Partida Rol por web

El viaje en el tiempo fue algo más... extraño de lo que me había imaginado. Por un momento llegué a pensar que eso nunca acabaría y que me esfumaría en ese estado. Pero no fue así. Poco a poco, volví a ver a mis compañeros de viaje y a su artífice, el cual se encontraba agotado mientras era sostenido por Will y Edith.

Les miré unos instantes, fijándome sobre todo en Edward, el cual parecía ir recuperándose poco a poco. Luego comencé a mirar a mi alrededor. Todo era distinto.. muy distinto. Creí que tan sólo viajaríamos unas horas o un día como mucho, pero parecía que habíamos viajado años.

El aire y la ceniza que venía con él, era un tremendo incordio. Tuve que quitarme el sombrero para que no acabase volando y perdido en aquel extraño futuro. Aquellos remolinos de viento, la desolación que reinaba en el lugar... aquel castillo al fondo. ¿Realmente este era nuestro futuro más lejano?

Avanzo unos pasos, dejando a mis tres compañeros atrás. No me había percatado aún, pero pronto vi la figura de Agnes en una zona más elevada. ¿Podría ser realmente ella? No había viajado con nosotros... paso a paso, me fuí acercando a la mujer. A dos metros escasos de ella, hable:

¿Agnes?¿..? pregunté con mi seriedad y frialdad habitual, pero con cierto tono de sorpresa. Esperé a que se girase y me respondiese.

Al "aterrizar", lo único que le preocupó al joven Will fue asegurarse de Edward se pudiera dejar caer sobre su hombro, pues sabía cuan agotado lo había dejado el viaje. Lo miró fijamente a los ojos durante diez o veinte segundos, luego apartó la mirada. Estaba preocupado por su salud, y eso era evidente... y totalmente lógico. - ¿Dónde estamos?- preguntó de forma asustada al levantar la cabeza y ver toda la destrucción que había a su alrededor. -¿Qué demonios es este lugar?- lo que estaba claro era que aquello distaba bastante de lo que el muchacho conocía. 

Su mirada siguió los pasos del inspector hasta que se paró y habló. No se había percatado de la presencia de aquella silueta hasta que Clarence la mencionó. Intentó agudizar allí sus sentidos, mientras inspeccionaba aquel extraño y destruido escenario.

Miro a Mordred aarecer con ese guapo hombre a su lado cargando con un arcón mas pesado que cualquier cosa. Todo un arsenal, al parecer.

Aunque tras lo pasado con Ashley, poco puedo decir.

- Enchanté! Aceptaré gustosa la vestimenta. Creo que las que ahora mismo llevo no soy demasiado cómodas para una caza de brujas.- Río con altaneria mientras miro despreciativamente las ropas de Agnes.- Y las armas... por supuesto.

Guiño un ojo a Morgan, dando por supuesto que también es un hombre adinerado, como Mordred.

- En cuanto a la señorita Ashley... - Me dirijo al gato y le acaricio el lomo.

Mentras mantengo la carta del "gato" en mis fauces, miro la inoportuna llegada de los caballeros a la sala. Desde luego no tenía intención de mostrarme a ese hombre así como así.

Es un hombre hosco y creído de si mismo. Algo ocurre y mi olfato nunca me engaña. Sinceramente me da miedo. Es de esos hombres que por un Chelín te piden que te dejes tocar.

Mi amigo Charlie una vez acompañó a uno de esos hombres a un fumadero de Opio regentado por unos asiáticos. Nunca le volví a ver. Pero lo que supe de él fue que sirvió muy bien a ese hombre, sea lo que sea lo que significa eso, hasta que se cansó de él. Poco mas.

Ni la señorita Merril me parecía de agrado. A decir verdad, la única persona adinerada que me agradaba era el señor Wesley. Sin embargo la compañia de Agnes me tranquilizaba. ¿Me tomarían como lo que realmente soy, o bien mi destino llegaría a ser el gato de una bruja blanca?

- Aqui estoy, caballeros. - digo en forma de Gato, revolviéndome y bufando a Jessica cuando me intenta acariciar. Poco a poco me pongo junto a Agnes.

