Partida Rol por web

Os encontrais en la Academia de Heroes de la Horda Roja, un lugar muy bien protegido por los accidentes geográficos...

Por fin llega vuestro ansiado momento, por fin vais a poder demostrar que teneis madera de Héroe para proteger a vuestro pueblo. Estais en una amplia sala sentados en cómodos butacones aterciopelados, se respira un aroma de té afrutado. Estais esperando a que se abra la puerta. La puerta por la que saldrá nada más  y nada ménos que Sir Lancarfan, el lider de la academia.

Lancarfan es un hombre muy amigable y atento, trata con respeto hasta el más infame de las limpiadoras y al más inutil de los alumnos. Nunca ha abusado de su poder como lider de la Academia. Seguro que os va a tratar bien. Estais entusiasmados por tabajar para él.

Depronto, la puerta se abre!

Sir Lancarfan, bien vestido como siempre, entra majestuosamente en la sala. Dedicandoos una de sus sonrisas. Sus dientes, blancos. Su aroma, perfumado. Y esa continua sensacion de confianza y seguridad que siempre resplandece en su persona.

-Saludos nobles soldados!.- Os dice con su voz dulce pero potente.- Ha llegado el momento! Sé que lo llevais deseando desde mucho tiempo! Bien, pues a partir de hoy sois oficialmente Soldados de la Horda Roja y como tales, tendreis que honrar su nombre!

Hizo una pausa para que sus palabras resonaran por el habitaculo.

-Vuestra primera misión ya ha sido decidida! Pero no os preocupeis, con el entrenamiento que habeis recibido, no os causará ningun problema! Estoy seguro que lo hareis muy bien! ¿Qué me decís soldados? ¿¡Estais preparados!?- Dijo mostrandoos su puño enguantado y cerrandolo rápidamente, como si partiese una nuez imaginaria.

Estoy preparado para cualquier cosa y si algo se interpone en mi camino acabará deseando la muerte.

En un tono que delataba su origen salvaje en las montañas Barnoth había hecho acto de presencia. Estaba deseoso de encontrarse a la muerte cara a cara.

Echo un vistazo discreto a mis compañeros. No hay ninguna cara desconocida. Después de todo han sido muchos años de intenso entrenamiento codo con codo. A pesar de ello, con algunos apenas sí he cruzado un par de frases en todo este tiempo. Giro mi cabeza hacia la derecha. Allí se encuentra la única persona que de verdad me conoce. Se le ve excitado, tal vez nervioso.

Cuando Sir Lancarfan entra en la sala, aparto mi capucha en señal de respeto. Escucho atentamente su arenga, cercana, amistosa. Sus palabras quieren enardecer a los presentes, animarlos, alejar sus miedos. Barnoth con su habitual impulsividad, sus ganas de acción, es el primero en responder.

Cuando termina su intervención, y desde la parte de atrás de la sala me dirijo a nuestro anfitrión.

- Puede contar conmigo Señor. Ya sabe que estoy, y estaré SIEMPRE a su entera disposición.

Miro directamente a los ojos de Sir Lancarfan. Nunca he olvidado que fue su intervención la que me salvó de la horca e hizo que ingresase en la Academia.

Discretamente agacho la cabeza mientras el resto de mis compañeros vuelven a centrar su atención en Sir Lancarfan

-Esperábamos este momento con ánsia, sir Lancarfan, nuestras habilidades y aptitudes estaran a la altura de la mission y más -comenta Shekaroth,  su precavidez al no tener una gran combatibilidad, ya que se habia dedicado más al saber de la magia y la curación, no podia disimular la luz que brillaba al fondo de sus ojos, anhelando grandes aventuras para passar a figurar en las páginas de las grandes hazañas de los anteriores de Héroes que llenaban los voluminosos tomos de la Biblioteca de la Horda.

