Partida Rol por web

Alec tras haber apostado a sus compinches en varios puntos de la calle... al grandullón lo ubicó en el sitio más oscuro y lejano que estimó oportuno por si así llamaba menos al atención... se dispuso a vigilar el Congreso. Para ello se colocó unas gafas de sol... le iban como anillo al dedo y encima convinaba a la perfección con su traje y camisa oscuros ¿quien había dicho que sólo Bond tenía estilo?

Con aquel porte pasaba perfectamente por un ejecutivo en su hora de descanso y para dar más credibilidad a su disfraz hasta se puso a tratar de entender un periódico en español que estaba abandonado en un banco. Permaneció alrededor de una media hora cuando un político salió del Congreso antes que el resto... instintivamente lo observó a través de sus gafas de sol, simulando seguir leyendo el periódico.

El personaje en cuestión iba perfectamente trajeado y con el pelo engominado, con la típica sonrisa de suficiencia que poseen muchos políticos... sólo que en aquella ocasión, tras saludar al vigilante perdió su aire de suficiencia para atender una llamada... conforme iba hablando, se iba alterando cada vez más.

El sonido de la alarma advirtió a Tim que su objetivo se había movido, parecía haber salido del Congreso... pero no demasiado lejos, de echo la puntito que representava al político español parecía estar jugando un partido de tenis en plena salida del edificio, pues no hacia más que moverse de derecha a izquierda y viceversa.

-En esas condiciones, se podría hacer un trato justo. Entendido M.

Traté de ser escueto con mi respuesta, pues seguía sin fiarme de posibles micrófonos ocultos. También echaba una ojeada de cuando en cuando al vigilante que se había quedado en la sala, que aunque estuviera a una distancia considerable de nosotros franqueando la puerta, podría afinar el oído para enterarse de nuestra conversación.
Miré a mis dos compañeros, por lo que a mí respectaba, no tenía nada más que hablar con la jefa por el momento.

-Por mi parte nada más, M. No sé si Sean o Tim tienen alguna otra consulta.-Cedí el teléfono a mis dos compañeros por si querían añadir algo más a la conversación. Una vez termináramos con la llamada podríamos volver a reunirnos con Don Juan Carlos y hablar de las condiciones del trato.

Ayuda a cambio de una sola dosis, Tim asintió ante las instrucciones de M mientras consultaba su teléfono móvil que parecía vibrar suavemente en el bolsillo. Tras examinarlo por unos instantes dijo con M todavía al teléfono Tenemos que darnos prisa, conseguí meterle un localizador a De Gea en la cafetería y pronto se dirigirá a su encuentro con su contacto en el piso franco. Llevamos la delantera a Alec y con una bala en el estomago no creo que este para muchos trotes.

Tim esperaba resolver el asunto con el Rey lo antes posible para ponerse en ruta, tenían todo a su favor como para que el protocolo de la casa real lo echará todo a perder.

Desde mi posición comprobé que aquel político salía del Congreso, así que alerté a mis compañeros para que estrechasen con disimulo y sin despertar sospechas el cerco sobre él. Sin embargo, había algo en su expresión que me llamaba la atención y es que parecía alterado y nervioso al atender la llamada telefónica.

Con discreción y sigilo trato de acercarme a su posición por si consigo enterarme de algo de lo que dice. Es cierto que no entiendo mucho español pero quizá escuche alguna palabra suelta que ayude a averiguar qué ocurre.

Antes de que Sean pudiera hacer alguna apreciación más, la puerta de la habitación se abrió dando paso al rey que tras la mediación parecía un poco más aliviado, aunque seguía caminando con lentitud ayudado por las muletas.

- Sentaos, sentaos- indicó con la mano a los agentes que se habían puesto de pie al verlo entrar- en seguido voy- bromeó- bueno en un ratito- rectificó con buen humor.

Una vez estuvo en frente de los tres espías, don Juan Carlos tomó asiento dejando que uno de los gorilas que lo custodiaban le guardase las muletas.

- ¿Y bien caballeros?- quiso saber enlazando sus delgados y largos dedos entre sí- ¿Que han decidido?- aguardó espectante

Alec se fue acercando como quien no quería la cosa hasta el político... el hombre estaba tan obcecado con la conversación que no se dio cuenta de que tenía a un rubiales con gafas de sol y cara de malo guay, escuchando a unos metros mientras hacía como que miraba el móvil... el tiempo, las palomas... o las mariquitas.

