Partida Rol por web

Otros Mundos I : Los Chicos de Jim Hopper

Día 1. Infierno esmeralda.

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28/10/2022, 00:25
Director

Casi se podía oír la mente de J.T. Hoover al otro lado del micrófono, maquinando, tejiendo una trama en la que enredarlos. Una máquina diabólica de agujas que se movía como una araña de veinte patas a la que estuvieran electrocutando.

—Se encuentra en territorio enemigo, capitán —silencio, las agujas cayendo, penetrando en la sangre, destrozando, hendiendo, derramando sangre —. Cinco horas. Espere cinco horas en su posición. Le mandaremos un helicóptero. Nosotros tampoco dejamos a nuestros chicos atrás. Cambio y corto.

Silencio, estática. Muerte. Tortuga se quitó el sombrero, lo sacudió. Escupió, una masa negra contaminada por el tabaco de mascar.

—Tiene tan mala pinta como una reunión de exmujeres.

Miró a Jim, preocupado. El equipo separado, Linda muerta, el cazador, en los árboles, afuera, el psicópata de Wilkinson que aún se había mostrado, y ahora Hoover. Dillon, su alfil, había quedado fuera de juego. Estaban solos. Si, con el apoyo del presidente de los Estados Unidos. Gloria en forma de águila. Allí no valía una mierda.

Gonsalves salió de la cabaña. Su ánimo sombrío consumió su fachada de mujer dura. Estaban jodidos. Podía decirlo en inglés o en español, daría lo mismo. Algo olía a podrido. Aquello era una guerra entre dos potencias. Ellos eran peones atrapados en un juego macabro. Fue Rico quien cortó toda línea de pensamientos. Había escuchado uno de sus sonajeros, uno de los de fuera. Alguien se acercaba.

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28/10/2022, 00:25
Director

Una figura corpulenta salió de entre el follaje. La muerte en los ojos, el arma cagrgada. Tenía pinta de haber pasado las últimas horas metido en una lavadora. Una herida fea y extraña en el brazo, un agujero perfecto, caliente, vendado con premura, revelaba una lucha atroz. El Sargento Morgan Merl volvía de entre los muertos. Frente a él, el fuerte guatemalteco y en la barricada, rostros conocidos. Amigos. El hijo pródigo volvía a casa. Pero volvía solo.

 

Notas de juego

Está anocheciendo. En este turno podéis charlar un poco. En el siguiente, la caza continua.

Que bonitas son las reuniones. Aunque no está todo el mundo. ¿Cómo creéis que afectará la noche a un equipo de camuflaje que te hace invisible? Si, eso es, te hace más invisible aún

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28/10/2022, 14:19
Jim Hopper

En resumen — Se levantó y colgó cuidadosamente el micrófono en el soporte, de tal manera que el cable no se enredase de nuevo —: Ese mamón de inteligencia nos la va a jugar de una manera u otra. Nos podría traer un helicóptero desde Soto Cano en dos horas o menos. ¿En cinco? Nos podrían mandar un caza desde Fort Hood y volar por los aires ésta —miró al su alrededor —... madriguera de narcos.  

Se cuadró y levantó el mentón.

Nuestro superior, a falta de un nombramiento oficial, sigue siendo el mayor Dillon, señores... no ese...bujarra comepollas que vendería a su puta madre por un puñado de dólares guatemaltecos. Así que...

Fue entonces cuando el sofisticado sistema de alarma instalado por el soldado Rico detectó la presencia de un intruso. Hopper quitó el seguro de su arma automática y salió corriendo del cobertizo hacia la cobertura más próxima.  Tardó unos cuantos segundos en asomar su cara de comadreja por encima del improvisado búnker que había fabricado.

 

No dijo nada. Su rostro se mostró opaco como una máscara de cera y sus ojillos taxidermicos contemplaron al sargento unos segundos antes de acercarse a su compañero herido.

—¿Puedes andar, Merl?¿Ese brazo, te dará problemas? —su paternalismo no era más que una ilusión —. Porque de tu respuesta depende que robemos un helicóptero al ejército de los Estados Unidos o que atravesamos la jungla, de noche, con ese hijodeputa lanzarrayos detrás de nosotros.

Suspiró. Casi pareció humano. Y veinte años mayor. Miró a la jungla, qué sitio más poco apropiado para que un polaco la diñara.—¿Fue rápido lo de Gustav? 

 

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29/10/2022, 23:06
Morgan Merl

Morgan daba el aspecto de alguien desorientado, ofuscado, con la mente volada. Pero solo hacía falta mirarle al brillo de los ojos decididos para saber que se encontraba entre los vivos y los cuerdos. Cansado, herido. Solo eso. Agotado.

-Es grande, fuerte y ágil. Un hijo de puta astuto y traicionero, Jim. -Ese fue su saludo. Pidió agua, no le quedaba. Miró a los rostros circundantes sin reconocerlos, hasta que la luz regresó poco a poco al aquí y ahora.

-Traté de perderme en la selva, llevarlo lejos, que os diera tiempo. -Se sentó en una piedra, un barril, un jeep calcinado, bebió un trago de agua que se desparramó de su boca por la barbilla y el cuello. -La aguja de la brújula finalmente me trajo aquí. Me ha seguido un buen trecho, pero, por ahora, ha abandonado. Está herido. -Alzó la mirada, aflorando la tristeza a su mirada- Le dimos duro, capitán. -Se giró hacia Dolores.

-El diablo cazador de hombres.