Hacía ya muchos años desde que me introdujeron en la academia para acrecentar las de ya por si, grandes habilidades, era cierto que tenía una capacidad innata de aprender y almacenar información, la magia era mi pasión y mi razón de vivir ahora, aunque no estaba muy de acuerdo con los proceder de la academia, sabía que debía seguir sus designios si quería sacar provecho de ello, muchos de mis compañeros y algún que otro considerado mi amigo, estaban deseosos de que les encomendasen alguna misión, y así pasar un poco a la acción, en parte les compadecía, o mas bien les envidiaba, no sabría definirlo con exactitud, el caso es que no compartía es ilusión, preferiría quedarme a aprender y estudiar mucho mas con el gran maestre, ultimamente me estaba enseñando mucho, pero el era partidario de que debía cumplir con los objetivos de la academia, y no quería que nadie pensase que pensaba en mis propios planes, así que aceptaría la misión como cualquiera deseoso, y ayudaría a cumplirla, quizá, tal vez podría sacar algo provechoso, siempre pensaba en sacar algo que me beneficiara, así que no dejaría pasar la oportunidad, haría un buen papel, y así el maestre me vería con mejores ojos y me enseñaría mas, necesitaba aprender mas, era mi ilusión, mi pasión, ¿¿ mi obsesión??...

Entre el tumulto de jóvenes como yo, habían algunos a los cuales conocía bien, con cara seria como no podía ser de otra manera estaba expectante a los acontecimientos, algunos de mis amigos se dispusieron rápidamente, yo no me ofrecía a la ligera sino esperé a un gesto del maestre que me lo hizo con un cabeceo, y entonces procedí...

- Sir Lancarfan, dispongo de mis habilidades para unirme al primer grupo que forme, para intentar ayudar en la medida de lo posible a mis compañeros, en la misión que corresponda señor...

Algunos de los que me conocían, por la cara que ponían al escucharme, entiendo que no podían creer lo que escuchaban, o mejor dicho la disposición que ofrecía, pues sabían que era mas bien de carácter agrio y áspero, pero también entendían que algo me rondaba por la enigmática cabeza...

 Roger, con la cabeza rasurada y la barba espesa de color castaño bien recortada. Asintió con la cabez antes de hablar, todos le conocíais por ser hombre de acción y de pocas palabras.

 - Estoy deseoso de corresponder a mi ciudad con mi sudor y mi sangre si es preciso. - Todo y ser muy joven, siempre se mostraba serio, y poco dado a las bromas.

Sir Lancarfan aplaudió severamente y una sutil carcajada salió de sus delgados labios.

-Ése es el espíritu!.- Dijo para todos, pero se quedó mirando a Khahan con complicidad. -Sin más, ahora vendrá vuestron Jefe de Grupo, que os explicará con todo detalle los detalles de vuestra primera misión! El señor Taskmastah! Buena suerte chicos!

Dicho esto, Sir Lancarfan se marchó de la sala.

¡¡¡ HORROR !!! El entrenador Taskmastah es el ser más desagradable de toda la academia!! Todos los estudiantes rezan para que no les toque de jefe de grupo!! Algunos piensan que su madre fue un troll y su padre un orco!

Os mirais entre vosotros con ojos como platos.

POM

POM

POM

Son pisadas de un elefante acercandose a la puerta, no hay duda es él! Este va a ser el peor año de vuestra vida!

BLAM!!

La gran puerta de madera cruje y se abre como si fuera una delgada plancha de metal al recibir la patada.

La mole de ciento ochenta kilos y dos metros diez entra agachandose por la que ahora os parece una puerta de juguete. Sus musculos totalmente desarrollados, aceitados, parecen esculpidos en puro marmol aun comparandolos con los de Barnoth. Va vestido con tiras de cuero y un gran taparrabos. En la cintura tiene enganchada una calavera de un animal raro, nadie se atrevió nunca a preguntar de que animal es.

