Partida Rol por web

Al alba todos son despertados por el posadero que les da un nutrido desayuno con tanta comida que ninguno puede pensar en otra cosa que no sea comer, se nota que Randamis sabe cuidar a los suyos y por consiguiente sus intereses. Todos comen y parten con destino Ambleer Manor y sienten una fresca brisa por la salida del sol.

Una corta media hora les toma el recorrido hasta las puertas, al pie de la escalera ven a un Randamis escoltado por un par de guardias y un sujeto de baja estatura y bastante fornido vistiendo unas ropas grises. El guardia de la entrada los deja pasar sin pormenores quizás por instrucciones dadas por el anfitrión.

Una sonrisa se ve en el rostro de Randamis cuando recibe al grupo que va a afrontar la misión que les encargó. - Buenos días a todos, les agradezco haber venido tan temprano para poder partir prestos. - Gira y señala con ambos brazos de manera suave al desconocido que está parado cerca de él. - Su nombre es Falanar y es un hombre que vigila los bosques, por suerte para mi y provecho de ustedes es un hombre que conoce la zona y podría guiarlos en caso de que se necesite. - El sujeto es un humano que porta un arco corto en la espalda y está preparado para entrar en acción al parecer por todo el equipo que lleva encima.

Hola Falanar, soy Ivan. Dijo a modo de presentación antes de empezar con las preguntas que le interesaban. ¿Qué tipo de fauna habita esta zona, qué animales peligrosos hay o que podrían llegar a serlo? Ivan esperaba una respuesta sencilla a su pregunta sencilla.

Buenos días, bien, les parece si partimos entonces? - digo mientras cojo la ballesta y los virotes - necesitaré practicar mucho con esto antes de que me pueda ser útil en un combate.

Hola Iván, veo que vas directo al grano. Le digo mientras le saludo con la mano efusivamente.

Como dice Randamis, YO SOY VUESTRO HOMBRE. Y continuo dando un apretón de manos al resto de presentes, mineras continuo hablando rápidamente.

Estas tierras pueden ser realmente peligrosas, lobos malhumorados, jabalíes furiosos, osos peludos, conejos asesinos. Cualquier cosa puede estar esperando detrás de la siguiente piedra, es mejor ir con los ojos bien abiertos, ¿verdad padre? Y dirijo una mirada rápida al cielo mientras realizó la pregunta.

Continuo dando el apretón de manos a todos, hasta que vuelvo a dársela de nuevo a Ivan. Disculpa, a ti ya me había presentado. Pero no olvides andar con los ojos abiertos, y mientras señaló con el dedo al horizonte y le coloco un brazo por encima de los hombros colocándome cerca de el, digo en un tono más bajo y más lento. Cualquier cosa puede estar esperando para abalanzarse sobre cualquiera de nosotros. Incluso... de ti, y señalando al Barbaro, mmmm….como quiera que sea tu nombre. Y levantando los brazos a media altura y mostrando las palmas de las manos. Sin ofender, claro está.

Al llegar donde nuestro anfitrión, siento la misma aversión por el semielfo. Nadie que sea mitad humano y mitad elfo se merece mi respeto.
Mi saludo se limita a una ligera inclinación de cabeza y no le devuelvo el saludo al que lleva por nombre Falanar. Me limito a escuchar mientras estoy algo aparte del grupo, mientras me hago una imagen preliminar de cada uno de los presentes.

Mientras extiendo la mano al extraño guía pienso para mí este tipo no está muy bien de la cabeza, pero lo que dice tiene sentido, aunque por lo que vamos, sobran las advertencias - así que desde que salimos del pueblo, voy todo lo atento que pueda estar a posibles ataques/emboscadas.

Me despido de Sammson agradeciéndole las viandas con las que hemos desayunado.

El viaje hasta Ambleer manor se me hace muy corto y, en seguida, nos encontramos ante Randamis quien nos presenta a Falanar. Este último será, según parece, nuestro compañero durante la misión; y, según sus cualidades, podría servirnos de guía.

Me presento y lo saludo con (casi) tanta efusividad como él a mí; después escucho, con una sonrisa en los labios, cómo exterioriza sus pensamientos sin ningún tipo de control.

Randamis los despide con un gesto que no puede ocultar un dejo de ansiedad, el septeto parte con sus monturas más las dos que cargan con los enseres hacia el Cerro de los Buitres. El camino es ameno con el sol despuntando por detrás desde el este.

