Partida Rol por web

Operación Rover Prince

La llegada

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05/12/2012, 16:51
Narrador

El viaje a Poseidón comienza un par de meses antes de la salida de la nave. Durante ese tiempo, junto a los varios cientos de pasajeros de la nave, un numeroso grupo de techmeds* se dedica a haceros análisis y pruebas físicas de todo tipo para ver si estáis preparados. Os imponen unas dietas estrictas. Algunos oficiales os dan charlas sobre lo que encontraréis para llegar allí. Parecen empeñados en asustaros. Uno de ellos incluso se enorgullece mostrando un brazo cibernético.

- Lo perdí en mi primer viaje. Se me congeló a la altura del hombro. El techmed sólo dijo que había tenido suerte de que no fuese la cabeza. Son todos unos cabrones sin sentimientos. Pero no se lo echéis en cara. Tienen que aguantar a varios cientos de colonos echando la primera papilla, por unos míseros vales* a la semana. Bueno, en realidad no es una papilla, ya lo veréis. Son arcadas secas. Las peores de vuestra maldita vida.

La charla sobre las maravillas del viaje se suceden a medida que pasa el tiempo. Cada uno os cuenta sus propias historias. La mayoría coinciden en las arcadas, los verdugones por los electrodos para el sueño inducido y la suerte que tenéis de viajar con la tecnología puntera de la GEO y no en una chatarra en la que igual no os volvíais a despertar. De las neveras, como llaman coloquialmente a las cámaras de hibernación, depende la vida del pasajero. Y no son raros los fallos.

- Ya veréis que la SMHI* es una experiencia de mierda. Cuando os metan en la caja, lo primero que sentiréis es pánico. Dicen que siempre hay alguien que no se despierta. Y lo jodido es pensar que igual ese alguien sois vosotros. Para evitar que la liéis os van a sedar. Eso casi lo hace peor. El rato entre que notáis la vía soltando líquido en vuestras venas y que empieza a hacer efecto, lo recordaréis toda la vida. Luego estaréis tan colocados que ni os enteraréis de que os están congelando. Por suerte, os habrán tenido dos días en ayuno, así que no tendréis nada que echar.

Os cuentan que el viaje durará algo más de seis meses. Pero el proceso de cargar cientos de personas y ponerlas a hibernar lleva su tiempo, así que los primeros en subir puede que pasen algún mes más en la nevera. Lo mismo que los últimos en bajar. Durante ese tiempo unos tubos se encargarán de suministrar el alimento a vuestros cuerpos. Y unos electrodos enviarán pequeñas descargas a vuestros músculos para que no se atrofien.

- Al menos no del todo. Cuando os descongelen pensaréis que la sensación de enfriaros casi era placentera. Llevareis unos ocho meses sin comer ni beber nada. Vuestro estómago intentará comportarse con normalidad, pero no estamos preparados para estas cosas. Así que intentaréis vomitar y no tendréis ni bilis para hacerlo. Una putada. Y no tendréis ni fuerzas para agarraros a algo. Os quitarán los trodos y eso será peor. Allí donde teníais una ventosa, os quedará un sarpullido feísimo. Y pica como el demonio. Así es como identifican a los recién llegados al planeta. No paran de rascarse, están pálidos y desnutridos y miran a todo acojonados. Hacedme caso, será mejor que no os fiéis de nadie cuando estéis allí. Siempre hay cabrones dispuestos a aprovecharse de la inocencia ajena. Aquél es un planeta hostil y la gente aprende que para que unos sobrevivan, otros deben quedarse en el camino. ¡Así que recordad vuestro maldito entrenamiento!

Os explican también que los primeros meses los pasaréis en la Estación Prosperidad. La estación orbital donde se hace todo el proceso de descongelación y rehabilitación. Por suerte la GEO tiene los mejores técnicos y los mejores equipos, así que el proceso no debería tardar mucho. En un par de semanas recuperaréis las fuerzas y os bajarán a Refugio. La ciudad principal de Poseidón y el primer sitio que veréis.