- ¿Estás loca? ¿Pero como se te ha ocurrida dejarlos pasar?... - escuchó en un perfecto inglés pero con un marcado acento español- ¿Cómo que divertido?- al hombre parecía que le iba a dar un pasmo- ¿Eres consciente de que lo pueden echar todo a perder? ¡¡Han activado a todos los 007!! Maldita sea... ¿Cómo que no me ponga nervioso? me han seguido hasta el congreso... y por si fuera poco el MI6 no es el único que ha utilizado el genoma... ¿A donde quieres llegar?

Tras unos segundos en los que el hombre dejó hablar a su interlocutor volvió a hablar.

- Madrid no es seguro, he visto como el CNI se llevaba a los tres Bond...-

En aquel momento el político se cayó y miró a su alrededor hasta que su mirada se posó en Alec... se había dado cuenta de su presencia. El hombre miró rápidamente hacia las opciones posibles que tenía, por un lado su coche, por otro el Congreso... se había alejado de ellos unos metros y Alec estaba lo suficientemente cerca del político para interceptarlo. Quizás podía haberse hecho el loco, pero el hombre decidió cortar por lo sano y correr hacia el coche.

Tim tomo asiento tras la invitación del monarca, la partida había comenzado y su rostro mostraba la mejor cara de poker que era capaz de poner.

Sin duda agradeceremos cualquier ayuda que pudiera ofrecernos, hay ciertos agentes extranjeros que nos han estado hostigando desde que llegamos, sus hombres ya los conocen bien pues tuvimos un encuentro en una cafetería cercana al congreso. Hemos venido a hacer un trabajo y cualquier información así como mantener entretenidos o retenidos a estos agentes nos sería de gran utilidad.

La petición estaba hecha, sin duda no era mucho para la influencia que el monarca parecía tener en las administraciones españolas, ahora era el momento de darle brillo a la oferta.

Por nuestra parte, el gobierno británico esta dispuesto a ofrecerle una dosis que sin duda acabará con sus problemas de cadera así como algunas cosas más... esta dosis será administrada bajo supervisión británica a fin de asegurar el destino de la misma y que no se utiliza para investigación.

Tim intentaba no reflejar nada en su rostro mientras esperaba la respuesta del Rey

Quedo sorprendido al escuchar a aquel político hablar en un inglés nada desdeñable por teléfono; y por lo que decía, estaba claro que sabía cosas sobre lo que estaba ocurriendo con el MI6 y sobre el genoma. Sin embargo, en un momento de pausa, se percata de mi presencia, ya que yo en ese instante le miro directamente a los ojos. Nos cruzamos las miradas y sé que me ha reconocido del encuentro en la cafetería. El tipo sale corriendo a su coche para escapar, pero iba a tratar de impedirlo.

-¡No tan rápido, amigo! ¡Tengo unas preguntas que hacerte! –exclamo mientras me dirijo hacia él con la mayor rapidez posible.

El rey pareció realmente complacido por la respuesta de Timothy, aquello podía parecer un capricho real... pero para él su cadera era algo muy serio y al fin y cabo él era el jefe del Estado, por tanto su salud era un asunto de Estado... al menos mientras continuara portando la corona.

- Estupendo- declaró con una abierta sonrisa- son más que comprensibles sus demandas... pondré a su disposición todos los recursos del CNI...- hizo una seña a uno de los hombres de la sala y este salió- como ya se habrán dado cuenta, es difícil que nuestro servicio de inteligencia no esté al tanto de nuestros visitantes... España es un país hospitalario y siempre nos gusta satisfacer las demandas de nuestros invitados

En ese momento se volvió a abrir la puerta dando paso a un hombre delgaducho, de pelo blanco, bien vestido y mirada oscura.

- Anacleto- lo saludó el monarca- pasa... Creo que ya conoces a nuestros amigos.

- Majestad...- saludó el agente español al monarca en un principio para después dirigirse con educación a los tres agentes británicos- caballeros- los saludó con una inclinación de cabeza posando su dura mirada por cada uno de los Bond, por su forma de estudiarlos estaba claro que los conocía.

- Anacleto es uno de nuestros mejores agentes y va a ser vuestro contacto con nuestro servicio de inteligencia. Comprobarán ustedes que no suele fallar en sus objetivos y está autorizado para proporcionarles la información y ayuda que necesiten. Pueden formularle todas las preguntes que deseen.

Alec consiguió interceptar al político antes de que este se metiera en el coche o consiguiera abrir la puerta del vehículo. Al hombre no le quedó más remedio que detenerse y mirarlo a la cara, por su expresión estaba tan asustado como enfadado por la aparición del ex-agente del MI6.

