Partida Rol por web

Daniel tenía la situación controlada, o al menos eso pensaba él. "La situación" se encargó de enseñarle que estaba equivocado. Varios hombres armados con armas automáticas comenzaron a descargar balas hacia donde ellos estaban agazapados. Por el momento la columna tras la que se había escondido parecía un buen sitio y las balas revotaban contra la piedra, desde su puesto Daniel pudo ver como Silva caía de bruces al suelo y respiraba con dificultad, había recibido una soberana paliza y estaba claro que no se habían esmerado demasiado en su "rehabilitación" al servicio del mal. Daniel esbozó una sonrisa al ver como aquel gusano se retorcía en el suelo.

La columna le protegía, pero no era un sitio para estar demasiado tiempo. Daniel empuñó el arma que Pierce le había lanzado y se preparó para defenderse, al tiempo que inspeccionaba la sala buscando algo que pudiera servirle para crear una distracción que les permitiese escapar de aquella sala. Daniel sabía que responder a los disparos solo serviría para desperdiciar balas, necesitaba algún tipo de cobertura que le permitiera taparse, avanzar y encarar de frente a sus enemigos para poder dispararles con garantías de no fallar.

Daniel observó a los matones chinos y a la china tendidos en el suelo y lanzó una maldición: Mierrrda, por que los harán tan pequeñajos...!! Pensó. Siguió buscando en la sala algún cuerpo caído lo suficientemente grande para que le permitiese usarlo de escudo humano, Silva hubiera sido un candidato perfécto, pero parecía que los asaltantes tenían las mismas ganas de matarle al villano que a los dos agentes.

Daniel, miró a Pierce y le dijo: PIERCE, BUSCA UNA BALLENA QUE NOS CUBRA A LOS DOS!!! En esta sala había mucho millonario entrado en carnes así que entre los caidos no sería muy complicado encontrar alguien lo suficientemente obeso... Uno lo sostiene y el otro dispara!!!.

La situación estaba mal, tenían una pistola cada uno de ellos, pero cuatro matones habían entrado con armas y la mujer se escapaba, el comentario de Daniel le resulto bastante poco acertado, le miro y dice:

• ¿En serio propones eso?

Suspira resignado, sin duda parecía todo un héroe de acción de una película americana, esa clase de forma de actuar no era para nada acorde con un agente al servicio de su graciosa majestad la reina, niega con la cabeza y dice:

• Con un ataque desde ambos lados desde nuestras coberturas es mejor… y más rápido.

Decía mientras se afanaba en apuntar a uno de los matones y disparar en cuanto lo tuviera a tiro.

Caigo al suelo, hecho un desastre, con náusaseas... Y viendo algo borroso. La paliza ha sido intensa... Apoyo una mano tratando de alzarme, aunque con dificultad. Miro alrededor... y me cuesta distinguir formas, pero lo que sí que veo es que cuatro matones más se alzan, armados.

Pongo los ojos en blanco y casi me siento desfallecer al pensar la que se viene encima. Pero no... soy un caballero y debo aguantar.

Entonces recuerdo uno de mis entrenamientos... que consta en desaparecer en mitad del caos, sí. Aprovecho pues para zafarme detrás de alguna columna, con el deseo de que el matón se centrase en los otros Bond y así poder escapar.

Con un ataque desde ambos lados desde nuestras coberturas es mejor… y más rápido.

Decía mientras se afanaba en apuntar a uno de los matones y disparar en cuanto lo tuviera a tiro.

Daniel miró a Pierce y sonrió ante la respuesta del agente "repescado".

- Posiblemente, pero.... ¿y la plástica? Además de efectivo hay que hacerlo bonito. Rió Daniel. 

Roger pese a la inferioridad numérica con la que contaba, tiró de pundonor y veterania... convinada con una pequeña dosis de fuerza juvenil para quitarse de encima a sus captores. En primer lugar dio un tirón del pie que uno de ellos tenía sujeto haciendo que el individuo cayese hacia delante, al hacerlo tanto Roger como otro de los abusones cayeron al suelo, una vez en el suelo Roger empujó a uno de ellos consiguiendo ponerse de pie... odviamente cocoliso se le tiró al cuello... pero ya contaba con eso... de manera que prosiguieron el segundo round a puñetazo limpio, porque no le quedaba otra y porque le tenia ganas a aquel hombre... por que no decirlo, uno era educado hasta cierto punto...

El caso es que si bien porque cocoliso era un tipo duro de roer o por efecto de al precispitación, la verdad es que a pesar de haberle acertado de lleno no consiguió dejar cao al matón que tras un momento inicial de sorpresa no tardaría en volver a la carga con Roger, con respecto a los otros dos, uno parecía más fuera de combate que otro... de manera que tendría que ir por partes... primero cocoliso y luego estar preparado para cuando los otros dos se levantaran del suelo.