- Entonces sabréis lo que es el efecto Lesear. Sentiréis que habéis vuelto a casa. De que hay algo atávico en vuestros interior que grita de placer. Los bioingenieros dicen que es una euforia inducida por las hormonas tras el viaje. Todos los modis* lo sienten cuando tocan el agua de Poseidón por primera vez. No os volváis idiotas. Esa no es vuestra casa. Hasta el más pequeño de los insectos puede mataros. Nos os adentréis en la selva sin orden expresa. Queremos que todos sobreviváis a vuestra primera semana en Lambda Serpentis II*.

Tras los dos meses de preparación física y formación, llega el momento de comenzar el embarque. Veis que todo lo que os decían es verdad. Os tratan como a ganado. Hay demasiada gente para que los techmeds se puedan preocupar de daros un trato humanitario. Uno tras otro os van enganchando a las cámaras de enfriamiento y poniéndoos a dormir. Hay muchas sensaciones mezcladas cuando la cámara se cierra. Miedo, expectación y añoranza se juntan con el efecto de los sedantes. Os quedáis dormidos en unos segundos. Veis que cada vez que uno se duerme, el técnico de turno comprueba sus constantes vitales en una pequeña plaquita de la cámara y pasa al siguiente. No hay besos de buenas noches para nadie.

La llegada allí es tan mala como presagiaban. Incluso peor. Siempre piensas que eso le va a pasar a otro. Pero todos podéis ver el cuerpo tapado por una manta de bioplástico* que sacan de la nave. Los verdugones de los electrodos pican y cuanto más os rascáis, peor es. Os morís de hambre, pero pasan días hasta que conseguís retener algo sólido. Durante todo ese tiempo, un ejército de techmeds se encarga de guiaros paso a paso por todo el proceso de recuperación. Pero sois varios cientos, así que el trato sigue siendo frío y distante. Os dan unas pequeñas clases de supervivencia básica en el planeta. Pero nada que no os hayan enseñado ya en el entrenamiento básico de la Tierra. Lo único que todos repiten es que cualquier cosa ahí abajo puede ser peligrosa.

Cuando ya empezáis a notar vuestro cuerpo recuperado, comienzan a organizaros por equipos. A vosotros cuatro os asignan juntos. Habéis sido escogidos para formar un equipo de operaciones especiales. Os meten a todos en una nave de desembarco sin casi presentación y os envían a la superficie. Durante el viaje, tenéis un rato para conocer a la gente con la que os jugaréis la vida ahí abajo.

Notas de juego

* Los techmeds son básicamente técnicos que se encargan de preparar los equipos y la carga en los viajes. La carga sois vosotros. Son los que os enganchan a las cámaras de hibernación y los que se preocupan de vuestras constantes durante el viaje. Además de los que os reciben y desenchufan al otro lado.

* Los vales corporativos son la moneda del futuro. Básicamente son "acciones" de las corporaciones con un valor muy bajo. El verdadero problema es el cambio de moneda, porque como acciones que son, varían su valor con respecto a los resultados de la empresa (publicados trimestralmente). Además, en las ciudades corporativas, los vales de su propia empresa tienen más valor que los de fuera. Con lo que al final el valor de tu cartera va cambiando con cada paso que das.

* Supresión Metabólica Hipotérmica Inducida. El proceso de hibernación para simplificar.

* Mote para los humanos modificados genéticamente. Es muy raro los humanos no alterados hoy en día y normalmente son fruto de una creencia fanática en la perfección del cuerpo humano al natural.

* Lambda Serpentis es el sistema solar donde se encuentra Poseidón, que es el segundo planeta en órbita con respecto a su estrella.

* El bioplástico es el material del futuro. Mitad artificial mitad biológico, es maleable, resistente y fácil de producir en masa. Se usa para casi cualquier cosa, desde mantas hasta fuselajes y armaduras.

