Partida Rol por web

Es extraño que unos orcos tan famélicos ataquen a un grupo de humanos armados, aquí creo que hay más de lo que parece, puede que se trate de alguien que quiera acabar con nuestro benefactor, el señor Randamis, si es así debemos estar aún más alertas.

Agradezco a mis compañeros el interés y la ayuda para curarme, vendarme y montar de nuevo la armadura sobre mi torso herido.

Aunque no tanto como mi orgullo.
Alejo este pensamiento rápidamente, pues no es digno de un servidor de Torm. Si me han sorprendido, lo que he de hacer en la próxima ocasión es ser más precavido o más habilidoso en combate.

- Si estos orcos están tan desesperados, es probable que algo más fuerte que ellos controle esta zona, impidiéndoles obtener lo que normalmente necesitarían para mantenerse.

Tras una revisión minuciosa de Iván logra dar con dos detalles, primero que el fallecido orco no tenía cosas de valor. Incluso se podría decir que no tenía cosas aparte de las armas rudimentarias en muy mal estado, llevarse algo de esto sería cargar con algo pestilente que haría la travesía algo insoportable.

Lo otro que encuentran dos símbolos tatuados en el hombro izquierdo. El primero es un ojo y debajo una cadena recta de color blanca, ninguno supo dar con que significan esos tatuajes. La suposición es que debe ser algo de orcos y no pueden dilucidar mucho más.

Después de almorzar algo a la sombra de los árboles manteniendo una larga distancia del orco parten con rumbo hacia el cerro. Los caballos por suerte no se alteraron con todo lo sucedido y se mantuvieron con sus jinetes encima. A lo lejos divisan las primeras elevaciones guiados por Falanar.

Las colinas han quedado atrás como las granjas del Valle Alto, ahora entraron en una región más abrupta y encontrado el Camino Viejo. Algo por delante ven la amenazadora silueta del Cerro de los Buitres.

Alzándose por encima de los árboles y de las formaciones rocosas el gran monolito parece estar vivo. Dos gigantescos salientes forman el pico y la cabeza de un gran pájaro de piedra. La cabeza se balancea en precario equilibrio sobre la parte angosta que forma el cuello del ave. Por debajo de este, la roca se ensancha hasta formar el imponente risco que preside el Camino Viejo.

Es un feo capricho de la naturaleza y no les cuesta imaginar mucho el porque nunca han viajado mucho por este camino. Pueden ver diversas formas aladas que vuelan en círculos alrededor de la cabeza del buitre pétreo y algunas cuevas en el risco que domina el sendero.

A estas alturas ya no pueden seguir andando en los caballos y lo mejor es apearse para llevarlo de las riendas unos cuantos de cientos de metros de más hasta llegar al cerro o bien dejarlos esperando.

Ya habíamos llegado al Camino Viejo, y a lo lejos se divisaba el Cerro de los Buitres.
Aquel lugar no me terminaba de gustar demasiado, pero por ahora parecía nuestro destino ir hacia él.
Esas cuevas en el risco solo me hacían pensar en peligros mirándonos desde el interior, esperando a acercarnos.
Ya me había acostumbrado a ir con el caballo, pero en esta zona, nos tocaba seguir caminando, y como no quería abandonar a los pobres atados esperando, dije:

Bueno, ahora es momento de que llevemos nosotros a los caballos, ellos ya han hecho suficiente por nosotros, no querréis dejarlos abandonados ¿verdad?
Apeado del caballo, sujetando sus riendas, y acariciándole la cabeza, espere al resto para conocer su opinión.

Cuando estudie el lenguaje orco, también supe de muchas de sus costumbres tribales, así que miro signos a ver a que tribu pertenecen por los objetos que suelen llevar, curiosamente a estos orcos les faltan algunos ornamentos propios de sus rangos en la tribu, los orcos tienen un sistema muy jerarquizado y aquel no tenía nada, tal pareciese que no sea de ninguna tribu, así que lo miro más fondo a ver si encuentro alguna pista, antes de continuar hacia el risco.

