Partida Rol por web

El principe se reclina en su trono austero y se os dirige en un tono mucho más respetuoso que el chambelán. 

- Gracias a todos por haber acudido aun cuando la llamada ha sido tan prematura. La situación es algo tensa, pero no más de lo debido. Vereis, todos sabeis que la guerra contra el clan Tzimisce nos terminó dando la victoria, pues bien, tenemos un prisionero, enviado desde la fortaleza de Amgalath* y necesitamos gente capaz de sacarle información. Confio plenamente en vosotros, aunque mi consejo opine lo contrario, he decidido daros esta oportunidad y concederos este honor. 

El prisionero se encuentra en la celda de la esquina**, el carcelero os conducirá hasta él. 

Paro de afinar mi laúd repentinamente.

Meterme en una celda, yo, interrogar a un prisionero, yo. El príncipe debe de estar de broma. Tiene que ser una prueba o algo. ¡Con lo sucias que están las celdas! ¿Cómo pretende que entre ahí?

Disculpe su majestad, no cree que sería mejor llevar al prisionero a un sitio un poco más… (limpio) adecuado para interrogarlo. También estaría bien saber de cuánto tiempo disponemos para interrogarlo, ya que es bien sabido que los Tzimisce se debilitan con el tiempo y creo que es mejor sacarle toda la información que tenga a que nos queden dudas sobre si nos oculta algo.

Miro a mis nuevos compañeros
Bueno, quizá a ellos no les preocupe demasiado ensuciarse. ¡Que poco civilizados!

- Oh no, no te preocuopes trovador, no te mancharás tus limpios atuendos ya que esta celda cuenta con un estupendo balcón para poder hablar con el individuo sin tener que entrar en contacto con él. Este ejemplar es demasiado peligroso para una celda corriente. 

Ejemplar demasiado peligroso… lo que faltaba.

Disculpe majestad, ¿Qué quiere decir con "ejemplar demasiado peligroso"? ¿hablamos de un general enemigo? ¿un hechicero?
Y sobre el tiempo, lo digo porque igual es más fácil de “convencer” si tiene hambre o si podemos hacer un proceso más largo de interrogatorio.

Preguntas, preguntas y más preguntas a saber a quien nos ha toca interrogar…

- Tiempo no nos queda mucho trovador, lo hemos tenido encerrado durante una semana, esta al borde de la inanicion

Hermann, aburrido de los remilgos del trovador, se dirigió a los presentes

- Llevenos ante el prisionero y me encargaré de hacerle soltar la lengua - dijo mientras acariciaba el pico de su martillo de combate

Me quedo quieto ante la impaciencia de mi compañero, y reanudo mis preguntas.

No voy a acercarme a ese “tipo peligroso” sin saber nada.

Su majestad disculpe mi insistencia, pero… ¿tiene nombre el individuo? ¿Qué sabemos de él? Y bueno ¿a que se debe tanto empeño en interrogarlo? ¿a caso ellos tienen también a uno de los nuestros? Su majestad entenderá, en su gran sabiduría, que debemos enfocar el interrogatorio hacia la parte que nos interesa.

No creo que le gusten mucho las preguntas al príncipe, pero bueno, prefiero incomodar al príncipe que servir de aperitivo a un Tzimisce hambriento.

Miro al resto de los miembros del consejo.

- Sabemos que responde al nombre de Alf* y la cosa de querer interrogarlo es porque queremos saber cuales son los planes de los Tzimisce y los Lasombra en estas tierras. Sabemos que tienen aun en su poder una fortaleza a unas 10 millas al oeste, lejos de peligro, pues queda al otro lado de las montañas de hierro. Pero tememos que pueda tener más espias dentro de nuestra ciudad, y ya de paso, Garzhal quiere saber, porque el Tzimisce estaba rondando en la casa de su criado, el alquimista de la calle del oro. 

El tzimisce rondando por en medio de la ciudad donde con solo verlo lo habrían matado, eso sugiere dos cosas, la primera que alguien ha hecho mal su trabajo y la segunda que tenia algo importante entre manos. Habrá que visitar al alquimista…

Su majestad habrá pensado que, en caso de que nuestro invitado sepa algo, los tzimisce y los lasombra intentaran matarlo o rescatarlo, o… ¿lo han intentado?

Si antes no había más espías, seguro que ahora los hay. Entiendo la urgencia de vuestra petición, majestad. Estoy seguro de que haremos todo lo que este en nuestras manos.

Miro a mis nuevos compañeros.

¿Considera su majestad que hay alguna cosa más que debamos saber?

- Y nuestro querido trovador considera que deba saber algo más. Por los clavos de cristo, preguntas más que mi mujer cuando aún vivia.- El general suelta una carcajada, pero nadie más parece que le haya echo gracia la broma .- Por parte de los espias que puedan venir no os preocupeis, los gangrel hacen su trabajo por fuera de la ciudad y mis muchachos la peinan por dentro al milimetro. Hemos contado hasta las ratas de las alcantarillas, no se mueve una mosca sin que lo sepamos. La ciudad es segura, ahora por lo menos, tal vez esos advenedizos no se atrevan a atacarnos mientras el tzimisce siga en nuestro poder, y venga .- mira a su majestad el cual asiente con la cabeza.- Id a cumplir con vuestro deber y traednos noticias frescas. 

Si… bueno, a mi tampoco me hace gracia, pero prefiero ignorar el comentario, así que digo

Bien a si se hará.

Después miro al príncipe y me despido.

Su majestad.

Y por ultimo miro a la bella Ambriche.

Espero que disfrutéis del resto de la noche Milady. Digo haciendo una reverencia.

Miro al resto de compañeros y me dirijo a la salida.