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20/12/2012, 13:15
Daniel Wade

Después del largo viaje -que para Daniel fue como si no transcurriera mucho tiempo, gracias a la hibernación- la recuperación fue como le dijeron y como se imaginaba: dura. Se pasó las primeras horas con arcadas y ganas de vomitar... claro que puesto que no había tomado nada sólida durante seis meses poco podía echar. Eso no quitaba que fuera una sensación sumamente desagradable. A esto había que añadir la debilidad en la que se encontraba. Tenía el cuerpo como "dormido" y dolorido, al cual debía ir reanimando poco a poco. Afortunadamente para él, sus conocimientos en medicina fue una bendición: sabía el procedimiento estándar sobre la recuperación tras la hibernación y, a pesar de no poder realizar por si solo una recuperación intensiva, si podía hacer pequeñas cosas para tenerse entretenido: masajes en su cuerpo para ir despertando las zonas mas dormidas... al menos eso le hacía hacer algo útil y le tenía entretenido.

Ya, con el paso de los días y semanas su cuerpo ya funcionaba perfectamente. Tras un entrenamiento básico de supervivencia -nada que ver con los dos meses de pruebas y ejercicios en la Tierra- ya estaban preparados y listos para lo que fuera en Poseidón, su nuevo hogar.

Daniel observaba con curiosidad a sus compañeros de lo que sería su unidad. Dos mujeres de gran atractivo y un hombre con pintas de ser un experto en combate. El silencio en la nave de transporte era evidente, pero él no tuvo reparos en romperlo. 

Soy Daniel Wade- se presenta, al fin y al cabo, si iban a ser un equipo que menos que conocer sus nombres- y creo que voy a ser vuestro médico allá abajo.

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21/12/2012, 23:59
Irina Wilds

Ha sido horrible. Todo. Yo estoy acostumbrada a las más duras situaciones, pero esto es algo que no podía ni imaginar. Como si sólo pudieran ya mejorar las cosas. La GEO sin duda será una experiencia agradable en comparación con esto.

No he hablado con nadie ni hecho amistades. Yo no hago de eso y menos después de las advertencias que nos han dado. ¿Supongo que entre nosotros si que podremos fiarnos... quien sabe? medito durante los largos periodos de recuperación. Intento ponerme al día con todo lo necesario y no estar en inferioridad en el planeta. Lo intento. Mis capacidades y mis habilidades sin duda sólo rinden y sirven si estoy en plenas facultades.

Después de todo esto, nos sacan y nos dividen. Bueno, mis compañeros parecen interesantes.. y alzo la mirada hacia el doctor cuando se presenta. Trato de esbozar una sonrisa y ser amable, pero no estoy muy segura de conseguirlo, la situación es rara y peligrosa, nos han advertido que allí afuera podemos morir.... en nada. No, la situación no es la idílica.

Encantada Dr Wade digo mi Nombre es Irina, Irina Wilds hago una pausa yo no sé cual será mi función en el grupo..  pero supongo que seré la que se encargue.. de solucionar los problemas en distancias cortas sonrío ladeando un poco el gesto y observo a todos mis compañeros. Bueno, tal vez no esté tan mal este planeta...

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22/12/2012, 17:06
Kraken

Con los ojos cerrados para que no sufrieran durante la hibernación. Me quedo tendido en el habitáculo hasta que las arcadas me obligan a salir del mismo. Pasado el mal rato, intento no moverme del sitio. Doy ligeros golpecitos a mis articulaciones y al mobiliario al rededor. Una vez me he hecho una composición del lugar, decido que puedo comenzar a dar pequeños paseos de ida y vuelta a algún sitio cercano. Intento reprimir las arcadas, cada vez menos frecuentes.

al final, acabo por abrir los ojos y sonrío satisfecho de ver el compartimento de "carga". No me hacía gracia la idea de no ver nunca más.

Me coloco la máscara. Y voy a por mi equipo.

Luego me acerco a una pareja que habla amistosamente. escucho su conversación.

Nombre clave Kraken, encantado -me presento a los dos integrantes de lo que parece será mi nueva unidad.

 

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23/12/2012, 22:40

Sabía que lo que íbamos a pasar era una putada, pues aunque durante el tiempo que habíamos transcurrido allí preparándonos para aquello habían tratado de acojonarnos de lo lindo, yo había escuchado ya cosas peores, así que ante aquellas palabras, tan sólo se llevaron sonrisas desafiantes. No por el hecho de que no lo fuera a pasar mal, sino porque estaba segurísima de que el miedo y el dolor son lo que mantienen a una persona con vida.

