Lunes, 5 de agosto del 2019.
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"A esto hemos llegado, Mitch" se dijo el joven hippie, pasándose una mano por el grasiento cabello castaño. "Contar batallitas después de un accidente aéreo para mantener entretenida a una chica herida. ¡Ni siquiera has podido cargar con ella, pedazo de flojo".

Mitch se sentía un tanto aburrido y, teniendo en cuenta que Nataly permanecía totalmente abstraída desde que habían encontrado los frutos -¿serían alucinógenos y habría tomado alguno de ellos?-, el veinteañero supuso que la mujer estaría ahora pensando en sus cosas. Erik se había marchado solo y el hippie no estaba muy seguro de que hubiera acudido a pedir ayuda.

-Chicas, no termino de fiarme de ese hombre -dijo Mitch, en referencia a Erik. Quizá fuera por su gran parecido con Vin Diesel, que se hubiera negado a cargar con Ava o que tuviera un perro llamado Puppy, pero ese individuo no terminaba de resultarle confiable-. No sé si habrá ido verdaderamente a buscar ayuda, pero voy a tomar la misma dirección en la que se marchó. Nataly, cuida de Ava. No tardaré en regresar. Os lo prometo.

Dejando escapar un suspiro y sin saber lo que le depararía su decisión, el joven decidió internarse en la jungla, tomando la dirección por la que se había marchado Erik momentos atrás.

—¿Un risort? Eso suena maravilloso — dijo suspirando un poco ilusionada. Lo más lejos que habían ido de viaje a lugares así eran a las playas de su país natal y en su viaje con sus padres, el causante luego de aquel que habían hecho para estar en esa situación, no habían podido disfrutar de mucho más. Le sonrió divertida al verlo hablar tan enamorado de su chica. Ella no había tenido relaciones largas con nadie en los últimos años, pero había estado tan ocupada con su carrera que tampoco le había hecho falta realmente. Y si mal no estaba, era común que dijeran que los policías se casaban con su trabajo. —Y… ¿Sam estaba con nosotros en el vuelo? — preguntó no queriendo a la vez herir al chico por si estaban separados o algo por el estilo, pero al mismo tiempo queriendo saber si iba acompañado por alguien más en aquel viaje o iba solo.

—¿Estás mejor? — le preguntó al verle un semblante un poco más calmado y que no había vuelto a vomitar, preguntándose porque estaría así, siendo que no le sonaba ninguna herida que pudiera ponerte de esa manera, a menos que fuera el clima. —¿No probaste la fruta no? — preguntó un poco angustiada, le seguía pareciendo que no era el mejor idea por mucho que comenzaran a tener hambre.

Al escuchar a Mitch hizo una mueca, tampoco se fiaba demasiado, pero no quería decir nada. Sin embargo, no pudo decirle nada más porque el chico decidió pararse e irse y dejarla sola con Nataly, quien llevaba un rato callada en su mundo. —Hey Nat ¿Estas bien?

-¿Sam? ¿En el avión? -Mitch permaneció confuso unos instantes-. No, no, ella no. Está en Londres. -La pregunta de Ava le hizo pensar de nuevo en su novia y pensó para sus adentros si Samantha estaría ya al tanto de que el vuelo había acabado siniestrado-. Pensaba comprarle un anillo de compromiso cuando volviera de este viaje.

El tono del joven hippie había terminado resultando un tanto lastimero, se notaba que le dolía hablar del tema. Nunca tendría que haber aceptado ese trabajo. Si no se hubiera metido en líos, nunca habría tenido que subir a aquel vuelo en Madrid. Lo peor de todo es que, si moría en esa isla, Samantha nunca sabría que había estado dispuesto a comprarle un anillo ni que ese vuelo había sido algo más que un viaje por placer.

-Estoy mejor, tranquila -le respondió a su compañera, con una sonrisa tranquilizadora-. Por suerte, no probé la fruta y creo que no deberíamos probar. Yo sé mucho sobre frutos y sobre plantitas, y nunca había visto una como esa. -Dirigió una mirada a la jungla que les rodeaba, respiró hondo, y volviéndose hacia la muchacha, añadió-: Volveré con ayuda. Cuenta conmigo.

Y se internó en la jungla, dirección norte, sin saber qué es lo que le aguardaba.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
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Miró al chico con sentimientos encontrados. Por un lado se alegraba que la chica no hubiera viajado con él porque no estaba allí atrapada donde quisieran que estuvieran ellos. Pero también le daba sentimientos por lo que dijo del anillo de compromiso. Aquella muchacha no sabía que de haber llegado el chico a su destino, hubieran podido comenzar un nuevo futuro juntos.

Se alegró que estuviera mejor y entonces por fin el chico terminó de irse. Suspiró al ver a Nataly aún en su mundo, sintiéndose de nuevo mucho más sola. Quería estar con su hermana, moverse, ayudar, no estar allí tirada completamente impotente sin poder hacer nada. Incluso tenía ganas de gritar, por si alguien más la escuchaba pero… ¿Y si venían animales o algo peor si lo hacía? Era la única razón por lo que no lo hizo. Mal momento para haberse caído del árbol y haber quedado en ese estado.

