Partida Rol por web

Teníamos una imagen clara de Teo. Por fin sabíamos donde se encontraba, aunque sin duda no era la mejor de las condiciones. Una cantidad de rabiosos ingente y por si fuera poco, el maldito padre Isidro a la cabeza de todos ellos.

Teníamos que pensar la manera de rescatar al chico, pero no era nada sencillo. -El padre Isidro no dejará que a Teo le pase nada, es su "sustento". Sin el chico perderá sus "poderes" con los rabiosos. En cuanto vea que la cosa se pone mal, saldrán por patas. Contesté a Eliana intentando que no hiciera nada precipitado.

Miré a Cristina. -Estoy de acuerdo contigo en que sean los "otros" quienes se partan la cara con toda esa marabunta. La pregunta es si tenemos el tiempo suficiente para que lleguen hasta aquí antes de que el padre Isidro se salga con la suya.

En mi mente estaba concentrado que el padre Isidro era la clave. Si le liquidabamos a él, la manada de zombies sería más fácil de disuadir. Y así se lo hice saber al resto. -Nuestra prioridad tendría que ser el padre Isidro, una vez esté fuera de combate, podremos decir a Match-4 que tire bombas o haga ruido o lo que sea para desviar su atención.

—¡Si esas bombonas explotan el chico será una bonita masa de carne churruscada! —contradijo Eliana a Johan. No estaba segura de si el zombie loco no estaba viendo las bombonas o no era conocedor del riesgo real. En cualquier caso, si las bombonas estallaban, el chico iba a morir. 

¿Por qué todos estaban tan tranquilos? ¿Por qué nadie hacía nada? Casi sin pensarlo, Eliana coge una pistola de bengalas de emergencia. Si nadie paraba esas bombonas, lo haría ella. Lo primero era hacer señales a los de dentro. 

Al ver manos acariciándole no dudó en tumbarse boca arriba mostrando la barriga, le encantaba que le acariciaran y rascaran ahí. Sin embargo los mimos no duraron mucho rato, así que esperó durante unos segundos con la panza arriba y luego se reincorporó sobre sus patas, sentándose en el asiento.

Gracias al tratamiento de Eliana ya se encontraba mucho mejor, sin embargo aún notaba un poco de complicación al respirar y desde luego que no estaba siendo capaz de olfatear tan bien como lo hacía antes. Pero mientras tuviera cuatro patas con las que andar y un hocico para atrapar sus juguetes no había ningún motivo por el que preocuparse.

Al grito de Eliana las cámaras de los drones hacen un zoom sobre una ventana situada muy por encima del grupo de Rabiosos de Isidro: varios supervivientes están levantando un artefacto compuesto por largas botellas de gas a las que han atado un pequeño paquete de explosivo plástico para dejarla caer sobre la horda de infectados.

Se requiere acción expeditiva inmediata - ¿Ha sonado ansioso el tono del androide? Resulta difícil saberlo - Las posibilidades de supervivencia del objetivo en el área de explosión estimada son inferiores al cinco por ciento...

Mierda.

Cuando las cosas iban mal, siempre podían ponerse peor y aquella era una de esas situaciones. No había tiempo, como bien había preguntado Lund, de esperar a que viniese la competencia, porque o bien abandonábamos a su suerte tanto al muchacho como a los supervivientes.... o nos tocaba hacer de locos suicidas y esperar que todo saliese bien.

Miré entonces a Alex, David, Eliana, Lund y a K9, dándome cuenta de que ninguno íbamos a abandonar. De hecho, podía casi adivinar el brillo que debía haber en los ojos de David, el que se producía antes de empezar a disparar en todas direcciones como si estuviésemos sobre un misil armado.

A la vista de la urgencia, ¿qué otra cosa podíamos hacer?

-Alex, dale caña y vamos a por todas. ¿estáis de acuerdo? -pregunté, armando la ametralladora y apretando la mandíbula. Después de todo, ¿quién quería vivir para siempre?

