Partida Rol por web

Tokio, la ciudad que nunca duerme... Nada más apropiado para Armegin, puesto que hacía semanas que no podía conciliar el sueño. Armegin, no era su verdadero nombre, pero hacía tanto tiempo que no usaba el suyo real que ya no importaba. Había logrado huir de sus antiguos patrones. ¡Que imbecil había sido! Cuando siendo solo un simple aspirante a agente del FBI lo habían apartado de la academia para un grupo de operaciones especiales y destinado al "Proyecto Omega" había pensado que la suerte le sonreía.
Pensaba que era el bueno, que estaba haciendo algo bueno por su país y por su tierra, hasta que las cosas habían empezado a ir mal. desde el principio no le había gustado el agente del servicio secreto, ese tal Edwars. Era frío como una serpiente y el tiempo había demostrado que un hijo de la gran puta.

Creia que etaba cazando ecoterroristas o algo parecido, la instrucción de Edwars había sido dura, lo había vuelto una maquina casi perfecta, sin cuestionarse que puñetas era lo que hacían con los desdichados que atrapaban.
Un día Edwars no aparecía por ninguna parte, había salido a Washington con un tal profesor Jacobs, no sabía ni quien era el viejo, solo que estaba casi recluido en su laboratorio, como un prisionero. Se había colado en las salas restringidas y había visto lo que les hacían a los pobres desgraciados que atrapaban, la mayor parte sus capturas. Muchos de ellos estaban conectados a maquinas o con miembros amputados y conectados a tubos y respiradores artificiales. Se había vuelto casi loco al ver la mirada de desesperación de aquellos pobres desgraciados. Había huido de allí como un acto reflejo, sin saber que hacer. Antes de desaparecer se había colado en el despacho de Edwars y grabado en un UMD la información del proyecto.
Su sorpresa era que en menos de 24 horas había una orden de detnción contra él como terrorista que circulaba ya de estado a estado. Había tenido que huir del país y dando tumbos se había refugiado en Tokio.

Consultó por enesima vez el ordenador y recibió en mensaje encriptado que llevaba días esperando.

IMPOSIBLE DESCIFRAR DISCO UMD, SOLO ES POSIBLE LEERLO DESDE EL SISTEMA DONDE FUE ENCRIPTADO. MALA SUERTE. LO SIENTO. FIN DEL MENSAJE.

Después de mucho reflexionar mire a mi alrededor (estaba en mi pequeña habitación del hostal “El Obrero feliz”, situado en un barrio de clase baja), y pensé como pude acabar aquí, antes con dinero, mujeres, y todo bajo control y ahora en un cuchitril en la otra punta del mundo.
Me cansé de añoranzas me tome otro tequila, ya no sabia ni cuantos llevaba, decidí salir a la calle, preguntar a todo soplón que conocía, a toda persona que me pudiese dar información sobre un científico llamado Jacobs, sobre Edwars, y sobre la empresa que creía saber muy bien que era y a que se dedicaba y por lo visto no tenía ni idea.De paso pensé en preguntar si alguien tenia algún trabajillo sencillo para ahorrar dinero en caso de apuro o necesidad. Intente calmarme ya que de buen grado se que trabajar nervioso no es bueno, y no quería armar mucho revuelo ya que me buscaba un país entero.

Armegin, se devanaba los sesos tratando de decidir un camino a seguir, un curso de acción para poder salir de aquel lío con la piel intacta. No sabía como volver a las montañas de Wasatch en Utah.

El ordenador volvió a enviar un MAIL, Armegin por la fuerza de la costumbre la consultó.

BRECHA DE SEGURIDAD. TE HAN ENCONTRADO. SAL DE AQUÍ. SUERTE.

La puerta empezó a sonar. Alguien golpeaba la puerta.

Cuando sonó el primer golpe en la puerta se me bajo de golpe el efecto de los tequilas, a la vez que, como acto instintivo desenfunde el arma y apunte hacia la puerta. Pensé todavía no, fui lo más rápido y silencioso que pude a la ventana que daba a una vieja salida de emergencia, por la cual me colé a la habitación contigua. Fui hasta la puerta que daba de la habitación al pasillo del hostal, mire por la mirilla y al no ver nada, fui abriendo muy poco a poco la puerta…

El corazón debería estar desbocado en una situación como esta reflexionó Ámergin mientras se colaba por el alfeizar de la ventana de la habitación de al lado. Aún se sorprendía de como había aprendido a comportarte en situaciones de estrés.
Edwars le había enseñado a siempre tener una ruta de huída preparada, y allí tenía dos, las oxidadas escaleras de emergencia o la habitación por la que ahora se colaba lijero como un gato; tenía goteras y por ello el dueño no la alquilaba. Más intimidad. Andando como un ranger, apoyando primero la punta de los pies se acercó a la puerta. Conteniendo la repiración miró por la mirilla a ver de quien o que se trataba.

