar el combate. Yo ya avisaré al campeón para que busque a su pareja -entonces extendió su mano para que la estrechases a modo de trato.

Ya habías conseguido una manera de tener materiales y algo de dinero, aparte de ayudar a relacionar a la tripulación, ahora solo quedaba ir a por Dante, explicarle, y esperar que no estuviese ebrio nuevamente...

-Usted... -entonces, el niño se te quedo viendo con los ojos bien abiertos, antes de agacharse para sacar algo de la barra y así enseñarte un viejo y dañado cartel de "Se Busca", pero la información era bastante reconocible.

DANTE SPARDA
DIABLO ROJO
10.000.000 B
VIVO O MUERTO

No era extraño que Dante tuviese una recompensa tan alta para lo que seria alguien del East Blue, después de todo tenía una fruta del diablo y, según él, venía del nuevo mundo siendo un ex-capitán de una tripulación pirata respetable. Aún así, tu atención no pudo evitar irse a su apellido: Sparda, aquel almirante de flota que detuvo la era pirata durante años haciendo de los marines unos tiranos. Era un detalle que Dante nunca había mencionado...

El cartel estaba en muy mal estado, seguramente era viejo, muy viejo.

-No, hijo... Se ven muy diferentes... -le corrigió el vendedor tomando el cartel para ponerlo a tu lado y compararlos. -. Tal vez con una piel más clara y el cabello despeinado, pero aún así se ve la diferencia en la aptitud de sus rostros -no solo era buen carpintero, si no que tenía buen ojo, siendo uno de los pocos que hasta el momento no te había confundido con Dante, aunque si es cierto que no todos tenían la oportunidad de conocerlos a ambos por separado. -. En fin: esperaré aquí a tu respuesta sobre el duelo.

-Es mucho lo que vas a recuperar, creo que es un trato más que justo. -Pronuncio con total frialdad mientras estrechaba su mano, aquello era un acuerdo de caballeros y necesitaba convencer a Dante ya que si no tendría que ir 2 vs 1. -Me parece bien. -Pronuncio antes de ir retirandose sin darse cuenta de que el chico parecía estar buscando algún tipo de respuesta a una pregunta mental. Kaito le quedo mirando con su rostro algo frío y levanto la ceja para percatarse del papel que tenía en la mano. -¿Dante Sparda? Hmm.. -Obviamente sabía a quien se referia, aunque nunca había escuchado el apellido de Dante, necesita más información y quizas con ello incluso Dante podría decir la verdad sobre quien es. -Hey ustedes, ¿Que saben de ese tal Dante Sparda? -Pronuncio esperando una respuesta clara, directa y conscisa, no tenía demasiado tiempo como para quedarse a replicar las cosas que le pudieran decir, tenía que ir a buscar a Dante y preparar las cosas para la noche, tampoco sabía si era una buena idea contarle a las chicas, aunque ahora mismo ni siquiera se le pasaban por la cabeza. 

Una vez le hubiesen contado todo el muchacho se retiraria una leve despedida y partiría en busqueda del barco, no deberían haber vuelto aún las chicas por lo cual simplemente se encontraria con Dante, lo más seguro es que estuviera borracho pero si podía mantenerse de pie le bastaba, era fuerte eso debía admitirlo y él también podía defenderse en una batalla, tenía bastante fé de que podían ganar ante cualquiera. -¡Hey! ¡Dante! ¡Sal ahora mismo!

El anciano se mostró un tanto sorprendido ante tu interés por el peliblanco, quedándose algo pensativo antes de contarte lo que sabía.

