Partida Rol por web

Garin acabó de sorber lo que le quedaba de cerveza y posando la jarra le dijo al pícaro: Me parece bien Zaev. Reunámonos con el grupo y les explicamos lo que hemos oído. Yo votaría por intentar adelantarnos a los Caballeros infernales. Sus métodos, no me gustan demasiado...

Gavros, muy enojado, se encaminó a platicar con sus compañeros, y con el contable que se les había unido no hace poco. 

Estoy de acuerdo contigo Garin.  Le dijo cuando se unió.  Si hay inocentes o gente rescatable en aquella operación extraña, mejor nosotros con la balanza de Pharasma en mano, que los caballeros con la perversidad de Asmodeus a cuestas. 

El grupo se reúne en la plaza del pueblo. Sigue lloviznando ligeramente y los armígeros siguen montando guardia al lado de las piras con la misma cara de pocos amigos.

Poco después de poner en común lo que ha averiguado, una silueta envuelta en un chubasquero de pesca se acerca a los aventureros. Al echar hacia atrás el sombrero, se revela como Horace Croon, el inventor. Llevándolos a una zona más retirada, casi les susurra:

-Suerte que los encuentro. He estado trabajando estos días en la bahía, en el embarcadero donde nos vimos la primera vez, ya que con los caballeros la atmósfera se ha vuelto bastante irrespirable en el pueblo.

El caso es que, esto puede parecer una locura, pero escuché ruidos ayer por la noche. Me levanté de la cama para observar por la ventana de la pequeña cabaña en la que duermo. Pensé que serían pescadores, pero no era así. Allí pude ver como una docena de criaturas de apariencia batrácica o reptiloide se introducían en la bahía. Portaban tridentes o algún tipo de arma y caminaban hasta que el agua de la playa las cubría completamente. Me escondí mientras el corazón se me desbocaba en el pecho.

Hace tiempo que sospechaba la existencia de este tipo de criaturas, pero nunca las había visto.  ¡¡Es un hallazgo fascinante!! ¡¡Podríamos aprender tanto de estos seres!! ¿De dónde proceden? ¿Cómo es su cultura? ¿Hasta qué profundidad pueden sumergirse? Me gustaría que encontrasen un momento para ayudarme con las pruebas de mi bajel submarino.

Montaña extendió la mano al recién llegado.

- Hola, no sé si nos conocemos, pero por si acaso me presento. No recuerdo como me llamo pero me han dicho que soy contable. Un placer.

- ¿De verdad, Montaña? Entiendo que no recuerdes nada, pero ¿Te has mirado al espejo?

Alatar se lleva la mano a la cara mientras niega consternado...

- En fin.... Le aseguro, Horace, que esos seres no deben ser tomados a la ligera. El único estudio que recomiendo es el indispensable para acabar con ellos. Respecto al submarino...

El mago muestra interés por el cachivache.

-En serio Montaña.... -. mientras susurra por lo bajo al resto de compañeros - Tenemos que hacer algo con él, hay que tratar de que recupere un mínimo de cordura o memoria.

Querido Horace, el bueno de Alastar tiene razón, nuestra experiencia con este tipo de seres no está siendo precisamente de la rama de la ciencia pacífica, por lo que coincido con él en la recomendación...

- ¿Me llamo Montaña? ¿De verdad? Igual es un mote o pseudónimo. Igual soy un contable especializado en medir fincas...

El viejo inventor se rasca la cabeza con una mano mientras con la otra estrecha la que le ofrece Montaña. Ya nos conocemos, buen hombre. Ayudasteis a salvar mi barco de observación, el Isinglass, de estrellarse contra las rocas hace un par de días. ¿No lo recordáis? Para ser contable tirabais con fuerza de aquella soga... dice en voz alta para luego dirigirse a los aventureros más cercanos mientras susurra Por Gozreh, ¿qué demonios le ha pasado a vuestro amigo? Parece sufrir algún tipo de amnesia...

En cuanto puede, Croon intenta obtener más información de vosotros ¿Queréis decir que ya os habéis topado con esas criaturas submarinas? ¿Y que son hostiles? Y pensar que estuve a punto de salir de mi escondite e intentar comunicarme con ellas...

De cualquier forma, si queréis contarme más, puedo ofreceros mi taller en el muelle de las afueras para que descanséis. No es mucho, pero al menos puedo garantizaros un lugar seguro y una bebida caliente. O podéis alojaros en la posada, si los Caballeros Infernales os lo permiten.

-Está claro que la opción más "tranquila" es dormir en el taller, pero si que sería interesante poder saber más sobre Karl Feldhammer y los suyos. susurra el semielfo al grupo. - Quizás no sea mala idea dividirse, o simplemente descasar todos juntos para poder recuperar la mente.