Su sonrisa y sus ojos a punto de desfallecer enfocaron a Rico y Tortuga. -Es muy alto. No se lo que es. Ruge igual que una bestia, que un animal. Se cubre con una máscara o casco. En el hombro tiene acoplada el arma que dispara ese...láser o lo que sea. En el brazo... cuchillas que se desbloquean... un panel de control o algo así... no lo se. 

Negaba con la cabeza. - Experimentos con alguien... No comprendo lo que es... No... no parece humano... no se, Jim... 

Se miró el brazo sin comprender lo que le decía Hopper. Se miró el brazo -Me duele como el infierno. Me inyecté morfina y antibióticos. ¿Un helicóptero? No entiendo. -sus ojos apagados miraron al capitán- Nunca hemos dejado una misión sin terminar. 

Gustav.

Rebobinó. Recordó. Las imágenes regresaron a su cerebro como una película muda.

-Luchó como el más grande de los gladiadores. El cabrón debe estar ahora en el Valhala, bebiendo y amando a las valquirias. -Se quedó en silencio- ¿y vosotros?

 

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31/10/2022, 17:29
Rico Flores

Pese a la radio y la "conversación" de Hopper, el sonido de una de las trampas sonoras llegó hasta los oídos de Rico. Hizo un gesto y emitió un ligero silbido de aviso para los demás. Se creó una desbandada ordenada, cada uno tomó cobertura y posición, esperando enfrentar la amenaza que llevaban esperando todo el día. Esperando devolvérsela al puto demonio.

Maldijo que, en lugar de uno de los sonajeros, no hubiera activado una de las trampas explosivas... A través del visor del Dragunov, viendo la figura que emergía de la jungla, se alegró de que no fuera así...

Merl estaba herido... volvía solo... Su relato, en otras circunstancias, hubiera provocado risas o miradas de incomprensión, lástima o desprecio, como si fuera un loco el que lo estuviera contando. Pero allí, tras haber pasado cuanto habían pasado, tenía todo el sentido del mundo. Pero seguramente, si eran capaces de salir allí, nadie los creyera...

Le tendió la cantimplora a Merl, con un gesto de comprensión, lamentando la pérdida de Gustav... Pero no debía dejar que eso le apenara. Vale... No eran los mejores amigos... Pero era uno más de su unidad... Y tanto por Linda como por él, tenían que darle por el culo a ese maldito bastardo, ya fuera con máscara y sus mil trastos... Según iba describiendo los artefactos del diablo cazador, le vino a la cabeza el sonido que había escuchado cuando lo tenía apresado con sus garras y el rugido emitido al recibir los balazos de su M1911... 

Por lo que decía, pudiera ser que contaran con algo más de tiempo... - qué bueno que viniste, wey... - Le saludó con un gesto de la cabeza, metiendo la mano en uno de sus bolsillos, sacó un pequeño paquete de cacahuetes* y se lo ofreció para que recuperase fuerzas... - No es un chuletón... pero te irán bien, supongo - volvió a buscar la pala para terminar de una vez la trampa de la araña...

Notas de juego

* no estoy seguro si ya había barritas energéticas en esa época, pero bueno, los cacahuetes a mí personalmente, me "salvaron" una vez que nos perdimos por la montaña XDDD

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01/11/2022, 09:39
Jim Hopper

Hopper se interrumpió. Se quedó mirando la herida de Merl un instante y los presentes casi pudieron escuchar como las piezas encajaban dentro de la poco poblada cabeza del capitán Jim Hopper.

Ese jodido diablo cazador de hombres va por libre, haciendo sus jodidas cosas de diablo y ni Dillon, ni Hoover ni su perro, ese Wilkinson, saben nada de él.  Un jodido freelance.

Dillon dijo que habían sido los rebeldes quienes habían derribado el helicóptero. Sólo Hopper había visto ese orificio en la cola del aparato. 

Se giró hacia Merl.

Nadie va a abandonar la misión.  En estos momentos, J.T. Hoover, director de inteligencia y que está llevando a cabo experimentos armamentísticos de dudosa moralidad, tras sacar de juego a Dillon, nos manda ayuda humanitaria. Apuesto a que no hay mantitas de lana y Coca-Colas fresquitas ese helicóptero, Merl.  Ese tipo nos quiere callados. Tan callados como Boris.

»Mientras no sea un F15 lo que nos manden o un jodido Apache,tenemos la posibilidad de hacernos con él.  Eso haremos, si tenemos la posibilidad.

»Preferiría ir hacia el punto de extracción que nos ha proporcionado Dillon, pero creo que atravesar la selva de noche es un suicidio.  Si sobrevivimos esta noche, iremos hacia allí y rezaremos porque ese cabronazo hijo de puta cazahombres nos siga, porque le vamos a meter en la puta base de Wilkinson. A ver cómo sale de ahí. Y cuántos se carga de paso antes de palmarla.

No hubo ni un atisbo de culpar a Merl por su decisión de seguir al demonio. Hopper había aceptado la sugerencia del sargento y, por tanto, la responsabilidad por la muerte de Gustav era únicamente suya.

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01/11/2022, 23:51
Director

Tortuga. El hombre más lento del batallón. Intentaron colocarle en la avanzadilla, en los flancos. Siempre se quedaba atrás. Una mala posición para un zapador. Cuando tenía que abrir camino se tomaba su tiempo. Limpiaba el terreno de minas y trampas mejor que un cerdo vietnamita. Se reía a destiempo con los chistes. En el bar, pedía el último, cuando la camarera ya se había ido. Era de espoleta retardada. No era idiota. Su mente era roca dura labrada en su infancia por las palizas de su padre y los desprecios de su madre alcohólica. Un chico solitario. El ejército fue su salvación. Dentro, con algunas medallas en su chaqueta, seguía siendo el tipo solitario que siempre fue. Hasta que conoció a Gustav.