-Era un viejo capitán pirata que vino muy motivado con su tripulación, dispuestos a partir al nuevo mundo como cualquier grupo de piratas que llega a esta isla. Resulta que era el hijo del Almirante de Flota, Sparda. Él, su hermano y la tripulación de "Diablos Rojos", se encargaron de espantar a unos marines tiranos que se habían quedado aquí para bloquear la salida a los piratas. Se hizo amigo de muchas personas, incluyéndome a mi. Luego de que se fuese en su barco no supe más de él ni su tripulación... Si no recuerdo mal, un viejo periódico decía algo de un motín y el asesinato de su hermano... El caso es que estoy agradecido con Dante Sparda, y por eso guarde un cartel de Se Busca para no olvidar su rostro.

Finalmente se despidió de ti mientras salías de la tienda y te dirigías al muelle. No tuviste que gritar mucho para que Dante abriese de par en par las puertas del camarote del capitán.

-¡MOTÍN! -gritó a todo pulmón apuntando con sus pistolas hacia adelante. Al percatarse de que no pasaba nada, recuperó la compostura relajada mientras guardaba las armas. -. Vaya, has regresado rápido. ¿Ya conseguiste materiales para reparar el barco? Las chicas se enfadarán verdaderamente si no lo haces... -con una sonrisa de confianza y calma se apoyó sobre una de las barandas del barco, esperando lo que tenías que decir.

Denna ya había pillado por banda a Hitomi así que Sea por su lado, empezó a buscar para ella pero acabó encontrando cosas que le quedarían muy bien a Hitomi y con las que se sentiría bien cómoda.  Tomó todo lo que encontró para la más bajita del grupo y se dirigió a ella. - Estaba buscando ropa para mi pero he encontrado esto... Creo que conjuntado se vería genial en ti. Le tendió toda la ropa y algo sonrojada se fue de nuevo a seguir viendo ropa para ella misma. 

Siguió buscando para si misma, sintiendo la mirada del vendedor clavada en Denna y en ella misma, algo que le daba escalofríos aunque por suerte podía aguantar el tipo, estaba acostumbrada gracias a las enseñanzas de su prometido a estas cosas. -¿Quizá este?... 
Se fue a probar uno de los trajes, dejándose los pantalones cortos de licra blancos puestos y salió para ver qué les parecía a las chicas, procurando ir de lado a lado de la tienda para localizarlas y así poder pasar por delante del hombre. 

-¿Este... que os parece? No estoy acostumbrada a vestir informal... Me siento incómoda de otro modo. 

Cuando Denna me agarró del brazo se me erizó todo el pelo sintiendo que se venía mi perdición - P-p-p-pero... A-a mi me gusta la ropa c-comoda. - Dije y sin poder quejarme más me llevó por toda la tienda dandome ropa y más ropa sin parar, muchas eran comodas y otras muy lindas y bonitas pero que apenas me pondría. Al final acabé con todo aquello en el probador y con una cara más roja que un tomate. - Ay dios... ¿ahora que hago? - No podía negarme, pero había tanta ropa que me sentía abrumada

Suspiré y me resigné... - Le daré lo que quiere. - Justo entonces Sea llegó y me dió aún más ropa y acabé sorprendida y literalmente con un tomate sustituyendome mi cara. - Joder... es mucha ropa - Empecé a probar y probar toda la ropa que me habían dado siendo que salía poco pues con algunas prendas no me veia y las lanzaba por la parte de arriba del probador siendo que no las quería. Alguna que otra vez como era propio de Denna me abría de par en par viendome vestida con lo que me había dado y otras salía yo resignada para que vieran como quedaba, pero la mitad la tiraba fuera del probador.

Al final después de probarme todo salí super enrojecida y mirando al suelo con tres prendas entre mis brazos.

-M-me... me lle-llevaré esto... - dije con poca voz mostrando tres conjuntos que si que había mostrado y me habían gustado, siendo que el tercero estaba entre las cosas que me dió Denna. - T-t-también... - Le dí la ropa a Denna y fuí rápido a una sección apartada para volver y mostrar otra cosa que quería llevarme - M-m-me llevaré esto... ¿T-te parece bien? - Parecía una niña pidiendo el visto bueno de su madre o hermana - N-nunca sabremos si pasaremos por una isla helada... M-mejor ir bien preparados.

