Partida Rol por web

De entre la espesura salen tres orcos con sus bocas abiertas y gritando sonidos que ya dejaron de ser su idioma para transformarse en algo más arcaico, algo más animal. Avanzan desesperados sosteniendo unos venablos muy precarios que lanzan con más fuerza que técnica hacia tres de los integrantes del grupo.

Un venablo va directo hacia Iván, el joven ve que ese proyectil tiene destino directo su pecho y sin pensarlo se arroja hacia el costado sabiendo que su vida depende de ello. La punta del venablo impacta con el suelo y sigue de largo para su fortuna. Un segundo proyectil sale con dirección la humanidad de Sateru pero con tal mal tino que uno tiene que hacer un gran esfuerzo en situarlo al mago como blanco del orco.

Ghius por su parte avanza decidido a partir con su mangual al primer orco que se cruce, pero este lo estaba esperando y le arroja el venablo con mucha fuerza. Este no falló, el proyectil se ensartó en el medio del pecho del clérigo de Torm y le hace una profunda herida que sangra inmediatamente. Las fuerzas le fallaron al fiel de Torm y su golpe falto de precisión falló por mucho.

El resto del grupo se estaba reorganizando y yendo hacia el lado por donde viene la amenaza realmente.

De pronto empiezo a emitir unos sonidos guturales que nadie entiende, pero los orcos parece ser que si, ya que les hablo en su idioma

(en orco) - Por los dioses! se puede saber por que atacan a un grupo humano bien armado? acaso invadimos su territorio? solo díganlo y salvarán sus vidas. - (fin de orco)

Esto es lo que dice Sateru en orco. 

(en orco) Por los dioses! se puede saber por que atacan a un grupo humano bien armado? acaso invadimos su territorio? solo díganlo y salvarán sus vidas (fin de orco)

Esto es lo que dice Sateru en orco. 

(en orco) Por los dioses! se puede saber por que atacan a un grupo humano bien armado? acaso invadimos su territorio? solo díganlo y salvarán sus vidas (fin de orco)

Unos gritos le sacaron de su error:

-"Lado equivocado" pensó el bárbaro.

Aquellos gritos eran inteligibles, pero sin duda alguna eran amenazantes y nada amigables pues provenían de horrendas bocas llenas de afilados y sucios dientes. Esas enormes bocas pertenecían a tres grandes orcos que felices y seguros de sí, decidieron atacar a aquel desorientado e inexperto grupo.

Los dos primeros ataques por fortuna para los amigos del joven bárbaro y para él fallaron, pero el tercero dió de lleno en el pecho del clérigo de Torm dejándolo mal herido.

Aquella sangre hizo despertar en lo más profundo de su ser el ansia por entrar en la batalla. Nada podía hacer aún por ayudar a sus amigos ni siquiera al joven clérigo. Sólo se le ocurría una cosa: blandir su espada como sólo el bárbaro del Norte sabía hacerlo.

-"Aguantad" gritó al dirigirse hacia el 3er Orco.

Esto es lo que dice Sateru en orco. 

(en orco) Por los dioses! se puede saber por que atacan a un grupo humano bien armado? acaso invadimos su territorio? solo díganlo y salvarán sus vidas (fin de orco)

Aunque su aparición ha sido repentina, ya habían causado más daño del que tendría que haber sido.
Mi rostro cambio de relajado a tenso y serio.
Entre el alboroto intento distinguir al enemigo, y con una mirada amenazadora enfoco mi vista en uno de ellos.
Sin articular ninguna palabra, ni hacer ningún ruido de esfuerzo me lanzo a la carga contra uno de los orcos.

Altair miró a Sateru ligeramente perplejo. ¿Sabía orco? ¿Por qué?... le rondaban ciertas preguntas en la cabeza. Pero rápidamente se centró de nuevo en acabar con aquella amenaza que se encontraba frente a ellos intentando pillarles sorprendidos. Salió corriendo pasando entre medias de los dos magos sin contemplaciones mientras elevaba el filo de su espada con rabia para intentar descargarla sobre el orco que se encontraba en el medio. Cuando se acercó a su objetivo comenzó a bajar el filo de la espada con convicción, esperando partir en dos a aquella rata inmunda.