- Soy un hombre muy ocupado, si desea hablar de los nuevos presupuestos del Estado el presidente dará una rueda de prensa a las nueve explicando las directrirces del partido- le dijo en un perfecto inglés tratando de zafarse de Alec, quien pudo ver la pantalla del móvil del político... el incoveniente de estos nuevos dispositivos es que era difícil ocultar las letras y Cris Lange era un nombre especialmente llamativo.

Escuché complacido la conversación entre Tim y Don Juan Carlos, parecía que habíamos llegado a un acuerdo.
-Muy bien majestad, creo que hemos sabido entendernos con este asunto, y hemos llegado a un punto de beneficio para ambas partes. Nos ocuparemos de que nuestros especialistas del MI6 contacten con usted y los suyos para facilitarles los detalles del tratamiento.

Tras sus palabras de orgullo y satisfacción con el acuerdo cerrado, el monarca hizo pasar a un caballero que, dadas las circunstancias, debía ser uno de los mejores agentes del servicio secreto español. Creí reconocer al mismo tipo que maldecía y ponía mala cara mientras nos escoltaban para traernos desde los alrededores del parlamento a este encuentro. Don Juan Carlos hizo las presentaciones y nos invitó a contar con sus servicios y su ayuda.

-Es un placer, Anacleto. Supongo que ya estará al corriente de nuestro interés por interceptar y eliminar al criminal Alec Trevelier, con el que tuvimos un primer encuentro en aquella cafetería cerca del congreso. Creemos que ahora mismo está trabajando para encargarse de la seguridad de Cris Lange, un científico de origen anglo-ruso. También sabíamos que tenía contacto con el diputado De Gea. Hasta el momento no hemos podido reunir mucha más información, pero nos gustaría saber si el servicio secreto español estaba detrás de las actividades de estas personas, y si tienen más información que añadir a lo que le acabo de explicar.

En todo momento mantuve la mirada fija y dura sobre el agente español mientras me dirigía a él.

Anacleto...el Agente Secreto.

Sean alzó una ceja, entre divertido y escéptico. Si aquel era un nombre en clave era realmente ridículo, pero bueno. Era normal en un país donde algunos de los agentes del CNI les gustaba jugar al "¿Quién es quién?" con los rusos*. Pese a todo, había que reconocer que el agente tenía un buen porte. Sin embargo, había algo en su presencia que le extrañaba y es que el bueno de Anacleto le resultaba familiar. Creía haberlo visto durante sus últimas vacaciones en Panamá. Sin embargo, ni entre toros hay cornadas ni entre puteros hay soplones.

El veterano Bond observó a sus compañeros trabajar, moverse y practicar sus actitudes de tipos duros. Por supuesto, el no necesitaba ensayarla, en él todo era natural. El inventó el concepto de "Bond duro".  Bond había permanecido bastante tiempo en silencio, evaluando la situación y esperando a que el agente respondiese. Mientras esperaba la respuesta, se arregló lod puños del traje, colocando perfectamente los gemelos. Ay...Niñatos...El Q original le hubiese proporcionado algún gadget a su altura en los gemelos.

–No será dificil para ustedes localiarlzo, dada la relación que mantienen con los rusos–añadió en referencia a la cantidad de mafiosos soviéticos, con el mismo estilo de vida y edad de su monarca que les gustaba pulular por las playas valencianas...y a la relación de alguno de sus agentes con aquellos comunistas.

El agente español apareció nuevamente aunque esta vez parecía que estaría de nuestro lado, Tim prefirió no dar detalles sobre el chip localizador que mantenía a De Gea controlado... en este caso lo mejor era obtener el máximo de información posible en lugar de mostrar los pocos ases que tenían en la manga.

Añadiría respecto a Alec que esta herido de bala en el estómago, no me cabe duda que estará retorciendose de dolor en algún piso franco o madriguera, pero sin duda necesitará asistencia médica especializada por la gravedad de la zona. Seguro que su red de información podrá detectar si se dirigen a algún matasanos o pide ayuda a las mafias locales.

Sin duda Alec estaría fuera de juego un tiempo, quizá para siempre y una buena infección acaba con él pero siempre era mejor tener uno de los dos ojos puesto en tus enemigos.

Logré alcanzar al político antes de que pudiera emprender su huida, su expresión dejaba claro que no le gustaba nada que yo estuviese ahí. “Pues vas a tener que aguantarme un rato…” –pienso mientras ignoro su comentario sobre la rueda de prensa del presidente. Agarro con fuerza su brazo cuando pretende librarse de mí, momento en el cual durante unos segundos con quién habla por el móvil. Lange… No hacía falta ningún interrogante más. Llamo la atención de mis compañeros e invito al político a montarse en el coche con nosotros.