Despertarte es una agonía. En eso no nos había mentido nadie. Sientes que quieres vomitar, pero tan sólo consigues encogerte, retorciéndote de dolor, mientras te pica la garganta y te lloran los ojos.

Era en esos momentos en los que echaba de menos no poder gritarle a nadie y trataba de contener mis propios gritos, pues yo no podía mostrarme tan blanda como el resto de la gente... no me estaba permitido hacerlo.

El sarpullido ese de la ventosa o como se llamara lo que nos había quedado era como horrible y cuando ya consigues mantener la comida en el estómago, tenías que descubrir que casi tienes que atarte una mano para no estar rascándote como un poseso.

- Como siga picándome me arrancaré el cacho de piel... - Seguro que el dolor era más soportable que aquel horrible picor de mierda.

Lo primero tras estar medianamente recuperada, aunque mi temperamento me hacía parecer en mejor estado de lo que en realidad estaba, era conocer a la personas con las que tendría que trabajar allí.

- Un médico... Eso siempre viene bien, sobretodo, si decido arrancarme lo que pica como un demonio. - Pensé ya por la tontería de haberlo pensado más que por otra cosa.

Claro que luego las explicaciones de la mujer me dejaron un poco confusa.

- ¿ Distancias cortas? - Pregunté pensando que quizás fuera un poco estúpida o mi neurona siguiera aletargada, pero a mí eso me sonaba a cualquier cosa.

El discreto ni siquiera dijo para qué valía aunque supuse que lo que hacía era pelear, aún eran sólo las primeras palabras.

- Yo soy la sargento Jennifer Thornton y creo que mi trabajo es el de intentar solucionar las cosas cuando suceda algo para lo que no esté preparado ninguno de los cuatro. Eso sí, llamarme Jenn o sargento por favor... - No me gustaba mi nombre.

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28/12/2012, 22:06
Narrador

En la lanzadera, a través de pequeñas ventanillas reforzadas, podéis ver por primera vez con vuestros propios ojos vuestro nuevo hogar. Si en sobrevivís lo bastante como para poder llamarlo así. Ese pensamiento os aguijonea al contemplarlo. Parecen las palabras de uno de los varios instructores que habéis tenido, recordándoos lo peligroso del lugar. Aunque esa idea implantada en vuestros subconscientes quizá os salve la vida.

Y vosotros que pensabais que la Tierra era el planeta azul. Aquello sí que es azul. Apenas se divisan masas de suelo firme desde vuestra posición. Poseidón se va haciendo más y más grande, hasta que oculta por completo el vacío en vuestras ventanillas. Ahora sólo veis mar. La entrada en la atmósfera es bastante suave.

Habéis pasado por un infierno, así que las cosas ahora sólo pueden ir a mejor. Seguís teniendo granos por los electrodos que pican como si os hubiese aguijoneado una colmena entera. Vuestra piel está pálida por los baños cáusticos para desinfectaros. Aún os notáis algo entumecidos. Incluso la luz fuerte os sigue molestando. Pero los granos sanarán. La piel recuperará su color. Los músculos volverán a su tono habitual. Y vuestros ojos se acostumbrarán de nuevo a la luz solar.

Tenéis una ligera sensación de que algo grande os aguarda allí abajo. Si sobrevivís para contarlo.

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30/12/2012, 13:07

Ninguno de los allí presentes dijo nada tras mis palabras, aunque todos mirábamos el paisaje del planeta que sería nuestro hogar a partir de ese momento, al menos, por el momento. La imagen era preciosa, pues era todo azul, casi hasta perfecto, y eso, que yo casi diría que tenía demasiada agua para mi gusto, pero bueno, lo primero que se me ocurrió fue pensar en que si conseguíamos no cargarnos otro planeta la cosa funcionaría bastante bien.

La verdad era que estábamos bastante incómodos. Era como si hubiéramos estados encerrados en una celda sin luz durante meses y de repente, nos hubieran soltado, con una hartada de sarpullidos, de forma que estábamos sensibles a todo...

- Lo que daría yo por algo que amilanase un poco el dolor de cabeza que tengo... - Suponía que se me quitaría en un par de días pero era molesto, una de esas cosas que aún te ponen de peor humor del habitual.