Recorre la sala con una velocidad increible para alguien tan pesado como él. Os observa, como un toro que ve muchas presas y no se decide a cual embestir. Finalmente su estruendosa voz resuena hasta en los confines de la tierra:

¡ SOLDADOS !?  JA!! OS HACEIS LLAMAR SOLDADOS?? SIR LANCARFAN DEBE ESTÁR LOCO CONFIANDO MISIONES EN UNAS DONCELLAS ESCUALIDAS COMO VOSOTROS! HE COMIDO ACEITUNAS MAS GRANDES QUE VUESTRAS PELOTAS!! HABEIS OIDO ESCORIA INMUNDA! NO SOIS NADA! NO TENEIS DERECHO A LLEVAR EL BRAZALETE DE LA HORDA! AHORA NO ESTAIS EN ESOS PABELLONES JUGANDO CON ESPADAS DE MADERA, ESTO ES LA VIDA REAL!

Hizo una pausa, caminó dos metros y se dio la vuelta mirando a vosotros otra vez. Luego se centró en Elssa:

OH!! BONITO PELO GENTIL DAMA, TE GUSTA COMER POLLAS VERDAD?!? TE ASEGURO QUE SI OS ATRAPAN A TI SERÁ EL PRIMERO AL QUE VIOLEN BRUTALMENTE! NO TIENES MADERA DE GUERRERO!- Dijo bañandote de saliva- NI TÚ NI NINGUNO DE VOSOTROS!.- Dijo apuntandoos con el dedo.- YO A VUESTRA EDAD YA TENÍA LAS MANOS MANCHADAS DE SANGRE! MARGARITOS!

Se dirigió rápidamente a la puerta y la señaló con el dedo.

POR EL DIOS JABALÍ! ESTOY SEGURO QUE NO VAIS A DURAR NI DIEZ MINUTOS FUERA DE LOS LIMITES DE LA CIUDAD! ESTÁ BIEN: OS DARÉ UNA OPORTUNIDAD! EL QUE NO TENGA LOS COJONES DE UN GUERRERO ESTÁ MUCHO MEJOR EN CASA FREGANDO PLATOS HABEIS OIDO? SI ALGUNO DE VOSOTROS QUIERE RENUNCIAR A SER HORDA QUE LO DIGA AHORA Y ESPERO QUE RENUNCIEIS TODOS! ESTAIS PRACTICAMENTE MUERTOS EN EL CAMPO DE BATALLA.

Las palabras del entrenador Taskmastah me golpean violentamente. Aunque estoy acostumbrado a sus vocablos y expresiones de mesonero analfabeto, sé que el trasfondo de sus palabras encierran una verdad indiscutible: la muerte puede encontrarnos a todos al doblar la esquina.

Mantengo su mirada en silencio, inamovible, pero con la prudencia y el respeto que me merece. A pesar de sus modales y su apariencia impetuosa e irracional, he visto a lo largo de todos estos años que es un tipo inteligente. Solo está tanteando. Espero que no me crea tan tonto como para responder a provocaciones infantiles que solo podrían conducirme a llevarme un tajo o un par de costillas rota... No, está claro que solo está tanteando.

Muevo imperceptiblemente el labio superior en un amago de sonrisa irónica cuando gira su cabeza para emprenderla con uno de mis compañeros.

Miro a Khahan. No puedo quitarme de la cabeza su rápido compromiso con la misión. Esperaba... no sé... en fin, ya lo pensaré más tarde...

 El soldado se mantien en la posición de firmes que habitualmente presenta, mirando al oficial. Sin moverse una pulgada. Mirando con desdén la puerta señalada.

Barnoth sonreía de oreja a oreja con los ojos ocultos bajo la sombra de sus prominentes cejas, de todos los entrenadores no podía haber caido en mejores manos.

Al menos no nos tendrán recuperando obejas descarriadas... ¡JAJAJA!

Se quedó esperando tenso a que el resto tomara su decisión de irse o quedarse.

Un escalofiro por el espinazo le recuerda a Shekaroth los infiernos en que se convertian cada classe de combate con ese mastodonte, que se regodeaba con aquellos que no encontrabamos la violencia como resolución principal de conflictos y machacaba a aquellos que sí querían desarrollar sus habilidades combativas. Ya habíamos visto sus infinitas capacidades de inflingir dolor. Y aunque sus formas realmente parecian más de un bárbaro inculto que nuestro compañero Barnoth, sus amenazas no eran para menospreciarlas, sus méritos fuera de la Academia eran demasiado reconocidas por no tener en cuenta sus advertencias del mundo exterior.

