Partida Rol por web

- Se hará como digáis, nobles señores.

Hermann se despide con un respetuso inclinamiento de la cabeza, y se pone su yelmo

- Bueno, directos a la prisión, ¿no?

Eso parece.

Me voy a mi carruaje y a la prisión (¿el resto también tienen monturas?)

Al salir de la sala de audiencia no podeis evitar oir el ruido de un murmullo que se va alzando y termina en una acalorada discursion dentro de la propia sala. 

A la que llegais a donde esta la celda de la esquina, en mitad del patio del castillo, el carcelero os hace una seña para que os pongais en una situacion determinada. Tomais vuestra posicion y comienza a accionar un intrincado sistema de poleas, contrapesos y otras cosas tecnológicas y el suelo comienza a separarse para dar lugar a la famosa celda. La celda esta tapada con un enrejado grueso para evitar fugar y abajo del todo veis un rostro demacrado por el hambre, la incomodidad y la falta de descanso. Os mira directo a los ojos, pero en sus ojos no lograis ver emoción alguna, ni odio, miedo o cualquier cosa habitual de un condenado. Sólo un débil destello de curiosidad. No aparta la mirada ni por un segundo el tipo. 

En fin, ya estamos aquí.

Miro al teutón y le hago una señal con la cabeza, cediéndole el protagonismo en el interrogatorio. Yo me quedo detrás fijándome en las reacciones (tanto físicas como de su aura) del prisionero.

Hermann responde con una inclinación de cabeza al gesto del trovador, y se quita el yelmo. Apoya su mano enguantada sobre uno de los barrotes, y lo golpea ligeramente para llamar la atención del preso

- ¿Va bien la noche?

- Rudolph cansado de no obtener nada más aparte de quebraderos de cabeza envía a sus justicieros. Esta bien. Matadme cuando antes, me da igual la forma. 

Parece que no está dispuesto a mantener una conversación amigable; mejor, así podré ir al grano

- ¿Matarte? ¿Quien ha hablado de matarte? Eso sería hacerte un favor, demonio

Hermann empezó a pasearse de lado a lado ante la celda

- Se me ocurren cosas peores que matarte; pero antes de ponerme a hablar en detalle, dime ¿vas a hablar, o te lo voy a tener que sacar?

- ¿Que quereis saber? Os advierto perros que mi lealtad a la causa es inquebrantable y que nada puede apartarme de mi objetivo. No lograreis sacarme nada os lo aseguro. 

Su mirada seguia firme y convencida. 

- Pues creo que cuales son los planes de los tuyos y los Lasombra en estas tierras, y de paso que estabas haciendo husmeando por la casa del alquimista ¿Me he dejado algo?

Se giró hacia sus dos compañeros, para confirmar sus palabras

Sabia que el teutón iría al grano, aunque igual demasiado… bueno, el sabrá… aunque de ser tan sencillo ya lo habría hecho el príncipe… igual deberíamos haber visitado al alquimista antes, o incluso traerlo con nosotros. Bueno, veamos que sucede y ya decidiremos.

Hago un gesto de aprobación y continua atento al prisionero, observado su aura y sus gestos ante las preguntas del teutón.

- Lo que hacia estaba bastante claro. Llamar la atención, y mi plan ha funcionado a la perfección. ¿Habeis conocido alguna vez un ejército que sólo lleve un espia en el enemigo? Desde luego que no, y en esta guerra no iba a ser de otro modo. Mientras yo estoy aqui, y vosotros conmigo, mis compañeros continuan libres por la ciudad cumpliendo su mision. - El Librero parece estar muy tranquilo, demasiado para alguien que sabe que va a morir. 

El teutón arquea una ceja y mira a sus compañeros

- ¿Alguno de vuesas mercedes puede decirme si miente?

Queda claras varias cosas. El librero no miente ni esta nervioso o enfadado. Se muestra neutral. 

Esto no creo que resuelva el problema. A demás, crea una duda...

Hago una señal a mi teuton compañero para que me ceda la palabra y doy un paso hacia delante.

Disculpad caballero. Digo refiriendome a "nuestro" prisionero. Si sois tan amable me podriais explicar una cosa. ¿Como estais tan seguro de que vuestros compañeros continuan libres?

Personalmente estoy deacuerdo, de hecho se lo hice saber al principe antes de venir, pero supongo que vos tendreis algo más que suposiciones. Tanto confiais en los de vuestra especie.

- A los mios no se nos trata con especial decoro, de hecho, ya veis donde me han metido. Y sin embargo soy el único de los mios que se ve por aqui. ¿Estaran en otras celdas? ¿Habrian traido sus cabezas orgullosos de matar a vampiros indefensos? Creo que nada de eso y sin embargo, por ahi siguen tan felices. O lo mismo se han vuelto ya a ir de la ciudad. O tal vez hayan logrado encontrar un escondite seguro dentro de la ciudad. Una cosa esta clara, yo no trabajaba solo, solamente estaba desviando su atención, y lo he conseguido. 

Bueno, ya que estamos manteniendo esta agradable conversación… hay una caso que quería preguntaros. Os réferis a vuestros compañeros como “indefensos vampiros” ¿es una forma de hablar o estamos hablando de almas inocentes?

Y otra cosa ¿sabes los planes de vuestros amigos? De los que no se han capturado.

Ahora si que me fijo de si miente o no.

- Sus planes resultan de lo más evidente trovador, eran los mismos que los mios. Pero con algunos detalles menos. Entre mi cometido figuraba llamar la atención para ser apresado. Mientras los ojos estan puestos en mi, no miran a los demas compañeros. Y de esa forma tienen más libertad para actuar. Y mientras estais aqui mano sobre mano, mi gente se prepara para lo que venimos queriendo hacer desde hace siglos. La venganza de aquellos que fueron expulsados y condenados. Queremos dar muerte a los usurpadores y a todos aquellos que les ayuden.