El camino transita por corazón de Valle Alto, por donde uno mire está colmado de suaves colinas y granjas a ambos lados del camino. Mientras avanzan los aldeanos les saludan cortésmente a medida que pasan con un leve gesto de la mano. Aisladas arboledas acompañan la senda dando algo de sombra que viene bien recibida.

Pasa la primera hora y se dan cuenta que no ha pasado una persona siquiera por el camino, el desuso que se le dio es tal que pasa la siguiente hora y tampoco ven a otra persona. Es por esto quizás que los aventureros retirados llegan a este lugar para vivir tranquilamente sus últimos días.

Ya cerca del mediodía ven una nueva arboleda delante y el hambre les indica que quizás sea un buen lugar donde detenerse. Descienden momentáneamente de las monturas para darles un respiro y meditan sobre armar o no un pequeño fuego dado que Randamis los proveyó de tanto alimento cocido que no sería necesario.

Cuando se van acercando a la espesura que abarca ambos lados del camino un sonido les da aviso de que por la derecha sin lugar a dudas algo se movió. Se miran entre los dos y saben que lo que causó el ruido no debe andar lejos y está seguramente por ese lado.

Cuando se van acercando a la espesura que abarca ambos lados del camino un sonido les da aviso de que por la izquierda sin lugar a dudas algo se movió. Se miran entre los tres y saben que lo que causó el ruido no debe andar lejos y está seguramente por ese lado.

Me doy cuenta que, al parecer, no soy el único que sintió aquel ruido y miro a los dos compañeros que tenía más cerca.-Sería bueno que fueran a revisar si hay algo en aquel lugar.- añado mientras indico con un dedo al follaje que estaba al lado izquierdo del camino. -Es tan solo una sugerencia claro está. Yo les seguiré desde atrás.- añado con el fin de no parecer mandón ni cobarde, mientras gesticúlo una pequeña sonrisa.
 

Al haber tanta gente por medio, decido que no es buena idea usar la ballesta la cual, tampoco se usar, así que me preparo para lanzar un hechizo si fuera necesario, flanqueo un poco el grupo para tener ángulo de visión y avanzo tras ellos...

Montado sobre el caballo prestado o propio daba igual pues era mucho mejor ir así que andando. Acostumbrado estaba el duro Bárbaro del Norte a caminar, caminar, correr y saltar pero no había duda que también disfrutaba cabalgando.

Atrás quedó el calor de la posada de aquel enano gruñón y parlanchín con sus historias del pasado. Aburrido estaba para aceptar una oferta como la que le propusieron: Ir por unas hierbas estomacales.

-"Jajaja....juajua..." reía suavemente al pensar en las hierbas.

Las palabras de Rumer hicieron que el semblante del Bárbaro cambiaran. Miró a un lado y otro. Bajó del caballo con la espada en ristre y dijo en dirección al arbusto:

-"Si sabes hablar, habla .... Si no con gusto talaré el arbusto y lo que haya detrás."

Con paso firme se dispuso para el ataque. Sabía que la sorpresa ya la habían perdido y si fueran a ser atacados. Mejor golpear primero.

- Iván, - le digo a mi compañero en un tono quedo - rodea esos árboles de la derecha a ver qué encuentras; yo iré de frente haciendo un poco de ruido para que, si hay algo o alguien, no se fije en ti.

Dejo a la montura lo más pausadamente posible y, con el escudo alzado y el arma baja pero preparada, me dirijo en línea recta hacia el lugar en el que escuchamos el sonido aunque no hayamos sido capaces de identificar de qué se trata. Hago una seña al resto de mis compañeros para que mantengan la calma y se preparen para lo que pueda avecinarse.

Iván miro a sus compañeros haciéndoles un gesto de silencio y apuntando hacia unos árboles,   también les indico que se quedaran dónde estaban. Acto seguido Iván se movió en silencio hacia los árboles. 

Asintió con la cabeza y comenzó a mover en silencio por donde le había indicado Ghius, mientras avanzaba puso la mano en el pomo de la espada. 

Altair rapidamente hizo acopio de su arco y colocando una flecha sobre la cuerda tensó la misma y avanzó hacia dónde había escuchado el ruido y el arbusto se había movido.
Las palabras del bárbaro dejaban clara su posición y que estaban alertados. Por eso se limitó a prepararse para disparar en cuanto lo que fuese que se escondía ahí saliese y no fuese del gusto del guerrero.

Notan algo llamativo, el llamado Ghius e Ivan están convencidos que los sonidos provienen exclusivamente del lado derecho del camino pero Altair, Falanar y Kanrhad van por el lado izquierdo totalmente convencidos de que los sonidos son si o si de ese lado.