Intentando camuflar el desagrado de su presencia, Shekaroth cruzó las manos dentro las mangas como siempre hacia cuando se concentraba en alguna lectura o en no ponerse aún más nervioso, y con la mirada perdida en el infinito a través de la cara del grandullón, esperó sus indicaciones sin hacer ningún comentario para evitar convertirse en blanco de sus amenazas y despropósitos.

Impasible escucho las palabras del mas temido de la horda, es sabido por todos que es persona que no le gusta los errores de ahí su carácter combativo, no obstante alguna que otra vez había escuchado palabras similares a otros reclutas y por ello no acababan de intimidarme del todo, no obstante no era tan necio como para ponerme delante de una sarta de amenazas de tal grandullón así que en mi sitio, miro a Sir Lancarfan, esperándome ver una pequeña sonrisa de satisfacción al comprobar que la enorme mole sigue con sus procederes...

Al ver que os quedais parados, el hombre cierra de un sonoro portazo la puerta. Os esperais una sonrisa por parte de él pero su cara se torna quizá más enfadada.

ESTÁ BIEN! APRENDICES DE ESPANTAPÁJAROS, ID DESPIDIENDOOS DE VUESTROS PRINCIPES AZULES PORQUE POSIBLEMENTE MORIREIS HOY MISMO!

Se dirige a la mesa y coloca un gran mapa de la región.

NOSOTROS ESTAMOS AQUÍ,- Os señala un gran punto etiquetado por 'Academia HR'.- BIEN. PUES UN POCO MAS ABAJO, A MEDIO DIA DE CAMINO ESTÁ EL PUEBLO DE SAHJ-TORON, HAY QUE SEGUIR EL CAMINO REAL, NO TIENE PERDIDA. BIEN, HEMOS RECIBIDO VARIOS INFORMES DE MOVIMIENTOS Y RUIDOS EXTRAÑOS POR LAS NOCHES EN EL CEMENTERIO DE SAHJ-TORON, ESE PUEBLO DESDE SIEMPRE HA SIDO MUY SUPERSTICIOSO Y LOS MUY GALLINAS DE LOS CAMPESINOS NO SE ATREVEN A PONER UN PIE EN EL CEMENTERIO CUANDO ANOCHECE. SEGURO QUE  SON IMAGINACIONES DE LOS VIEJOS CHIFLADOS QUE HABITAN EN EL PUEBLO!! POR ESO OS MANDAMOS A VOSOTROS A INVESTIGAR LO QUE PASA! SI FUESE ALGO IMPORTANTE LE ENCARGARIAMOS EL TRABAJO A ALGUIEN MÁS COMPETENTE! A VERDADEROS LUCHADORES! NO A ABUELITAS COMO VOSOTROS!

Vuelve a enrollar el mapa y lo guarda en un armario.

VUESTRA TAREA ES LA SIGUIENTE, LLEGAIS AL PUEBLO, OS PRESENTAIS. DAIS UNA VUELTA POR EL CEMENTERIO CUANDO CAIGA EL SOL, RELLENAIS EL INFORME Y LISTO. LO HABEIS ENTENDIDO CAPULLOS? O ES QUE TENGO QUE PONEROSLO POR ESCRITO!!

Antes de que podais reaccionar y consultarle cualquier duda que pudieseis tener, la tormenta en boca del Entrenador estalla de nuevo.

Vuelve a abrir la puerta y se queda ante ella como una columna.

Y AHORA A QUE DIABLOS ESTAIS ESPERANDO! A QUE OS DE UNA PALMADITA EN LA ESPALDA!! LARGO DE AQUÍ GANDULES! Y TENED CUIDADO CON LOS ESPIRITUS DEL CEMENTERIO! SI TENEIS PROBLEMAS LLAMAD A VUESTRA MAMÁ!