Partida Rol por web

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   Goyo se prepara, armas en manpo increpa en voz alta, pero sus palabras se las lleva el viento, como quien dice, pues nada ocurre ni nadie responde a su bravata.

   Alza su arma y corta el aire dando tremendos hachazos al aire con el impetu y fuerza que le imprime su poderoso brazo bien podría decapitar a cualquiera que apareciera, pero nada aparece. Sujetándose con la cuerda avanza por el estrecho puente formado por tablones de madera calzados entre ambos extremos de la la sima. En cuanto avanza una o dos varas por el puente, de nuevo un vendaval se forma de la nada y sopla con toda su furia sobre Goyo.

   Este avanza por el puente lanzando tajos con su hacha al aire, sujetando con la mano del escudo la cuerda que hace de puente entre Teodoro y Brais. Con la otra cuerda para más precaución, la lleva atada un extremo a su cintura y sujeta por el otro por Xuan. Pese a la tremenda fuerza del viento, Goyo se mantiene erguido y hachazo a hachazo y paso a paso avanza, más elviento no cesa. Hasta llegar al otro extremo del puente, cuando una vez más, se detiene.

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Viendo que Goyo ha pasado sin que apareciera el demonio de aire, cojo aire y me dirijo hacia la pasarela, atándome las cuerdas y mirando hacia atrás, Lady Jimena, su turno, pase sin miedo

La viuda no se fiaba lo más mínimo mas decidió hacer de tripas corazón y caminar por la madera.

-Dios me proteja. 

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   Con grandes dudas, ya que su fuerza física es escasa, Lady Jimena Gijón agarra con fuerza la cuerda y empieza a cruzar los tablones que hacen de puente.

    Como con los demás, en cuanto avanza por el delgado puente una tremenda ventolera aparece de la nada y sopla con fuerza en su dirección, ¡pero ella persevera! Agarrando con fuerza la cuerda y paso a paso, desafía la fuerza del viento que enreda su melena y consigue llegar ilesa y sin caer al otro lado del puente, momento en el que el viento se desvanece.

   Quedan Beltrán, Xuan y Brais al otro lado.

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El ser ese de viento no se enfrentó a Goyo, el único que se mostró con valor para enfrentarse a esa cosa. Quizás, lo único que había que hacer era pasar confiado y con decisión. Aun con todo, Lady Jimena logró avanzar a pesar del viento y llegar al otro lado. O quizás solo era que, una vez que había golpeado a alguien, no podía volver a golpearlo, o simplemente no se molestaba en hacerlo.

Con una mirada hacia atrás, hago un gesto con la cabeza Me toca digo antes de avanzar, agarrando fuertemente el crucifijo mientras no paraba de murmurar 

- La fe es mi fuerza, la fe es mi aliada, con tu ayuda lograremos avanzar

- La fe es mi fuerza, la fe es mi aliada, con tu ayuda lograremos avanzar

- La fe es mi fuerza, la fe es mi aliada, con tu ayuda lograremos avanzar

Lo repito una y otra vez, mientras agarro la cuerda para verificar que está bien sujeta, me arrodillo al inicio de la pasarela y comienzo a pasar reptando. Era curioso ver a un chepudo reptando, como si fuera de una anaconda que se hubiera comido un jabalí intentara moverse.

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   El párroco avanza sujeto a la cuerda repitiendo una oración para darse fuerzas, pero de nada le sirve, cuando va por la mitad del puente el viento que vuelve a soplar se ensaña en el como nadie, aunque se sujeta como puede a la cuerda la fuerza del viento lo arranca de su agarradero y rueda por el puente hacia el abismo, en el último momento intenta agarrarse, pero sus dedos resbalan por el tablón y cae hacia la oscuridad...

   ... más vais avisados y previsores sois que bien atados que se va con gruesa cuerda a la cintura por si se diera este el caso. El párroco no cae al fondo, queda colgando de la cuerda, pero aún así el viento no cesa y el pobre Beltrán se balancea, como el badajo de una campana va chocando de una pared a otra contra las rocas y las tablas, Tedodoro, Gaizka y Jimena se apresuran a subirlo al otro lado del tunel. Cuando por fin lo arrastran hacia el pasadizo minero, el viento cesa.

   El párroco sangra por multitud de cortes y está muy malherido y a punto está de morir, pero consigue mantener la consciencia y levantarse, algo ensangrentado, eso sí.

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Maldito....así no aguantaré mucho más. Ya veo el túnel y pronto me reuniré contigo, oh mi señor. Sólo lamento no poder desentrañar este misterio y limpiar el mal que aquí yace.

Logro pasar, pero el ser no aparece. Estoy gastando fuerzas y todavía quedan los demás por pasar. Pongo el escudo a la espalda y ayudo a la doña a pasar, bueno eso lo hace ella sola, le doy la mano en el tramo final y la ayudo a levantarse. Cuando pasa el párroco y lo veo caer me temo lo peor, guardo el hacha y ayudo a los demás a cobrar cuerda-​¿Está bien padre?-digo cuando sube todo magullado y medio muerto.

Sólo quedan el minero y Brais-¡Vamos,un último esfuerzo!-animo a mis compañeros. No se lo que nos espera abajo del todo, pero cuantos más seamos más posibilidades de sobrevivir.

El torpe paso del párroco y las consecuencias que esté le ha acarreado no dejan un buen panorama por el que pasar, pero no hay otra alternativa, es avanzar o avanzar. Además, podría deberse a que el párroco no está muy puesto en estas acrobacias atléticas, como Brais va a quedars el último me toca a mí pasar.

- Agora tócame a mí - digo asegurándome a la cuerda y comenzando a pasar.

