- Tu dirás, trovador -dice el teutón- ¿Que has encontrado?
El alquimista carraspea como queriendo llamar la atención con disimulo.
- Bien mis señores, si no desean nada más les agradecería que se marcharan. No son horas prudentes de estar por las calles y mañana por la mañana tengo que abrir mi establecimiento
Mi señora...¿Qué deberiamos hacer? Este hombre no parece mentir y nuestra misión es cada vez másy más extraña. El prisionero no dice nada, el alquimista no parece tener nada que ver... Oh señora...solo espero poder terminar pronto con esto para poder honrarla con mis cuadros de nuevo...¿Esta segura? De acuerdo...Lo haré
-Si no le importa señor, me gustaría dar un vistazo a su libro de contabilidad
Emerick se mostraba nervioso. Aquella situación parecía alargarse más de lo que había pensado en un principio.
pos ya esta :P
Continúo mirando el libro e ignoro al alquimista y al resto de mis nerviosos compañeros. Para concentrarme mejor me pongo a tararear una canción que compuse hace poco.
¿Encuentro algo? ¿Tiro algo?
Paco, lo que tienes entre manos es una libreta en blanco ¿que esperas encontrar? No tiene nada escrito.
¿No se supone que me ha dejado su libro de contabilidad y la libreta en blanco?
En este libro tengo anotado quien viene a mi tienda, lo que compran y lo que me pagan por ello. Tal vez les resulte útil este libro, si quieren pueden venir a verlo siempre que quieran, lamentandolo mucho no se lo pueden llevar, es necesario para mi contabilidad.
En el libro de contabilidad no hay nada raro escrito aparte de los clientes que van comprando, lo que compran y lo que han pagado por ello. Llama la atención un detalle del libro. No hay dos nombres iguales.
A copote, habia entendido que examinabas la libreta xD Incluso a mi me sonaba raro xD
-Mm… Usted dijo que Lord Garzhal venía a altas horas de la noche y que compraba muchas cosas… pero en el libro solo está una vez ¿Cómo es eso posible?-
Digo cerrando el libro, pero sin soltarlo.
-Le advierto que venimos en nombre de Lord Rudolph, debería decirnos la verdad.- Miro al alquimista y luego miro a mi compañero teutón (ya que el resulta mucho más intimidatorio)
Supongo que Lord Garzhal está en el libro de contabilidad, si no está mi pregunta sería que por qué no esta.
- La respuesta es sencilla. El señor Garzhal es un hombre ocupado, por lo que no siempre podía venir personalmente a la tienda a comprar. Enviaba a gente que a lo mejor le pillaba de camino pasar por aqui y enviaba a alguno de sus criados a comprar.
-Interesante… Pues... podría señalarme que compras son del señor Garzhal y si hay alguien que haga como él, que mande a más gente a comprar en su nombre, podría indicarnos quien es y cuáles son sus compras.- Le dije acercándole el libro de contabilidad.
- Me encantaria pero.- el alquimista bosteza sonoramente.- Me temo que es muy tarde como para hacerlo esta noche. Por favor, les ruego que me dejen dormir y mañana si quieren vuelvan y examinan el libro con más minuciosidad.
-Suena razonable.-
Ay… la fragilidad de la naturaleza humana mezclada con la ignorancia le otorga cierta belleza…
-O mejor, podría hacer la lista a lo largo del día de mañana y nosotros podemos venir a recogerla al acabar el dia. Así no tendrá prisa por elaborarla y podrá dedicarle el tiempo necesario.-Digo con una sonrisa de complicidad.
POr un momento me sentí tentado de participar en la conversación pero parecia que mi compañero se las apañaba muy bien con aquel hombre y decidí ver como acababa aquello. Tenía que reconocer que Priotek era muy habilidoso en las relaciones con los humanos, no como nuestro otro compañero
El alquimista asiente complacido.
- De acuerdo, les espero aqui mañana al anochecer para darles la copia del libro. Ahora si me disculpan, el descanso me llama.
-Bien, bien, bien. Pues nos vemos mañana.- Me despido de despido con una reverencia y me dirijo a la puerta.
Señora...Gracias, se que todo ha salido bien gracias a usted
Bien, hasta mañana -digo siguiendo al trovador. Cuando estamos ya fuera del alcance del oido del alquimista felicito a mi compañero por su rápida mente. -Buen trabajo Priotek. Ha estado muy habil
¡Oh¡ Adulaciones... me encantan.
-Gracias compañero.- Le dije al Señor Maréchal. -Ahora a pensar en nuestro siguiente paso… Si tuvierais que esconderos en una ciudad ¿Dónde lo haríais?-
- En un sitio donde nunca de el sol: en las cloacas -dice el teutón con sequedad
¡Horror! ¡Con la suciedad que hay ahí! Lo malo es que no es un mal sitio. De hecho, es el sitio donde cualquier persona civilizada preferiría no mirar…
Se puede apreciar cómo se me congestiona la cara solo de pensar en baja a ese asqueroso lugar.
Pensando un poco se me ocurre…
-Buena idea, pero si queremos cogerles lo mejor sería planear un poco nuestros movimientos, propongo que nos distribuyamos la tarea, yo podría esperar en una entrada/salida y vosotros, en caso de encontrar a alguien, le haces salir por donde estoy yo. Creo que es mucho mejor que andar a ciegas por dentro del alcantarillado. Es incluso probable que lo hagas salir sin saberlo…-
Era inevitable que se me notaran las pocas ganas que tenia de poner un pie es ese lugar.
No creo que sea una buena estrategia. Puede escapar por otra salida. Además, nosotros no conocemos las alcantarillas y ellos sí. Juegan con ventaja.
Me quedo unos segundos callado, pensando.
Habría que buscar la forma de obligarlos a salir sin entrar nosotros y que nos lleven a una emboscada