Partida Rol por web

El botones se lleva mis maletas a la habitación, mas antes, recibe un billete a modo de propina. Espero que tenga cuidado con las maletas, no me gustaría encontrar todo desparramado cuando llegue a mi habitación. Guardo la llave en el bolsillo de mis vaqueros y me dirijo cno Fantasma al bar, donde me siento en una de los taburetes de la barra mientras me pido un refresco y algo para picar.

El vuelo me ha dado hambre y creo que Fantasma también tiene un poco.

Espero que Erin no tarde demasiado... bueno, también espero que Vince aparezca... necesito alguien con quién hablar.

A la sonrisa de mi nuevo acompañante solo bajo la mirada pero sigo su gesto hacia el bar. Este es bonito, lujoso tambien como no, pero mas pequeño y acogedor me dirijo hacia la barra en la que ya esta otro hombre con un perro suelto tomado un refresco y picando algo ligero le saludo con la cabeza levemente y cojo el taburete de al lado

Pido un te frio con limon y un vaso de agua

-¿ Que quieres tu? ¿ Cuanto hace que eres de la asociacion?- Pregunto a Damaso mientras dejo la jaula donde esta Luna y le acerco el vaso de agua

Bebo tranquila y callada y sobre todo observando a ver si este nuevo acompañante me cae mejor que el ultimo...Si no le arañare...

Yo creo que tomaré un whisky con hielo, pago yo. Digo dejando un billete sobre la mesa... Si me permites claro esta, digo al final esperando que no la moleste, Bueno, lo cierto es que es una historia un poco rara, si te soy sincero hace poco que estoy trato de hacer memoria recordando... Si, hace poco más de un mes y tu, ¿hace cuanto que perteneces a la organización?, y ¿porque te apuntaste?

No puedo evitar ver la jaula que deja sobre la mesa, pero no le presto más atención que una simple mirada...

Me giro hacia la persona que acaba de aparecer a mi lado mientras escucho las preguntas. No sé si se refiere a mí, por lo que la miro durante un momento, mientras termino de comer una patata y beber un poco de coca cola y le pregnuto: - Estem... ¿me preguntas a mí? -

Fantasma sigue quieto a mi lado, comiendo algunas patatas que le voy dando, para que vaya matando el hambre hasta que subamos a la habitación.

El acompañante de al lado contesta a las preguntas que habia formulado a Damaso, pero igualmente me gusta su perro aunque debiera estar atado y no dandole chucherias ( Son efastas para los animales)

-En realidad no..pero aqui estamos todos para lo mismo ¿no?- contesto con cierta frialdad
-Naiara McAndrew y el Damaso...encantada.-

Miro hacia Damaso de nuevo y le contesto a su pregunta anterior mientras paga con un billete loq ue hemos pedido

-Bueno, yo entre porque necesitaba algo asi, me hablaron de esta asociacion, me pusieron en contacto y me preguntaron si querria ser mas activa en mi defensa, les conteste que si. Hemos estado en contacto al menos ya desde hace un año..y ¿tu?-

Me refiero a nuestro nuevo acompañante dueño del perro.

- Ah, hola, encantado. -, le digo mientras les tiendo mi mano para estrechar la suya. - Soy Rafael y sí, parece que estamos todos aquí por lo mismo. Hace más de tres años que integro las filas de la asociación, sin embargo, no estoy enterado de lo que haremos aquí. -

Miro a Fantasma, que aún se encuentra tumbado en el suelo, sin moverse. Esta muy bien entrenado.

- A mi me ofreció pertenecer a la asociación un amigo del trabajo y yo acepté sin rechistar. Creo que hacen muchas buenas obras en los países tercermundistas, por lo cual, nunca he tenido problemas en hacer mi aportación. -

Miro al tipo del bar... el caso es que su cara, si me parece que es el tipo que conocía Vince, creo que lo vi en la tienda de rosquillas... Niego con la cabeza y vuelvo a Naiara...

Bueno, lo mío es algo más enrevesado, no se digamos que no soy muy partidario de estas cosas, y por hacer lo que no debía terminé aquí metido... aunque sinceramente ahora me estoy preguntando porque o entré antes la verdad... Doy un sorbo al whisky y dejo que baje por la garganta saboreándolo lentamente. Mmmmm delicioso...

Dime Naiara, ¿supongo que tendrás algún trabajo o algo además de esto no?

Por lo visto, parece que en esta conversación sobro un poco. Me sonrío mientras continúo bebiendo la coca cola y cuando estoy a punto de acabarla, no espero mucho en pedir otra más.

