Partida Rol por web

La comunidad de Valle Alto se extiende a la sombra de los Picos del Trueno al norte, al este por Sembia, por Cormyr al oeste y es el más meridional de los Valles. El Valle controla un paso natural entre la Escarpadura Aguileña al sur y los Picos del Trueno al norte, bordea la orilla septentrional del Gran Pantano y bordea Cormyr cerca de las Aguas de Wyverm. Aunque su paso conoce un cierto tráfico, la mayoría de los viajeros utilizan o bien el Camino del Este a través del Valle Profundo o el Camino de la Mantícora a través de Daerlun. El Valle Alto es un valle de granjas en terrazas que cría y produce ovejas, nabos, patatas y heno.

El Valle Alto es gobernando por un conjunto de seis consejeros, de los que cada año se elige a uno para un período de seis años. Los consejeros eligen a un alguacil principal que también sirve como líder y miembro del consejo. El alguacial principal tiene otros seis alguaciles bajo su control que mandan al ejército y entrenan a la milicia.

El Valle Alto mantiene una milicia regular de 50 guerreros armados pero en tiempos de crisis puede reunir a la mayor parte de la población del Valle. Además, el Valle Alto es el hogar de la Compañía de Arqueros Pegasos, una compañía mercenaria de arqueros a caballo, en número de 75 montados y también lograron instaurar a los Auxiliadores Voladores, veinte arqueros montados a lomos de pegasos.

El Valle Alto no tiene templos, pero está sembrado con santuarios a todas las deidades. Un lugar de veneración particular es el conocido como el Lugar de la Danza, regido por sacerdotes de una variedad de deidades de alineamiento bueno y neutral.

Este Valle es el lugar predilecto de retiro para muchos aventureros que deciden vivir el resto de sus vidas en paz y tranquilidad. Muchos de ellos están detrás del mostrador de algunas posadas o bien negocios donde pueden contar sus hazañas y con cada relato más impresionante que la vez anterior.

La Posada del Camino Polvoriento es un lugar de paso muy popular para los viajeros en Valle Alto y es el establecimiento favorito de la milicia local. A menudo gente vivaracha y de vida aventurera se para allí, gente que las ha visto de todos los colores y ha vivido para contarlo. La posada en un buen sitio para gente que quiere conocer y aprender del mundo ya que hay visitantes interesantes a los que conocer.

El dueño en Sammson Muchaplata, un enano que se retiró de la vida del aventurero después de una riña con un gigante, logró mucho dinero en el lance pero casi le cuesta el pellejo. Utilizó el dinero para construir la hospedería y retirarse, suele relatar la historia del gigante, una petición muy reiterada de sus parroquianos. Es abierto y amistoso, sobre todo con la gente joven y audaz.

Sammson es miembro del a milicia de Valle Alto, con su ojo clínico para los sinvergüenzas de todo pelaje, ejerce como vigilante de la comunidad de los visitantes no deseados, dejándoles caer de manera sutil que se marchen si son susceptibles de causar problemas.

Sammson es bajo incluso para los enanos ya que sólo mide 1,20 m. Su pelo y barba son oscuros, con retazos de gris y se los mete por debajo de la camisa cuando atiende en la posada. Está muy orgullosos de su establecimiento y trabaja duro para que sea un sitio respetable.

La Posada del Camino Polvoriento es un bonito lugar para hacer amigos, charlar y relajarse después de un día de trabajo agotador. Les acaba gustando el sitio y su atmósfera amistosa. Parece un buen sitio para compartir sus metas y sueños con los demás. Suelen pensar en las gloriosas historias que han escuchado y sobre riquezas, honor, fama y grandes batallas. Las historias dan rienda suelta aunque saben que todo lo que cuentan (real o exagerado) está todavía muy por encima de lo que saben pueden dar.

Más de uno de ustedes sueña con ser algo más que un granjero o peón de un negocio, quieren ganarse una reputación, aprender poderosa magia o abrazar con mucha fuerza la religión.

Ésta noche ese camino parece más cercano que nunca. Quedan pocas mesas ocupadas y bastante dispersas entre sí, Sammson está limpiando una mesa con mucho ahínco a la vez que admira como la está dejando brillante. Murthus el borracho está en su rincón sujetando una jarra vacía.

Fuera de la puerta escuchan un caballo que se acerca al galope, el galope pasa a ser un trote, el trote a caminar y el sonido se detiene frente a la posada. Al cabo de un momento, oís unos pasos vacilantes en la entrada, mientras los lugareños miran expectantes. El hombre entra a tropezones en la estancia, con una mano en la sien y la otra apoyándose en la mesa más cercana. Comienza a hablar pero se desploma en el suelo golpeándose con la mesa al caer. Notan que tiene sangre en ambas manos.

Sammson corre en ayuda del hombre, usando su delantal para intentar detener la sangre que fluye de su herida en la cabeza.