Fuera empezó a llover. Y una espesa cortina de agua empezó a barrer la calle. Bien, aquello le ampararía si se veía obligado a huir. Sus ojos enfocaron a traves de la mirilla y vió a un oriental pequeño golpear la puerta, primero una vez y luego un poco más insistente. Eran el señor Chi Lang, el dueño del hotelito, no pasaba nada, era una falsa alarma...

Pero algo le pareció extraño y Armegin siguió observando, durante un instante le pareció que el señor Chi Lang llevaba algo en el oído, un pequeño pinganillo.
Le habían encontrado. Solo esperaba que Luz Negra, la Hacker que le había ayudado estuviese a salvo.

Empezaron a pasarse por mi cabeza un millar de ideas de cómo intentar solucionar aquella situación, pensé en escapar pero me dije, y donde voy ?, que querrán saber de mi ?, que será de Luz Negra?. Hasta que al final me cansé. Abrí la puerta de un golpe, retrocedí un tres metros de un salto y un par de pasos, en una mano sostenía la pistola apuntando a la arrugada frente de Lang, y con la otra le hice un señal de silencio. Le dije: ¿Buenas noches señor Lang desea algo?. Al mismo tiempo le escribí que se quitara el auricular, lo tirara al suelo y lo pisara, todo ello sin dejar de apuntarle.

Después de romperlo le pregunte el porqué lo llevaba y quien se lo había dado, si sabía donde estaban, y cuantos eran.

El anciano levantó las manos por acto reflejo, se desizo del pinganillo temblando hostensiblemente.

Yo... no... no se de que me habla... he venido... porque tiene... una llamada... Chang tenía miedo, eso era claro, una gota de sudor se deslizó lentamente hasta su mejilla para caer al suelo. Amergin se fijó en que el anciano miraba hacia atrás, hacia el pasillo que tenía a su espalda de reojo.

Antes de que Armegin pudiese darse tiempo a reaccionar, dos sujetos orientales, pulcramente vestidos de negro y que no debían llegar a la treintena aparecieron por la salida del corredor. Cada uno de ellos levaba un arma en la mano, amartillada y la alzaban en dirección a él y al anciano.

Me quede un poco atónito al ver a Chang jodido de miedo y darme cuenta de que no sabia gran cosa, que no pintaba nada, y al relajarme un poco ver salir de golpe 2 guerreros japoneses dispuestos a verme hecho trizas.
Tenía claro que no se iva a poner fácil...

Armegin esperaba que le enseñaran un placa, que le gritasen una advertencia o que trataran de arrestarle.

No ocurrió nada de eso, uno de aquellos tipos de traje negro disparó a matar. Armegin escuchó la detonación de la polvora e instintivamente buscó refugio tal y como había sido adiestrado. Mala suerte para el Señor Chang, un par de manchurrones rojos aparecieron en su pecho. Con un gemido de incomprensión se derrumbó en el suelo para quedar tendido en posición fetal.

El otro tipo amarillo levantó a su vez el arma dispuesto a finiquitar el tema. Aquellos tíos eran profesionales.

Me acerqué hacia ellos habiendo desenfundado ya las armas disparando a cada uno con una de mis pistolas,que tantas veces me habían salvado la vida. Empecé a vaciar el cargador, sin ni siquiera pestañear al ruido de cada uno de los disparos.

Amergin disparó las dos armas como acto reflejo, una de ellas impacto en el brazó izquierdo del primer oriental, mientras que el segundo disparo pasó rozando el torso del segundo, este al ver a su compañero recibir el impacto de la bala se lanzó detrás de la esquina para conseguir cobertura.
Armegin escuchó como gritaba a pleno pulmón el que se había recostado contra la pared.

Me encantaban estas situaciones, era como ponerme a prueba otra vez, notaba como la adrenalina fluia por mis venas, por todo mi cuerpo sin ningún tipo de control.
Aproveche que uno de los dos extraños estaba aturdido por el disparo, para descargar otra ráfaga contra su cuerpo lastimado, pero esta vez mis dos compañeras apuntaron sólo él.
Sabía que el su camarada utilizaria esos valiosos segundos para esconderse y buscar cobertura, pero no pude evitar pensar antes en destruir el enemigo que en pensar en mi bienestar personal, era otro de mis actos reflejos que escapan a toda lógica en una persona normal.

La mente de Amergin no funcionaba como la de los civiles, en lugar de pensar en esconderse recordó las palabras del adiestramiento. Sabía que el aturdimiento de aquél tipo solo le duraría unos segundos y que su ventaja terminaría en este mismo instante y qye carajo pensó, el amarillo se lo ha buscado.

Abrió fuego con ambas armas sin preocuparse mucho en atinar y mirando más allá de este para tratar de vislumbrar que hacía su amigo a cubierto. Ambos disparos hicieron diana, una el el brazo izquierdo y el otro en el cuello, Amergin no se preocupó en observar el resultado de su trabajo, sabía que el japones estaba muerto antes de tocar el suelo.