El polaco estaba loco. Era turba, fuego, un tornado de destrucción. Una herramienta. Una máquina alimentada con odio. El jinete de la guerra, el apocalipsis con más de dos metros de altura y con un record mundial en pres de banca. Iba siempre en cabeza, donde estaba la acción. Se encendía al momento. Un zippo que nunca fallaba. Hacías girar su rueda de metal y la llama aparecía. Un psicópata para unos. Un perro de la guerra. Un amigo.

Alguien que podía entender la soledad mejor que el fondo de una botella. Tortuga no iba a llorar. El alcohol eran sus lágrimas. Pero eso sería luego. Había tomado una determinación. Sus compañeros hablaban. Él no escuchaba. Estaba pensando. Pensar siempre era malo. Peor que apretar el gatillo. Disparar, matar, prenderle fuego a un montón de gente, era sencillo. Eran los pensamientos lo que te destruían.

—Dillon dijo que el proyecto en el que estaban trabajando aquí era peor que la bomba atómica. Wilkinson, Hoover. El hombre gris venía a firmar, a impedir que siguieran adelante. Por eso se ha perdido —lento, pero imparable. La Tortuga ganaba a la liebre al final de la historia —. El mundo lo hacen girar unos pocos, señor. La mayoría en la dirección equivocada. Por eso existe la guerra. Por eso existimos nosotros. Hay unos pocos que se oponen a esos cabrones. Un burócrata y su pluma, un soldado que se mete en inteligencia y trata de impedir que la mierda se acumule sobre la bandera de su país. Un hombre que promete cuidar de un niño que puede que ya está muerto. Señor, tengo que confesarle algo…—se puso en pie, lentamente, se sacudió el sombrero —…no me gustan los caballos. Ésta es mi casa. Ésta es mi vida, mi familia. Este infierno verde está dentro de mi corazón. No puedo escapar de él. Y no quiero.

Sacó una barrita nueva de tabaco para mascar. Como siempre, ofreció a los presentes pero a nadie le gustaba esa mierda rompemandíbulas con sabor a neumático.

—He minado cada árbol de este lugar. No importa que ese cabrón pueda verme, que mida dos metros o tenga un arma sacada de un folletín de ciencia ficción. Necesita una posición para disparar. Se la daré. Le llevaré a donde quiero y le haré saltar por los aires. Le sacaré la piel a tiras con el nombre de mi amigo. Colgaré su cadáver de un árbol con el nombre de Gustav en su puta frente.

Laos, Somalia, Kiev, Congo, Marruecos, el puto Kurdistán. Vietnam. Su mente no estaba allí, sino en todos esos sitios donde había perdido un pedazo de su alma y donde un amigo se la había remendado.

—Tiene que irse señor. Usted es de los buenos. Nos acogió a Gustav y a mí. Nos hizo sentir soldados, no asesinos. Hombres, no herramientas. Cuando habla, le creo. Ayudará al chico de Gonsalves. Salvará el culo negro de su amigo. Impedirá que Hoover ponga sus garras de buitre sobre un arma peor que Hiroshima y Nagasaki. ¿Verdad? Usted lo hará. El último hombre bueno en pie.

Volvió a sentarse, a mascar tabaco. Tranquilo, paciente. Gustav había ido de frente, escupiendo plomo, dando machetazos. Tortuga cocinaba su venganza a fuego lento.

—Ese…demonio, no es nadie. Un freeplanner como dice, capitán. El comemierda de Hoover es el enemigo. Aquí hay algo más grande que nosotros. He matado por muchos motivos. Por mí país. No creo haber hecho nada bueno en mi vida. Esta es la oportunidad.

Gonsalvez negó con la cabeza. Un toque femenino quizás le hiciera entrar en razón.

—Es un sinsentido. Este hombre necesita descanso, no cruzar la selva, de noche.  Ya hemos visto a ese demonio. Es invisible. La noche es su campo de juego. Nos cazará.

No había miedo en sus palabras. Aceptación, rabia, frustración. Nada de miedo. Una tipa con corazón de titanio.

—Vendrá aquí. Le haré volar por los aires. Pero no puedo hacerlo bien si tengo que preocuparme por vuestros traseros.

Ella frunció el ceño.

—Sé cuidar de mi propio culo.

A Tortuga nunca se le habían dado bien las mujeres. Le sacaban el dinero, una copa o tabaco. No discutiría con Gonsalves porque tenía todas las de perder.

—Por una sola vez, capitán, déjame hacer algo bueno. Déjame vengar a mí amigo. Usted tiene que sacarles a todos de aquí. Y salvar el mundo. Ya sabe, barras y estrellas y toda esa mierda.

Notas de juego

Os recuerdo las defensas que tenéis en la base:

El nido de violencia de Hopper. Listo.
Los cascabeles de Rico. Listo.
Posiciones elevadas minadas. Listo.
Radio. Listo.
La cabaña de García explosiva. Trabajando en ello.
Trampa de la araña. No se ha empezado.

Si os quedáis, aún habrá una o dos horas de luz, podéis trabajar por la noche. Tirad dados para ver si completáis alguna de las tareas pendientes o por si queréis hacer alguna nueva.

¿Vais a dormir? Merl no puede hacer una mierda salvo descansar. El resto, sois tipos duros acostumbrados a la mala vida, podéis dormitar a ratos y seguir adelante sin que os afecte. Tanto si decidís quedaros con Tortuga, como si decidís abandonar el campamento, necesito que me indiquéis vuestras posiciones y acciones.