De todas formas, estaba deseando poder hacer algo como estirar las piernas al aire libre. No sabía si iba a poder creerme del todo eso de que el sol me pudiera dar en la cara, pero claro, como tampoco me habían dicho exactamente a dónde iba...

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30/12/2012, 13:55
Irina Wilds

Agua.
Eso era lo único que podía ver desde donde me encontraba. Me habían dicho que poseidón era agua, pero nunca llegué a imaginarme que pudiera existir un planeta así. La de bichos que tiene que haber allí abajo.. Pienso mientras miro el agua.

Trago saliva sólo de pensar en lo que estaba por llegar y sólo esperaba que los meses de entrenamiento y mis capacidades adquiridas a lo largo de los años.. fueran suficientes para sobrevivir.

Miro a los que serán mis compañeros, no los conozco, no me conocen, pero sin duda hay algo que tiene que relacionarnos para que nos hayan reunido.
Recuerdo que la sargento había preguntado antes.. y me acerco a ella tendiéndole la mano a modo de presentación. He oído su nombre y sus explicaciones, pero no habíamos podido continuar con la conversación mucho tiempo.

Si, sobretodo en esas en las que la distancia es tan corta, que las armas de fuego no sirven para nada sonrío intentando explicarme mejor. La verdad es que no tengo ni idea de cual será mi cometido dentro del grupo. Tambien es posible que mi cometido sea entrar allí donde no podamos me encojo de hombros.

Hago una pausa.

Kraken.. cuanto misterio sonrio llevándome las manos a la sien. Todavía me duele todo por el viaje. Maldita sea a ver cuando desaparece esta sensación...

Miro a Daniel.

¿No puede ayudarnos con los dolores, doctor? le pregunto a ver si, él, experto en la materia, puede echarnos una mano.

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30/12/2012, 17:32
Daniel Wade

Daniel se encuentra fascinado por lo que contemplaba a través de la ventana. Todo lo que leyó y aprendió sobre el planeta se quedaba corto con el primer vistazo. No podía imaginar la cantidad de seres y de vida que podría haber en esas aguas, que estaban ahí solo a la espera que alguien los descubriese. Realmente, el doctor estaba contento de estar allí. 

Ensimismado estaba en sus pensamientos que no se percató de que la mujer pelirroja -Irina era su nombre- le preguntaba algo.

Ah,... si, perdona- dijo volviendo a la realidad. Mira a la mujer- lo siento, pero el único remedio para los efectos de la hibernación es que pase un poco el tiempo. Ni mas ni menos. Os puedo asegurar que lo peor ya lo hemos pasado. Esto desaparecerá en poco tiempo.

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30/12/2012, 17:56
Kraken

Sigo dando golpecitos en el cristal de la nave. Tras echar un vistazo al planeta azul, me hago una clara idea de cual será mi principal enemigo en esta misión. Poseidón

Luego cierro los ojos, la luz del sol me produce dolor de cabeza, lo noto tras los ojos y en las sienes, un dolor palpitante e inmisericorde. Procuro no rascarme los sarpullidos de las ventosas, sin embargo, de vez en cuando los golpeo como intentando matar una mosca.

Tras un rato haciendo como que miro el planeta mientras descendemos me doy la vuelta. He escuchado las conversaciones sin mucho interés.

Luego me acerco a la sargento.

Sargento Thornton -hago el saludo militar de GEO -Kraken, experto en exploración e infiltración, especialista en abastecimiento y sabotaje tras las lineas enemigas.

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01/01/2013, 12:37

Me quedé mirando a la mujer y pensé muy seriamente que se me había quedado como poco dormida la neurona o que aún no se me había descongelado y por eso no terminaba de comprender. Curioso que encima dijera que el otro era un misterio cuando ella parecía una adivinanza.

- Pues sigo sin pillarlo. ¿ Les robas? ¿ Les lavas el cerebro? ¿ Matas? ¿ Te los tiras? - Vamos, a mí eso de dar tantas vueltas para decir una cosa me mareaba. De todas formas, que alguien supiera pelear cuerpo a cuerpo si era a lo que se refería, pues tampoco era como algo para marear tanto la perdiz.