Era un simple abrigo largo y grueso con unas panty-medias gordas de lana y unas botas para la nieve. También unos guantes que si bien parecían de invierno, dejaban los dedos desnudos para maniobarar y es que si no sentía mis dedos era una torpe.

Ya Denna había visto uno de mis puntos más debil y lo estaba explotando junto con Sea, así que de perdidos al rio y dejarme hacer un poco... siempre y cuando pudiera al menos decidir que llevarme.

El vendedor las animaba a probarse todo lo que les llamase la atención. También se quedaba esperando descaradamente a Sea fuera de los probadores para verla salir magnificado por sus atributos, siendo que muchas veces mostraba una sonrisa lasciva con la cual casi se le salen los ojos.

Por otro lado, no prestaba tanta atención a Hitomi como lo hacía con otras chicas, pero cuando salio con su último conjunto(el invernal) no pudo evitar mostrarle una muy amable y cálida sonrisa.

-Te queda muy bien todo lo que elegiste. Te hacen ver mona. Eres joven y bonita, seguramente muchos chicos se fijarán en ti: ¡pero necesitas más confianza! -le comentó en un tono agradable a Hitomi antes de ir a la barra. -. Si no tomaréis nada más, entonces la paga seria... ¡500.000 BERRIES! -al decir la suma de dinero volvió esa expresión lasciva en su rostro, clavando nuevamente la vista en Denna y Sea. -. Aunque... Tal vez os pueda hacer un descuento por ser buenas chicas... -no tenía remedio.

No dijo nada en relación a la información que le habían entregado, si bien aquello era algo que era bueno saber no tenía el porque involucrarse en la vida de Dante, las razones podrían haber sido multiples y el hecho de llegar hasta aquí de una manera u otra forjaba el pasado y el presente del peliblanco ex capitán. Al notar como Dante salía disparado con unas pistolas, Kaito desvio levemente el cuerpo mientras le hablaba con tranquilidad. -Conseguí más que eso. Materiales necesarios para reparar e incluso mejorar el barco. Además de 100.000 berries en efectivo. Aunque todo tiene una condición, tenemos que ganar una batalla 2 vs 2 contra los mejores luchadores de esta isla. -Dijo con total tranquilidad mientras se llevaba las manos a los bolsillos esperando una reacción del sujeto. -Vamos a luchar juntos, ganar el dinero y quizás así Hitomi pueda soportarte mejor. -Se cruzó de brazos esperando que diera su veredicto en relación al plan. -Por cierto, el sujeto con quien hice el trato te tiene bastante estima Dante Sparda. -Su tono de voz era intenso aunque sincero. -No me interesa tu pasado, ni tampoco las cosas que te sucedieron, aunque si eso causa un problema a futuro lo mejor que puedes hacer es ser honesto con toda la tripulación.

Mientras se prueban ropa escojo un par de modelitos para mí.

- ¡Hitomi! ¡Estás preciosa con todo! - cuando me enseña lo que ha escogido ella solita asiento con una gran sonrisa - parece que vas aprendiendo, me encanta el conjunto invernal.

Pronto sale Sea también.

- Ya veo que no necesitas ayuda, ¡te quedan muy bien!

Así que ahora era mi turno.

Me pruebo uno veraniego y otro más tapadito, mientras estoy dentro escucho lo que pide el viejo por la ropa de mis nakamas, sin duda eso era un robo, nos iba a tocar negociar.

Salgo primero con el conjunto largo.

- ¿Os gusta?

Y tras escuchar sus opiniones vuelvo para salir con el veraniego. Me acerco entonces al dueño de la tienda.

-  Y... ¿cuánto vas a cobrarme a mí por estos dos modelitos? - le pongo un dedo en la mejilla mientras aprieto bien los brazos contra mi pecho.