Ivan no sabia muy bien como había terminado en aquella posada, seguramente su ultimo robo no saliera muy bien y tuviera que huir corriendo de la ciudad. Siempre era así, un par de meses y tenia que cambiar de aires.

Al ver entrar al hombre, Ivan se quedo en la mesa con su jarra de cerveza, algunos dirían que era muy joven para beber, escuchando. Puede que fuera el comienzo de una aventura con su consecuente remuneración económica. 

Es complicado encontrar el camino cuando no has salido nunca de tu casa, me he vuelto a perder, esto parece un valle perdido, no se ve mucha actividad, me acercaré a ver si encuentro algún trabajo que me reporte algunas monedas o tendré que pasar la noche al raso como siempre...

Pensando esto, el hechicero se dirige al pueblo y ve una posada donde decide entrar a probar suerte cuando se encuentra a un tipo al parecer herido y a un enano tratando de ayudarlo, no se que hacer pero digo en voz alta...

Disculpen, hay algún médico en el pueblo que le pueda atender?

Llevaba ya algunos días escondiéndome en los lugares más extraños y sin poder probar bocado alguno. Así que tomé la decisión de entrar a la posada que estaba más concurrida con el fin de poder descansar algunos minutos y comer algo.

Al entrar al lugar, tomé puesto en una de las mesas más cercanas a la puerta, pero lejos de las miradas de los que ingresaban y pedí un poco de aguamiel y un pequeño trozo de pan. Comí mi frugal cena sin mayor sobresalto y me preparé para seguir mi camino.

Segundos antes de que cruzara la puerta, un hombre entró raudo a la posada y se desplomó frente a mí. Instintivamente me escondí en las sombras. Cabía la posibilidad de que fueran las artimañas de mi maestro y no me arriesgaría a acercarme a él.

Acabo de regresar a la región tras casi cuatro años de ausencia, en los que estuve formándome en Tantras, tras los muros del templo de la Venida de Torm.

Estoy exhausto, por lo que antes siquiera de ir a reunirme con mi familia, hago un alto en la posada del Camino Polvoriento. Aquí podré comer y beber algo y, según la hora a la que acabe, incluso descansar un poco.

Justo cuando llamo a una de las camareras (posiblemente hija o sobrina de Sammson por algunos rasgos faciales similares), un hombre entra en la posada y prácticamente se desploma en el suelo.
Me levanto rápidamente y me dirijo hacia él mientras el propio posadero ya está tratando de auxiliarlo y alguien se gira preguntando: "Disculpen, ¿hay algún médico en el pueblo que le pueda atender?"

Me arrodillo junto al herido y echo un vistazo a su estado*. - Por favor, apártense un poco; este hombre necesita atención inmediata. - Me identifico como sacerdote de Torm mientras continúo. - Traigan agua y alcohol por si hay que limpiar alguna infección.
No se preocupe, amigo, haré lo que esté en mi mano para que se recupere. #

Altair descansa en la posada en uno de los rincones más apartados y oscuros. Mientras toma la fría pinta de cerveza que le sirvió el posadero, intenta pasar lo más desapercibido posible. Quiso Tymora que un hombre herido entrase en la posada herido desviando toda atención hacia él. Sin embargo hizo que Altair se pusiese en tensión y fugazmente se acercó a una de las ventanas de la posada para ver si el agresor se encontraba cerca o eran víctimas de un asalto. Aquella odiosas criaturas tenían la costumbre de arrasar aldeas. Si de nuevo era la misma situación, desde luego Altair no iba a repetir el pasado.

Un reguero de sangre surge por la nuca del recién llegado, las personas que están dentro del lugar están muy apartadas y dispersas, Sammson al ver que nadie viene a socorrer al herido balbucea algo incomprensible más para sus adentros que hacia fuera.

Sus protestas parecieron surgir un efecto positivo porque uno de los presentes al menos pregunta por quien conoce a un sanador y no pasan más de segundos para que uno llegue por la puerta de entrada. Quizás Tymora lo haya traído para la buena fortuna, pero no es un fiel congraciado con Torm el recién llegado.

Entre los tres logran llevarlo a una mesa donde el fiel de Torm revisa sus heridas y trata de maneras poco ortodoxas intentar detener la hemorragia, por suerte para el herido nada es grave aunque si el sanador sigue obrando podría terminar siéndolo. 

El casi desvanecido herido levanta su cabeza levemente y reconoce a Sammson, sus gestos denotan un gran agotamiento y preocupación a la vez. - Randamis... debo... - Dice con sus últimos esfuerzos antes de desmallarse a pesar de los esfuerzos de Sammson y el hombre de Torm.

Los ojos del posadero se abren reconociendo al parecer el nombre que pronuncia el herido a la vez que se da cuenta quien es el herido después de quitarle sangre en el rostro. Se gira rápido sobre los talones con una velocidad sorpresiva para un enano y mira a todos los presentes. - Rápido, necesito que lleven a Marlbee por ese camino. - Dice señalando un camino a la vista por la ventana que justo observa uno de los presentes que otea el exterior. Un extraño que está un poco más relajado al ver que no hay otras personas fuera de la posada.

