Partida Rol por web

Comió rápido comentando a todos cuán cansado le había dejado la jornada y que precisaba descanso. Aunque en le fondo sólo quería deslizarse fuera de su habitación, descolgándose por la ventana hacia el exterior y de allí pasar a los establos. dónde le esperaban.

Durante la comida mantengo el plan de Gale en la cabeza. ¿Qué pretenderá ese chico? Cuando la joven Dana me habla le dedico una sonrisa de abuelo cansado.

- Pues yo mis libros y a los cuervos... Uno les coge cariño, como el potrero a los caballos imagino o el cazador al sabueso que siempre le acompaña. - Espero que les estén dando de comer lo suficiente... A punto de comer un bocado más de la comida dejo el tenedor en el plato y muevo la cabeza en gesto de negación. - Esta comida habría que dársela a los cerdos... - Digo en un tono relativamente pícaro para lo que soy yo. Acerco un momento la cabeza pero dejo una distancia razonable por la posición de Dana como mi señora y le digo en un tono bajo. - Gale está haciendo indagaciones con Ser OSbin y Ser Gyles, no debemos llamar la atención y debemos quedarnos aquí.

Lady Dana sonrio al maestre Warren -Si, yo también me he dado cuenta y, al igual que yo, cualquiera puede haberse percatado de ello, teniendo en cuenta que soy una señora y no soy muy entendida en esto. Ya os digo, cualquiera que no esté demasiado borracho se percataría de que estas idas y venidas son sospechosas. Estoy segura de que los platos de comida que entran en las cocinas, las sobras, son lo que sacan poco después, repartidas de nuevo. Espero que en Desembarco encontremos comida realmente interesante, quiero comer pasteles de todo tipo, un poquito de cada, y especias venidas de Dorne y del otro lado del mar -sus palabras sobre comida ocultaban un mensaje que el maestre sin duda encontraría y que el resto no haría pues sus palabras no eran un teatro absurdo sino las palabras de una señora sobre la mala comida del lugar, algo que cualquier otra haría en su posición.

El mercenario corrió rumbo a los establos sin embargo allí se encontraba Gale. La prisa con la que avanzaba hizo que le ignorara sin percatarse de que él era el heredero de los Swanriver.

-¡Chicoooo! ¡Rápido el caballo, te di un venado de plata así que date prisa!

El bastardo no se había fijado en la presencia de Gale que se acercó a su montura y la cogió de las riendas al tiempo que le enseñaba la espada. mejor, detente. Tenemos que hablar. Y no se os ocurra haces locuras, no es una opción.

Hacía tiempo que  no corría con armadura y se había olvidado de como era aquello. Tenía que volver a ejercitarse, había perdido algo de forma, la forma en que repiraba pesadamente no era propia de él, apretó el paso cuando vio que el mercenario se topo de bruces con Ser Gale, pero ¿Por que estaba él solo?¿ No había venido nadie más?

Cuando salió de la habitación se preguntó como podría bajar hasta los establos sin llamar la atención. Nunca había entrenado para pasar inadvertido u otras maniobras que serían más propias de ladrones, y aunque así fuera nunca podría hacerlo con la pierna mala y la armadura.

Al final se decidió por otra cosa, el tiempo que había estado atando al isleño bien podía parecer suficiente para haber intercambiado unas palabras con su señor para cualquiera que hubiera escuchado al maestre. Simplemente bajó la escalera y salió por la puerta sin hablar con nadie, esperando que cualquiera que se tomase la molestia de preguntarse adonde iba, pensase que tenía que atender la llamada de la naturaleza.

Sonrío plácidamente al ver como Dana entiende perfectamente el juego.

- Por supuesto, mi señora, probaréis exquisiteces de Dorne, como su famoso vino. - Hago ademanes con la mano en la nariz. - Unas esencias, unos olores... Y como vos decís, las especies, que harían parecer un suculento manjar la carne de rata del lecho de pulgas. - Digo conteniendo una risilla tonta por bromear.

Muevo la cabeza buscando alguna señal de movimimiento de mi señor o de los caballeros por la sala.