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02/11/2022, 17:15
Morgan Merl

Tomó los cacahuetes y se llevó un puñado a la boca –Gracias, Rico. –Levantó una comisura de la boca, intentando sonreir, agradecido. Hasta ese mínimo moviento del labio le suponía un esfuerzo atroz.

Aturdido como estaba, no comprendió del todo la información sucinta que Hopper le ofrecía. Miró al capitán, con aire desorientado.

-El helicóptero ese…Nos lo envía Dillon…Pero a la vez crees que es un regalito de ese Hoover, ¿no es eso? Joder, es que me duele hasta pensar.

Creyó que entendía. O quería entender. La cuestión es que limpiarían el terreno y ellos eran, precisamente, el terreno.

Un freelancer. ¿Pero acaso podían creer una nueva mentira de ese perro de Dillon?

-¿Y tú crees a ese mamonazo con toda la mierda que nos ha echado encima?

No estaba para discutir.

Entonces a Tortuga le dio algo a la cabeza. ¿Se habia chutado? Nunca antes escuchó un discurso tan largo de su boca. Lo atendió, tambaleándose. Morgan no podía seguir, no ahora. Negó para sí, para los demás. De acuerdo con Gonsalves.

-Tortuga… -no tuvo fuerzas- Jim tiene razón (como casi siempre) . No puedo continuar. Sí puedo...pero lenyo...No nos dará oportunidad. Se está lamiendo las heridas y vendrá. Quizá puede que no lo haga esta noche. No se. Parece de la clase de los calculadores, no de los temerarios.

Puso la mano en su hombro, un apretón de amistad mientras cruzaba la mirada con él.

-Era…es…Gustav es nuestro hermano. Reventaremos a ese hijo de puta. Dadme un grito para los fuegos artificiales.

Caminó, indeciso en sus pasos, hacia algún lugar donde tumbarse y dormir ese par de horas de luz.

 

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03/11/2022, 09:15
Rico Flores

Rico tomó la pala mientras observaba cómo Merl se dirigía a uno de los barracones. Su postura y movimientos denotaban clarame te el agotamiento que sentía y dejó mostrar incluso en su tono de voz... 

Se le notaba el golpe tanto físico como anímico. Descansar le iría bien, tenían que estar a tope para lo que se avecinaba...

A pesar de la humedad selvática, el terreno estaba más duro de lo que parecía, como si hubieran pasado con una apisonadora, aplanando y alisando el terreno para montar el.campamento sobre una base sólida.

Buscó otra localización, pero nada, aquello parecía piedra... Quizá podría montar la trampa fuera del campamento, donde el terreno estuviera más blando... 

Golpeó el suelo un par de veces, el sonido de la pala mostraría su dureza. - Capitán, este terreno es una piedra... - señaló hacia uno de los "pasillos" que formaban la emboscada - ​​​​​​buscaré otro lugar -

- Tiradas (1)

Notas de juego

Joer con las tiradas, pero bueno, la fuerza no es el "fuerte" de Rico XDDD

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03/11/2022, 09:29
Jim Hopper

—No, joder, Merl.  Dillon nos manda otro helicóptero a otro punto de extracción diferente. Hoover nos sugirió un lugar cercano, pero le convencí de que viniera aquí a por nosotros. Dillon es un cabronazo, pero no tan cabronazo como para aliarse con ese pajillero manipulador.

El capitán cambió imperceptiblemente de postura y agarró sus gafas. Limpia que te limpia.

Dices que es un tipo calculador. Bien. Apuesto las tetas de la Parton a que es un mamón rencoroso. O masoquista, da igual. La cuestión es que estoy seguro de que va a venir a por más plomo tan pronto como pueda.

El discurso de Tortuga, por lo inusual y profundo del mismo, hizo que Hopper mirase al experto en explosivos con atención.  Dejó que se extendiese el silencio, denso y pegajoso, una vez se hubo extinguido el eco de la última palabra de la réplica de Merl.

No seas gilipollas, William.  No vas a hacerte volar por los aires como un punto kamikaze pasado de cocaVamos a estar todos juntitos hasta el final y vamos a cargarnos a todos y cada uno de los hijoputas que pongan el pie en éste estercolero subtropical. 

»Y cuando salgamos de ésta, haré que el jodido Ronald Reagan vaya a la puta granja en la que trabajes y apadrine a un ternero. 

»¿A qué coño esperáis? Dejad la puta cháchara y vamos a seguir blindando éste puto lugar.

 

Notas de juego

Rico me ha pisado XD.

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03/11/2022, 23:50
Director

Merl se fue a descansar, a tirarse como un cadáver encima de un lecho sudado que olía a orines y tierra quemado. El regusto salado de los cacahuetes de Rico en los labios. Y el de la derrota. Jim terminó de minar los árboles junto a un taciturno Tortuga. Sus palabras le habían convencido. O eso parecía, Tortuga no había vuelto a abrir el pico desde entonces. Rico, de un lado a otro, con su pala, tratando de hacer un agujero. Una cobertura, un escondite. Por dos veces empezó a retirar tierra para dar con dura roca varios palmos por debajo. Gonsalves, que había pasado las últimas horas de luz conectando unos focos a unas baterías de Jeep, terminó por acercarse a él.

—La tierra es más blanda cerca de la empalizada, o alrededor de los barracones. Solían cavar las letrinas ahí —la mujer lo traspasó con la mirada —. ¿Por qué no preguntaste?