Se sentó un poco mejor, queriendo algo desesperada levantarse. No sabía si el rato moviéndose habría ayudado un poco, pero tampoco quería lastimarse seriamente así que estando casi sola allí sin ayuda, prefirió quedarse tranquila. Únicamente se arrastró un poco más hacia un árbol para recostarse en él y descansar, no le quedaba de otra hasta que sus compañeros volvieran por ella o alguien más la encontrara.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
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El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

Nataly parecía que hubiese sufrido un golpe de calor porque había caído desplomada al suelo por el mareo. Es cierto que la situación límite a la que se estaban enfrentando podía ser demasiado dura para ellas, y Nataly no pareció soportarlo. Por suerte aún respiraba pero en el estado en el que se encontraba Ava no podía hacer demasiado para ayudarla.

El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

Nataly empezó a sentirse terriblemente mareada y entonces cayó al suelo. Aún estaba consciente pero se encontraba francamente mal y perdió el conocimiento por unos instante*.

Aquello iba de mal en peor. Nataly se había terminado desmayando y los otros dos sobrevivientes no tenían pinta de volver pronto y realmente tenía hambre. Aunque se sentía sedienta y hambrienta, había descansado lo suficiente como por lo menos poder moverse… Arrastrándose. No podía quedarse allí a morir simplemente. Suspiró, se enderezó lo mejor que pudo aguantando los dolores, que ya no eran tan fuertes como antes siendo que ya llevaba rato sintiéndolos y por ello se había acostumbrado y se movió lo suficiente para quedar acostada sobre su estómago.

Comenzó a arrastrarse por el suelo poco a poco, ignorando cualquier molestia que podía sentir. Tenía que buscar por el suelo y las raíces de los árboles, tenía que encontrar comida. Y así hizo. Se fue acercando a los arboles buscando alimento, algo tenía que haber allí que la pudiera ayudar para aguantar lo suficiente como para que alguien llegara.

Siguió buscando alrededor, mirando en las raíces de los árboles y las ramas altas (Ya vería como hacer si conseguía algo allí arriba), mientras se arrastraba poco a poco por las cercanías. Suspiró deteniéndose un poco para descansar, pensando seriamente si tratar de advertir algo más ¿Y si habían personas cercanas a ella que no fueran Mitch o Erik? Necesitaba ayuda, Nataly también, no podía seguir allí sin hacer nada. Con esto, comenzó a mirar alrededor, tratando de enfocar la vista, de agudizar el oído, dejando de lado un poco los sonidos que podía creer eran de animales y la selva en general para escuchar algo más.

Mitch y Nivard llegaron al lugar donde se encontraba Ava y Nataly. Ambas estaban tiradas en el suelo, aunque la primera parecía estar arrastrándose buscando algo de comida y la segunda parecía haber perdido el conocimiento.

Aquel lugar parecía una jungla pues estaba repleta de vegetación con árboles enormes, lianas, hierbas... Además, la humedad allí era diferente a la que estaba cerca de la playa proveniente del mar. Desgraciadamente no podía oirse más que el murmullo de los árboles al moverse con el escaso viento que corría. 

Lunes, 5 de agosto del 2019.
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Por mucho que Ava se arrastraba para buscar algo que llevarse a la boca, o por mucho que mirase a lo alto a ver si encontraba algo de fruta, no era suficiente. Se encontraba en un estado horrible que debido al dolor que sentía no podía concentrarse del todo en lo que había alrededor. Por suerte, sí que escuchó el sonido de unos pasos. 

Al principio le dio el corazón un vuelco pensando que estaría en peligro, pero después vio aparecer a Mitch con otro hombre, quizá nativo de allí, o quizá superviviente. Aunque a juzgar por su aspecto, aquel hombre no parecía haberlo pasado muy bien en las últimas horas.

Mitch regresaba a la jungla, tal y como prometió. Con ayuda. Lo más probable es que el joven hippie hubiera deseado haber encontrado a un puñado de supervivientes dispuestos a ayudarle a transportar a su compañera, pero lo cierto es que la única persona que podía ayudarle en esos instantes era aquel hombretón de tez oscura llamado Nivard Chevalier. Mitch agradecía que Nivard le hubiera acompañado, sobre todo porque ahora veía que tanto Ava como Nataly estaban exhaustas, por lo que necesitaría ayuda del hombretón para cargar con alguna de las dos.

-¡Ava! -exclamó el veinteañero, corriendo hasta la chica, la única de sus dos compañeras que permanecía consciente-. ¿Qué le ha sucedido? -señaló a Nataly Vidal, extrañado de que hubiera perdido la consciencia-. Es una suerte que marchara detrás de Erik. No sé si él llegó a avisar a los otros supervivientes de que necesitábamos ayuda. Se ha quedado en la playa. -Mirando a Nivard y, considerando que debía hacer las presentaciones pertinentes, añadió-: Ava, este es Nivard Chevalier. Nivard, ella es Ava. Se hirió al caer desde un árbol, no puede moverse por sí misma, así que tenemos que transportarla en brazos. Y también a ella. -Agregó señalando a Vidal.

