Partida Rol por web

Tu mision no resulto complicada. La caza de los orcos rebeldes termino con la captura de la cabeza de Graff, su lider. En principio todo deberia haber ido bien. Habrias llegado a Celodan, habrias entregado la cabeza y te habrian dado una jugosa recompensa.

No fue asi.

Cuando llegaste a la ciudad te sorprendio lo que viste. Las pequeñas casas de piedra, barro y madera de no mas de dos pisos habian sido sustituidas por edificios que casi rascaban el cielo, el suelo de tierra se habia convertido en una especie de piedra negra con unas extrañas lineas blancas dibujadas en el centro. Un enorme aparato de metal blanco se encontraba estrellado contra uno de esos edificios haciendo que las ruinas cayeran esparcidas por toda la calle. Los cadaveres de personas vestidas con extraños atuendos yacian repartidos por todas partes hasta donde alcanzaba la vista. En el cielo, unos enormes seres alados negros como la pez ensombrecian las pocas zonas a las que el sol alcanzaba. Ni rastro de la ciudad que antes conocias.

Un par de rezagados aun intentaban huir de la ciudad. Cuando pasaron por tu lado oiste que se dirigian hacia el norte, donde parecia que no habia ocurrido nada parecido.

Inmediatamente decidiste emprender tu tambien un viaje en esa misma direccion. Tal vez el emperador sepa algo de lo que esta ocurriendo. Durante tu trayecto fuiste encontrando mas restos de ese mundo desconocido. Alla donde aparecian, un trozo de tu mundo desaparecia. Poco a poco, el paisaje fue volviendose mas regular hasta que dejaste de ver esos retales de un lugar desconocido.

El camino discurria a traves de bosques frondosos y aridos desiertos. Aun no te encontrabas a mitad de camino cuando notaste a alguien que seguia tu misma direccion.

Tu vida transcurria tranquila en tu poblado natal, Natharezh. Desde tiempos inmemoriales, las gentes de tu pueblo han tenido un fuerte lazo con los dragones y adquiriendo sus conocimientos y su ayuda. Esa noche era especial. Galur, a quien conocias desde niño, contraeria matrimonio con una hermosa joven de un poblado vecino. A primera hora de la mañana ya estaba todo preparado. Decenas de platos donde elegir, brevajes poderosos que hacian que tu mente y tus ojos te jugaran malas pasadas y tiendas con las mejores telas y pieles de los alrededores. Solo faltaba una cosa, tu regalo para los novios.

 Corria el rumor de que en el bosque de Naraeth, al oeste, existia una poderosa criatura a la que nadie habia sido capaz de dar caza. Durante años, los cazadores de Natharezh lo habian intentado sin exito, volviendo heridos y abatidos al campamento. Pensaste que un colmillo de tal criatura seria un buen regalo de bodas para tu amigo, asi que te internaste en el bosque. Fue dificil encontrarla a batalla contra la feroz bestia duro un par de horas, pero al final conseguiste abatirla y arrancarle tu trofeo.

Tu euforia se respiraba en el aire en el camino de regreso a casa, aunque todo cambio cuando llegaste. El pueblo habia sido... destruido? Reemplazado? La verdad es que no estabas seguro de que habia ocurrido, ya que donde antes habian tiendas pequeñas y casas de no mas de dos pisos, ahora habia ruinas de un lugar que no habrias visto ni en tus peores pesadillas. Edificios en ruinas que casi rozaban el cielo cuyas paredes eran de cristal, la tierra se habia convertido en una especie de piedra negra plana sobre la que habia dibujadas unas lineas blancas que llegaban hasta donde alcanzaba la vista. Habia cadaveres esparcidos por todas partes, aunque curiosamente ninguno era de tu pueblo. Estos llevaban unas extrañas ropas que, al menos a simple vista, no creias que resistieran ni siquiera un ataque de la mas pequeña de las espadas.

El cielo en el que antes volaban libres los dragones no habia cambiado, aunque tampoco habia rastro de estas hermosas criaturas. En su lugar dominaban las alturas unos seres monstruosos. Mucho mas grandes que los dragones y sin una forma completamente definida aunque con apariencia de pajaros gigantes.

Entre las ruinas, a unos metros de donde te encontrabas, pudiste ver un resplandor azul zafiro que te resultaba familiar. Un huevo de dragon. Despues de buscar supervivientes durante un buen rato sin exito, decidiste que lo mejor seria partir rumbo al norte salvando al dragoncillo nonato que habia dentro del huevo. El Castillo del emperador estaba a mucha distancia, pero tal vez el supiera que habia ocurrido en tu pueblo.