Pierce no estaba por la labor de hacer lo que el rubiales le había pedido... buscar una gorda para que los cubriera a ambos... por favor... EL tenía estilo, enarcó una ceja cuando volvió a hablar y sin molestarse en contestar apuntó y disparó varias veces... le enseñaría como se comportaba un verdadero 007

Dado que el quinto Bond no tenía buena visibilidad el primer disparo fue a dar a una de las lámparas del techo haciendo que esta cayera a plomo en el suelo, mientras que el segundo disparo fue a dar a uno de los matones con pistola.

Por su lado Daniel tuvo que parapetarse tras la columna porque la respuesta de los matones con armas fue incrementar el fuego cruzado... disparando a diestro y siniestro, les había sentado un poco mal lo de su compañero.

Silva... que se había quedado de culo en el suelo, vio pasar su vida por delante en forma de lámpara gigante con cristales, que no llegó a tragarse entera por que se quedó a un lado y no estaba en la de Dios que se le cayera encima... el caso es que si hubiera tenido el pelo castaño se le hubiera quedado blanco del susto, y que lo bueno de habérsele quedado los mismísimos de corbata, es que el dolor del estómago se le paso y se levantó del suelo con fuerzas renovadas... ¡¡Había vuelto a nacer como que dos veces en apenas una semana!!

Sin embargo no todos los invitados a aquella fiesta había tenido la potra de Silva, a quien ahora le silvaban balas por todos lados... y él sin pistola y con encantadora acompañante a la fuga, para una vez que trataba de ser cortes... entre los invitados empezaron a aparecer varias víctimas del fuego cruzado, así como mobiliario desperdigado por todos lados fruto del estropicio de la lámpara.

La situación volvía a estabilizarse, todavía podía estar todo bajo mi control. Poco a poco conseguía deshacerme de mis captores pero no lograba anularlos por completo. ¿Dónde estaría Scaramanga ahora que lo necesitaba? Si iba a ser mi aliado lo necesitaba ahora.

Miré al calvito sonriente, intentando parecer chulesco para ocultar que realmente estaba asustado, asustado de que de un momento a otro este cuerpo rejuvenecido falle y me deje literalmente a su merced.

Esperé con paciencia a que mi enemigo cargase para aprovechar el impulso a mi favor, era una técnica que había usado infinidad de veces y no podía permitirme el lujo de fallar.

En cuanto le vi llegar le agarré de la muñeca para finalizar la llave derribándole. Estaba sudando a chorros y no tenía a una morenaza abanicándome para compensarlo.

Abatido el primer problema, puse un pié sobre él, triunfal.

- Sabéis que no podéis conmigo, marchaos de aquí y buscad una vida tranquila, ¿para qué perder el tiempo? - dije mientras por dentro rezaba para que colase.

Me levanto renovado... y sólo. Pero no importa, siento la adrenalina alimentándome.

Y no quiero dejar que esos pijos se lleven toda la gloria... sin embargo, lo primero es lo primero. Balas por doquier. Salto hacia un lado rodando por el suelo hasta encontrar una cobertura un tanto improvisada que quizá me dé los segundos que necesito.

Siento cómo una bala roza mi piel... y rezo por que sólo haya sido un roce. Rápidamente con la mirada busco un arma, si no sería como bailar sin una pareja: un desastre sin estilo. Me parece ver una y nada más cogerla quiero comprobar la munición, que no esté atascada... vamos, que esté lista para danzar conmigo.

Finalmente habían terminado en un tiroteo, los matones parecía que no tenían demasiadas intenciones de evitar a los asistentes a la fiesta y la mujer se iba marchando, aquello sin duda era algo bastante malo, Pierce observa a los matones y apunta con cuidado para volver a dispararles mientras comenta:

• Bueno, habrá que apartarles amablemente para que nuestra doctora no se aleje demasiado

El cuerpo juvenil de Roger respondía perfectamente a la situación, lo que conjugado con su veteranía estaban haciendo de Roger toda una máquina mortal... pero con glamour... todo hay que decirlo. El caso es que se revolvió a tiempo para estamparle una patada karateka al cocoliso matón que tras dejarlo sin respiración lo dejó KAO en el suelo.

Entonces al dirigirse a los dos matones que le restaban, se dió cuenta por la forma malvada con que los susodichos lo miraron, que no estaban muy por la labor de hacerle caso... he incluso hicieron algo que no había tenido previsto el tercer Bond... sacaron sendas pistolas de los bolsillos de la chaqueta.