Una bala hizo estallar el marco de la puerta por donde había salido Armegin, el otro japones no cejaba de gritar algo por la emisora, probablemente pidiendo refuerzos. Había disparado sin mirar.

Al ver al japo aquel ablando nervioso, deprisa y muy alterado pensé sera mejor poner quilometros entre esta gente y yo, ya q no sabía cuantos me podrian venir a buscar así que decidí largarme cuanto antes, pero no pude evitar pensar en que si todos mis encuentros acababan asi nunca sabria nada de ellos ecepto su color de piel y los feos y parecidos que los encuentro a todos...
Así que decidí descargar el último cargador contra el japo escondido mas que nada para que se resguardase en la esquina mientras me daba unos valiosos segundos para registrar rápidamente el cuerpo del muerto.
Después me fui como alma que lleva el diablo por la misma vieja escalera de emergéncia por la minutos antes pensaba uir.

Al compás del cargador vaciandose, el oriental parapetado detrás del muro se desgañitaba gritando algo, probablemente pidiendo auxilio. No bien pronto terminaron las defñlagraciones Armergin se lanzó a toda prisa por la ruta de escape que tenía ya asegurada. Nada más salir por la oxidada escalera quedó empapado por la torrencial lluvia que caía fuera.
Bajó los peldaños a toda prisa tratamdo de no resbalar, al llegar al suelo resollando, el ruido de la tromba de agua al caer no pudo evitar que el joven escuchase el ruido de sirenas que en aquellos instantes aparcaban justo delante de la puerta de la pensión. Un grupo de soldados japoneses y una tanqueta tambien se habían congregado allí para darle caza. Amergin no pudo evitar sentirse entre alavado por todo aquel esfuerzo y atemorizado. ¿Tanto poder tenían Edwars y el proyecto Omega para cazarle de aquel modo?
Y hablando del diablo. Era precisamente Edwars en persona el que que estaba al lado de la tanqueta empapamndose junto a un grupo de nerviosos oficiales japoneses.

La verdad es que cuando vi todo aquello sentí una mezcla entre miedo y "satisfacción".
No podía creer que toda aquella parafernalia la habían montado por mi, segundos después pensé en que coño piensas...No es una fiesta de cumpleaños esa gente te quiere matar...Entonces corrí lo mas rápido que pude en dirección totalmente contraria a todo aquel burullo de gente sedienta por finalizar mi existencia.No pare hasta llevar a un pequeño cibercafe, y al pasar por delante m dije vamos a ver si hay algun mensaje de Luz negra que parecia saber mas de lo que me había contado hasta el momento.

Amergin de maldijo de nuevo por no haber podido registrar al muerto en su presurosa huída. Estaba empapado por la continua lluvia y de un humor de perros. Un par de miradas hoscas fueron suficientes para mentener a todo curioso lo suficientemente apartado de él. Estaba jodido, pero al menos continuaba teniendo el disco.

Una vez hubo calmado sus animos recapacitó sobre su situación. Estaba buscado por toda la policía japonesa,y si eso no era malo Edwars había venido en persona a traves de medio mundo para cortarle los huevos.
Se había acabado de ser el saco de boxeo, de alguna manera tenía que volver la situación a su favor, necesitaba información y parecía que el único que sabía algo era Luz Negra, desde que se había puesto en contacto con él parecía que jamás se equivocara en lo poco que le contaba el desconocido a Amergin. Sin su ordenador portatil tuvo que ir a un cyber, lleno de adoslescentes jugando a juegos en red y tocandose por debajo de las mesas.
Tecleó como siempre el código y esperó que Luz Negra le encontrara a él.

La pantalla del ordenador empezó a mostrar extraños dibujo hasta que se volvió completamente negra. Unos ojos maliciosos y una enorme dentadura aparecieron en el monitor.

MENUDA HAS MONTADO.
ME ALEGRO QUE HAYAS
PODIDO SALIR.

Le pregunte sobre quien era y como conseguia saber en cada momento cada uno de mis pasos y mas importante como sabía los de mis enemigos.También pensé en buscar información, y haber que decia l google sobre mi persona y mis supuestos actos, sobre mis buscadores, sobre la empresa, o cualquier cosa que me pudiese ayudar. Después pensé en buscar información como se había hecho toda la vida del boca a boca de las calles los baretos y las callejuelas.
No sabía donde dirigirme, no tenia un siguiente paso, haber si conseguia averiguar algún dato que me pusiese detrás de alguna pista que seguir.

YA SABES QUE MIS
FUENTES SON SECRETAS.

SI QUIERES SALIR VIVO
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EL DISCO.

TENGO UN CONTACTO EN
EL AEROPUERTO INTERNACIONAL
DE JAPÓN. ESTATE EN LA TERMINAL
INTERNACIONAL MAÑANA A LAS
03:00 HORAS ÉL TE ENCONTRARÁ
ME DEBES UNA.