Rico, sudando, abrazado a su pala, con tierra en las manos, sudor en la frente, en las axilas, por toda la espalda. Una estampa agotada. Ella sonrió, por primera vez, de corazón. Una broma, solo eso. Dos almas errantes que conectaron un momento.

La luz se fue a paseo. La sombra de la razón producía monstruos, dijo el artista. Sin luz, todos los árboles eran el demonio. Monstruos feroces dispuestos a despellejarles y colgarles de los árboles. Gonsalves conectó los focos. Uno apuntaba a la entrada que habían volado, en la empalizada. Los otros tres apuntaban hacia las copas de los árboles, cruzados. Y aún así toda labor parecía poca cosa.

Tortuga se quedó en la cabaña de García. Un señuelo que mascaba tabaco y soltaba maldiciones de vez en cuando. Había apoyado el bípode de su arma en una de las ventanas. Aquí estoy, cabrón. Era lo que decía. Sobre su cabeza había un entramado invisible de cables, cuerdas y ramas que activaban explosivos que serían la envidia del Coyote. Una estructura entrampada, invisible ahora que la noche se había vertido sobre ellos.

Merl dormitaba, el ojo abierto, la venganza rumiando dentro de su cabeza. Olía realmente mal en los barracones. O era él. Un muerto entre los vivos. La herida, ardía, le helaba la sangre. Hielo sobre hielo. ¿Cuándo le había cambiado Gonsalves el vendaje? Rico, apostado en un tejado. Había puesto a punto el Dragunov. Ahora tenía un nuevo ojo de cristal. Mirase a donde mirase, solo veía sombras y silencio. Jim, más abajo, bajo las capas de metal y escombros que había convertido en su búnker. Con un arsenal propio de pirado que esperase el apocalipsis.

Gonsalves no se quedó con Tortuga. Quizás porque no se sentía cómoda a solas con un hombre tan grande, o porque no le gustaban los espacios cerrados. Decidió patrullar el perímetro de forma errática.

Silencio. La selva. Una noche sin luna. Su mundo de soldaditos y guerras hundiéndose en un pozo de brea. Se ahogaban. El tiempo se deslizó pesado entre sus dedos. Dormitaban, daban cabezadas, soldados de guardia. En la guerra no había tiempo para un sueño pleno. No cuando el arbusto que estabas vigilando podía moverse y pegarte un tiro. Tenían sus sensores alerta, los hombros tensos, los sentido agudizados. Esperaban algo. El cazador, el helicóptero de Hoover, a caperucita roja.

Clonck, clonck. Los cascabeles de Rico, en el sur. Clonck, clonck, clonck. En el norte. Clonck. Este. Oeste. Por todas partes. Escucharon un gruñido, una bestia. Algo grande, corriendo, hollando la noche. Merl se puso en pie, Rico balanceó el cañón de su arma, Jim se ajustó las gafas. Gonsalves se apostó cerca de la entrada. Algo venía directo hacia ella. Levantó el arma, tarde. Una forma borrosa la derribó, se coló en la base. La figura peluda se perdió entre los restos de la base.

—¡Es un cerdo! —dijo la mujer, en pie, pegada a la empalizada —. ¡Es solo un cerdo!

Más de uno. Los cascabeles de Rico no dejaban de sonar. Algo correteaba alrededor de la base, se enredaba en los cascabeles, trotaban. Asustados, perdidos, algo los estaba azuzando. De vez en cuando uno de los jabalíes soltaba un chillido y volvía al interior de la selva. Clonck, clonck. Uno de ellos pisó una mina y saltó en mil pedazos. Un destello, una lluvia de sangre caliente. Otro motivo para seguir corriendo.

Clonck, clonck. El exterior del campamento había sido tomado por cerdos salvajes. Clonck, clonk. Ya estaba allí.

Notas de juego

Haced, aparte de vuestras dos acciones, una tirada de percepción. Pero tendrá que ser muy buena para ver algo.

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04/11/2022, 14:30
Jim Hopper

CerdosQué listo. Hopper miró hacia las copas de los árboles, esperando ver descender de ellas a esa figura borrosa y translúcida que vislumbró con anterioridad.  Pero la visión de Hopper nunca había sido su punto fuerte. Le habían llamado cegato y cuatro ojos desde que tenía uso de razón y era, precisamente en momentos como éste, donde ni su agudeza, ni su intuición, ni sus genes de cucaracha compensaban esa miopía y esa deficiente visión nocturna. 

—¡Todos quietos! — gritó desde su búnker, llamando la atención sobre sí mismo.  Por lo que sabía, que era bien poco, el demonio podría estar agazapado en el techo de su fortaleza casera, dispuesto a lanzarle una jodida red molecular en la jeta.  

La estrategia de resistir en aquel lugar había sido una pésima decisión que, al más puro estilo estadounidense, proponía salvarse el culo primero y dejar a otros el marrón de salvar a la humanidad de sí misma. Hopper se había encogido de hombros.  Pero para él, la humanidad se reducía a este puñado de hijos de puta que se agazapaban como puercoespines heridos esperando agujerear el hocico del jaguar que se había llevado a dos de los suyos. Solo que no había esperado que ese mamón se supiese tantos trucos. 

Unos jodidos cerdos. Derrotados por unas cuantas libras de bacon con pezuñas.

Apoyó su arma automática en unas barras horizontales y disparó a ciegas hacia la jungla.  El dedo índice de su mano izquierda se introdujo en la anilla de la última de las granadas en su cinturón.  No hacía falta volar el campamento para acabar con ese pirado cazador de hombres.  Sólo hacía falta estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, una cuestión de tempo.

—¡Dejate de trucos, chupapollas translúcido, saltimbanqui, sidoso cobarde! Ven si tienes huevos!