Edito:

Miro cuidadosamente antes de irme, extrañado por el comportamiento de los orcos por si encuentro alguna cosa que no lleve encima el orco, algo que se les pudiera haber caido accidentalmente, luego continuo con los demás

- Tienes razón, Falanar. - Asiento a mi compañero mientras tomo a mi caballo por las riendas y lo conduzco a través del incómodo camino. - No me fío de lo que pueda pasar a los pobres caballos si los dejamos abandonados; además, hemos de tener en cuenta que ni siquiera son nuestros y Randamis querrá recuperarlos.

Ivan desmonto y comenzó a mirar el terreno. ¿Fue aquí donde de produjo el asalto? Puede que estudiando la zona encontrara alguna pista interesante sobre como actuaron los asaltantes. 

Siguieron caminando un buen rato hasta que el acceso con los caballos les impedía continuar el camino. Tenían dos opciones. Altair desmontó del jamelgo y asiendolo por las riendas comenzó a tirar de él.
¿Cómo se supone que pasó un carro por aquí?
Refunfuñaba mientras avanzaba.

Bajo del caballo, al igual que mis compañeros y tomándolo de las riendas voy avanzando por el escarpado camino tienes razón, debe de ser dificil pasar por aquí con un carro, digo mientras inspecciono el terreno y comienzo a mirar el cielo en espera de algún posible ataque, aunque no se manejar la ballesta, la cargo y la mantengo a mano por si hay que usarla, puede que acierte de casualidad y siempre tengo mi hechizo.

El norteño se detiene al ver que todos avanzan como si nada les importara hacia el cerro y los deja pero él permanece observando el lugar como buscando algo. Pero viendo que nadie le acompaña en su observación termina desistiendo y sigue al resto hasta la base del cerro.

Sin pensarlo mucho para no decir casi nada el grupo arremete contra la ladera este del cerro siguiendo una grieta en la pared que permite una mejor escalada que el lado norte. Los caballos quedaron en la base atados y sujetos a una gran roca que se desprendió en algún momento de su larga existencia.

Su decisión les dio rápidos beneficios porque notan que las figuras voladoras son cuervos que giran por sobre el cerro más que nada en torno al lado que evitaron. La grieta está cubierta de rocas sueltas que tanto Bronas como Altair indican que son cuarzo y caliza, a la par hay arbustos que con el sólo roce desgarran la ropa haciendo más complicado el ascenso. Si bien los cuervos están lejos permanecer mucho tiempo ascendiendo podría hacer que los vean pero ello conllevaría aumentar el riesgo de caer y a medida que avanzan caer significaría una muerte segura.

Me doy cuenta que el bárbaro se quedó atrás mirando algo y voy más despacio para acercarme a él y le pregunto - disculpa, has visto algo que te parezca sospechoso? - al tiempo comienzo a mirar yo también a ver si veo algo anormal, sobre todo no pierdo de vista el cielo, además, esas cuevas en las paredes del risco pueden permitir esconderse cualquier peligro, como soy débil por naturaleza, soy bastante precavido.
Perdonen si les molesto - digo elevando un poco la voz para que me oigan - creo que sería buena idea si los que tienen armas a distancia se quedan rezagados unos metros, para tener oportunidad de usar las armas mientras los compañeros que usan armas de c/c, enfrentan a un posible enemigo, y si alguien tiene cuerdas, también sería buena idea atarnos por si alguien pierde pie, que no caiga - solo espero que no sea el bárbaro quien caiga, que se ve bien pesado - pienso para mí mismo

La idea de la cuerda me parece adecuada por lo que busco entre mi equipo y saco una de las cuerdas para enseñársela a mis compañeros. - Aquí tenemos cuerda por si fuese necesaria. Lo de llevar por detrás a los que puedan manejar armas a distancia tampoco me parece mal; lo que no sé es, si en ese caso, deberíamos formar dos reatas independientes para poder mantener la separación.

Miro hacia arriba, observando a los cuervos, con la esperanza de que no empiecen a llovernos piedras en el momento más inoportuno.