El camino transcurria con normalidad, aunque de vez en cuando te encontrabas con escenas parecidas a lo que habia ocurrido en tu pueblo. Al parecer no era un hecho aislado. Conforme avanzabas hacia el norte esto iba cambiando, hasta que ya no encontraste ni un solo rastro de ese otro mundo que estaba apareciendo sobre el tuyo.

No tardaste en ver a lo lejos a alguien que seguia la misma direccion que tu.

 Con pereza, la mano del humano ascendió lentamente hacia el mango de su espada mandoble mientras cargaba el peso de su cuerpo en el pie derecho para darse la vuelta, con desgana, para descubrir a algún otro rival que le persiga. El filo de la espada sonó metálico al rozar con la chapa de la funda que cuidaba que no se cortara el cuero, y la espada acabó completamente desenvainada en a penas unos segundos de incertidumbre, en los que no sabía qué se encontraría. 

Apoyó la espada en su hombro, amenazante, con la convicción para que el que le siguiera, que un paso en falso podría convertirse en un combate que posiblemente acabaría con solo un contendiente en pie.

Veamos, ¿Quién demonios se aventura ahora a tratar de seguirme? ¿quién es este temerario de los dioses?- Se susurra el humano a si mismo mientras contempla el panorama a sus espaldas.

EStaba desolado y quien no lo estaria en esta situacion. Solo quedaba un huevo de dragón y yo era el único superviviente de mi poblado, al menos que yo supiera. No podia mas que pensar en que eran esas cosas y que habia pasado para que mi pueblo acabara asi. Queria entrar en la Orden del Dragón y ser reconocido como los mejores, pero ahora al parecer eso no será posible. No se cuanto tiempo llevo caminando, hasta que veo a alguien que va en mi misma dirección, pero no me fio mucho, asi que intento averiguar algo antes de mostrarte tan abiertamente. Sin duda con el huevo y mi estado de animo no podria distinguir nada, asi que me dirijo hacia aquella persona, pero con la guardia alta, por si acaso, y protegiendo el huevo que tenia escondido entre mis ropas.

- Holaaaa!!!

Tras ver que aquel que le sigue es otro humano, o algún humanoide similar, se plantea guardar el espadón, pero hay cosas que nunca hay que hacer, y una de esas es bajar la guardia, así que el espadón seguía en su mano y apoyado en su hombro derecho por si el humano tuviera intenciones insanas hacia su persona, al final se decidió a caminar hacia el humano rápida y pesadamente, hasta llegar a un metro de distancia del hombre, entonces se queda parado, mirando al hombre y atravesándole con la mirada.

Bueno, al menos esta vez no es uno orco, dime ¿A donde te diriges por éste camino?

- Al castillo del emperador. Tiene que darme unas explicaciones. Han arrasado Nazareth, mi pueblo natal, y soy el unico superviviente. (no iba a contarle nada del huevo, a no ser que se ganara mi confianza)

 Creo que tu y yo tenemos el mismo problema, resulta que mi ciudad ha sido arrasada en mi ausencia, en mi caso es Celodan, y también tenía intención de hacer hablar al emperador acerca de lo que está ocurriendo, tanta destrucción no ha podido ser causada por los orcos, yo sólo encontré un enorme aparato de metal blanco enorme que arrasó con varios edificios y con decenas de personas. Espero que el tenga algo que contarme acerca de lo sucedido.

El humano guarda el espadón en la vaina de la espalda y sigue caminando, al lado del otro humano.

Es posible que encontremos gresca en el camino, está muy desierto para no encontrar pelea, podríamos ir juntos lo que queda de camino, al menos hasta llegar al castillo del emperador.

Empezais vuestro camino juntos sin complicaciones. El sendero por el que caminais os lleva hasta una explanada de tierra y rocas donde podeis ver hasta tres cadaveres humanos. Un arquero, un barbaro y lo que parece ser una especie de chaman o de mago, aunque su cuerpo esta demasiado chamuscado como para saberlo con certeza. Algo mas al este, sobre una piedra yace el cadaver de una dragona que parecia proteger su nido. La mayoria de los huevos habian quedado destrozados, pero de dos de ellos solo encontrasteis unas cascaras rotas. Parece que al menos un par de dragoncillos consiguieron salir de alli.

Esta vez los cadaveres parecen haber muerto por espadas y magia. El barbaro habia perdido la cabeza, el chaman estaba partido en dos trozos y quemado hasta los huesos y la arquera, que era mujer, tambien tenia una profunda herida desde el cuello hasta la cintura. La dragona tambien tenia cortes de espada y quemaduras por toda su piel.