Los rabiosos estaban a punto de entrar en la central y lo supervivientes estaban a punto de volar por los aires al chaval, teníamos que hacer algo rápido o todo habría sido en vano. No le gustaba la idea de lanzarse todos a la vez, porque si algo salía mal sería más difícil que alguno sobreviviese, pero el tiempo se agotaba así que Alex alzó el puño y extendió el pulgar mientras aceleraba el motor.

—Vamos con todo. Eliana, usa la bengala, a ver si no lanzan la bomba.

Mach-4 había cogido la costumbre de no darnos una buena noticia y mientras discutíamos acerca de como proceder, nuestro amigo metálico fue fiel a su estilo y nos metió más presión a la hora de actuar.

No teníamos más remedio que movernos ya, y atacar con todo lo que teníamos. No era lo que me hubiera gustado hacer, pero la situación lo requería. Me sujeté fuerte al vehículo para evitar sacudidas. Miré a K9. - Allí dentro te quiero cerca de cualquiera de nosotros. Ni se te ocurra salir corriendo tú solo. Todas estas palabras iban acompañadas de gestos para que el can me comprendiera lo mejor posible.

Como se solía decir: "de perdidos, al río". 

Eliana apretó el gatillo de las bengalas de emergencia. El proyectil estalló en una estela de fuego y desde el vehículo sólo pudo esperar que todos hubieran rezado ya sus oraciones al dios que prefiriesen. Ella no rezaría a ninguno, podían irse todos al infierno. Como estaban a punto de irse ellos. 

Guardó la pistola y miró a Johan. 

—¿Te pides la pistola grande o me encargo? —preguntó señalando a la torreta. 

Ahora mismo, por mucho que tuviera el botiquín a mano, lo que más les valía era dejar a esos bichos como coladores y esperar que el crío sobreviviera a lo que estaba por venir. 

No entendía muy bien lo que estaba pasando, pero todos parecían muy convencidos y determinados, y eso ponía contento a K9, motivo por el cual empezó a sacudir el rabo.

Sí que entendió un poco más lo que decía Johan, además los gestos de mano con los que explicaba le dieron una mejor idea de lo que tenía que hacer. Y por supuesto que iba a obedecer, lo último que quería ahora mismo era que le riñeran por portarse mal, lo penúltimo encontrarse con otro de esos zombies bomba de antes... Qué mal le caían.

- ¡Woof! - Respondió con energías renovadas, él también iría con todo.

La bengala de Eliana consigue distraer a los supervivientes el tiempo suficiente para que Mach-4 tome una posición de disparo adecuada. Las cámaras de los drones muestran cómo las balas alcanzan a varias personas antes de hacer reventar las bombonas eliminando. El estallido hace saltar parte de la fachada del edificio en pedazos que caen sobre la horda de Rabiosos. El sacerdote mira hacia arriba sin entender muy bien lo que ha pasado pero a un gesto de su mano los Rabiosos se abalanzan sobre Teo para protegerlo de la lluvia de cascotes.

Amenaza primaria neutralizada - anuncia Mach-4. Como si la carnicería que muestran las cámaras no fuera suficiente - Persistencia de amenaza secundaria.

Mientras el androide habla los Rabiosos consiguen abrir las puertas. Isidro y su rehén son los primeros en cruzarlas seguidos de todo el ejército de Rabiosos

¿¡PERO QUÉ MIERDA!? - Protesta David - ¿Qué coño haces, muñeco psicópata?

La supervivencia del objetivo tiene prioridad absoluta - replica Mach-4

Joder. Antes de terminar este trabajo tengo que convertirlo en una puta cafetera.

Los Rabiosos están accediendo a la central nuclear a través de la puerta del garaje - si Mach-4 ha oído las palabras de David ha decidido hacer caso omiso de ellas por completo - Localizando entradas alternativas.

Las cámaras de los drones enfocan la entrada principal, ahora cerrada por una gruesa persiana metálica, y la escalera de incendios con puertas en todos los pisos del edificio.

Las acciones de Mach-4 no guardaban más remordimiento que el de cualquier máquina, haciéndome recordar lo que sentía por ellas, alejadas de cualquier empatía y sin que le importase segar cuantas vidas humanas fuesen necesarias. David exteriorizó lo que seguramente todos sentíamos, pero era demasiado tarde para hacer algo al respecto.