Si alguien me sujeta la armadura, yo podría tratar de trepar por una de las paredes y ver que hay mas adelante.  Ivan sabía que ir sin armadura era una temeridad, pero también sabía que encaramado a una pared había menos posibilidades de que le atacasen. 

La idea de ir atado al resto del grupo no me gusto desde un principio.
No quería estar atado al resto en caso de un ataque, y no poder moverme por con libertad, así como de tener la posibilidad de que si callera uno… cayéramos todos.

Carraspeo para llamar la atención Veamos, digo con un poco de energía para que me escucharan, mientras vuestro amigo el husmeador, se lanza a echar un vistazo, podéis iros atando unos a otros, yo podría ir entre medias de los dos grupos o también en la retaguardia, siempre suelto claro, acelero mis palabras así podría actuar rápido en caso de necesitarlo, y lanzo una especia de estocada al aire.

Después miro al cielo a los cuervos y sin dejar de mirarlos añado. Esos malditos nos van a fastidiar el ascenso, e ir con prisas por estos sitios, podría ser faltal. Vuelvo a bajar la mirada, así que mi voto es ir con calma, y encontrar un hueco donde refugiarnos si se hace tarde.

Bueno, falanar os llamais, no?, si quereis ir suelto, es vuestra decisión, si resbalais no podremos ayudaros, en lo de subir a explorar, no sería mejor que subiera alguien ligero, que no llevara armadura y que por lo tanto no perdiera una protección a la que está acostumbrado y que sin ella sería menos efectivo en caso de ataque? solo es una opinión, claro. Yo por ejemplo, no llevo ningún tipo de armadura, o alguien que esté más ducho que yo en la exploración.

Una vez el camino les hizo comenzar la escalada, Altair ató su caballo en la falda del risco y se dispuso a escalar. Abrió la mochila sacando su equipo de escalada y atándose la cuerda a la cintura, colgando el escudo en su espalda, comentó:
Podeis subir como queráis Falanar, pero si no sois experimentado os recomiendo que os ateis a alguien que si lo sea. Tendréis más posibilidades de sobrevivir seguramente. No es una escalada sencilla. Hay que subir mucho trecho.
Dicho esto dejó la posibilidad de que si alguno quería ir amarrado con él, así lo hiciese.
Hay que darse prisa. Cuanto mas tiempo estemos a la vista más posibilidades de ser descubiertos.

De montañas y y terrenos escarpados yo no sé nada. Mis hogar está en el bosque y en toda la magia que hay en el. Comienzo a mirar a mis compañeros he intento atarme en la cuerda luego de alguno de los que se ven más fuertes, esto pensando en que me pueda izar en caso de caer. – Yo me uno a la mayoría.- digo intentando poner una sonrisa en mi rostro, aunque con algo de duda dentro de mí.

La vista del Cerro era a ojos del Barbaro sorprendente no por su tamaño sino por su forma y ver a aquellos pajarracos sobrevolar su cima no presagiaba nada bueno. Sonreía al recordar sus Montañas del Norte. -"Aquellas si son peligrosas de escalar....hasta las más pequeñas que este cerro." pensó al oir lo de las cuerdas. -"Buena idea lo de utilizar las cuerdas. El más ágil que vaya primero. Yo iré el segundo así será más fácil para los demás pues una vez arriba os ayudaré con la cuerda...." miraba hacia arriba "Me lo permitan"

- Podemos confiar en la habilidad de Iván para que él suba rápidamente y sin sujeciones por delante de nosotros, como buen explorador que es.
A continuación, Bronas puede abrirnos camino al resto de los que iremos unidos por la cuerda; a excepción de Falanar que podría cerrar el grupo también de manera individual.

Espero a ver si mi resumen de intenciones le parece correcto a los compañeros mientras voy atando y asegurando la cuerda entre Bronas y yo; a continuación irían Sateru y Altair, y no sé qué decisión tomará Kanrahd aunque doy por hecho que será el último de nuestra particular cadeneta.