Ivan retrocedió hasta ponerse a la altura de Altair para empezar el ataque contra los Orcos, al parecer la vía diplomática había fallado. 

El dolor me atenaza, pero no puedo flaquear. Mi dios me dará la fuerza que necesito para enfrentarme a la amenaza. Nuevamente alzo el arma e intento golpear al más cercano de los orcos, pero está claro que mi concentración no es la adecuada. Visto el resultado, alzo el escudo para impedir que los enemigos me golpéen de vuelta.

El grupo se acomodó para enfrentar la amenaza orca que se abalanzaba por la derecha con más gritos que otra cosa. Una fortuita lanza perforó el pecho del clérigo de Torm y las demás no fueron problema para el grupo. Varios cargan contra los tres orcos, se blandió el acero hasta que el primero en acertar bajo la defensa fue Altair.

Le levantó la guardia lo suficiente para dar un fuerte corte en la parte abdominal despanzurrando a su contrincante. Este cae agonizando y muere rápidamente, los otros dos ven caer a su compañero y no esperan para ver si pueden hacer algo dado que salen huyendo a todo lo que sus piernas le permiten.

Se reúnen alrededor del grupo para observar al fallecido y ven que está famélico, la piel seca denota que no ha tomado líquido en bastante tiempo. Sus ropas están más que rotas dando un aspecto lamentable aun para ser un orco. El combate terminó tan rápido como comenzó pero con la salvedad de que ahora hay un herido que trata de frenar un poco la sangre que sale por la herida.

En cuclillas y con un palo, comencé a inspeccionaba el cuerpo del orco muerto. Luego de un tiempo de análisis de la situación comenté al grupo: -Este ataque fue muy extraño; nos atacaron a sabiendas de que éramos muchos enemigos. Quizás algo o alguien haya hecho reaccionar a estos seres de manera tan temeraria. Creo que debemos ir con algo más de cuidado.-

Me había lanzado al ataque con muchas ganas, con ambas cimitarras, una en cada mano, pero perece que las ganas no eran suficiente.
Dos de los orcos salieron huyendo después de ver como el tercero moría a manos del guerrero, y me quede mirando mis dos cimitarras y mis manos que las sujetaban, intentando encontrar una explicación a mi fallo.
Parece que están estropeadas, comento, y procedo a guardarlas.

Tras el breve comentario, me uno al resto del grupo a mirar al orco tendido en el suelo, y escucho las palabras del mago, mientras asiento con la cabeza de forma efusiva.

Cierto, mientras continuo meneando la cabeza de forma afirmativa, y parando en seco de mover la cabeza añado de forma pausada, hay que andar con los ojos bien abiertos, ayudándome de mis dedos para abrir más aun mis ojos.

Y aun con los dedos aún abriéndome los ojos, miro en dirección al cuerpo y digo de forma rápida Registrémosle por si lleva algo
 

- O estaban desesperados, o alguien, a quien temían más que a nosotros, les ha obligado a atacarnos. Me quito parte de la armadura y, con mi habilidad de curación, trato de emplastar y vendar lo mejor posible la herida que acabo de recibir. Mientras los compañeros analizan el entorno y al orco caído, vuelvo a ponerme la armadura y me recompongo de cara a lo que pueda acontecer.

Viendo que nadie me ha hecho caso, me acerco a ghius y, aunque no tengo ninguna habilidad especial en curación, trato de cortarle la sangre y ponerle un trapo limpio para que haga presión

Se pone sus guantes de cuero y comienza a registrar al orco de forma meticulosa y concienzuda.

Cuando Altair abatió al maltrecho orco escupió sobre su cuerpo una vez en el suelo. Se giró para enfrentar al siguiente orco pero para su sorpresa las otras dos ratas salieron corriendo.
Pensó un segundo en perseguirlos pero rápidamente desechó tal pensamiento.
Limpió el filo de su espada con los jirones de ropa del cadáver.
Se llama hambre y te incita a realizar estupideces como esta. Contestó a Kanrahd.
Tras lo cuál se dipuso a no darle mayor importancia y continuar el camino.
¿Te encuentras bien? Preguntó a Giush mirando al clérigo por si necesitase su ayuda.