Miro de reojo a la parejita y vuelvo a sonreir. Es extraño como un viaje, un hotel de lujo y alguna cosa más une a las personas. Le hecho un vistazo al movil, para ver si Erin me ha llamado, pero al parecer no me ha hecho ni siquiera una perdida.

Comienzo a mirar la jaula que está sobre la barra y la giro lentamente para ver que es lo que contiene. Noto como Fantasma alza sus orejas, sabiendo perfectamente lo que hay dentro de la cajita, sin embargo, cuando asomo la mirada dentro, puedo ver una pequeña gata muy mona que se encuentra acurrucada en el interior.

Bueno, es bastante mona, pero para mí todos los animales son monos. Creo que si no me hubiera dedicado a la medicina, veterinaria era otra de las posibilidades.

- Misi, misi, misi. -, le digo a la minina mientras chasqueo los dedos para llamar su atención.

Entro en el bar buscando con la mirada Rafael, enseguida lo encuentro con dos personas, una joven y guapa mujer y el chico que estaba el otro día en la cafetería. Sonrío levantando la mano para saludarlo a lo lejos, me sienta muy bien verlo allí.

-Pensé que te habías desecho de mí...-bromeo y me agacho para plantarle un beso en cada mejilla.-He tenido tremendo lío en la recepción, éramos demasiados.

Luego me dirijo a los chicos que están cerca.

-Hola, ¿qué tal? Soy Erin Cromwell-vuelvo a sonreír, estoy relajada.-¿Me pide un trago, doc? Me muero de sed...
Bromeo con Rafael nuevamente.

- Míra lo que me dice... -, le digo con una sonrisa mientras le pido algo de beber. - Si has sido tu la que me ha dejado solito en este hotel... y una cosa... -, continúo mientras la cojo de la cintura.

- ¿Desde cuando me saludas con dos besos en la mejilla? -

Cuando me dice eso, lo único que se me ocurre es plantarle sonoro beso en la boca y sonrío.

-Sucede que en algún momento te perdí y no te pude encontrar-dije.-Pero no te puedes quejar, has estado bien acompañado. ¿Qué número de habitación te tocó?

Parecía que nos íbamos a divertir además de hacer buenas cosas y ya era ganancia. Me bebí de un trago el martini que él había pedido para mí, lo que en realidad estaba era nerviosa. Apreté su muslo bajo la mesa con mi mano.

- Alaaaaaa... -, digo cuando nuestros labios se separan. - Eso está mejor, princesa. -

Saco la llave electrónica del bolsillo, y miro con detenimiento el número de habitación. Cuando veo el número me sonrío un poco, y después, la guardo en su sitio.

- La 69, ¿y la tuya cual es? -

en el lujosisimo bar del restaurante, con vista a los botes, un camarero pasa ofreciendo unas copas de champagne

gusta usted señor? es cortesia del hotel...

-Mucho mejor...-tomo una copa de champagne de la que está ofreciendo el mozo y me vuelvo a Rivas.-Parece que la 70.

Saco mi llave y la jugueteo en su cara, luego lentamente y apenas perceptible para él, la pongo en el bolsillo de su chaqueta.

-Estoy segura que así la encontrarás más pronto-le digo al oído.

Miro a la gatita que está en la jaula sobre la mesa, la pobre Stavr debe estar odiándome pero es mejor que espere hasta mi llegada para que la saque de allí.

- Je, je, je. Pero si estamos en habitaciones continuas... -, le digo mientras le acaricio el pelo. - Creo que la pasaremos muy bien durante nuestra estancia aquí. -

Bajo lentamente la mirada hacia sus piernas y me sorprendo al verla con falda.

- Veo que te has decidido a ponerte una falda... interesante. -

-¿Te gusta? Bueno, es que siempre voy de pantalones, una vez en la vida mis piernas tenían que tomar aire. Lo que pasa que en el hospital es más cómodo ir de pantalones. Bueno, nunca lo entenderías porque siempre los llevas.

Sonrío y me acerco a él, sujeto su mano y la acaricio.

-Nos divertiremos, parece que por algo ambos estamos aquí. ¿No crees, cielo?

son las 2pm...

Había subido a su habitación y allí permaneció hasta pasado mediodía. La verdad es que todo el ajetreo previo al viaje y el mismo viaje en sí la habían dejado agotada, así que aprovechó de darse un reconfortante baño, pedir luego servicio a la habitación y relajarse.

Cuando el reloj ya marcaba las 2 de la tarde, decidió bajar al bar. Dando por hecho que el caos de la mañana habría cesado y que ya todos los asistentes a la convención estarían acomodados en sus respectivas habitaciones y descansadosdel viaje, por lo mismo le pareció una buena idea bajar y sociabilizar para ir conociendo a las personas con las cuales habría de compartir por los próximos días.