- Los llevará a Ambleer Manor, es un sirviente de Randamis y estoy seguro que podría ayudarle. ¡Rápido, tardan demasiado!. - Dice el posadero buscando alentar a todos menos al borracho desfallecido de la esquina que no se inmutó con todo lo sucedido, el pobre Murthus está más que desfallecido y por eso Sammson aprovecha la situación. - Usen la mula de Murthus, no se preocupará de ella por un buen rato. - Señalando con un gesto brusco a la montura que está atada fuera.

Altair se pasó la mano sobre la frente aliviado. Su otra mano cerca de la empuñadura de la espada también liberó la tensión, girandose hacia el interior de la posada aliviado.
Escuchó entonces las palabras del posadero y sin pensarlo mucho salió de entre las sombras un hombre con la cara completamente deformada y llena de cicatrices. El hombre no era excesivamente alto, pero si fornido y ligeramente ancho. Se aproximó hacia el herido y pasando uno de sus brazos por la espalda y con el otro cogiendolo de las piernas estaba dispuesto a cargar con él hasta la mula e ir en la dirección indicada.

Por ahora, el tipo herido no es de mi incumbencia, ya preguntaré por él más tarde, ahora me es más urgente encontrar algún trabajo para sacar algo de dinero y poder comer y dormir decentemente.

Con este pensamiento, el joven mago se acerca al enano y le pregunta... Perdonad posadero, soy un mago sin mucho dinero y me gustaría encontrar algún trabajo que pueda hacer para ganar algo de oro y poder comer y dormir en condiciones, sabeis de alguno?

Una vez que compruebo que el herido no corre peligro inmediato, me fijo un poco en el entorno y me sorprenden mucho las distintas actitudes de los presentes.

No sé si el pueblo habrá cambiado mucho pero, desde luego, la posada sí lo ha hecho. Cuando solía pasar por aquí, jamás vi tantos forasteros al mismo tiempo; y, si acaso, había algún buhonero o gente de paso, nunca personajes tan peculiares como estos.

- Está bien, - digo dirigiéndome al hombre que ha cargado con Marlbee - vayamos a Ambleer manor a llevar al herido y ver a ese tal Randamis.
Por cierto, mi nombre es Ghius y sirvo a Torm, el Auténtico.

Por un momento sentí el deseo de ayudar al caído. Pero cuando vi que dos de los presentes se apresuraban a socorrer al hombre, me quedé en mi lugar. Esperaba no arriesgarme a ser descubierto por mi captor y agradecí la decidida forma de actuar de aquel sacerdote y el que parecía un hombre de guerra.

Se terminó la jarra de cerveza de un trago y se acercó. Creo que podría ser de ayuda. Dijo mientras palmeaba la espada que lleva a un costado. Un sirviente herido, seguro que su amo le da una buena recompensa por haber rescatado a su sirviente.

Me llamo Ivan, y soy un simple viajero en busca de aventuras.

El herido estaba ahora siendo cargado por dos hombres con un porte imponente, los brazos y torso de los dos sujetos no dejaba lugar a duda de una fuerza fuera de lo común. Marblee parecía un niño cargado por dos gigantes en estos momentos, por suerte uno era un clérigo de Torm.

Algunos de los extraños se predispusieron a ayudar por sus motivos, buena voluntad, interés económico aunque uno prefirió no hacerlo. Se acercó con un tono amable para solicitar trabajo. - Por supuesto. - Le contestó Sammson con un tono seco. - Sigue al herido y ve a ver que pasa. - Se dio vuelta para regresar dentro de la posada mientras dejaba que el resto fuera asegurando al herido sobre la mula, el enano sin perder tiempo se dedicó a limpiar la sangre derramada dentro del negocio sin poder ocultar del todo su preocupación por Marblee que yacía todavía inconsciente sobre el lomo del burro.

Conocés, por lo que cuentan, al dueño de Ambleer Manor:

Poco después de la llegada de Randamis a Valle Alto, antes de que los lugareños lo aceptaran un Ankheg atacó a varios granjeros no muy lejos de la Posada del Camino Polvoriento. Amblee Manor estaba a medio terminar y Randamis se alojaba en la posada hasta poder habitar su nuevo hogar.

Cuando oyó lo del Ankheg tomó su equipo y fue hasta el lugar donde los granjeros había sido atacados. Descendió solo hasta la madriguera de la criatura y acabó con la misma. Desde entonces ha sido bien aceptado.

Poco tiempo después comenzó a organizar un banquete anual para todos sus convecinos memorando la fecha que llegó a Valle Alto.

Me dirijo donde están los otros y les digo... Hola a todos, mi nombre es Sateru, un pobre viajero que busca ganarse unas monedas, el dueño de la taberna me encargó que siguiera la evolución del herido, si me permiten, les acompañaré y si puedo ser de ayuda, pues lo haré...

Con estas palabras, me uno al grupo