-Serás un hombre muy ocupado, pero yo lo estoy más.  Ahora, quiero que te vengas y charlemos un poco. Por el bien de tu integridad física más te vale colaborar si no quieres que te presente a mi amigo (Dientes de Tiburón) de una manera más íntima –comento esgrimiendo una mueca de puro sadismo.

Anacleto miró a los tres Bond con rostro imperturbable mientras los escuchaba, le habían dicho que debía ayudarlos y lo haría... pese a lo estirados que eran... sobretodo el Sean ese, que cada vez que abría la boca subía el pan, de manera que aguantó el tipo y contestó sin que se le notara que aquello de colaborar con los guiris era como darle una patada en los higadillos.

- Como bien suponen está todo controlado caballeros, el tal Alec ha sido visto en la cercanía del Congreso junto a un par de matones más... al parecer- miró a Tim- como bien dices, Trevelier debería estar medio muerto después del atinado balazo- hubo de reconocerle al cuarto Bond- el caso es que ha debido ser tratado con la mayor celeridad posible y nos inclinamos a pensar que eso que os ha quitado las canas hace maravillas con las balas. Se le ve hasta lozano...

Les mostró en un dispositivo una fotografía donde se podía observar el Congreso, un gigante con sonrisa metálica tratando de esconderse en un callejón, una machorra de pelo naranja que no le quitaba el ojo a Alec y Alec en persona dirigiéndose hacia un tipo trajeado con pelo engominado... De Gea, la hora y todo lo que se veía en la imagen parecía concordar con la información que el agente español les estaba proporcionando.

- No pudimos averiguar exactamente donde fue curado, era hora punta y le perdimos el rastro... pero ha decidido volver sobre sus pasos para localizar a De Gea, el político al que ustedes estaban persiguiendo... la verdad es que todo este asunto que lo rodea nos vendría de perlas para echarle el guante, venimos detrás de él por asuntos de blanqueo de dinero y corrupción pero el muy joputa... perdón majestad- se disculpó rápidamente al acordarse de la presencia del monarca, quien hizo un gesto de restarle importancia al asunto con una sonrisa divertida- tiene muy bien cubiertas sus espaldas.

En aquel momento el localizador de Tim comenzó a emitir un leve pitido... ¡El objetivo se había puesto marcha! y no sólo eso, sino que Anacleto recibió una llamada...

- Hay que mover el culo... majestad...- puso cara de disculpa al mirar al rey por su vocabulario

- Nada, nada Anacleto... ¡muévanse! no sea que se les vaya a escapar, que lástima que no pueda acompañarlos- suspiró

Fue entonces cuando se percataron de la celeridad con la que trabaja el CNI, pues en menos de un minuto estaban los tres Bond, más Anacleto, metidos en un coche a toda pastilla rumbo al Congreso, mientras el agente español repartía órdenes a diestro y siniestro... con palabrota incluida.

- ¿Que dirección han tomado?...- tras una serie de indicaciones y rectificaciones Anacleto estalló-MARTÍNEZ COÑO- espetó cambiando de marcha volante en mano desde el manos libres del coche- ¡QUE NO SE TE ESCAPE ESTA VEZ O TE CORTO LOS HUEVOS! ¿DIRECCIÓN?- demandó hecho un basilisco

De Gea pese a su cara de espanto no pudo oponer resistencia ante la sexy sonrisa metálica de Dientes de Tiburón, que a pesar de su elevada estatura tenía agilidad, pues en cuanto Alec dió la orden ya estaba el tío al lado del político, que a punto estuvo de hacerse aguas mayores encima.

La rusa por su parte noqueó al chofer de De Gea con el uso de alguna especie de dardo sacándolo a rastras del vehículo, para subirse al mismo... era un BMW negro ¡Sería una pena no darle uso! así pues Dientes de Tiburón tomó asiento en la parte trasera junto al político español, para que no se le ocurriera al hombre bajarse en marcha del coche... no fuera que se le fuese a estropear el traje, mientras Alec ocupada el puesto de coopiloto con el móvil del político en una mano y una pistola en la otra. En apenas un minuto Froilan Igma ya los había sacado del Congreso y metido en una de las arterias principales de Madrid rumbo a lo desconocido.

- Kamarrada Alec- dijo la rusa con marcado acento soviético- supongo que querrá interrogarr al espanol... en el almacén de la afuerras hay materrial quirrurjico. ¿Lo llevamos allí o rregresamos al hotel?- inquirió sin apartar la mirada de la carretera mientras el rostro de De Gea se ponía más blanco que la cal.