No sonreí al hablar o preguntar, sino más bien estaba ceñuda porque me jodía bastante eso del dolor de cabeza.

Miré al otro militar, que en un primer momento me había parecido más tieso que un palo, pero siendo militar era lo más habitual. Aquí sí que me podía considerar yo la rara, porque hasta cuando estaba trabajando solía estar de guasa, siempre que la situación lo permitiera claro y siempre que hubiera alguien que entendiera mi " humor ".

- Me alegro de tenerte con nosotros entonces... - Le dije tendiéndole la mano.

No sabía lo que nos íbamos a encontrar ahí abajo, pero saber que contaba con alguien con esas habilidades ya era como una especie de alivio, pues desde que nos habían juntado, estaba tratando de que mi cabeza se desembotara para pensar un poco en los que estábamos allí.

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08/01/2013, 15:35
Narrador

Descendéis sobre un pequeño archipiélago. Una de las islas es especialmente grande. Por la información que os han dado, la isla debe ser Argos. Por las ventanillas de podéis observar que la lanzadera se dirige a una ciudad bastante grande. Habéis escuchado hablar de ella. La llaman Refugio y da nombre al archipiélago donde se encuentra la isla.

Refugio es la mayor ciudad de Poseidón. Se podría decir que es la capital, si todo el planeta aceptase de verdad una autoridad común. No llega a las vastas metrópolis de las Corporaciones en la Tierra, pero debe de contar con varios millones de habitantes. Refugio es donde el Proyecto Atenas aterrizó por primera vez, y donde el Recontacto tuvo lugar. Es el centro neurálgico del planeta, y si algo se puede encontrar en Poseidón, se puede encontrar en Refugio.

La ciudad está dividida en varios distritos, aunque no habéis conseguido aprenderos el nombre de todos ellos. La controla la GEO, por suerte para vosotros, aunque todas las Corporaciones tienen presencia en ella. Anualmente, miles de persones y millones de toneladas de carga pasan por allí y desde lejos se nota el ajetreo de naves de salto y embarcaciones menos avanzadas que pasan por el Espaciopuerto Nathaniel Lesear Memorial, a donde os dirigís.

Aterrizáis sobre el agua, en una zona a la que llaman, de manera muy original, Zona de Salto. La mayoría de vehículos en el planeta son anfibios, y se prefiere dejar la escasa masa terrestre para la edificación, mientras que se usa el mar como plataformas de atraque. Desde allí, un remolque lleva vuestra lanzadera hasta un hangar, donde por fin podéis abrir las puertas y salir. Allí un agente de la GEO os recibe con un aire muy formal.

- Soy el cabo Mayers. Bienvenidos a Poseidón. - Se cuadra para hacer un saludo marcial. - Les guiaré hasta las instalaciones donde se alojarán. - Hace una pausa para que asimiléis la información. - Y ahora, si no tienen ninguna pregunta, en marcha.

Y se gira sin esperar respuesta, y comienza a caminar.

Notas de juego

Pues ya hemos vuelto de vacaciones! Como normal general, si estáis teniendo diálogo entre vosotros, es fluido y no hace falta avanzar la partida mucho, os dejaré tiempo para que lo desarrolléis. Si veo que se estanca la cosa, lo moveré yo.

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08/01/2013, 18:39
Kraken

Contesto al saludo del Cabo Mayers. Todo muy marcial y muy serio.

Malditos militares...

Miro al resto de mi grupo y sigo al tal Mayers.

¿Y nuestro equipaje?

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08/01/2013, 18:41
Kraken
Sólo para el director

Notas de juego

Pregunta. Jenn thornton es mi jefa o sóol se hace llamar sargento por que le gusta?

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09/01/2013, 00:25
Director

Es su rango, pero de momento no os la han asignado oficialmente. Aunque es bastate claro que si alguien va a dirigir el equipo de los que estáis ahí, será ella.

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09/01/2013, 16:33
Daniel Wade

Observaba todo lo que había a su alrededor con cierto interés. Teniendo en cuenta la poca masa de tierra existente en el planeta era lógico que las zonas de aterrizaje estuvieran en el "agua". Uno debía construir en tierra firme solo lo imprescindible.