-Mi voto va para el descanso y tratar de que Montaña deje de ser contable.

Yo prefiero ir a la posada, tienen cerveza. Y tampoco hemos dormido mal las últimas veces. Además no quisiera ser una moléstia para usted Sr. Croon, somos demasiados para poder alojarnos cómodamente sin darle demasiados quebraderos de cabeza. Al enano ya le parecía bien atrasar todo lo posible lo que parecía que iba a acabar siendo inevitable: sumergirse en el agua...

Yo prefiero dormir en el taller, para conocer el artilugio, pero veo ventaja en ir a la posada aunque sea un rato.  Te invito 1 cerveza (sólo una) Garin, a ti y a nuestro amigo contable. A ver si no se le sube y empieza a pensar que es un bárbaro.

Vamos. Lo vemos al rato Sr. Croon. Gracias por darnos posada. ¿Le llevamos algo?

- No recuerdo si me gusta la cerveza, igual prefería el vino o el aguamiel, o una tacita de té... lo averiguaremos.

-Gracias muchacho, pero ya he cenado responde el inventor a Gavros. Estaré aquí esta noche y mañana todo el día. Hasta que encuentre voluntarios para mis "pruebas de inmersión" tengo que limitarme a trabajar en el taller.

La posada de la Pesca Abundante no tiene una gran reserva de bebidas, y la cerveza es más bien poco consistente, servida tibia por el propietario. La cena, para aquellos suficientemente osados para probarla, consiste en algún tipo de guiso de pescado de aspecto dudoso, con el ocasional tentáculo flotante de alguna variedad de pulpo especialmente extraña. Dos parejas de armígeros, una por dentro y otra por fuera, custodian la puerta aunque no ponen impedimento a que los Héroes entren.

-El precio de las habitaciones acaba de doblarse comenta el propietario. Los caballeros han ocupado la mayor parte de mi establecimiento y ese tal Gaster Lucas sigue sin aparecer aunque me ha pagado por adelantado toda una semana. Sólo me quedan 2 habitaciones, que tendréis que compartir. O podéis dormir fuera remata con su característica simpatía.

Sólo una mesa del comedor está ocupada. Karl Feldhammer y dos de los caballeros se encuentran inclinados sobre un mapa. El líder apunta con su dedo enguantado a varios puntos del mismo mientras conversa con los otros dos en voz queda.

-Me encanta el encanto natural que tiene el propietario.. -masculla entre dientes Zaev a sus compañeros.

-Creo que antes de dormir voy a sentarme cerca de nuestro amigo Karl Feldhammer y sus compinches y tratar de oir algo de sus apasionantes planes.

A continuación el semielfo pide una cerveza para él, deja pagada una ronda para el resto del grupo, y mientras comienza a caminar para la zona del comedor dice:

-Si alguno se quiere unir es bienvenido, la primera ronda corre por mi cuenta.

Estimado Karl, ¿cómo va todo?  

La lucha sigue, y no está fácil, ¿verdad?  ¿En que los podemos ayudar? 

Ah, questos clérigos, lo carismáticos que son.  

(Percepción) El pícaro se recuesta en su silla mientras finge beber su cerveza, pero sus oídos élficos le permiten escuchar varias de las palabras que Feldhammer y sus compañeros intercambian:

"A medianoche"..."cala"..."cerco"..."tomarlos completamente por sorpresa"..."lluvia de fuego"..."interrogar a los supervivientes"..."guarida submarina"...

(Averiguar intenciones) La actitud de los Caballeros Infernales le dice a Zaev que están tensos pero al mismo tiempo parece tener un objetivo sólido. Es obvio que llevan planeando esta acción un tiempo.

El comandante de los Caballeros Infernales se levanta cuando ve llegar a Gavros, casi como intentando obstruir la visión del clérigo. Mientras tanto, uno de los caballeros enrolla el mapa mientras otro se afana por recoger varias monedas situadas sobre el mismo.

-Padre, aquí están usted y sus amigos, cómo no... saluda mientras observa al resto de los aventureros con expresión impasible. Perdone que no les haya saludado al entrar. Estábamos repasando los detalles de una acción de que esperemos acabe de una vez por todas con los últimos focos de resistencia de los cultistas.

Le agradezco su disposición a ayudar, pero es mejor que esto lo maneje la Orden de la Pira. Simplemente estamos más acostumbrados a tratar con este tipo de fanáticos. Hay que extirpar el mal de raíz y salar la tierra, metáforicamente hablando.

- Una partida de damas, creo que sabía jugar... por nosotros no la interrumpan...

Gavros se fijó en poco, pero seguro complementaría en algo lo que su sagaz amigo contable había visto. 

Insisto Karl, los acompañamos.  La Pira necesita la mano balanceada de Pharasma para no matar las raíces buenas también cuando anda deshierbando.