Me acerco a la dragona, me arrodillo ante ella, rezando unas oraciones para que su alma descansara en paz. Una vez hecho, intento localizar los rastros de los dos pequeños dragoncillos para intentar cogerlos y protegerlos.

- Si podemos encontrar a los dos pequeños dragoncillos, los cogeremos y los protegere. Lástima que solo quede yo de la Orden del Dragón. (mirando el nido) Al parecer han debido de nacer hace muy poco tiempo, deben estar cerca todavia.

 El guerrero se acercó al cuerpo del maltrecho dragón, para observar las heridas de espada que habían infligido las manos expertas de algún guerrero u asesino, Pasó sus dedos índice y corazón por la herida, calculando la profundidad de la misma, antes de sacar cualquier conclusión precipitada acerca de lo ocurrido.

Sólo las manos de un experto han podido hacer esto con un dragón de este tamaño, posiblemente quien lo ha hecho también siguió a las crias de dragones, puede que no tardemos en encontrar nuevos cadáveres.

Os poneis a investigar el escenario hasta que Dart localiza las diminutas huellas de un par de dragoncillos. Por lo visto hubo bastantes mas combatientes en escena. Puedes contar hasta 5 pares de huellas que llegaban desde el sur y que se dirigen al norte. Las huellas de los dragones no van muy lejos, lo que indica que se los llevaron. Un nuevo par de huellas aparece de la nada, como si hubiese aparecido en medio de todo por arte de magia, y se aleja hacia el nordeste.

Intentas descubrir algun rastro que te indique hacia donde fueron los dragones, pero parece que han pasado ya unas horas y se hace dificil encontrarlo. 

- Maldita sea, se los han llevado. Por el honor de la Orden, no pienso tolerar eso. Nos dirigimos hacia el noroeste, al menos alli van las huellas. (miro a Trevor) Demonos prisa, pero seamos cautos, no veo sangre, lo cual indica que quieren a los dragoncillos vivos.

 Trévort se queda mirando a aquel tipo que acababa de conocer hace un momento y pensó en el por qué debería seguir al tipo en busca de los dragones, poniendo a riesgo su vida en la empresa. Luego cayó en la cuenta que su armamento se estaba quedando anticuado, que los aceros que se fabrican ahora son más ligeros y tenía en mente comprar una de esas armas, pero el dinero era escaso en su saco, y se daba una buena paga por los dragones vivos para cría.

Si, vamos tras ellos, la matanza de dragones es tanto una atrocidad como un desperdicio- comentó el guerrero mientras echaba a caminar hacia el noroeste, siguiendo al extraño hombre. - A demás, me gustaría conocer al maestro que hizo eso con la espada, hace tiempo que no encuentro un rival digno.

Retomais el camino que dejasteis por un momento para inspeccionar el nido. Por lo visto el grupo que se los llevo no ha tomado ninguna precaucion para que no los sigan, lo que indica que o bien son unos necios, o bien son lo suficientemente poderosos como para que no les preocupe que alguien les de alcance.

El arido paisaje vuelve a penetrar en un frondoso bosque pasados unos kilometros. Por el camino os cruzais con algunas personas que parecen huir tambien hacia vuestro destino, algunos en carromatos tirados por caballos, otros caminando. Elfos, orcos, humanos y enanos parecen haber aparcado sus diferencias en esta pequeña caravana intermitente hacia el norte.

El sol empieza a ponerse en el orizonte cuando un par de jinetes montados en negros caballos se ponen a vuestro lado. Uno de ellos saca un papel enroyado y lo desenvuelve de manera que podais verlo los dos.

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Eh! Vosotros! Buscamos a este tipo, dicen que lo han visto por los alrededores. Se recompensara bien a quien pueda dar algo de informacion.

Una recompensa más que válida por cualquier fugitivo de la justicia por peligroso que sea, ¿qué ha hecho el rufian?- El humano que nunca había tenido en mucha estima a los norteños, comenzaba a sospechar que se trataría de algún pobre diablo que no le había caído demasiado bien a uno de los generales del ejército de los Cuatro Jinetes, aunque de todas formas era una suculenta recompensa.

Si veo a ese tipo os mantendré informados, no querría poner traba alguna en vuestro trabajo- dice, mientras a la par piensa "Qué armaduras tan interesantes... y qué armas tan expléndidas. Quedarían tan bien en mi posesión...