Nivard siguió a Mitch en dirección Sur hasta que encontraron dos mujeres tendidas en el suelo.

Mitch continuó hablando y, al parecer, seguía sin entender que Nivard no podía cargar con el peso de una persona sin morir en el intento. No se metía en la cabeza que él acababa de ser estabilizado de una hemorragia letal que le había hecho perder mucha sangre y llevado al extremo de la muerte. Que seguía teniendo una herida abierta en la espalda porque un hierro le había atravesado como a un espetón y que si hacía cualquier esfuerzo de seguro se abriría la herida de nuevo y comenzaría a sangrar profusamente hasta, ahora sí, morir.

Le miró con incredulidad.

Se acercó él también a Ava y se presentó reafirmando las palabras de Mitch.

Soy Nivard, vamos a ayudarte y todo va a salir bien. Ese tal Erik no nos dijo nada, al menos que yo sepa, algunos chicos que me ayudaban ya no estaban allí y yo iba y venía de la inconsciencia, así que quizás fueron a por más ayuda. La situación allí no era mucho mejor hasta hace poco.

Les explicó. Luego añadió.

Pero no podemos moverte aun. Primero necesitamos daros agua y alimento. ¿Ella sigue con nosotros - Preguntó refiriéndose a Nataly.

Sus esfuerzos fueron en vano. No había ninguna fruta o algo comestible cerca de las raíces de los árboles y si no fuera quien era, se hubiera puesto a llorar de pura frustración. Respiró profundo quedándose unos minutos quieta para calmarse mentalmente y que los dolores de las heridas que sentía por todo el cuerpo disminuyeran lo suficiente como para concentrarse nuevamente, porque no estaban ayudando en nada. Sin embargo, escuchó pasos de repente y casi le da algo al no saber que podía ser ese ruido, pero la cara alegre de Mitch casi que iluminado como un ángel (Vale el hambre la estaba haciendo desvariar ya) apareció en su campo de visión, seguido por otro hombre y el alivio que sintió la castaña fue inmenso.

Mitch había regresado tal como lo dijo y si pudiera levantarse lo hubiera abrazado completamente feliz. Se sentó lo mejor que pudo haciendo muecas en el camino, pero escuchó las palabras de ambos hombres y les sonrió lo mejor que pudo. —Gracias por volver, estaba comenzando a desesperarme — le dijo al hippie. —Se ha desmayado de repente, no sé si el calor y la sed le afectaron del todo o tenía alguna herida de la que no nos percatamos — les respondió a ambos referente a la chica en el suelo desmayada. Luego se fijó en el otro hombre asintiendo a las presentaciones. —Un placer, no sabes lo feliz que me hace saber que hay más gente por lo menos — todos mal heridos al parecer, pero algo era algo, se podían mover por lo menos. Al escuchar sus otras palabras abrió los ojos sorprendida —¿Si encontraron agua y alimento? — anteriormente Mitch había encontrado fruta que no se veía nada saludable, y la búsqueda de ella había sido infructuosa, por lo que no tenía muchas esperanzas.

Aun no, pero donde hay vegetación hay agua. O cocos. Los cocos serían perfectos - Contestó a la mujer.

Si no encontramos algo pronto, habremos sobrevivido para nada.

La mujer aparentaba estar al borde de sus fuerzas. Ella necesitaba agua aún más que él. Agua, comida y descanso.

No hay tiempo que perder. Tú debes descansar y nosotros debemos encontrar algo. Dividámonos, al oeste parecía que se extendía la playa. Uno allí en busca de cocos, otro avanzar hacia el sur. La prioridad es esa.

-Nivard, ella tiene una fruta tropical encima -dijo Mitch, señalando al cuerpo inconsciente de Nataly-. Antes de que nos fuéramos, comentó que era muy similar a la que yo había encontrado. Puede que te sirva para reponer fuerzas a ti o para Ava. -El hippie se volvió hacia la muchacha malherida y añadió-: No logramos encontrar ni agua ni alimento, pero esa fruta tropical que encontré -se frotó la nuca, pensando en lo desesperado que debía haber estado para llevarse aquel fruto a la boca- me sirvió de alimento. Resultó que era comestible y estaba más buena de lo que parecía a primera vista. Me sorprendió.

El joven hippie escuchó las palabras de Nivard y asintió, convencido. Pese a que su hambre ya había sido saciada, todavía tenía mucha sed, por lo que necesitaban obtener alimento de forma urgente.

-De acuerdo. Pues entonces yo iré al oeste -explicó el veinteañero-. Cargaré con Ava para no dejarla en medio de la jungla. Allí buscaré cocos, papayas o lo que haya. -Mitch se pasó una mano por su grasiento cabello, preguntándose si habría más frutas exóticas, como aquella que se había comido, en otras zonas de la isla-. Nos reuniremos de nuevo donde estaban Erik y Manjit. Vamos, Ava -se agachó junto a la chica, para intentar cargarla a su espalda, esperanzado en que esa vez sí pudiera trasladar a su compañera-, te llevo a caballito.