- Siento la sorpresa, pero mejor que sepan como soy ahora, que no en medio de una pelea... - Digo tumbandome en la mesa observando las armas del arcón. - Yo no llevaré armas. Solo las he usado una vez y me metieron en problemas. Siento no ser de demasiada ayuda.- Digo apenada aún en mi forma felina.

-Creo que la señorita Cushing esta en la biblioteca... dijo que tenía una, ¿cierto?

Tu padre te mira altivamente mientras dirige una mirada a los dos hombres que te acompañan. Tras un segundo suspira y alza una mano en señal de " todo a su momento".

- Esto traerá consecuencias Genevieve. Espero que los ancianos tengan algo de bondad. En cuanto a usted, señor Laszlo..- Dice dirigiendose lentamente y mirando al enano a los ojos fijamente. - Digame que es cierto lo que veo en sus ojos. Digame que esa pequeña chispa de... ¿Amor? - Se gira hacia Genevieve con cara de sorpresa al hacer la pregunta y dejar la frase in acabada. - ¿Realmente sientes algo por este medio hombre, Genevieve? Eso podría cambiar muchas cosas... Señor Lazslo, espero que sepa como tratar a mi hija en el asunto del corazon. Ella fisicamente podría defenderse de un huracán, eso ya lo sabe. Pero si la traiciona... seré yo quien arranque el suyo de su pecho.

Concluye el señor Shawn recuperando la compostura.

- Pasad al salón. Tenéis  visita. Y señor Elijah... no toque nada que no pueda pagar,¿ quiere?

-¿Señor?-preguntó sorprendido a Agnes, quedándose perplejo-¿Cómo que señor?
Entonces se interpuso de nuevo entre Agnes y Jesica en ademán protector hacia la adivina, al ver la forma en que Merril la miraba. Aquella vez sacudió más la cabeza de un lado a otro, como diciendo "¡No, no, no!". Pero se tranquilizó. No era una afrenta y sabía cómo pensaban las distintas clases y no valía la pena tratar de cambiarlas. Su legado era otro, y Morgan era partícipe de ello.
Sospechaba que el gato fuera Ashley, pero rezaba en su interior a que no fuera así, a que se hubiera vuelto él loco antes de condenar a la pobre muchacha al fin que la esperaba siendo "así".
Miró a Morgan.
-Una más... Y siguen subiendo. ¿Ves lo que te decía? No son simples humanos. Ahora no tienes más remedio que creerme...-su voz se volvió grave y el tono sombrío. Ellos se entendían, comprendían la magnitud de todo aquello.
Se acercó al gato y trató de sonreir. Era terrible que una muchacha joven como Ashley tuviera que afrontar las desgracias de esa naturaleza. Sentía lástima por la pobre. Pero sabían los dos Le Fay cómo ayudarla. Aunque para eso faltaba tiempo. Aún no debían mostrar nada...
-Enseñarlo ahora es una buena idea, Ashley. Y gracias por... Confiar en mi. Tanto que has venido a mi morada y me has enseñado esto... No te forzaré a llevar algo que no quieras. Ni a ti ni a nadie. Aún así, prefiero que estés a salvo. Será mejor que, cuando volvamos, te quedes con el señor Wesley. Él te protegerá y no se meterá en líos. Lo haría yo, pero... Como puedes ver, no sería buena idea...-señaló con la barbilla hacia Morgan y su caja de armas. Había hablado con ella de manera más relajada. No tenía sentido mantenerse formal y decoroso con una chiquilla que ni siquiera pertenecía a la nobleza, que no jugaba por esas reglas. Ya tendría suficiente que afrontar, no necesitaba discursos cultos de caballeros refinados, sino seguridad y cierto aprecio, sensación de que la iban a defender de lo que fuera que se acercaba..
-¡Señorita Cushing!-gritó, para que bajara. No tenía sentido que fueran ellos a buscarla, no con todos esos trastos encima.
-Mientras baja... ¿Queréis comer algo, antes de volver? Dejamos esto abajo y vamos y preparamos algo. No hace falta que os preocupéis, nos las apañamos... -sonrió hacia Morgan-
Sólo rezad a que no se os abra un agujero en el estómago por la cantidad de especias...