Como al resto, parece que un fuerte viento me ataca mientras intento pasar, pero estar bien agarrado por la cuerda con compañeros a ambos lados y el cuerpo acostumbrado al esfuerzo del duro trabajo bajo tierra me permiten aguantar los envites constantes del viento. Paso a paso logró llegar al otro extremo.

   Tras pasar todos, es mi turno, recojo las cuerdas y con una me ato a la cintura y ayudandome de la cuerda paso poco a poco. - Voy, ya voy. -

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   Tras cruzar la maldita grieta, os paráis a descansar un rato. Cuando han cruzado Xuan y Brais el viento a ha soplado con fuerza cuando estaban en mitad del puente de tablas, pero se las han apañado para poder cruzar, ahora está todo en silencio y ni siquiera los gritos de Goyo que lanza al aire reciben respuesta.

   Después de recuperar fuerzas os ponéis en marcha, es una lenta agonía el caminar para Aritz y Beltrán, muy malheridos. Gaizka y Goyo también están bastante mal, pero pueden valerse por sus medios, mientras que Jimena, Brais y Don Teodoro tienen heridas de diversa consideración y sólo Xuan está más bien intacto.

   El olor es nausabundo en este tunel, más que en otros lados de la mina, moho putrefacto, charcos pestilentes y los maderos están con aire de podredumbre, las paredes rezuman un agua amarillenta y hasta la misma luz de los candiles parece ser más macilenta. Por no hablar de las nubes de moscas que os acompañan en ocasiones.

   Después de casi una hora avanzando en estas condiciones, el tunel minero se abre a una pequeña caverna, o quizá alguna cámara agrandada en la roca.

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   Entráis en una caverna natural, bandadas de moscardones recorren el lugar aunque se concentran en el centro. El olor es pestilente y por las paredes rezuma un líquido amarillento viscoso que parece agua mezclada con algún tipo de inmundicia.

   En el centro de la caverna, dibujado con tiza o con carbón negro hay una estrella de cinco puntas rodeada de cirios que ahora están apagados. El centro de la estrella es un amasijo de carne y de sangre irreconocible. Justo al lado de la estrella hay dos cuerpos.

   Uno es un anciano de pelo blanco tirado boca abajo, vestido con sencillos ropajes de color pardo... con un enorme hacha clavada en el centro de la espalda, entre los omoplatos. En su mano derecha extendida aún sostiene un cuchillo manchado de sangre.

   El otro parece ser un hombre de armas caído boca arriba, vestido con un gambesón reforzado, tiene el rostro de un color gris ceniza bastante llamativo, y despide un olor tan nauseabundo que hasta los moscardones lo evitan.

   Salvo el zumbido de los moscardones y el lento goteo del agua al caer al suelo de piedra, el lugar está en silencio.

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Entro precavido hacha y escudo en mano, ya sin estar atado a la cuerda-¡Brujería!-comento lo obvio, pero por fín tenemos la causa de todo delante nuestro. No se que hacer, miro a los demás para ver si tienen alguna idea-¿Ahora qué?-y miro hacia los lados esperando a que algo horrible aparezca.

La visión de la escena a la que hemos llegado es un tanto perturbadora, un escalofrío me recorre el espinazo y no puedo evitar temblar al sentirlo.

- Nun pue ser posible - digo -. Nadie dijonos na d'esto antes de comenzar a trabayar.

Imito a Goyo y agarro mi hacha con la mano, preparado para lo que pueda pasar pero me paro, esperando que sean otros los que se adelanten a inspeccionar la escena.

Con demasiado esfuerzo, dolor y pesar, llego al lugar donde parece haberse realizado el ritual. Desde la distancia, miro detenidamente la escena, mirando la estrella, el cuerpo del anciano y el del caballero

Así, a primera vista, podríamos decir que ese anciano ha sido el causante de todo esto. Para ello ha realizado un sacrificio humano digo señalando el cuerpo del caballero y a mis compañeros pero luego, algo salió mal, incluso ese hachazo se lo pudo dar uno de esos mineros, aunque......me quedo pensativo, frunciendo el ceño ellos no llevaban hacha. Niego con la cabeza 

Primero, decido acercarme a la estrella y al anciano, donde el olor no es demasiado fuerte. Si bien, y como medida preventiva, saco un pañuelo de la mochila y lo empapo con agua señora ¿no tendrá usted algo de perfume? quizás si lo echamos en el pañuelo podamos aguantar e investigar ese otro cadaver. Si no, con esto igual es suficiente.

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   Te acercas al anciano, dando un rodeo al hombre del gambesón y la cara gris ceniza que apesta. Examinas al viejo de pelo blanco.

   Queda claro que está bien muerto, posiblemente el hacha de guerra clavada con fuerza en los omoplatos de su espalda tenga mucho que ver, parece que ha muerto hace poco, pero al no ser físico no puedes asegurarlo ¿sería aquí los gritos que oíste cuando se poso el polvo del derrumbe de la escalera?

   El anciano sujeta en su mano derecha un cuchillo ensangrentado, que si quieres puedes coger. También observas que lleva puesto un anillo de oro con una pequeña piedra negra engarzada, por último ves que dispone de una abultada bolsa que contiene 500 maravedíes de vellón.

   En cuanto al círculo, poco sacas en claro, está dibujado, tal vez con carbón, rodeado de cirios ahora apagados y en el centro hay un amasijo de carne y sangre que se te hace irreconocible saber que es.

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   Por cierto, bien que observáis que al fondo el túnel abandona esta caverna y sigue introduciéndose en la montaña... vamos, esta caverna tiene otra salida.