-¿Cómo? ¿Hablar? -El mercenario se giró lo suficiente como para ver venir un puñetazo armado con guantelete. El golpe le dejó derrotado en el suelo y a merced de sus emboscadores.

Tumbo al mercenario como a una tortuga boca arriba, quiso volver a darle con el guantelete por hacerle correr con la armadura puesta, quiso darle muy fuerte en la testa con los nudillos metálicos de su guantelete pero no quería incapacitar le para hablar. Pero se contuvo.

¿Alguna otra pregunta estúpida? dijo Gyles con mal talante poniéndole la espada en el cuello y quitando le el cinturón del que colgaban sus armas( y su bolsa). Las preguntas las hacemos nosotros.

A pesar de haberlo desarmado su espada no se movió de su cuello, presionando lo bastante como para no hacer un corte profundo pero desanimarle a moverse por temor a degollarse a si mismo al sacudirse. Miro a ser Gale una vez sintió la situación bajo control para que prosiguiera

El bastardo permanecía en el suelo, bien sujeto y libre de armas tras el pertinente cacheo del castellano.

-¿Qui... Quiénes sois?

Giró la espada para hacer daño a su presa que mantenía atrapada contra el suelo

Las preguntas las hacemos nosotros le recordó ser Gyles con tono amenazador.

Espero que lo hayas entendido todo bien. Empieza hablando un poco de tus hermanos de batalla. Gale se sentía satisfecho y orgulloso por la rápida actuación de Ser Gyles, pese a que no le gustara del todo la rudeza con la que presionaba al bastardo. Suspiró, al fin y al cabo no podía pensar que simplemente se dedicara a hablar y responder porque se lo pidieran amablemente.

-Se lo conté todo, ¿sois de la Casa Dannet? -Tras ello recordó la orden y rectificó rápidamente entre súplicas -Perdón, perdón. Nos reclutaron para atacar a la Casa Dannett, la idea era pasar a varios campesinos y dejar una prueba de la autoría de los Swanriver. No sé porqué sólo sé que alguien pagaba al Zorro para ello.

Oh, excelente, es una de las razones por las que accedí a hacer este viaje. ¿Y usted Ser Osbin? ¿que aspiras a conocer y conseguir en la capital de Poniente?-preguntó Dana, tratando de ser amable con el caballero. Según creía ya tenía al maestre de su lado, para ayudarle a elegir a esposo, pero nunca le vendrían mal un par de ojos que vigilaran a su hermano.

Durante un momento Ser Osbin meditó la pregunta de Lady Dana, y la respuesta que sería adecuado darle

- A estas alturas no puedo negar que tenga alguna ambición, después de todo ambos estaban presentes cuando solicité a Lord Bronwell participar en el torneo...

- No es una cuestión de gloria, ni tampoco por riquezas. Podría decirse que es un antiguo anhelo de juventud. Tengo la esperanza de que Barristan Selmy participe en el torneo y poder enfrentarme a él, eso es todo.

aunque el resto de lo que pensaba se lo guardó para si - demostrar que para el afamado Barristan el Bravo también pasan los años y que toda su gloria y fama acumuladas ya no son gran cosa

suspiró, e hizo una pausa antes de continuar - razones personales aparte, seguiré los deseos de vuestro padre y ayudaré a vuestro hermano en la medida de lo posible. Está en sus manos dejar en buen lugar el nombre de la familia.

-¿En serio? Y crees que le ganarás, Ser Barristan es... -Tras pensar unos segundos dijo el único adjetivo que se le ocurrió- El mejor

Corrigo a Erryk por su intervención.

- Erryk, joven, a nadie le cabe duda de que Ser Barristan Selmy es un gran espadachín, de los mejores. Pero... También hay otros grandes como Jaime Lannister, que por la virtud de su juventud no dudo que pudiera ganar al bravo en combate singular. - Miro a nuestro caballero. - Ser Osbin al igual que Barristan cuenta con la veteranía y años de experiencia a su lado. Seguro que están más a la par de lo que creemos.