Una vez más la señorita Merril buscaba hacerla sentir mal, ahora, por sus ropas, y claro, estaban gastadas, descoloridas, y parecían haber pertenecido a otra persona, en algún momento, incluso el chal que cubría los hombros de la adivina lucía viejo y gastado. Agnes bajó la mirada, incapaz de responder algo, como si eso tuviera algún valor, porque aquella mujer respondería con otra mordacidad, después de todo, había mucho que señalar en la rubia, pero, mientras tenía la cabeza gacha, pudo sentir que la luz se ocultaba, y al levantar la vista, vio la espalda de Mordred, que una vez más intentaba protegerla. Sonrió, aunque llevó su mano a los labios para ocultar el gesto. 

Mordred le había preguntado, con soltura de cuerpo "¿cómo que señor", pregunta que Agnes no había comprendido en realidad, ¿de qué otra manera podría llamarlo?, ¿por su nombre de pila? ¿delante de toda esta gente, delate de colega?. Era algo impensado, aunque tampoco debería tratarlo con la distancia que lo estaba tratando, siendo que se habían... Agnes sujetó con mayor fuerza la punta de su chal, mirándolo con ojos de cachorro, al no saber como tratarlo en realidad, escuchando que guardarían las cosas, incluso la petición de a joven Ashley de no usar las armas por problemas en el pasado, o cocinar. Ya estaban en ella, y miró a todos lados. 

- pue... puedo yo encargarme de cocinar algo... no... tengo problema...  - se encogió de hombros, aún mostrando ese nerviosismo y pudor que demostraba cuando había tanta gente, a la que no era muy asidua, más cuando habían personas que la juzgaban por sus ropas. Tragó algo de saliva, preguntándose donde estarían los demás,  dándose la vuelta para ver qué había en esa cocina que le sirviera para cocinar. 

No sé qué decir. Estoy sobrecogido. El padre de Genevieve es imponente, me intenta amedrentar, pero son muchos años ya entrenando el arte de sobrellevar las bravuconadas de aquellos que utilizan su fuerza contra el pequeño.

-Así que me arrancara el corazón del pecho. Es fantástico, que poderoso es usted. Ha de ser muy cómica su imagen, de rodillas, con las manos dentro del pecho de un, como me ha llamado? , ah sí, medio-hombre. Un ser tan sobrenatural rebajándose de esa manera, no? Sepa que, si hubieran cumplido todas las amenazas que me han proferido en la vida, ahora mismo sería un trozo de carne informe. Guárdese sus amenazas para los secuaces del mal a los que nos estamos enfrentando. Si no nos va a ayudar, échese a un lado: los medio-hombres y las damas nos enfrentaremos a la oscuridad.- No se de donde he sacado ese arrojo. Quizás es Genevieve? Es el motor de mis actos. El amor me impulsa sin duda.

-Por otro lado, los asuntos del corazón de los que habla solo nos incumben a su hija y a mí. No me van los tríos sentimentales, lo siento por usted. Su hija es mayorcita para tomar las decisiones que considere oportunas. Puede que se equivoque y sufra por ello pero se que se sobrepondrá a todo, es más fuerte que todos los que estamos en esta sala.No necesita niñeras, señor mio.- Me quedo mirando al padre con los puños apretados esperando un golpe que me mande por los aires al otro lado de la habitación.

El padre de Genevieve mira con gracia al hombrecillo. Para el Lazslo no es nada. Sin embargo tiene razón en una cosa: Rebajarse a golpearlo, simplemente es... denigrante. Después pasa su mirada a Genevie y hace un gesto con las cejas que no pasa desapercibido para nadie.

-Ya veo... Suficiente. - Rie mientras entra en el amplio salon esperando que le sigan.- Mis amenazas nunca son en vano, señor Lazslo.- Dice mientras camina sin siquiera mirarle. - Ni siquiera necesitaria agacharme para.... En fin. Susurra inaudiblemente mientras llega al salon.

El sonido de la perilla del reloj se dejó escuchar por sus oídos una vez mas. Bendito y maldito sonido, que lograba lo imposible a un precio que bien hubiese elegido nunca tener que pagar. Sus manos temblaban por hacerlo nuevamente, solo una vez en la vida había sido placentero apretar esa perilla, un espacio sin tiempo que nunca olvidará,  pero ahora no tenía realmente opción, la vida de muchos estaba en juego, la de él, la de Alice, la de Will...