Sean iba a sentarse en el asiento del conductor, tal y como le correspondía, pero Anacleto se había adelantado por lo que, sin dudarlo, se sentó en el asiento del copiloto. Sin duda alguna, aquel español necesitaría sus consejos para conducir. Además, desde el asiento del copiloto se disparaba muy bien, y que tus compañeros te ahogasen con una cuerda de piano desde el asiento trasero era algo que solo ocurría entre italoamericanos de pacotilla. Como había imaginado, aquel tipo conducía como el culo. Era lo que tenía estar en un páis tán inculto que iba al reves, con el volante a la izquierda y por el carril derecho... Aquello era falta de clase. Sean iba a mirar el localizador, pero aquel tipo no podía verle hacerlo. Ninguno de los Bond lo había mencionado, y para bien o mal eran un equipo.

Además, pese a la dureza del franquismo en sus tiempos mozos (de verdad), había mucho rojo en aquel país.

No puedo dejar que me vea localizar a este bastardo, pero cualquiera de mis miniyos puede hacerlo. Si son un 1% de lo buenos que soy yo, lo harán sin que los descubran y además entenderán lo que les quiero decir

–Timothy, recuerdas por dónde salió ese Gigante Patético y Sollozante bastardo?–Gigante. Patético. Sollozante. GPS. No había Bond como él. Aquella clave era casi tan buena como el "te amo" de Monetpenny. ¡Ay! Moneypenny....qué tiempos antes de que fuera negra e hiciese algo más que poner ojitos. Que no es que fuese racista o que tuviese algo en contra de las mujeres (le encantaban), pero vamos... de ahí a que una tipa negra actue como un Bond o que INGLATERRA contrate a un negro... Lo siguiente ¿qué iba a ser? ¿Qué pillasen como nuevo Bond a Idris, el de la limpieza?

Sin apenas tiempo para las despedidas los 4 agentes salieron del palacio para introducirse en un vehículo que arrancaba a toda velocidad, habían sido rápidos pero pronto se empezaron a ver algunas lagunas en las filas del CNI los cuales parecían tener problemas para seguir al sospechoso.

Tim sacó su móvil para poder ver la posición según el localizador, las noticias sobre Alec tampoco parecían muy buenas y derrepente en apenas unos minutos el CNI se había marcado un par de manchas en su impoluta apariencia.

Nuevamente Tim tomo el control de la situación, desde luego alguien tenía que hacerlo ya que como de costumbre los otros dos bond no hacían más que hablar dando muestra de sus grandes egos sin hacer realmente nada... desde luego Sean era un maestro en aquello aunque parecía que el CNI entraba con fuerza en la competición de aparentar mucho y hacer poco...

Tim había sido quien había alojado una bala en el estómago de Alec y ahora era el único que parecía saber la posición de De Gea... Como siempre cuando la situación se complica todos miran a Tim... estoy harto de ser vuestra niñera... Dijo el agente con claro tono sarnoso Sigue por gran vía, dirección este a 700 metros.

En un abrir y cerrar de ojos habíamos pasado de conocer que Trevelier volvía a estar estupendamente e insistía en encontrarse de nuevo con De Gea a estar montados en un coche del CNI con el tal Anacleto al volante rumbo a interceptarlos.
Sin embargo, al poco rato quedó claro que la capacidad del servicio secreto español dejaba algo que desear. La conversación de nuestro conductor con sus compañeros me traía una sensación de entrañable condescendencia.
Pobre gente, con la crisis que tienen encima en el país, no me extrañaría que hayan tenido que contratar a un montón de gente cualquiera para formar parte del cuerpo. Anacleto parece un tío de la vieja escuela, curtido, aunque no con la clase y distinción de la gente del MI6. Miedo me dan las generaciones que vengan a suplirle cuando le llegue la jubilación.

Volví de mis pensamientos a tiempo para escuchar la conversación entre Tim y Sean, parecía que después de un poco de calma iban a volver las peleas de gallos, o al menos el intercambio de frases con recadito. De momento no se me había perdido nada en aquel pasatiempo, así que decidí volver al tema importante.

-¿En tan poco tiempo Trevelier está como nuevo y vuelve a intentar reunirse con De Gea? Eso deja claro dos cosas: Trevelier está en contacto directo con Lange, o al menos con sus tratamientos reparadores; y la reunión entre él y De Gea debe ser de vital importancia si tan pronto y tan descaradamente insiste en volver a su encuentro. Tenemos que detenerlos como sea.