Refugio no era como las mega-ciudades existentes en el planeta tierra, pero uno no podía negar que la ciudad tenía un buen tamaño. Y no era de extrañar dada la cantidad de personas que residían allí. ¡Que rápido colonizaban a imagen y semejanza de la tierra las nuevas ciudades! 

Supongo que nos llevarán nuestro equipo a nuestras habitaciones- responde por el soldado que les recibió- o eso deberían hacer, ¿no?

Cabo Mayers, aparte de Refugio ¿existen mas ciudades como estas? 

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09/01/2013, 19:40

Lo que se te pasa por la cabeza al ver un lugar como aquel era que como poco, tendría que hacerse un control muy estricto de la población de las ciudades o deshacerse de los cadáveres de los que sobraran y tirar sus cenizas al mar, porque vamos, con la poca tierra firme que había en aquel sitio...

- Ya se estaban por hacer mejores, unas branquias artificiales nos vendrías de lujo, aunque ahí como poco tiene que haber ballenas del tamaño de un autobús...

En cuanto el cabo de acercó a recogernos le saludé y me presenté, aunque deducía que ya sabía a quiénes había ido a recoger.

- Sargento Thornton. - Dije para asentir después cuando dijo aquello de que nos guiaría.

Yo no tenía preguntas por el momento. Suponía que se encargarían de decirnos lo que creían que debíamos de saber en nuestro destino y que el resto, lo tendríamos que aprender a hierro, como todo.

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09/01/2013, 20:15
Irina Wilds

Todo aquello es demasiado. No hay ni rastro de infraestructuras ni de nada por el estilo. No se quedaron cortos en el programa de adiestramiento.

Asiento a las indicaciones del Cabo y cuando mis compañeros mencionan el equipaje caigo en la cuenta. Aunque sin duda de poco nos servirá cualquier cosa que podamos traer...

Irina le digo al abo presentándome. Luego miro a Kraken y al Doctor. Sí, supongo que nos lo traerán.

La ciudad es bastante grande y a decir verdad me impresiona un poco. Yo pensaba que íbamos a estar en un trozo de tierra o algo así. Espero más indicaciones pacientemente.

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10/01/2013, 10:27
Narrador

El cabo se gira de nuevo y os mira con una sonrisilla.

- Por supuesto. Ahora mismo llamo al botones. ¿A qué hora querrán el desayuno los señores? - Cambia el gesto por un ceño fruncido. - Coged los petates y en marcha, maldita sea.

Suspira resignado. Parece que no está muy dispuesto a amabilidades.

- No, Refugio es única. Hay otras ciudades, algunas se pueden llamar así. Pero la mayoría son asentamientos pequeños, alguna aldea con unos cuantos cientos de habitantes. Si quieres hacer turismo, también tienes cuevas habitadas en el mar por algunos nativos. - Mira a los lados, impaciente. - ¿Algo más?

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10/01/2013, 21:31

Me quedé mirando la espalda de aquel tipo, que iba delante y estuve tentada de soltarle un par de collejas por gracioso, pero no lo hice, no podía pegar a aquel idiota estando de servicio y sin conocer a los que tenía al mando, pero me iba a asegurar de aprenderme su nombre. Nunca me olvidaba de quién me había tocado las narices. 

- Cabo... Mayers... ¿ verdad? - Lo de cabo sonó tan sarcástico como sus palabras. - Pues mira por dónde sí que necesito que alguien lleve mis cosas así que yo que tú movería el culo antes de que me cabree...

Me crucé de brazos y esperé a que me mirara, porque seguro que le gustaba tanto escuchar lo que le estaba diciendo como a mí me había gustado escuchar sus gilipolleces. 

No entendía demasiado bien si aquel idiota era de verdad tan idiota como para creerse que podía hablar así a cualquiera que se encontrara sólo porque acabaran de llegar al planeta o es que había algo que se me había escapado, pero vamos... iba a ser cautelosa por el momento, pero no a dejarme mangonear por el último mono del ejército.

- Y ya de paso, dime, por favor - recalqué el por favor. - el nombre de tu oficial al mando.

Notas de juego

* Si se acerca a mis cosas quiero postear de nuevo en cuanto haga el gesto de ir a cogerlas *