Ambos hombres sostenían su cuerpo mientras avanzaban en las profundidades del tiempo, un destello de luz que se le hizo mucho mas largo que de costumbre. Jamás había ido mas allá del día siguiente, sabía que el precio podía ser su propia vida o la locura tal vez. Pero sea como sea llegaron al otro lado, un futuro muy distinto al que había visto en su visión anterior, eso era bueno asumiendo que todos habían muerto antes, pero éste no parecía traer mejor suerte para el resto, salvo para Anges. Miró a lo lejos a la mujer mientras el inspector se acercaba a ella Elegiste su camino, verdad? Le creíste!!! Eres una maldita tonta... Edward negaba con la cabeza desilusionado.

Cuando Roy se alejó apoyó el peso de su cuerpo sobre el hombro de Will y lo miró a los ojos, abatido, cansado, y habló con apenas un susurro - no tengo mas fuerzas, aquí dependo de ti - Estar al amparo de aquél hombre no lo incomodaba, sabía bien quien era y conocía su fortaleza, no tenía mejor aliado allí que el joven Blunt. Una inexplicable sonrisa se dibujó, contrastando con su rostro agotado, una imagen sin tiempo persistía en su mente.

El viento le era algo muy extraño, la primera vez que lo veía, al igual que esa ciudad. Algo le hacía recordar a la descripción del mundo onírico donde se hallaba el corazón de Anis, pero eso no era posible, él podía atravesar el tiempo pero no el espacio, o es que ese mundo coexistía con el de ellos en ese mismo lugar? No tenía respuestas, solo preguntas.

Agnes se gira levemente al oíros.

Su cara muestra un gesto de desaprobación.

- No deberíais haber venido...- Dice ella sientiéndolo en el alma cada palabra que os dice.- Es tarde...

Esta Agnes es la misma, pero algo en ella ha cambiado. Su esencia es la misma pero su fondo es mas ocuro. Se podria decir que algo en ella ha cambiado pues no podéis atisbar en ella su dulzura e inocencia que, dos dias antes, por decirlo de alguna manera, parecía tener.

Sus ropas están rotas y desgastadas. Su mirada perdida en el infinito. Sus ojos tienen marcas oscuras de haber llorado hasta el infinito durante muchas lunas. Y su corazón parece roto por completo. Agnes parece un alma en pena. La "llorona" de los cuentos Mejicanos.

-Lo siento mucho señor Edward. Al final Annis ganó. Hiciéramos lo que hiciéramos siempre ganaría- Dice ella volviendo la viesta al frente para volver a ver ese reino desértico.- Esto es todo lo que queda del mundo en el que vivíamos. Cenizas. Solo cenizas. Intenté... intenté detenerla. Me ofrecí a ella, pero... fue peor.

de hecho, sí, es que el master quiere esas escenas de las que hablamos la otra vez XD

Ñam... Deep es uno de mis más profundos amores XD 

Maldíta estúpida e inocente niña! Exclamé enojado al ver claramente que era Agnes y escuchar sus palabras. ¿Realmente creíste que accediendo a la petición de esa..... bruja podrías salvar a alguien? Ni tan siquiera te has salvado tu. Mírate. No eres ni la sombra de la Agnes de mi tiempo!

Me di la vuelta, aquella ceniza era molesta, aún así desde mi posición podía ver a mis compañeros, quienes sin duda me habrían escuchado recriminar así a la joven insensata. Comencé a caminar hacia ellos. No la hagais caso. Ya sabemos dos cosas. La primera es que Agnes planea entregarse a Annais y la segunda que este será el futuro que nos esperará si lo hace. Tiene que existir una manera de derrotarla...

Luego miré fijamente a Edward, quien continuaba siendo sostenido por Will. ¿Quiere que le acerquemos a Agnes mientras se recupera? Sólo se ha disculpado ante usted por lo ocurrido, es obvio que aun le aprecia... quizás pueda sacarle algo más de información... Le indiqué a Edward ofreciéndole mi brazo para poder moverse.