Partida Rol por web

- Por supuesto... ya le paso el teléfono. -, le digo con la misma voz mientras le paso el teléfono a Erin y comienzo a reirme a carcajadas.

Me acerco para coger el telefono y sé quién es por la actitud de Rivas, así que hago una mueca.

-¿Sí?-pregunto secamente.

doctora cromwell... espero que lo de recien no haya sido lo que creo que escuche....

Respiro profundo.

-Doctor González, debió ser mi sirvienta... Perdone por no ir ahora mismo, pero verá...-le hablé de Paraíso.-Así que si me quiere de vuelta, tendrá que darme algunos días...

Sonreí mientras miraba a Rafael.

Al ver como ella me sonríe, y como sigue hablando por teléfono, decido acercarme por detrás, y pegar mi cuerpo al suyo, mientras mis manos pasan por delante y se posan suavemente sobre sus pechos. Mi boca comienza a besar su cuello, intentando ponerla un poquito nerviosa.

Mi mano derecha comienza a acariciar suavemente uno de sus pechos mientras que la otra, comienza a bajar lentamente, hasta su cinturón, y haciendo un poquito de fuerza, la cuelo por debajo de su cinturon y su ropa interior para comenzar a acariciarla. Mi boca aún continúa besando su cuello, mientras que mis manos no se quedan quietas.

que??? PARAISO? usted tambien?? acaso es broma???
que si al quiero de vuelta le tengo que dar?? dar yo ? acaso me esta haciendo algun favor llendo a esa convencio con todo pago?
es esto una broma???????

se oia la respiracion agitada del doctor

Estaba intentando contestarle al doctor como gente decente pero las caricias de Rivas me lo hacían casi imposible. Con mi mano libre detuve un poco su mano, la que jugaba dentro de mi pantalón y me recompuse un poco para hablar con González que parecía vieja histérica.

-Tiene razón, usted no gana nada... Así que despídame porque me voy a ir y no quiero ser grosera pero estoy en un asunto de suma importancia, doctor...-solté la mano de Rivas y luego lo besé suavemente mientras intentaba que no se notara nada por medio de la línea.

- Cuélgale... -, le digo con un susurro. - Vamos a la cafeteria... -, continúo diciendo mientras mi mano comienza a pellizcarle uno de sus pezones.

-Gracias por la paciencia... Gonzalo-dije y colgué rápidamente.-Bien, saca tu mano de allí y vámonos antes que...

Antes que no podamos salir iba a decir pero no lo dije y mientras lo besaba, sacaba su mano de mis pantalones y lo empujaba hacia la salida mientras de camino tomaba mi bolso y mis llaves.

-A la cafetería... Esas ganas me desconciertan, Rivas...-bromeo poco antes de cerrar la puerta tras nosotros.

Al fin volvemos a casa, meto la llave en la cerradura y abro la puerta enseguida, luego me vuelvo a Rafael y le sonrìo.

-Bienvenido a casa de nuevo...-me cuelgo de su cuello y lo miro a los ojos.-Nunca contestas a mis preguntas, no sè... Me haces dudar, Rivas. ¿Còmo llamarìas a esto que tenemos?

Me quedo asombrado por la pregunta sin anestesia que me acaba de hacer Erin. ¿Qué es lo que tenemos? Dios... ¿por qué a las mujeres les gusta torturarnos con ese tipo de preguntas? No es más fácil pasarlo bien y dejar que las respuestas lleguen solas...

- Yo... estem... nosotros... -, le digo mientras trato de encontrar las palabras adecuadas, pero sé que no me saldrá nada con sentido.

Me acerco a ella lentamente, mientras la miro a los ojos. Con suavidad, comienzo a acariciar su mejilla, mientras me lanzo nuevamente a darle un beso apasionado.

- ¿Esto responde a tu pregunta? -, le digo mientras continúo besándola.

Ante su respuesta sonrío y le correspondo al beso con pasión.

-No...-digo pero continúo besándolo mientras mis manos se deslizan por su espalda.

El beso se hace más apasionado cada vez, no pienso en sus palabras, ni en las mías, sólo en que estamos él y yo allí, solos.

Cojo a Erin de sus muslos y hago que me rodee la cintura con sus piernas. Ahora me la puedo llevar donde sea. Comienzo a caminar hacia el sofá, sin dejar de besarla, y cuando llego hasta él, me arrojo junto con ella, evitando que se lastime.

Cuando ambos estamos acostados, dejo de besarla por un segundo y la miro a los ojos.

- Cómo le gusta a las chicas poner en aprietos a los tios con preguntas así... -, le digo para acto seguido, zambullirme en su cuello para continuar besándola.

Observo al techo mientras siento sus labios perderse en mi cuello y levantar la temperatura de mi cuerpo.

-No es por ponerte en aprietos, Rivas...-digo entre jadeos.-No hay respuesta correcta o incorrecta, sólo quiero la verdad y saber a qué atenerme...

Mis piernas juguetean con las suyas, mientras mis manos buscan los botones de su camisa y mi boca muerde suavemente su hombro.

- Es fácil... -, le digo mientras dejo que me quite la camisa, y comienzo a quitarle su blusa dejándo su sujetador al descubierto. - Ahora tienes que atenerte a esto. -, continúo mientras que con una mano, le levanto el sujetador y dejándo de lado su cuello por un rato, comienzo a juguetear con sus pechos utilizando mi lengua.

-Estás loco...-musito mientras siento la caricia tibia de su lengua y termino de quitar su camisa. Luego con las manos y tratando de no perder la cordura, busco desabotonar su pantalón y lo consigo lentamente. Empiezo a bajarlo luego de abrir la cremallera.

Veo que Erin se encuentra muy atareada intentando quitarme los pantalones, cosa que agradezco por que ya me estaba sintiendo muy apretado, mientras yo continúo acariciando sus pechos con mi lengua. Siento como sus manos jueguetean con mi cremallera, y ese roce me esta gustando mucho.

Levanto la cabeza desde donde estoy, para mirarla a los ojos y le sonrio, para después, volver a su cuello con dulzura.

Suavemente me deshice de su pantalón, encontrándome con su sexo en mis manos y acariciando lentamente, mientras me miraba a los ojos y luego se volví a mi cuello, entonces busqué su boca sin poder resistirlo y lo besé apasionadamente. Haciendo que nuestras lenguas se encontraran en un baile frenético dentro de nuestras bocas, mientras mis caderas se acercaban a su entrepierna en un acto deliberado de deseo y pasión.

Nuestras lenguas juguetean en nuestras bocas mientras mi sexo es acariciado por sus suaves manos. Rapidamente, mis manos bajan hasta sus pantalones y en un simple movimiento, los desabrocho y se los quito, con la ayuda de mis pies, todo, sin quitar mi lengua de su boca.

Esto me gusta mucho... ella me gusta más... creo que nos lo pasaremos muy bien en Paraiso...