La cosa, se complicaba... Roger estaba desarmado y por muy rápido que se moviera, aún no había aprendido a esquivar balas a tan poca distancia.

- Portese bien señor Bond- comenzó a decir uno de los matones poniéndose en pie- no nos oblige a matar...- el discurso del hombre se vio interrumpido de repente, mientras el tipo se quedaba inmóvil con cara de sorpresa para a continuación caer de bruces al suelo.

El segundo matón por su lado tampoco tuvo mucho tiempo de hacer nada más porque este también cayó al suelo a plomo, a Roger no le hizo falta examinar mucho la situación para darse cuenta de que ambos habían muerto por un certero disparo en la espalda.

- Parece que ha perdido facultades señor Bond- dijo Scaramanga con su reluciente pistola de oro en la mano, mirando a Roger con una de sus enigmáticas sonrisas- aunque he de admitir que me ha proporcionado lo que le pedí, tiempo para abrir la puerta. Acompáñeme, esto se está poniendo feo- dijo sin más mientras Roger caía en la cuenta de que en la sala ahora se las estaban gastando a tiro limpio. E incluso pudo vislumbrar entre el kaos que sus compañeros estaban inmersos en el tiroteo disparando con mayor o menor suerte.

Mientras Sacaramanga se giró una vez más hacia Roger abriendo la puerta, aguardando a que se le uniera.

Pierce en aquella ocasión no estuvo tan acertado con los disparos... de las dos veces que apretó el gatillo una de las balas fue a estamparse en un muro, mientras la otra perforó uno de los carteles que había dispuestos por el tejado cayendo al suelo hacia un grupo de invitados que trataban de ponerse a cubierto.

Por su lado Silva al tirarse panza al suelo logró esquivar una de las balas que con tanta mala saña, iba con su nombre dedicada. Al hacerlo descubrió el revolver de uno de los matones caídos que además estaba cargada... ¡Todo un golpe de suerte!

Daniel, por su lado... se le había ido el santo al cielo, porque se le había metido a él encontrar a una señora gorda que le sirviera para cubrirse... finalmente y gracias al mal disparo de Pierce pareció encontrar algo que no era exactamente lo que quería, pero si que se le parecía... un señor gordo yacía en el suelo todo despatarrado, bajo el tablón del techo que se le había caído en toda la cabeza.

Mientras, los matones no cejaban en su empeño de obsequiarles con plomo disparando a diestro y siniestro.

Tras mi golpe de suerte, más balas silvan con amor en el aire, una de esas balas silvantes busca a Silva, osea, a mí.

No no no.

Niego, mientras me hecho hacia un lado para rodar. Sin embargo, veo que el pobre Pierce puede tener problemas. Trago saliva... pero sonrío. Quizá las cosas no estén tan mal después de todo.

Hago de tripas corazón.

¡Te cubro!

Bang. Aw yeah. Siento la adrenalina golpeando todo mi cuerpo.

Grito mientras disparo a uno de los matones que disparan al pobre Pierce, esta vez mi bala silvará buscando amor.

Justo cuando pensaba que todo estaba perdido, en ese mismo instante en el que los dos pequeños Rogers estaban de corbata, un sonido seco pero esperanzador hizo cambiar la situación.

Es cuestión de momentos contemplé como mis rivales caían abatidos por disparos hechos a traición, una traición muy dulce ya que se trataba de Scaramanga atacando desde la espada con su áurea arma.

Realmente creía que mi misión iba a fracasar, ¿como no conté con que se cansarían de mis juegos y se dispondrían a disparar sus armas? pero el eterno rival hizo lo que más necesitaba en ese momento: deberle un favor.

- Vamos, todos sabemos que lo has hecho para que tengas tú el placer de matarme ¿verdad? - le sonreí no de manera amistosa, pero sí agradecida. Había conseguido abrir la puerta aunque lo que había más allá no era muy glorioso.

- Maldita sea, están en un aprieto - dije casi en un susurro mientras analizaba la situación.

- Titán, usa tu reliquia para deshacerte de más incordios mientras yo voy a intentar tener una charla agradable con mis amigos de smoking - me agaché buscando la mejor cobertura y con la intención de acercarme a los otros Bond, debíamos planear algo en conjunto, un contrataque, una huída, lo que fuese, pero juntos.

Daniel se había quedado en la inopia buscando algún cuerpo lo suficientemente grande para ocultarlo, pero sin suerte. Mientras tanto las balas seguían silvando a su alrededor, pero por suerte ninguna de ellas parecía tener su nombre.

