Partida Rol por web

-¿Quedarme con ustedes? -Camila busca a Marcos con la mirada, el chico con el que estaba departiendo hasta antes de ese revuelo- Acabo de comer, en realidad, algo liviano, pero por mí encantada, claro que no ando sola -le hace una seña a Marcos para que se acerque-, él es Marcos... Marcos... perdón, olvidé tu apellido -mira al chico-, él también forma parte de Paraíso, si no hay problema que estemos todos acepto tu invitación.

Camila sonríe y estira la mano para saludar como es debido y presentarse. 

-Camila -sonríe pero sin saber bien por qué su mirada se desvía por un breve instante hacia el lugar en el que estaba Andrés-, Camila Apablaza -vuelve la vista al frente- ¿Y tu nombre es?

-MMMMMMMMMM ¿Qué huelo? Ah es eso!!!!!!!!!  De un salto me bajo de la falda del hombre, y atrapo al bicho que cuelga de la mano de otro humano. Y con su cola entre mis dientes, salgo corriendo a la disparada.

-¿Tú pagarias 50 pasajes, con 50 habitaciones, en un hotel de lujo con todo pagado para vender multipropiedades? -no pudo evitar decir esto con su mejor ironía-, nada hombre, no lo creo, de todos modos pagaría con gusto por verte arrasar el minibar y liarla como con la recepcionista. -dijo mirandole dibujando una sonrisa maquiavélica en su cara-. Creeme soy de las personas que disfrutan siendo sarcática.

Se enderezó un poco en el asiento...

-Espero que lo que tenga que empezar empiece pronto o me iré a mi habitación a vaciarlo TODO -sentenció con cara de niña inocente-, ¿Te llevas las toallas de los hoteles?

- Hola Marco, encantado. -, le digo mientras le estrecho la mano. - Hola, Camila, ¿cómo estás? Mi nombre es Rafael y claro que no hay problema que os quedéis los dos. Ya que habéis comido, podéis quedaros a tomar algo, ¿no? -

El camarero regresa raudo con algunos platos para que piquemos y varias bebidas y refrescos para que bebamos.

- Al final, estamos todos metidos en esto... ¿alguien sabe de qué va todo esto? -

Con una amplia sonrisa en la cara, y cambiando mi tono serio por un tono completamente informal digo. - ¿Sólo las toallas? No me llevo las camas porque no me caben en la maleta jajaja. En cuanto al próposito de la conferencia, es todo un misterio, la carta no decía absolutamente nada acerca del motivo de ella, y hasta los momentos no hemos visto ni un solo dirigente de Paraíso, solamente el personal del hotel... - Mientras hablo, un gato cruza al lado de la mesa con algo en la boca, de manera instantánea Mini empieza a ladrar y a correr desenfrenadamente en direccion al felino, chillando cada vez con más fuerza y con los ojos inyectados en sangre.

¡FUCK! ¡Rápido Andreea, ayudame a agarrarla! - Digo mientras me levanto, agarro unos cuantos pedazos del plato de Mini y corro con toda mi velocidad, tratando de ser cuidadoso con las mesas y sillas. Dios, llevo todo el rato evitando que viera a los gatos, se vuelve loca cuando ve a uno, en realidad se ve loca cuando ve cualquier tipo de animal. Le gusta pelearse con todo lo que encuentra... será cierto que los perros se parecen a sus amos. Pero eso no importa ahora, hay que agarrarla rápido, no quiero que arme un lío. ¡Y en este estado no escucha a nadie ni nada!

-¡No, Chleo, soltalo inmediatamente!- grito desesperada corriendo detrás de ella lo más rápido que puedo.¡Y no, que veo! ¡Un minusculo perrito sale tras ella!. Mi corazón late cada vez más fuerte. Si el perro la agarra la destrozará. O ella lo arañará y lo destrozará a él, o no se, me siento muy mal.

-¡Dios mío, ayudenme a agarrarla, o agarren a la perra, por favor!- grito desesperada, entre el lío de gente que se levanta de sus asientos, y ruido a sillas y vajilla que se rompe

¡Ay, amiga, me agarra me agarra!!!. ¡Me está pisando los  taloncitos! ¡Sáquenme a este perro de encima! ¿Dónde me esconderé? Corro desesperada con mi presa en la boca.

-¡A vos no te voy a soltar ni loca!-le digo al ratoncito que esta casi desmayado del miedo.

Escucho en silencio la conversación, Rafael ha pedido algo para comer, yo aprovecho a coger otra copa de champagne cuando pasa el mozo. Cojo mi lugar de vuelta y saludo a Marcos.

-Hola, soy Erin... Un placer a ambos. Lamento mucho lo de tu pánico a esos animalitos y me disculpo si te parecí grosera-digo a la chica con una sonrisa.-Parece que ya todo el mundo comió así que yo veré si consigo algo de comida chatarra.

Miro a Rafael el tiempo suficiente para dedicarle una sonrisa y luego me dedico a observar las burbujas jugueteando en la copa y a tratar de no pensar en nada.

- Erin, pero... ¿por qué no picar algo conmigo y después si quieres pedimos algo de comer? -, le digo mientras me sonrie. - Total, creo que tenemos servicio a la habitación... siempre he querido utilizarlo, pero es la primera vez que estoy en un hotel tal lujoso. Me pregunto que platos tendrán para pedir... -

Me llevo a la boca un par de cosas de los platos que nos ha puesto el camarero y bebo una copa de champagne. Hace mucho que no bebía algo con burbujas... sólo espero que no se me suba mucho a la cabeza.