-Y yo te ayudaré a hacerlo, David, pero ahora hay que centrarse. En cuanto estemos a tiro derribaré la puerta y a partir de ahí, ya podéis empezar a soltar todo lo que tengáis.

Teníamos una tarea que hacer, así que volví a amartillar la ametralladora y en cuanto la persiana estuvo a tiro, disparé sin compasión hasta agujerearla de tal manera que atravesarla era solo una cuestión del tiempo que tardásemos en golpearla, como así ocurrió, con total facilidad.

El lugar era un auténtico infierno de confusión, con rabiosos protegiendo al muchacho y la central nuclear más cerca de convertirse en una hoguera para todos. Pero antes de que eso ocurriese, y de que la radiación nos afectase seriamente, debíamos alcanzar al condenado Isidro y quitarle de las manos a Teo.

-Vamos a tener que entrar a buscarlo, así que tened a mano todas las armas -avisé, sin dejar de disparar en todas direcciones para acabar con cuantos rabiosos podía.

Eliana sintió que aquello que veía, la explosión, ocurría a cámara lenta delante de ella. Las vidas de los humanos se apagaban, la bengala estallaba, y su furia crecía. De repente, todo se aceleró. 

—¿PERO QUÉ HACES MALDITO SACO DE CHATARRA ROÑOSA? ME IMPORTA UNA PUTA MIERDA QUE TUS ESTADÍSTICAS DIGAN LO QUE SEA. Como vuelvas a pensar por tu cuenta, me aseguraré de que te desconecten, ¿entendido? Personalemte. ¿TE HA QUEDADO CLARO? —gritó al comunicador—. Estás aquí para asistirnos en la misión. Nostros efectuamos la misión. Hacer algo sin comunicárnoslo pone en riesgo la misión, ¿te lo has grabado ya en el disco duro? 

Todo eso mientras metía el brazo de nuevo dentro del vehículo, cargaba sus armas, y se preparaba para la que venía ahora.   

Mientras pensábamos que hacer la chatarra que teníamos por piloto decidió acabar con los supervivientes por su cuenta, en aquellos momentos lo único que quería era arrancarle su cabeza metálica, pero lo peor de todo es que sabía que ni siquiera era culpa suya, sino de los hijos de puta de la empresa que lo habían programado.

Cuando agarró el micro, Eliana empezó a lanzar amenazas contra el droide, entonces soltó el botón y se centró nuevamente en la central.

—Parece que en lateral hay un muelle de carga, seguramente vaya a dar cerca de por donde han entrado ellos, con un poco de suerte podemos entrar con el todoterreno y usar las dos ametralladoras.

La acción de Mach-4 hizo que me hirviera la sangre por dentro. Trabajaba en Pasar Página para salvar gente y este maldito robot había liquidado a supervivientes sin ni siquiera pedir permiso. Iba a recordarle quien estaba al mando, pero Eliana ya se estaba encargando de ponerle en su sitio. Me guardaré la furia que siento para el padre Isidro.

Mirando las imágenes de la pantalla pude ver todas las entradas que había a cada piso si íbamos por la escalera de incendios. -A parte de la escalera de incendios, también veo en el lateral un mue... Ni pude, ni quise terminar la frase. Álex acaba de indicar el muelle de carga que yo también había visto. Obviamente él lo vió antes, yo soy tuerto.

Preparé la pistola. Mientrás estuviéramos dentro del coche era el arma más indicado para usar. Una vez a pie, la katana sería mi compañera fiel.

Él también se puso tristón, a pesar de no entender el contexto sí que podía sentir el ambiente de la situación y vio la explosión causada por las bombonas que se llevó por delante a varias personas. Bajó el rabo, las orejas y encogió el gesto, podía diferenciar lo que era rabioso o humano a pesar de la distancia y se sintió impotente de no poder hacer nada.