 

- Tiradas (1)
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04/11/2022, 18:46
Rico Flores

La tierra parecía no querer aceptarles, no se dejaba horadar para acogerlos ni para esconderse. Quizá la misma jungla, como un ente superior, no quería que estuvieran allí... Eran un virus y el puñetero demonio era el sistema inmunológico para erradicar la infección...

"Una de cal y otra de arena"... Así es como se tomó el comentario de Gonsalves. Sin embargo, aquella pequeña broma le hizo recuperar el ánimo. Le devolvió la sonrisa. No hay que perder el ánimo, la entereza mental, por muchos tropiezos que encuentres en tu camino... Paciencia y determinación, cualidades básicas para su desempeño...

Al irse la luz, tomó una posición que le permitiera el mayor rango de visión posible. Estuvo devanándose los sesos intentando averigüar cómo le había descubierto, repasando todos sus movimientos, inspiraciones y reacciones. Había sido una rama más de aquél árbol, con el ghillie era imposible de detectar... Pero aún así, había aterrizado de bruces en el suelo, perdido el Vintorez y salido de aquella de puro milagro, gracias a la pistola...

No tenía sentido volver a ponerse el ghillie, tenía que buscar otra manera de ocultarse... Los últimos rayos de sol le dieron la solución. La luz directa molesta... ¿cuántas veces había buscado posiciones de disparo en las que los focos o la misma luz del sol no le deslumbrasen? Gonsalves había montado varios focos que iluminaban como el sol del mediodía... Bajo uno de ellos tenía ambas ventajas: ver y no ser visto. Para formar una sombra, se necesita una fuente de luz... Tenía que ser más que una sombra esa noche.

Tendido bajo el foco, sintiendo el calor que éstos desprendían, buscó la manera de concentrarse. Siempre había sido el cazador, al acecho. Ahora, estaba al "acecho defensivo"... Esbozó una mueca ante la ocurrencia de ese término...

Movimiento. Sonajeros sonando por todas partes.

Tenía que asegurarse, el Dragunov era semiatumático, gran ventaja sobre los rifles de cerrojo, pero aún así, el pendejo se movía rápido. Mantenía igualmente el AK47 a mano, por si acaso. 

No venía por arriba... y por varias direcciones distintas. ¿Acaso había más de uno? Apretó los dientes 

Cerdos... ¿Qué cojones?¿Puta casualidad o una distracción? Sea como fuere, Hopper perdió los nervios y, al más puro estilo yanqui comenzó a escupir plomo e insultos al mundo. O trataba de llamar la atención... Sabía que no iba a resultar, ese nivel de cachivaches tecnológicos no correspondían a un ser salvaje. Ahí había inteligencia, no se dejaría engañar tan fácilmente... Pero quizá pudiera valer de algo...

Fijó su atención en las zonas donde la jungla no había recibido los disparos del capitán, lo más lógico era evitar el plomo volador de esa zona. Si no veía nada por allí y resultaba que la munición "malgastada" rabiosamente había impactado, estaba seguro que el rastro verde fluorescente les daría una pista. No iba a revelar su posición hasta estar totalmente seguro... "un disparo, una muerte..."

- Tiradas (3)

Notas de juego

Otra vez me equivoco al poner la dificultad en el modificador, pero bueno, ha salido 31 ^^

 

Las acciones son mirar, mirar y concentrarse para estar tranquilo. Acciones pasivas :P

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06/11/2022, 21:47
Morgan Merl

El sargento no veía con claridad la historia que le contaba Jim acerca de Dillon y Hoover. No insistió en sus preguntas ya que, con la cabeza embotada y el cuerpo hecho puré de mango, no se iba a enterar de una mierda. Decidió dejarlo para más tarde.

Si llegaban vivos a un "más tarde".

Dormitó. Más o menos. La herida del brazo le dolía como el infierno. A través del ventanuco le llegaban los sonidos de las tareas de sus compañeros y las voces de estos. La luz menguaba hasta que fue tan negra como la bilis que masticaba.

En sueños, se cambió de nuevo el vendaje. Lo limpió una vez más, se metió un chute de antibióticos otra vez, y tragó varias pastillas de cafeína. 

Oyó los ruidos. Le sacaron de sus ensoñaciones febriles con mares de llamas, máscaras de fantasmas, la sangre de Gustav pintando de escarlata la selva. La alarma. Cascabeles. Ahí estaba. Agudizó el oído, cogió el fusil, comprobó el mecanismos, los cargadores. Miró al exterior del cobertizo. Negrura. Noche. Tan negro como el careto del pajillero de Dilon. ¿O ese era Hoover?

Avisos de cerdos. Y el capitán gritando todo loco en apariencia. Llamando la atención, a propósito. ¿Qué coño hacía? Provocando a esa bestia y disparando con ganas de destruir la jungla y el mundo. Ese sería el plan, focalizar sobre Hopper el fuego enemigo, y delatar la posición del atacante nocturno.

Eso no se lo tragaría aquel tipo. Bueno, con suerte desayunarían bacon en abundancia.  

Buscó con la mirada a alguien invisible en la oscuridad de la noche. Un chiste. Se esforzó en ello, hacia las zonas iluminadas por los potentes focos. Cualquier movimiento en las alturas. Los cerdos no vuelan, aunque el supersoldado tenía fuerza suficiente para lanzarlos por los aires.

Atento, concentrado, para abrir fuego a ráfagas si llegaba a distinguir su posición.

 

- Tiradas (3)

Notas de juego

La tirada de Int, es para ver si a Morgan se le ocurre algo observando alrededores y trampas. Pero vamos, un 94. Je.