- Bueno, contarnos algo de vosotros, que aquí nadie conoce a nadie. -, les digo a los dos recién llegados.

Me tiré literalmente en plancha tas la perra de Juan, hasta darle alcance debajo de una mesa vacía; la agarré bien pasando las manos por el pecho y el morro -como solía cojer a mi iguana cuando estaba enfadada-, para evitar que mordiera, pero se revolvió en mis brazos...

-¡Mini no! ¡Estate quieta! -dijo a voz en cuello viendo como se le salía de entre las manos y seguía al gato allí por dónde pasaba... creando el desconcierto en el bar.

-Lo siento, me temo que se escapó -dijo corroborando lo obvio.

¡Dios! Es un horror cuando se pone así, no puede ver que nada le pase al lado, rápido, ve por la derecha y yo me lanzo por la izquierda, si tenemos suerte y el gato va hacia la columna, la podremos acorralar... - Grité mientras corría con todas mis fuerzas, la comida había sido algo pesada y no estaba en muchas condiciones para ésta clase de ejercicio repentino.

Lo miro a los ojos.

-No hablaba de ahora mismo, pensaba en después... Creo que si bebo otra copa de champagne, olvidaré el hambre-cruzo la pierna, estoy algo cansada y puede que se note.-Se ve rico eso que pediste. Al menos a ti no te han dicho que no.

Espero a que los recién llegados respondan.

Estaba a punto de decir algo, pero cuando Erin se ha cruzado de piernas me doy cuenta que... ¿se habrán dado cuenta los demás?

- Pues si es por eso... -, le respondo mientas llamo al camarero que rápidamente viene con una bandeja repleta de copas de champagne.

Cojo una para mi, y una para cada uno de los que se encuentran allí conmigo, especialmente para Erin.

- Toma, a ver si así, dejas de pensar en comer comida... -, le digo mientras le guiño un ojo.

-No tienes de qué disculparte, se que mi fobia a esos bichos es un tanto ilógica, pero qué le vamos a hacer, así como hay quienes le temen al mar, a las arañas, gatos o a estar con mucha gente, por darte algunos ejemplos, los habemos quienes tememos a las ratas... ¡¡¡Porque no me van a negar que esa cosa parece rata!!!

Camila es alguien bastante histriónica, muy buena para gesticular cuando habla. Su rostro, las expresiones de éste, muchas veces dicen más que las propias palabras que ella menciona.

La Apablaza se acerca otra vez a la barra y al parecer algún comentario le hace el barman porque ella se larga a reír, se ve que ella responde y acaban riendo los dos. Al mirar hacia una de las esquinas ve allí al hombre que acabara atrapando al roedor y lo saluda, así sin más.

-Hola, soy Camila ¿Te nos quieres unir? -le pregunta señalando hacia la mesa donde se encuentran los demás.

Tomé la copa que Rivas me daba y sonreía ante sus palabras acerca de la comida, alguien allí parecía haber bebido más que yo.

-Claro, esos bichos casi parecen una rata, no creo que diferencia sea mucha pero bueno, hay gente a la que le gustan de mascota. Así como hay gente a la que le gustan los perros enormes, como el perro de el doctor Rivas-sonrío recordando al animal que es realmente amoroso.-O yo, tengo una gata, se llama Stvar pero no quise traerla a este caos de bar, así que permanece en mi habitación.

Miro a Rafael y me encojo de hombros.

-Supongo que comeré algo antes de la primera conferencia... Parece que tú no tienes hambre.

Cleo la simpática gata de Isadora que estaba en mi regazo armó un gran revuelo en el bar al comerse la mascota de uno de los comensales, no reacciono hasta que ya es muy tarde, para colmo otro perro se pone a perseguir a Cleo. ¡Cuidado! Le grito a Isadora que persigue a su gata junto con otras personas del bar.

Titubeo un instante, pero sin más remedio me levanto y me pongo a perseguir al perro y a la gata por todo el lugar intentando cercarlos.

Senor Rivas, el gusto es mio, mientras estrechamos nuestras manos, noto un dejo de sinceridad en el.
Yo he venido por lo mismo, la convencion, que realmente no se muy bien de que se trata, pero bueno, solo con saber que es algo que tiene que ver con mejorar el mundo, ya es demasiado, creo, como para ser participe.
Yo vivo en un lugar, en el que aun no sufro la polusion ni los desequilibrios ecologicos graves, pero de algun modo, una suerte de desesperacion me atrapo como para hacerme cargo de lo que le provocamos al planeta y automaticamente pense que deberiamos todos estar informados sobre este tema tan impotante para la humanidad toda.
Y usted de donde proviene?
Le pregunto, mientras veo en su mirada al escucharme, una sensacion de observacion y analisis de mi persona.
Creo que estoy algo perseguido, todos aqui guadan un aspecto fisico algo mas normal que el mio. Espero sea una ilusion mia.

Sigo con la mirada, extrañado, el revuelo que parecen estar armando los animales, y sonrío un tanto divertido. En ese momento Camila se acerca, ofreciéndome sentarme con ellos:

-Pues, supongo que sí. Por cierto, mi nombre es Roberto.- Contesto, y me acerco a la mesa señalada, manteniéndome atento, no vaya a ser que algún otro animal aparezca por debajo de la mesa.

ESCENA EN PAUSA

NADIE POSTEE ACA, HASTA NUEVO AVISO!