Sin embargo tenían que cumplir con la misión, y él iba a esforzarse al máximo para recibir una merecida recompensa en forma de mimos y acaricias. Prestó atención a través de los cristales del todoterreno, buscando posibles entradas y analizando la escena con la ayuda de sus escáneres oculares, que siempre le proporcionaban toda clase información útil en este tipo de situaciones.

- ¡Grrr... Wooof! - Ladró de repente, algo habían detectado sus sensores. Además de las entradas ya mencionadas, sus sensores detectaron un parking secundario para empleados VIP, uno más pequeño y exclusivo para los altos directivos que ocasionalmente se reunían en la central para cerrar tratos importantes. ¡Y además no estaba atiborrado de rabiosos, todo eran ventajas! Un buen sitio para aparcar el todoterreno y sorprender al cura zombie malrollero por detrás.

Como sus ladridos pasaron un poco inadvertidos, también optó por compartir la información descubierta a los sensores de Boris. ¡Pero qué bien se estaba portando!

Las ametralladoras se abrían paso con facilidad, pero había tantos rabiosos por todas partes que resultaba complicado distinguir lo que era un buen acceso del que no. Sin duda alguna, todo era medio suicida. Entonces, varias voces nombraron una puerta en el lateral, seguidas de los gruñidos de K9, que parecían llamar la atención sobre algo más.

Me volví para ver la puerta a la que se referían Alex y Johan, y acto seguido, para distinguir una especie de parking sin rabiosos de por medio.

-¡Buen chico, K9! ¡Bien visto! 

Lo que había hallado él parecía mucho mejor que lo demás, así que se lo comuniqué al grupo.

-Eh, K9 ha visto un sitio que parece algo más desahogado. ¡Entremos por ahí! Toda la ventaja que consigamos vendrá bien para poder llegar hasta Teo.

En realidad, nos gustara o no, teníamos que entrar en las instalaciones para ir a buscarlo, pero si podíamos separar el resto de rabiosos que estaba fuera y mantenerlos alejados, quizás tuviésemos una oportunidad.

Quizás.

Si hubiera tenido mejillas humanas se hubieran sonrojado, sin embargo en su lugar tenía unas mejillas peluditas con un maravilloso pellejo que podía pellizcarse y acariciar, ¿no era adorable, no se había ganado acaso una buena tanda de mimos? Sacó la lengua y el pecho orgulloso y meneó el rabo de un lado a otro dando latigazos de alegría a todo aquel que estuviera dentro del coche, ¡sííí!

Protejo los intereses de Pasar Página - contesta el androide a Eliana - La situación requería de una solución rápida y expeditiva que garantizase la supervivencia del objetivo. A este respecto...

El resto de la explicación del androide se pierde en una ráfaga de estática cuando el todoterreno se aproxima al muelle de carga. Mientras el equipo se prepara para salir Mariluz saca una manta térmica de los suministros de emergencia y se tapa por completo acurrucada en el suelo del coche. El material de la manta no sólo la mantendrá cómoda sino que impedirá que los Rabiosos la detecten por el olfato (1).

El interior del muelle de carga está vacío y sucio, con el aire hediendo a polvo, sangre y carne en descomposición. Rojas luces de emergencia giran en las paredes creando un estrambótico baile con las sombras del equipo. Del interior del edificio llegan los ecos de los gritos de los Rabiosos y disparos aislados de los supervivientes... (2)

Gracias a K9, que tiene un sentido especial para detectar casi lo indetectable, podíamos entrar por un lugar un poco más tranquilo que el resto de entradas que habíamos visto el resto del equipo. A pesar de esa supuesta tranquilidad, desde luego no iba a ser un paseo por el campo. Había que estar bien preparado.

Las últimas palabras de Mach-4 no hacían más que ponerme más furioso, pero, para bien o para mal, no le escucharíamos en un rato, debido a las interferencias de la central.

Los ruidos de los rabiosos llegaban desde lo lejos, entremezclados con disparos. Aunque no podía confirmar de qué dirección provenían.

-Mantened los ojos bien abiertos. Si no tenemos cuidado esto se puede convertir en una ratonera de la que no podremos salir.

Mi pistola iba apuntando prácticamente a cualquier sombra que se movía según avanzábamos.