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08/11/2022, 23:18
Director

La Noche de las Chaquetas Negras, de los Cuchillos Largos, de los Cerdos Furiosos. Una página del libro sangriento de la guerra que nadie conocería jamás. Los animales corrían despavoridos, colándose por todos los recovecos, asustados por los disparos, los gritos y por aquello que los espoleaba desde la noche. El caos y la confusión crecían entre las bestias y los soldados. Los cascabeles de Rico se habían vuelto locos. Una mina más de los guerrilleros fue detonada fuera de la base; casi pudieron escuchar el chapoteo de un cerdo de cuarenta kilos al convertirse en fosfatina. Pasos, gruñidos, cuerpos cayendo. Demasiados estímulos. La luz de los focos proyectaba sombras extrañas aquí y allá. Todo parecían monstruos, asesinos.

Tortuga miraba arriba, a su red de araña tejida con intenciones de revancha. Esperaba ver como se tensaba un cable o como un peso invisible combaba una rama. Movimiento. Cualquier cosa.

—Vamos pajarito —silbaba —. Asoma la cabecita.

Gonsalves estaba contra la empalizada. La espalda cubierta. Delante de ella pasaban los animales. Ella los encañonaba, los seguía con la boca negra de su arma. Si gruñían como un cerdo, pasaba a la siguiente sombra. El corazón en un puño, esperando que la siguiente, quizás la siguiente, fuese su enemigo. Sus ojos estaban abiertos de par en par, como una insomne que no pudiese pegar ojo.

—¡No dejan de venir!

Jim no veía una mierda. Pero tampoco lo necesitaba. Él era el la carnaza, el palo de carne que se sacaba fuera de la barca para cazar tiburones. Disparó su arma, llenó la noche de miedo y de intenciones. Un desafío, un reto. Desde su nido de violencia estaba preparado para cualquier cosa. Defensa y ataque. Podían atacarle con tanques o bombas, estaba listo para la guerra. Para ser la guerra. Quizás se había cansado de que se pelasen a sus hombres, quizás era algo personal. Jim Hopper lanzó otra salva, agarró su granada, apretó los dientes. Su desafío fue aceptado. Pero no como él pensaba.

Rico era el nuevo hombre de hielo. Lo veía todo y a la vez no veía nada. Sombras, ruidos, disparos. Todo era filtrado por su cerebro de francotirador. Ruidos, señuelos, sombras que engañaban a sus ojos, sus propios cascabeles, el viento, la vida, el mundo envuelto en sombras y una promesa de violencia. Con su ojo de cristal pasaba de un punto a otro. Los mejores huecos para atacar, para infiltrarse. Dentro de su cabeza podía ver el plano de la base, las minas que había puesto Tortuga, la posición de compañeros, los callejones sin salida, las aperturas posibles. Él solo iba a disparar una vez. Cuando tuviera un blanco claro. Una bala, una baja. Despediría a ese cabrón con una bala de gran calibre de la madre patria rusa.

Merl había aprendido la lección. Los trucos no valían. Su adversario no solo era inteligente y artero, también jugaba sucio. Lo primero era localizarle, luego hacerlo desaparecer. Estaban jodidos y lo sabía. Luces, sombras, animales correteando. Merl miraba a las alturas directamente. Vendría por ahí. El follaje se fundía con las sombras. Imposible ver a un comando bien preparado con la cara pintada de negra. Aún sin el dispositivo electrónico que le hacía invisible, la noche jugaba a su favor. Aquello era una ratonera.  

Merl fue el primero que lo vio. Luego Rico*. La mirada de ambos soldados convergió en el mismo punto. No dispararon. No le vieron a Él. Solo el regalo que les había dejado, algo que caía en el corazón de su base, cerca del barracón donde los guerrilleros guardaban armas y municiones. Un artefacto. Una especie de brazalete abierto con cuatro pantallas pequeñas llenas de luces rojas. Lo vieron caer, a cámara lenta, emitiendo un pitido que iba aumentando su ritmo. Las luces rojas variaban su forma, menguando a cada momento. Una cuenta atrás. No hacía faltar ser un experto en tecnología para saber lo que era aquella nueva sorpresa. Una puta bomba.

Notas de juego

*A pesar de vuestras tiradas de percepción, no podéis verle a Él debido a la noche + el dispositivo de camuflaje.

Esta vez vamos a hacer como que vuestros personajes saben que eso que va a explotar va a pegar un buen petardazo.

La ruleta de la vida. Todo al rojo. Rojo sangre, claro.

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09/11/2022, 17:39
Rico Flores

Era listo, eso se lo concedía... Los cerdos eran sus peones, su avanzadilla... Limpiarían las trampas que le habían colocado. harían delatar las posiciones de sus compañeros. Hopper le había llamado cobarde durante su bravata, pero no lo era. Usaba su ventaja, de la misma manera que Rico usaba la suya cuando la tenía. Esbozó una sonrisa sarcástica... Joder, sentía envidia del equipo tecnológico que estaba desplegando. Si tienes ventaja, adelante, aprovéchala ¿Por qué no?

No encontraba su objetivo, por mucho que se fijara. Demasiadas variables... No pensaba disparar hasta estar seguro de que lo tenía calado... Ni por un momento iba a comprometer su posición. No estaba seguro de que el demonio no le volviera a localizar, pero los focos le brindaban una brillante y cegadora protección y el calor que emitían lo sentía como una segunda capa.

Algo que no era un cerdo entró en escena... Otro objeto de alta tecnología... Justo en medio del campamento... Parecía una bomba...