En ese momento vió como una bala perdida de Pierce hacía un estropicio con una lampara y esta dejaba fuera de combate a un obeso gerifalte... Ni corto, ni perezoso, Daniel se dirigió hacia el cuerpo inerte y con sus fuertes brazós trató de asirlo, sin embargo calculó mal su peso o tal vez la fuerza, pero según levantó al gordo sintió una punzada en los riñones que le obligaron a dejar caer su improvisado parapeto.

Desprovisto fugazmente de su cobertura, Daniel no tuvo más remedio que disparar contra los atacantes, pero el dolor de "cadrís" no le permitió apuntar bien y su bala acabó impactando en un jarrón Ming.

Los dos disparos fallaron, Pierce chasquea la lengua mientras dice:

• Parece que esta pistola tiene el cañón un poco desviado… bueno, no importa…

Se quedó en esos momentos sin palabras al ver como el cartel al que había disparado por error cae sobre un grupo de personas, suspira y dice:

• Bueno, que le vamos a hacer…

Observa como le disparan y trata de cubrirse para evitar los disparos que se dirigieron hacia él.

Sacaramanga miró a Roger... después a los Bond y a Silva que estaban enfrascados en una escaramuza con balas de por medio... y después volvió a mirar a Roger con gesto serio para lanzar un suspiro.

- Muy loable por su parte señor Bond... y demasiado predecible- pareció hasta decepcionado- creo que tus amigos son mayorcitos para saber cuidarse de sí mismos... al igual que el mio- observó mirando a Silva que estaba cerca de ambos Bond en medio del fuego cruzado- pero creo recordar que nuestro objeto es una rubia que según mis cálculos estará saliendo en este momento del edificio y bajo mi punto de vista, sería harto recomendable interceptarla... además está el hecho de que usted entró en la fiesta sin arma- comentó con un atisbo de maldad en sus oscuros para añadir- al menos, invertiré mi tiempo en ese menester... Buena suerte- sentenció en tono burlón dispuesto a darle la espalda a Roger y salir por la puerta que acababa de abrir.

Pierce consiguió rodar por el suelo esquivando las dos balas que llevaban su nombre... aquello de que los proyectiles pasasen silvando a su lado por su increible anatomía humana, era coser y cantar... no podía esperarse menos de Pierce, por supuesto... si acaso el problemín, es que entre tanto rodar por el suelo ya llevaba varios moratones, que esperaba no mermaran su capacidad de disparo... y a todo esto... y si cambiaba de posición, sí mejor buscar otro ángulo de disparo. Se dijo a sí mismo mientras dejaba que Silva se hiciese cargo... algo sorprendido y cambiaba de posición tras sacudirse un poco de polvo de la chaqueta.

Daniel por su parte, tampoco tuvo problemas para esquivar la bala... y consiguió llegar hasta el gordo sin demasiada dificultad. El rubio era un chico fuerte, seguía siendo el Bond en activo y era el que más largo meaba... mover a su escudo humano tenía que ser cosa de coser y cantar... y claro, levantarlo lo levantó pero disparar y cubrirse era otra cosa, por lo que la bala no fue a dar donde debería y el gordó cayó encima suya con todo su peso... fue entonces cuando desde su posición... justo debajo del durmiente... se dió cuenta que se había cargado un jarrón Ming... chupate esa rubia, ¡Te he jodido la colección! y encima había conseguido un parapeto para disparar con más tranquilidad en cuanto asomaran la patita los malos malotes.

Por su lado, Silva... que había dejado claro que pegar puñetazos en plan heroe, no era lo suyo, cosa bastante lógica teniendo en cuenta su historial... pero que sin embargo en eso de los tiros si que estaba fino... no sólo esquivó con elegancia sino que encima el disparo que realizó fue a dar en todo el pechote de uno de los pistoleros... lo que si los números no le fallaban... quedaban tres cansinos con pistola, uno para cada uno, con un pelín de atino aquello terminaría en un tris... pero claro primero tendrían que evitar convertirse en blancos con patas

El plan se había torcido un poco, la idea de cargar con el gordo no fué muy exitosa pero al menos ahora tenía un parapeto bastante mejor que la columna. Daniel pudo sentir como una bala que llevaba su nombre impactaba contra el obeso fiambre.

Se iban a enterar ahora de quien era 007, desde esa mejor posición Daniel amartilló su pistola y disparó certéramente contra uno de sus atacantes.

Me siento bien. Pletórico.

Pero las balas continúan silvando, de modo que yo debo seguir bailando.

Apenas puedo percatarme de lo rápido que va todo, sin embargo es bien cierto que las escucho cantando demasiado cerca de mí. Mucho más de lo que me gustaría. Una sonrisa que se amplia.

A bailar.

Y es ahora el turno de mi acompañante, pues sólo quiero darle un poco de lo mejor de mí mismo.

Vamos, que la canción se acaba.

Bang.