O quizá no lo fuera... No, no podía serlo. ¿Por qué iba el demonio a acabar así la partida? Imposible. Todo ese espectáculo porcino, no tenía sentido. Recordó la presión de la garra que le aprisionó el cuello... Jugaba con ellos, les quería cazar, sentir su terror... Si no, podría haberlos eliminado de mil maneras sin que ellos se dieran cuenta.

Ese tipejo era arrogante, se creía superior. Les daría caza y muerte uno por uno, regocijándose de ello...

También podría estar equivocado. Lo mismo ya se había aburrido de ellos y quería terminar pronto... Vete a saber...

Sea como fuere, allí en medio, aquél artilugio parece querer explotar de un momento a otro... Fuera fuego, metralla o mierda, les salpicaría por entero... Daba igual saber el radio de la explosión, aunque podía imaginar que sería capaz de arrasar el campamento entero y hacer un cráter en mitad de la jungla que pudiera verse desde el espacio. No había manera de esquivarlo... Así que sólo quedaba prepararse para recibirlo y rezar para que el juego siguiera.

Cerró los ojos. Si la explosión no le alcanzaba, por lo menos, la deflagración no le dejaría ciego. Abrió la boca para que el trueno que estaba a punto de llegar no le reventara los tímpanos... Odiaba ese pitido que se le queda a uno cuando le afecta un sonido estridente... Las carreras clandestinas del barrio, tubarros a tope, carburadores suplicando clemencia al pie del acelerador, el corte de encendido, el chirriar de los neumáticos al derrapar sobre el asfalto para demostrar quién era más machito y más hábil al volante... Esa mezcla de cacofonías irritaba los oídos de cualquiera y afectaba a la capacidad de reacción: Las chicas, con tops o bikinis minúsculos y faldas que parecían cinturones de cortas que eran, mostrando todo lo posible y dejando muy poco para la imaginación... Todas ellas con las manos tapándose las orejas... No tenía tapones, pero por lo menos, podría mitigar ese efecto de alguna manera.

Esperó la explosión, con los ojos cerrados, la boca medio abierta, el dedo en el gatillo y el corazón en un puño... 

Si las carreras del barrio habían sido su último recuerdo... Pues vaya mierda de último recuerdo... 

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10/11/2022, 14:54
Morgan Merl

El cabronazo se olió el pastel. No le sorprendió a Merl. Quien más quien menos hubiese sospechado, por supuesto. Y puede incluso que con sus juguetes de ciencia ficción hubiera detectado las trampas. ¿Todas?  Estaba por ver.

El sargento desde el principio fue reacio a parapetarse en este cementerio de guatelmaricas, como los llamaba Jim. Todos juntos le hubiesen cazado, le podrían dar por detrás hasta reventarlo.

O estaría todos muertos. A saber.

Ya era pasado.

El ahora, aquí, pintaba oscuro. No ya por la noche. Sino por el éxito de su defensa. Ese hijo de puta quería la vía rápida. Ya bastaba de juegos. Tal vez porque fue consciente de que el equipo de Hopper era un hueso demasiado grande para roerlo.

Estaba cansado. Las dos horas y las drogas no fueron suficiente para despejarle por completo. Sin embargo, la combinación de… miedo, excitación, las ganas de pelear, de matar a ese tipo, de entrar en combate, eran un chute brutal, más intenso y eficaz que cualquier medicina.

Tomó aire. Todo el que pudo.

No pensó en las consecuencias. Su cuerpo reaccionó igual que el resorte de un muelle.

El hombre cohete.

Se echó el arma al hombro y salió como una bala desde su escondite. Corrió hacia ese dispositivo, a todas luces una bomba. Un buen regalo de inicio del espectáculo.

Pudo meterse en lo profundo de su madriguera y esperar la detonación y explosión. Pero corrió para cogerlo y lanzarlo lejos.

No pensó si le daría tiempo o no. Lo hizo. Una oportunidad más para sus compañeros.

Lanzaría lejos aquel dispositivo. Después, él saltaría para ocultarse debajo de donde fuese.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno. Pues quería lanzarlo lejos. Los dados no quieren a los soldados usa. Yo creo que el brazalete se me cae a los pies XD

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10/11/2022, 18:34
Morgan Merl
- Tiradas (1)

Notas de juego

Ohhhh

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10/11/2022, 18:51
Jim Hopper

Se echó al suelo tan pronto vio caer algo en el interior del campamento.  Contó hasta cinco. 

Demasiado tiempo para una granada. Levantó la vista para ver a Merl abalanzarse sobre lo que suponía era un explosivo e intentar lanzarlo lejos.  Los engranajes de su cerebro rodaban enloquecidos y todo pareció ralentizarse a su alrededor. Vio claramente los rojos símbolos menguantes, una cuenta regresiva.

Demasiado tiempo.  Sólo había una razón para que ese marica despellejador les lanzase una bomba que tardase tanto en estallar.  Para poder alejarse lo suficiente.  

—¡Corred! ¡Todos! ¡YA! — gritó por encima de los gruñidos enloquecidos de los cerdos salvajes.  ¿Una pequeña bomba de neutrones? ¿Un ingenio atómico de bolsillo? ¿Una bomba de fósforo? Daba igual.  La potencia de cualquiera de esas formas de muerte disminuía de forma cuadrática con la distancia recorrida.  La base de narcomaricas iba a convertirse en un cráter y ellos en cenizas humeantes si no corrían lo suficiente.  

¡¡CORREEEED!! 

- Tiradas (1)
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10/11/2022, 19:09
Rico Flores
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